El Gran Sol Rojo del Amanecer

domingo, 15 de marzo de 2015

GMHC: Documento de la Organización Comunista de Grecia



LA INFLUENCIA DE LA REVOLUCIÓN CHINA EN EL MOVIMIENTO COMUNISTA DE GRECIA (2006)
Documento de la Organización Comunista de Grecia (KOE) 

Nota – La Organización Comunista de Grecia (Kommounistiki Organosi Elladas - KOE) fue una organización que se definía a sí misma como “popular, militante y democrática. Nuestras raíces están en el movimiento comunista de Grecia, que está unido con el Pueblo griego a través de lazos indestructibles por la sangre vertida en innumerables décadas de luchas por la Liberación Nacional y Social. Nuestra base teórica es el marxismo revolucionario, fundado por Marx y Engels y enriquecido por el leninismo y las obras de Mao Tsetung, continuamente enriquecido por los esfuerzos colectivos por producir las necesarias nuevas respuestas a los nuevos problemas que surgen en la época moderna”.
En julio de 2013, diez días antes del I Congreso de SYRIZA, KOE anunció su “decisión de suspender su presencia pública autónoma como un paso necesario para el fortalecimiento de SYRIZA y de su expresión unificada”.
Con anterioridad, en el año 2006, KOE elaboró un extenso documento titulado “La influencia de la revolución china en el movimiento comunista de Grecia”.
Gran Marcha Hacia el Comunismo comparte la inmensa mayoría de las posiciones políticas que KOE mantiene en este documento (en cuanto a la defensa de Mao Tsetung y sus enseñanzas, la Gran Revolución Cultural Proletaria, etc.), aunque discrepamos en algunas de sus afirmaciones (como, por ejemplo, cuando escribe que “en las décadas siguientes [a la de los años 70 del siglo XX], una serie de fuerzas mostraron una tendencia por reducir el maoísmo a la estrategia de la Guerra Popular y aclamaron la Guerra Popular como la línea general del movimiento comunista. Esta postura obstaculizó a esa corriente de estudiar en profundidad los cambios que se estaban produciendo en el mundo en ese momento” o también cuando señala que el último intento serio de elaborar una línea general del movimiento comunista internacional fuese el realizado por el Partido Comunista de China en los años 60 del siglo pasado,  omitiendo la importancia que supuso la creación del hoy desaparecido Movimiento Revolucionario Internacionalista (MRI) y su Declaración fundacional de Marzo de 1984 al igual que la histórica declaración  del MRI ¡Viva el marxismo-leninismo-maoísmo! de 26 de Diciembre de 1993).
Sin embargo consideramos que se trata de un documento de gran interés,  tanto por ser ilustrativo de la historia del movimiento comunista y maoísta en Grecia,  como por su análisis crítico y autocrítico,  estando alejado de posturas dogmáticas y por plantear además cuestiones de vital  importancia sobre la lucha contra el revisionismo contemporáneo y muy útil para que los comunistas no olvidemos las enseñanzas del gran maestro del proletariado Mao Tsetung y la necesaria tarea de la unidad de los comunistas del mundo con una línea general que, en la actualidad, en opinión de Gran Marcha Hacia el Comunismo, no puede ser otra que el dar pasos en la construcción de una nueva organización internacional basada en el marxismo-leninismo-maoísmo para poder avanzar con éxito por el camino hacia la nueva gran ola de la Revolución Proletaria Mundial.
Reproducimos a continuación el documento de KOE “La influencia de la revolución china en el movimiento comunista de Grecia” que Gran Marcha Hacia el Comunismo hemos traducido al español.

LA INFLUENCIA DE LA REVOLUCIÓN CHINA EN EL MOVIMIENTO COMUNISTA DE GRECIA (2006)
Contribución al proyecto del Camarada Bao Yu Ching
Introducción

Sin lugar a dudas, la lucha de los comunistas chinos ha influido, y hasta cierto grado definido el desarrollo del movimiento comunista internacional. No podemos saber  cuál sería el alcance  de la resistencia contra el revisionismo y la restauración capitalista si no hubiese tenido lugar la contribución esencial del Partido Comunista de China (PCCh), de los comunistas chinos y de Mao Tsetung.
Sin embargo, la verdadera cuestión que nos debe importar y apunta hacia una evaluación crítica es la siguiente: ¿se ha hecho todo lo máximo posible para oponerse al revisionismo y a la restauración capitalista? Los acontecimientos internos en China y a nivel internacional durante los años 60 y70 no son fáciles de “descifrar”, ni sería correcto de una forma metodológica juzgar a través del “resultado”. Por un lado, existe el hecho de que el “cuartel general” que condujo la lucha contra el revisionismo soviético durante los años 60 (y parecía unido en ese momento), se dividiría posteriormente, durante la Revolución Cultural. De otro lado, el cambio en la política exterior china caracterizado por el acercamiento chino-norteamericano y la aplicación de la “Teoría de los Tres Mundos”,  plantea muchas cuestiones que deben ser analizadas, porque no debemos limitarnos a un canto de alabanza ceremonial. Somos conscientes de la seriedad y dificultad de un esfuerzo así, pero no podemos pretender, 50 años después del XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) y 40 años después del inicio de la Revolución Cultural, que no existan dichos asuntos.
Nuestra contribución puede alcanzar el punto de formular una opinión (abierta al debate) y compartir la experiencia de una pequeña sección del proletariado internacional, el movimiento comunista griego.

 Los comunistas griegos y la Revolución China
“Nuestros países tienen dos cosas en común: nuestra antigua civilización, y dos números funestos, 6 y 7. Vosotros estáis en el paralelo 36 y nosotros en el 37. Vosotros tenéis la 6ª Flota estadounidense y nosotros la 7ª”.
(De un discurso del Presidente Mao durante un encuentro con representantes de la Liga de Amistad Grecia-China en 1965).
Es de interés exponer la opinión dada por el gran comunista griego que fue pionero en la lucha antirrevisionista en Grecia. Es la del camarada Yannis Hontzeas quien, en la siguiente nota, nos ofrece un testimonio de lo que era la percepción de los comunistas griegos sobre el PCCh, y cuáles eran sus expectativas, antes de iniciarse el conflicto con los revisionistas rusos:
“Cuando I.V. Stalin murió, muchos comunistas en nuestro país, la mayoría miembros del veterano EAM [Frente de Liberación Nacional] que permaneció fiel al PCG [Partido Comunista de Grecia o KKE) y a las tradiciones del EAM durante tiempos difíciles, esperaban que el Presidente Mao fuese invitado a Moscú a fin de asesorar, dirigir, y organizar las cosas. No importa lo que uno pueda decir hoy, Mao era entonces, tras la muerte de Stalin, calificado como el dirigente del proletariado mundial, el guía del movimiento comunista internacional. Si se trataba de una fe simplista, este es un asunto de distinta naturaleza. Mao visitó Moscú en dos ocasiones separadas. La primera vez en 1950 a fin de firmar el tratado con Stalin, y la segunda en 1957 con objeto de asistir a la Conferencia de Partidos Comunistas. Tras los acontecimientos de ese periodo, el nombre de Mao fue transformado de la leyenda a la blasfemia –para convertirse en leyenda nuevamente en los años 60 y 70, ganándose las mentes tanto de la juventud como del pueblo trabajador, obteniendo incluso mayor gloria tras años de calumnias.

 ¿Pero cómo se conoció en Grecia a Mao y a la Revolución china?

La generación que creció en los años 30 tenía una percepción “mítica” de lo que estaba ocurriendo en China. Por supuesto los comunistas y simpatizantes leían en los periódicos comunistas sobre el heroísmo y victorias del Ejército Rojo chino, del Gobierno soviético chino, etc. Los viejos comunistas recordaban entonces a los jóvenes que la Revolución china no era un juego. Les recordaban la sangrienta invasión japonesa, orgullosos de haber participado en las protestas durante los años 20 bajo la consigna de “¡Fuera las manos de China!”, etc. Instintivamente, esa auténticamente magnífica y legendaria revolución tocaba de tal manera los corazones y las mentes de nuestro pueblo, que incluso la prensa burguesa se interesó en ella para aumentar sus ventas, y así contribuyó enormemente a la información general sobre China y su revolución, no importa cuán precisa fuera de hecho esta información.
El nombre de Mao Tsetung comenzó a ser mencionado relativamente tarde. Los nombres de otros líderes del Ejército Rojo fueron inicialmente mencionados con mayor frecuencia –pero siempre de un modo confuso. No obstante, las campañas y contracampañas del Ejército Rojo llenaron de sorpresa a la burguesía y a nuestro pueblo de admiración.
A mediados de los años 30 el nombre de Mao comenzó a ser mencionado en la prensa burguesa como el de un general comunista satánico –especialmente porque nuestros periodistas burgueses informaban una y otra vez  que había resultado muerto y luego siempre reaparecía vivo. Mientras tanto, desde 1936, Grecia vivía bajo otra dictadura fascista. La Guerra Civil española, pese a su lugar dominante en las noticias internacionales, aún dejaba espacio para la Revolución China, el Frente Unido, etc. Brotó una convicción entre los comunistas y simpatizantes griegos que el Ejército Rojo era invencible. Durante la ocupación [alemana de Grecia 1941-1944] y posteriormente, el PCCh, su Ejército,  al igual que Mao, se hicieron incluso más populares. Durante el verano de 1946 hasta principios de 1947, cuando el Terror Blanco [en Grecia] estaba en su apogeo, Rizospastis [el entonces órgano del PC de Grecia aún legal] publicó los famosos principios de la guerra de guerrillas que fueron formulados por Mao en su trabajo “Una sola chispa puede encender la pradera” (“cuando el enemigo avanza, nosotros retrocedemos, etc.). Tras su publicación, el régimen reaccionario prohibió prácticamente la venta del Rizospastis.
Los comunistas, el pueblo de Grecia, seguían la marcha triunfal de la Guerra Revolucionaria del pueblo chino y saludaron calurosamente su victoria. La victoria en China se convirtió en un factor de gran ayuda, dado que se produjo simultáneamente (1949) a la “victoria” de las fuerzas reaccionarias del monarcofascismo en Grecia dirigidas por EE.UU.
Demos un ejemplo: en Makronisos [una pequeña isla griega transformada en el más feroz campo de concentración y tortura], un militante fue salvajemente torturado, pero rehusó denunciar sus convicciones. Los torturadores entonces trataron de convencerle con el “super argumento” siguiente: ¿por qué no te unes a la mayoría? (se referían a los militantes que se habían rendido por las insoportables torturas). Y les respondió: “¿Qué decís? ¡Soy yo quien pertenezco a la mayoría! ¿No son los 900 millones de chinos (exagerando el número de la población china dado el estado psicológico en que se encontraba) la mayoría? ¡Torturarnos, asesinarnos, pero un día seréis castigados, tanto vosotros como vuestros amos!” Este no es un caso aislado. La victoria de la Revolución china estimuló enormemente a los presos comunistas griegos en estos difíciles años.
Durante los años 1950-1956 comenzaron las traducciones de las obras de Mao, originalmente escritas a  mano, que eran difundidas de mano  en mano en las prisiones y campos de concentración, y más tarde a través de editoriales. La Guerra de Corea y el papel de China allí cosecharon nuevamente la admiración del pueblo griego.
Durante un breve periodo después de la “VI Conferencia” [la “VI Conferencia”, organizada con la violenta intervención de los revisionistas soviéticos en 1956 fue para el PCG lo que el XX Congreso para el PCUS] los nuevos dirigentes revisionistas del PCG desplegaron de todas las formas posibles su admiración y apoyo por el Presidente Mao, alabando la combinación de su “sabiduría occidental” con su marxismo-leninismo “antidogmático”.
Sin embargo, esta admiración cambió rabiosamente en el verano de 1957, cuando la Conferencia de Partidos Comunistas en Moscú declaró que el revisionismo era la principal amenaza para el movimiento comunista internacional. “Bien informados”, como siempre, los revisionistas griegos lo atribuyeron a Mao. Desde 1959 se incrementaron los ataques calumniosos contra Mao al igual que el veneno antiinternacionalista, anticomunista y antichino.”

Posteriormente, cuando nuestra organización examinó el periodo posterior a 1956, llegó a las siguientes conclusiones:
1. Durante los años 1953-1957 hubo muchos giros y cambios en la URSS y en muchos partidos comunistas. Los revisionistas en la camarilla dirigente del PCUS permanecieron tranquilos para promover todas sus decisiones y poderse estabilizar. Aquí reside una cierta responsabilidad en cuanto a cuándo y qué tipo de crítica en contra del revisionismo se realizó, o incluso como las posiciones revisionistas fueron inicialmente favorecidas (incluyendo por parte del PCCh). [Cualquiera que lea los artículos “Sobre la experiencia histórica de la dictadura del proletariado” y “Más sobre la experiencia histórica de la dictadura del proletariado” de 1956 podrá ver claramente nuestro punto de vista.].
Del mismo modo, aunque las declaraciones de las conferencias internacionales de 1957 y 1960 calificaban al revisionismo como la principal amenaza, no bloquearon realmente el predominio del revisionismo moderno. Cuanto ocurrió a nivel internacional hasta el comienzo de la polémica pública entre el PCUS y el PCCh, fue en realidad muy insuficiente, ofreciendo así al revisionismo moderno un tiempo precioso para estabilizarse, calumniar a sus oponentes y aislar a las fuerzas comunistas coherentes.
2. La X Conferencia del PCCh a finales de 1962 es la primera vez en que se adoptaron directrices relativas a la lucha de clases bajo el socialismo, los “dos caminos”, el peligro de restauración capitalista y la crítica de la construcción socialista en la URSS. Todas estas conclusiones se expresarían a través de la polémica pública durante el conflicto abierto con la URSS en 1963-1964. De hecho, muchas cosas ya habían ocurrido tales como el Gran Salto Adelante, la retirada de los expertos soviéticos y la ruptura de relaciones entre la URSS y China, la histeria antichina y antialbanesa  en la prensa y los congresos de los partidos revisionistas.
Pese al hecho que las mencionadas conclusiones constituyeron un avance histórico y fomentaron y armaron la lucha de los comunistas coherentes de todo el mundo, la mayor parte del Partido chino se encontraba bajo el control de Liu Shao-chi y Teng Xiao-ping, que no hicieron sino minar la lucha antirrevisionista. Esta cuestión es importante, porque cuando en 1964 surge el problema de la  separación organizativa de los partidos revisionistas, ésta camarilla domina el PCCh con todas las consecuencias que esto tuvo. No obstante, existen muchas cuestiones en este periodo en China que parecían ser o eran realmente controvertidas.
3. El estallido de la Revolución Cultural muestra en la práctica lo inadecuado de la respuesta inicial, al igual que la necesidad de una más profunda crítica y revolucionarización del programa, así como de la acción de las masas. A diferencia del documento “secreto” de N. Jruschov  sobre Stalin (que fue suministrado deliberadamente a la CIA y publicado por ésta, tratándose del primer gran intento de cooperación soviético-norteamericano), que supuso un gran golpe para los comunistas del mundo entero, la consigna de la Revolución Cultural de “¡Bombardear el Cuartel General!” fue un grito de batalla para la rebelión, para la creación de una nueva generación de comunistas que crearían un nuevo programa, enriquecido con todas las conclusiones sobre las características de las sociedades socialistas, la necesidad de profundizar la dictadura del proletariado y el impulso de la lucha contra el imperialismo a escala internacional. Además, estuvo ligado al surgimiento de una nueva ola revolucionaria por todo el mundo. Surge una pregunta: habiendo de enfrentarse a enemigos unidos y bien organizados (el imperialismo, el socialimperialismo, el revisionismo moderno, etc.), ¿acaso avanzó la reestructuración y reagrupamiento a escala internacional del movimiento comunista de una forma suficientemente organizada? ¿Con qué programa?
4. En el contexto anterior, existe un asunto que es la actitud del PCCh relativo a la situación en Europa (y no nos referimos a la “teoría de los tres mundos”, que vendría después). En lo que respecta a Europa, hubo una desconcertante declaración: “debemos unirnos al revisionismo secundario para oponernos al revisionismo principal”. Tanto el “flirteo” del PCCh con el eurocomunismo y sus relaciones con el Partido Comunista de Rumanía y el Partido Comunista de España de Santiago Carrillo constituyen el resultado de  determinadas valoraciones. De manera simultánea, reflejan un modo estatista de pensar por parte del PCCh, al menos en lo que concierne a Europa. Muchas cosas pueden ser explicadas por la compleja situación interna y las luchas en China, pero permanece el hecho que todo lo anterior no resultó ser de ayuda para las fuerzas antirrevisionistas a nivel internacional, y especialmente en Europa. Por el contrario, crearon dificultades. El análisis que puede residir tras esto es que no se esperaban grandes movimientos revolucionarios en Europa. En combinación con el análisis de que se debía dar prioridad a las zonas revolucionarias, el resultado fue “descuidar” el deber de proporcionar ayuda y análisis y dirección específicos a los comunistas de Europa. El otro campo (el revisionismo soviético) no descuidó este deber en absoluto. Esto fue un error, especialmente tras la “tormenta” provocada por el “Mayo del 68” y el alejamiento  a gran escala  por parte de las masas de la influencia burguesa y revisionista. El error fue mayor cuando las posiciones y opiniones informales de los chinos se expresaron en Europa a través de… intelectuales, y cuando se permitieron e incluso se fomentaron que aparecieran ejemplos denigrantes de partidos “prochinos” .
5. ¿Cuál fue la razón por el hecho de que, en la lucha contra el revisionismo, una gran parte del movimiento comunista internacional fracasó en agruparse y grupos que se crearon sobre la base de esta lucha con frecuencia fracasaron en lograr una base mayor y más masiva? Existen razones  a nivel objetivo y subjetivo.
Entre las primeras podemos reconocer el hecho que, en contraste con el viejo revisionismo, el revisionismo moderno contó con el apoyo de Estados. Esto es muy significativo. Aunque el apoyo por parte de Estados hacia los partidos revisionistas tuvo muchas caras y fue continuo, lo mismo no puede aplicarse respecto del PCCh y del PTA (Partido del Trabajo de Albania) hacia el movimiento comunista antirrevisionista internacional. El revisionismo, pese a sus contradicciones, actuó de un modo organizado mientras el marxista-leninista actuó dividido en muchos pedazos, no sólo a nivel de coordinación sino también a nivel de clarificar los asuntos básicos teóricos, políticos, etc. Esto en lo referente al nivel objetivo.
A nivel subjetivo, y este aspecto no es, por supuesto, independiente del objetivo, existieron varias corrientes entre las fuerzas que se oponían al revisionismo. Había quienes creían que una cierta “mala suerte” golpeó al movimiento comunista en cierto “momento”, alterando su curso y que las cosas se corregirían “automáticamente” algún día. Otros estaban más unidos a expresiones de discusión general de las creencias básicas.  Y otros, según sus experiencias específicas, vieron que muchos asuntos deberían ser reexaminados en profundidad, etc. Finalmente, había una tendencia mayoritaria, según la cual los problemas debían ser solventados por “alguien distinto”.
Los conflictos entre estas tendencias se intensificaron debido a la forma en que se interpretó la Revolución Cultural, al igual que por algunos análisis semiformales que circularon en Europa y afectaban al pasado del movimiento comunista. La incapacidad de las fuerzas organizadas en Europa en países como Francia e Italia para elaborar un análisis correcto e intervenir –en grado suficiente- en acontecimientos como Mayo de 1968, pese al hecho de que en ambos casos hubo un gran interés por parte de ambos partidos (PCCh-PTA), convirtieron el problema en mayor, porque en ese periodo amplias masas estaban desenganchándose del revisionismo, creando formaciones temporales o más estables de organizaciones políticas. Podríamos mencionar un extenso número de ejemplos que muestran las diferencias que existían (ya antes de la ruptura entre China y Albania) entre las fuerzas que combatían al revisionismo, y sus consecuencias.
Faltaban dos cosas en un período donde nuevos fenómenos y tendencias se estaban desarrollando en el mundo moderno: un proceso de discusión de todos los problemas a los que se enfrentaban los movimientos y organizaciones marxistas-leninistas, y una base común “central” ideológico-política.
Finalmente, tal como se esperaba, la “teoría de los tres mundos” jugó un negativo e importante papel especialmente en Europa. La crisis y división de los partidos marxistas-leninistas en Europa durante los años 70 y 80 no son irrelevantes a estos asuntos.

Volviendo a nuestra propia historia
En 1955, en Tashkent, capital del Kazajistán soviético (y base de los refugiados políticos comunistas griegos tras la derrota del Ejército Democrático de Grecia en 1949), comenzó una cruel intervención de los revisionistas soviéticos contra el Partido Comunista de Grecia. Los problemas se prolongaron durante meses, alcanzando su cima con el establecimiento de una “comisión internacional especial de partidos hermanos” con el objetivo de “resolver la crisis” –que los propios revisionistas habían provocado en el seno del PCG. El resultado fue la expulsión de miles de comunistas en todas las organizaciones de los refugiados políticos, al igual que el exilio de centenares de ellos a Siberia, incluido el del propio secretario general, Nikos Zachariadis. La razón fue la no conformidad y desacuerdo de los comunistas griegos con el “nuevo espíritu” de los revisionistas soviéticos, y, en última instancia, su oposición a las directrices del XX Congreso del PCUS.
Desde 1956 hasta 1964, tuvo lugar un gran enfrentamiento dentro del movimiento comunista griego, implicando a miles de comunistas griegos que vivían como refugiados políticos en la URSS y los países socialistas, al igual que en la propia Grecia, en las organizaciones clandestinas, en el exilio y en las prisiones. Desde comienzos de los años 60, las obras de Mao  y los documentos del PCCh comenzaron a ser distribuidos entre los comunistas griegos. Como resultado de este enfrentamiento, la primera expresión pública de los marxistas-leninistas griegos, la revista Anagennisi (Renacimiento) fue publicada en Octubre de 1964. Muchos documentos del PCCh fueron reeditados en esta revista,  y la Gran Revolución Cultural Proletaria fue apoyada públicamente –hecho que provocó la furia de los revisionistas griegos.
En este momento, es necesaria una clarificación histórica: históricamente, el PCG, el movimiento comunista griego, se formó y desarrolló con la decisiva contribución del PC de la URSS y de la Internacional Comunista. Esta realidad se expresó en todos los aspectos de sus actividades, en su política organizativa y en sus métodos de dirección y educación. Estas relaciones especiales entre el PCG y el PC de la URSS, al igual que la aguda y ruda lucha de clases en Grecia (legislación anticomunista, dictaduras fascistas, complots de la policía secreta, la guerra civil, los castigos especiales anticomunistas en las islas de la tortura y exilio, etc.) se reflejaron inevitablemente en la realidad del movimiento comunista griego –y sus reflejos no fueron exclusivamente positivos, dado que también adoptamos los aspectos negativos del “modelo” soviético. Por tanto, se creó un “sistema”, teniendo como consecuencia que el movimiento comunista griego no ha experimentado ninguna campaña de rectificación tales como las realizadas por el PCCh en 1941-1942. Esto puede explicar muchas cosas.
Lo que denominamos dirección revolucionaria del movimiento marxista-leninista en Grecia no fue algo que tuvo un único color o monolítico, y no fue algo unificado desde su inicio en cuanto a lo que declaraba o combatía. Esto constituyó un cierto tipo de fortaleza y debilidad a la vez. Su fortaleza residió en que no fue la causa de un grupo minoritario de personas, sino que  expresó una reivindicación profundamente enraizada en una extensa masa de militantes. Los aspectos débiles se superarían si aquellos en puestos de dirección en este movimiento cumplieran sus deberes en momentos decisivos y determinantes.
Los militantes que se rebelaron contra el revisionismo dentro y fuera de Grecia, fueron los más disciplinados y fieles al Partido soviético de antes de 1956, comparados con otros miembros que no se rebelaron. Esta “paradoja” es una peculiaridad aún más importante del movimiento marxista-leninista griego en comparación con otros países. La lucha antirrevisionista en Grecia no fue una cuestión de mecanismos o estudiantes; por el contrario, lo que propulsó la lucha antirrevisionista fue la rebelión de los militantes de base del movimiento comunista griego. Por tanto, la historia de la lucha antirrevisionista en Grecia es mucho más antigua que lo que mucha gente piensa, y definitivamente no se originó sólo como una rebelión juvenil, tal y como ocurrió en diversos países europeos. Por el contrario, la juventud griega de aquella época conoció la corriente antirrevisionista a través de un ritmo lento y tortuoso.
Durante los años 1956-58, cuando el “nuevo espíritu” (XX Congreso) ya había iniciado una gran masacre contra los comunistas griegos viviendo en la URSS y otros países socialistas, y expulsado a la mayoría de los comunistas de Tashkent, dentro de Grecia el equilibrio de fuerzas era el siguiente: las organizaciones clandestinas (especialmente tras la postura de la dirección favoreciendo la autodisolución de las organizaciones clandestinas, tal y como fue ordenado por los jruchovistas), la mayoría de los comunistas en el campo de exiliados de Ai-Stratis (el principal campo de exiliados en Grecia), un extenso número de los militantes detenidos y la mayoría de los cuadros medios e inferiores de las organizaciones legales allí, en diverso grado, se opusieron a la “nueva situación” provocada por la intervención jruchovista en el PCG. Este equilibrio de fuerzas, junto con los 7.000 comunistas expulsados de Tashkent, ofreció una abrumadora ventaja positiva para la corriente antirrevisionista. Este equilibrio de fuerzas no fue utilizado adecuadamente y finalmente las luchas que se desarrollaron en ese periodo tuvieron lugar de un modo que permitió  a los dirigentes revisionistas extender la confusión y aprovecharse de la deserción o inacción de un gran número de antiguos altos cuadros –de los que se esperaba dirigieran la lucha antirrevisionista. En conclusión, en el caso griego tuvimos una rebelión masiva de los comunistas contra el revisionismo, a pesar de la imperfección de las declaraciones o la influencia de determinados cuadros “antirrevisionistas” que no adoptaron una postura correcta.
Entre los comunistas griegos que resistieron al revisionismo moderno, coexistieron dos situaciones. La primera, la dominante, fue el vano deseo y esperanza de la restauración de la soberanía de las normas del Partido y el regreso a un pasado reciente que se caracterizó por la lucha revolucionaria de los comunistas. La segunda, concerniente a una minoría, fue la comprensión de que el pasado no podía volver, que las condiciones habían cambiado y que nos encontrábamos en una nueva época.
La gran masa de comunistas, debido a la forma en que fueron educados, no podían aceptar la idea de una separación organizativa del Partido, pese a su simpatía por los marxistas-leninistas. Por esta razón, no les siguieron cuando aparecieron públicamente. La mayor responsabilidad por este hecho radica en los cuadros superiores del Partido, quienes, pese a su desacuerdo con el XX Congreso del PCUS, consideraron  que cualquier corrección sólo era posible “desde dentro”. Pero incluso entre aquellos que se atrevieron  y asumieron la responsabilidad de una separación organizativa del viejo Partido, hubo un sector que lo que tenía en mente era “el regreso al grandioso pasado”. Por tanto, este sector estaba desarmado  frente a las grandes conmociones que sacudirían China posteriormente; recurrieron fácilmente a una posición irreflexiva de sumisión prochina y finalmente alabaron la “teoría de los tres mundos” y se volvieron en contra de la llamada “Banda de los Cuatro” y la Revolución Cultural.
El movimiento marxista-leninista necesariamente entró en contacto con sectores de la juventud rebelde que se encontraba presente en los grandes estallidos antiimperialistas de los años 1963-1965 en Grecia. Esta juventud fue más receptiva a las ideas radicales que surgieron durante la Revolución Cultural, pero era más inestable y con menos experiencia en la lucha de clases en comparación con los comunistas veteranos. Posteriormente, y debido a los duros golpes bajo la dictadura fascista en 1967-74 (gran cantidad de detenciones, incluyendo la dirección central), la dirección pasó a manos de jóvenes.  Durante estos años difíciles hubo cuadros que “descubrieron” fácilmente el revisionismo entre nuestras propias filas y avanzaron –con igual facilidad- hacia nuevas escisiones. Dado que “uno se divide de forma determinista en dos, y la lucha de dos líneas es inevitable”, todo fue aplaudido “de forma determinista” como justificación para nuevas escisiones. Así, la corriente marxista-leninista quedó registrada como una corriente de continuas escisiones y pareció estar alejada de la realidad griega y sus acontecimientos, particularmente en los convulsos años 70.
Un documento de nuestra organización, KOE, contiene la siguiente evaluación de este periodo:
No fue accidental que la separación organizativa del movimiento marxista-leninista griego respecto del revisionista PCG (iniciada con la publicación de la revista Anagennisi en 1964) fuese el resultado de la lucha e iniciativa de los cuadros medios del viejo PCG, y no de cuadros dirigentes superiores. Pese a la rebelión de los militantes de base en contra del XX Congreso del PCUS y la denominada VI Conferencia del PCG, no se originó como resultado de una lucha de dos líneas o una división en los organismos dirigentes del PCG. La razón de ello reside en la composición peculiar de los organismos dirigentes del PCG (bajo la orientación directa del PCUS) y en percepciones específicas que dominaron al PCG durante décadas.
Pero incluso tras la publicación de Anagennisi y posteriormente, en todo el curso de este movimiento, nunca se constituyó un núcleo dirigente marxista-leninista con una planificación y puntos de vista clarificados y comunes. Esta fue la principal fuente de los problemas de la inestabilidad, de los retrocesos que se expresaron en el seno de la corriente marxista-leninista griega y que condujeron finalmente a su disolución.
Sin embargo, el movimiento marxista-leninista en Grecia superó las escalas de un pequeño grupo que editó una revista, gozó de una base de masas, obtuvo la adhesión de una extensa cantidad de militantes y creó un elevado número de cuadros. Esto se debió principalmente al hecho que demostró ser capaz, en gran medida, de analizar y conformar estimaciones y evaluaciones programáticas.
Apoyamos el punto de vista que Anagennisi formuló importantes elementos programáticos, confirmados por los acontecimientos. Tales elementos fueron: la posición de Grecia y el papel especial de la lucha antiimperialista en nuestro país; la evaluación del papel del revisionismo y la necesidad del reagrupamiento del movimiento de izquierda; el apoyo al movimiento comunista internacional y una posición bastante clara de la confrontación que se estaba produciendo en ese momento; la formulación de criterios sobre asuntos críticos (como el de lograr enraizarse en las masas, cultivar un espíritu “independiente” en lugar de depender de centros internacionales); la evaluación de cuestiones críticas del movimiento comunista griego del pasado y, simultáneamente, la confrontación con otras corrientes y “modas” de aquella época, así como la insistencia en el elección de la lucha de masas popular.
Pese al hecho que al principio se intentó la consolidación y profundización de estos elementos críticos, finalmente este objetivo no se logró. Los resultados de esta debilidad se expresaron a través de una vacilación permanente, de retrocesos y cambios de relaciones coherentes, de crisis permanente en la dirección, en el momento mismo cuando la extensión e influencia de este movimiento entre las masas exigía un curso diferente. Esta crisis se intensificó a finales de los años 70, cuando el horizonte internacional se oscureció, cuando cesaron de existir las “certezas” y las “bases” internacionales, y cuando se desarrollaron  diversos “círculos” y “personalidades”, conformando un entorno que ya era irreversible.
La segunda peculiaridad del movimiento marxista-leninista griego es el hecho que su organización política nunca obtuvo una acción política que pudiera enfrentarse a problemas como los descritos, o problemas de desarrollo. Este asunto adquiere mayor importancia porque ésta no fue una debilidad que se comprendiese al final del transcurso de este movimiento, sino ya desde su inicio. De hecho, nunca se intentó realmente superar esta debilidad. Un intento así hubiese requerido la adopción de las necesarias medidas políticas y organizativas, y principalmente involucrarse con actividades que condujeran a un cambio en cuanto a la base de clases de este movimiento, a fin de obtener unas profundas relaciones y raíces con las masas populares.
Por el contrario, lo que prevaleció fue la lógica de un “fuerte activismo” y “hacer ruido” sin preocuparse por las líneas políticas e ideológicas del movimiento, es decir, los elementos políticos e ideológicos del movimiento, es decir, los elementos programáticos que necesitaban ser redefinidos en un periodo de grandes cambios y realineamientos en el conjunto mundial. En vez de una forma organizativa pesada y complicada con un contenido muy insuficiente de la discusión interna, lo que era necesario era una actividad política que armara al conjunto de la organización para las necesidades particulares de un fortalecimiento ideológico, político y organizativo. Al mismo tiempo, debían haberse adoptado medidas contra la creación de “reinos independientes” dentro de la organización en varias ciudades griegas, contra el estrangulamiento del deseo por estudiar e investigar, contra el dogmatismo y la autoconfianza ciega y contra el cultivo de diversas “mitologías”.
En los años en que un nuevo curso era posible, en particular después de 1974 y la caída de la junta militar fascista, se produjo una reversión de los elementos políticos programáticos básicos, se manifestaron cambios en las posiciones previas y se produjo una desorientación de las tareas principales y básicas. Dominaron entonces el “fare política” (término negativo del movimiento italiano), el economicismo y la copia ciega de otras experiencias, al igual que un seguidismo respecto del PCCh.
Yiannis Hontzeas, la mente más brillante y fresca de esta corriente, que jugó un importante papel en la configuración política e ideológica inicial del movimiento marxista-leninista griego (fue detenido durante la junta fascista en lo que se demostró fue el golpe más duro contra los marxistas-leninistas griegos) pero también, posteriormente, de nuestra organización, KOE, escribió en una nota:
“El “comienzo” y el “resultado” no ofrecen nada sustancial como conclusión si se ignora el “desarrollo”. El “desarrollo” es siempre una historia molesta para las conciencias en “calma” ”.
(Notas para El Movimiento Obrero y el Leninismo, página 55, A/synechia 1996).
KOE está en desacuerdo con aquellos que, sólo ahora, apoyan que el “mal comienzo” fue el útero de la crisis final y disolución a principios de los años 80. Pues, el “mal comienzo” no impidió en ciertos momentos a este movimiento que agrupase a miles de militantes, que jugara un papel importante en actos de masas, que concentrara las necesaria masa de fuerzas para desarrollar raíces entre las masas populares y convertirse en un polo de atracción para amplios sectores de militantes. Hubo ciertas posibilidades que no se utilizaron en la forma en que debieron hacerse. En conclusión, el “resultado”, es decir, la disolución a comienzos de los años 80, no permite la adopción de argumentos pragmáticos, del tipo de “dado que este fue el resultado, entonces esto o aquello en el inicio conduciría inevitablemente a ese resultado”, etc., sin examinar los verdaderos términos y causas del resultado, es decir, el “desarrollo”.

 El maoísmo como corriente política e ideológica en los años 60 y 70
 “Los próximos 50 a 100 años más o menos, a partir de hoy, serán una gran época de cambio radical del sistema social en el mundo, una época que estremecerá la Tierra, una época con la que ninguna época anterior pueda compararse. Viviendo en tal era, debemos estar listos para librar una gran lucha cuyas formas tendrán muchas características diferentes de las épocas pasadas”.
(Mao, 1970)
 Igual que el bolchevismo fue una corriente política e ideológica diferenciada del movimiento revolucionario en el marco nacional de Rusia, el maoísmo se desarrolló y se formó en el marco de China.
Tras la victoria de la Revolución de Octubre, el bolchevismo adquiere gloria mundial y forma una corriente política internacional dentro del movimiento internacional del proletariado. La Tercera Internacional es, en cierta medida, la expresión de esta formación.
Respectivamente, el maoísmo adquiere dimensiones internacionales, es decir, se conforma como una corriente política e ideológica internacional a mediados de los años 60, pero con ciertas particularidades:
1. No deriva directamente de la victoria de una revolución, como fuera la Revolución de Octubre, sino de la necesidad de enfrentarse al estancamiento de la revolución y del peligro de restauración capitalista.
2. Entra en contacto con todos los procesos de las tormentas de los años 60 y las afecta en gran medida. No consiste sólo en un proceso de polémicas en el movimiento comunista, sino que agrupa en torno suyo a numerosas y distintas fuerzas que, de una u otra manera, combaten contra el sistema uniforme de relaciones sociales en Oriente y Occidente: los movimientos y frentes de liberación nacional, los movimientos juveniles de todo el mundo, el movimiento de la Revolución Cultural en China, el movimiento negro en EE.UU., los movimientos anticapitalistas en las metrópolis capitalistas, etc.
3. Está principalmente relacionado con los procesos de formación de una corriente a nivel internacional tras una conmoción revolucionaria. Existieron varias razones para ello. Básicamente, porque el movimiento de restauración y la lucha de clases en China estaban desatándose violentamente en China y la cuestión de quien derrotaría a quien aún no se había resuelto.
4. Existía heterogeneidad y objetivos divergentes incluso en el seno del frente de las fuerzas antirrevisionistas y en la propia China.
5. Este movimiento tampoco escapó a la influencia negativa del estatismo (adoración del Estado y predominio de los intereses estatales sobre los intereses del movimiento) que inevitablemente existieron y alteraron muchos elementos.
Estas particularidades no rebaten ni invalidan el balance en cuanto a que esta corriente político-ideológica ha sido la más importante nacida de la tormenta de los años 60 por las razones siguientes:

1. La extensión, profundidad y agrupamiento de fuerzas que consiguió e influencia que ejerció
En primer lugar, se debe sopesar a la Izquierda en China y los movimientos que impulsó, especialmente la Gran Revolución Cultural Proletaria.
En segundo lugar, se deben tener en cuenta todos los movimientos de liberación nacional en el mundo y el hecho de que adoptaron las consignas y políticas de la Línea General “china” en esa época. Muchas organizaciones guerrilleras y otros movimientos se basaron en la teoría de la Guerra Popular que estudiaron y se educaron a través de los escritos militares de Mao.
Se debe estimar la influencia e impacto que el maoísmo ejerció en la juventud del mundo, por todo el planeta.
Además, se debe tener en cuenta la influencia que ejerció en los movimientos rebeldes, como el movimiento de los Panteras Negras en EE.UU., los movimientos anticapitalistas como el de Mayo del 68, etc.
Finalmente, no debemos olvidar mencionar su influencia sobre intelectuales de todo el mundo (Jean Paul Sartre, Charles Bettelheim, Robert Linhart, Benjamin Coriat, William Hinton, Edgar Snow, Thompson, Samir Amin, La Grassa, Rossana Rossada, Luis Althusser, etc.)
2. Ha sido la única corriente ideológica y política internacional que ha llamado a una lucha firme contra el imperialismo.
Miles de luchadores emergieron de entre sus  filas y se enfrentaron a la reacción y al imperialismo con heroísmo y abnegación. La militancia y heroísmo de esta corriente, su capacidad de unirse con los pobres y oprimidos, ayudó a echar raíces en el terreno de la realidad y en la vida de diversos países y regiones, y de abrir nuevos senderos de lucha.
Se desarrolló particularmente en la “zona de las tempestades”, en los llamados países del Tercer Mundo, donde actuaron  importantes movimientos de liberación nacional y en donde estallaron insurrecciones y rebeliones. En estas zonas hay múltiples ejemplos de dirigentes y cuadros de este movimiento que sacrificaron sus vidas por la causa del pueblo y encontraron una muerte trágica a manos de las fuerzas contrarrevolucionarias.
3. Sus posiciones y teoría se confirmaron en importantes asuntos de carácter histórico
Fue el único sector del entonces movimiento comunista “oficial” que saludó, participó y jugó un papel en la tormenta de los años 60. Este es un elemento extremadamente importante en sí mismo.
Fue el único sector que dio un paso al frente para poner al descubierto y denunciar al revisionismo moderno y llamó a los comunistas a rebelarse contra él.
Fue el único sector que previno y advirtió sobre la restauración capitalista, que arrojó luz sobre las contradicciones de clase en el socialismo, que impulsó y apoyó a la Gran Revolución Cultural Proletaria en China.
En resumen,
A diferencia de otras corrientes existentes, como el guevarismo-foquismo y el trotskismo [que no comprendió el carácter del periodo, lo que estaba en juego a nivel internacional y tenía además otras posiciones básicas falsas que le condujeron a errores políticos –principalmente de subjetivismo de izquierda para el primero y de subjetivismo de derecha para el segundo, que a veces llevó a los trotskistas incluso a la adopción de posiciones proimperialistas], el maoísmo estaba mejor enraizado en los problemas reales, agrupó en sus filas  a fuerzas amplias y probablemente heterogéneas, fue un frente que el imperialismo y la reacción tuvieron que tomar en consideración, y  en  gran medida determinó la correlación de poder a nivel mundial.
No fue accidental que la derrota de la Izquierda en China en 1976 fuera un acontecimiento para un contraataque frontal generalizado de la burguesía, el imperialismo y el revisionismo. El contraataque reaccionario dio como resultado la restauración capitalista, el “Nuevo Pensamiento Político” de la perestroika e, inmediatamente, el Nuevo Orden Mundial.

Una breve referencia sobre las debilidades y carencias de esta corriente:
1. La “parcialidad” (el modo unilateral de pensar y actuar), la espontaneidad, el voluntarismo son fenómenos bastante explicables durante los primeros pasos de esta corriente ideológico-política, cuando la revolución parece próxima y en unas circunstancias en que fuerzas heterogéneas se agruparon. Tenemos el precedente histórico de la intervención de Lenin contra las “parcialidades” a través de su obra “La enfermedad infantil del “izquierdismo”  en el comunismo”, que fue dirigida a los animados miembros de la izquierda proletaria en esa época, y les invitó a crear partidos comunistas importantes y ganarse a la mayoría de la clase obrera. Las particularidades de la lucha de clases en China no permitieron intervenciones necesarias parecidas.
2.  Formas en que se expresan la parcialidad y la espontaneidad.
Arrastrar al límite la posición correcta que la línea ideológica y política es lo decisivo para todo. Esto ha conducido a una serie de divisiones y prestar poca atención a la cuestión de la unidad, al margen de procesos de maduración y la creación de lazos con las masas populares. También condujo, en algunos casos, al autoaislamiento en un microcosmos que tenía poco contacto con la realidad.
La posición de que todo estaba en juego en la zona de las tempestades (el denominado Tercer Mundo) condujo a una serie de fuerzas en los países capitalistas a rebajar la necesidad de un esfuerzo sistemático por abrir una nueva vía en sus propios países, y, como consecuencia, convertirse en simples defensores y partidarios de movimientos de otros países.
La mecanicista y a veces exagerada contradicción de Stalin frente a Mao.
3. El curso de la lucha de clases en China, la política exterior que siguió y la implicación del estatismo que emergió a comienzos de los años 70 con la errónea “teoría de los tres mundos”, condujo al maoísmo como corriente internacional a grandes aventuras y dio origen a un seguidismo en su seno que, no difería, desde un aspecto cualitativo, del revisionismo. Todo esto prácticamente denigró la obra de Mao y el maoísmo.
4. En esa época, al igual que en las décadas siguientes, una serie de fuerzas mostraron una tendencia por reducir el maoísmo a la estrategia de la Guerra Popular y aclamaron la Guerra Popular como la línea general del movimiento comunista. Esta postura obstaculizó a esta corriente de estudiar en profundidad los cambios que se estaban produciendo en el mundo en ese momento.

La necesidad de reagrupamiento de los comunistas sobre la base de una Línea General
Es verdad que han pasado muchos años sin ningún debate serio relativo a la Línea General del movimiento comunista en las condiciones contemporáneas. El último intento serio que planteó asuntos relativos a la Línea General en el movimiento comunista internacional tuvo lugar a comienzos de los años 60 por parte del Partido Comunista de China. Sin embargo, desde entonces han transcurrido muchos años. El panorama actual del mundo es muy distinto del panorama de comienzos de los años 60. Se han producido muchas transformaciones,  cambios en la correlación de poder, retrocesos, hasta llegar a la situación actual. Se han combatido muchas batallas de significación histórica, tales como la tempestad incompleta de las luchas revolucionarias de los años 60, con su cima, la Gran Revolución Cultural Proletaria en China. La cuestión histórica que se ha planteado y necesita ser respondida es si el curso del movimiento revolucionario hubiese sido diferente, es decir, si las diversas batallas hubiesen podido ser realizadas desde posiciones mejores, si se llevaron a cabo intentos serios para una confrontación común y general con la línea burguesa y revisionista.
Esta pregunta exacta va ligada y se conecta con toda la cuestión de la Línea General. La falta de reconocimiento del significado que la cuestión de la Línea General tuvo siempre y aún tiene, tuvo efectos desastrosos para el movimiento marxista-leninista, especialmente en los años 80. El movimiento marxista-leninista atravesó una gran prueba y desintegración en esa década. Pese a honrosas excepciones por parte de partidos y movimientos que enarbolaron la bandera roja de la revolución baja unas extremadamente difíciles condiciones, la mayoría de los partidos y organizaciones experimentaron grandes crisis y su fuerza declinó de manera significativa.
El proceso de apartarse de la problemática de la Línea General, al igual que la evidente crisis del movimiento marxista-leninista (que había emergido previamente, también, a través de las aventuras, la “línea” y la posición de los dos “centros”, China y Albania) condujo o bien a unos sustitutos insuficientes de la Línea General (y este fue el “mejor” caso) o a un importante distanciamiento de las posiciones antirrevisionistas, o incluso posiciones prosocialimperialistas, y a una negación silenciosa de todos los asuntos que la obra de Mao Tsetung sacara a la superficie.
Sin embargo, incluso con posterioridad a los difíciles años 80, durante los años 90 y a comienzos del siglo XXI, en las condiciones de gradual reagrupamiento del movimiento revolucionario y de un cada vez más intenso surgimiento del descontento popular a nivel global, se observa que diversas iniciativas y reuniones de partidos y organizaciones comunistas no se enfocan en la discusión sobre el asunto vital de la Línea General. El grado de coordinación es muy bajo y otras prioridades parecen motivar las diversas iniciativas, en lugar de fomentar de forma estable y resuelta el debate y la discusión de la Línea General. Todo esto ocurre en unas circunstancias en que tienen lugar grandes cambios alrededor nuestro, en que existe un gran conmoción causada por el curso de la reestructuración capitalista/imperialista y el arsenal ideológico y político de la burguesía logra plantear asuntos y tomar la iniciativa  escala mundial.
Las exigencias de la nueva etapa del movimiento revolucionario  imponen la existencia de partidos y organizaciones que tengan los pies en tierra y se valgan por sí mismos y piensen con su propia cabeza, que sean capaces de analizar las condiciones específicas de las situaciones específicas y tengan la habilidad de innovar, de abrir nuevos senderos. Estas exigencias no se pueden cumplir si no hacemos frente con la autocrítica al hecho de que se ha hecho un gran daño por: (a) el seguidismo, (b) la falta de opinión sobre una serie de asuntos importantes y cruciales, (c) la pobreza en cuestiones de Línea General, y (d) “fácil” ideologización de todos los asuntos.
En nuestra opinión, el revisionismo moderno en todas sus variantes, incluyendo la neorrevisionista, tiene que ser denunciado en el movimiento comunista internacional. Las características esenciales y específicas del revisionismo deben ser estudiadas y generalizadas, a fin de rastrear el óxido revisionista, localizar la influencia revisionista y aislar a los revisionistas (no importa cómo se denominen a sí mismos, como revolucionarios, marxistas-leninistas, internacionalistas, etc., etc.). Pensamos que los principales rasgos del revisionismo moderno son los siguientes:
El revisionismo moderno se opone a la profundización de la lucha de clases. Consecuentemente, conduce a la cooperación con la burguesía; persigue una concertación con el estado de cosas burguesas. En los países capitalistas-imperialistas, el revisionismo moderno apoya los “intereses nacionales” y las “instituciones democráticas”. Participa o trata de participar en las formaciones gubernamentales junto con la burguesía y se inspira por el gubernamentalismo, ofreciendo la absolución a la antipopular política burguesa y, aún más, ayudando directamente a su realización. Atenta contra la bandera de la lucha antiimperialista y promueve una “postura responsable y realista” de cumplir con las condiciones del Nuevo Orden Mundial imperialista. El revisionismo moderno rehúsa luchar contra las integraciones imperialistas y los resultados de la reestructuración capitalista. No combate las políticas de división entre las masas y la clase obrera. No combate el racismo y la xenofobia y continuamente descubre “vías nacionales al socialismo”.
El revisionismo moderno apoya la teoría de las fuerzas productivas y adopta el productivismo. Limita el papel de las masas al “deber” de acelerar un supuesto proceso automático a través del “progreso científico y técnico”. Adora la “revolución científico-técnica” y la considera un proceso objetivamente progresista, positivo y neutral. El revisionismo moderno admiró los “éxitos” del capitalismo e intentó “importarlos” en las sociedades de transición, con el objetivo de “acelerar el desarrollo y creciente productividad”. El resultado fue por supuesto distinto de lo que esperaba, porque es exactamente  así como se restauró el  capitalismo. Incluso en la actualidad, el revisionismo alaba el “socialismo de mercado”.
El revisionismo moderno está impregnado de estatismo. Reproduce la superstición de adorar al Estado, lo que no tiene nada en común con el punto de vista marxista-leninista del poder proletario. Teme a la movilización y espontaneidad de las masas; no confía ni en las masas ni en la clase obrera. Se apoya en los métodos burocráticos y administrativos y aumenta la distancia entre los mecanismos y las masas. Arrastra estos puntos de vista incluso en las relaciones entre partidos comunistas, manteniendo una postura y práctica  arrogantes, que nada tienen en común con las ideas comunistas. Juega un papel activo en calumniar las luchas, organizaciones, individuos y círculos de la izquierda revolucionaria. Coopera con las fuerzas represivas o asume el propio papel de represor en movilizaciones específicas. Al llegar al poder, adopta la política socialimperialista.
Negación de la lucha de clases; promoción de la cooperación de clases, el productivismo y el estatismo son las características esenciales del revisionismo en nuestra época. Las declaraciones, palabras, etc., pueden esclarecer su esencia sólo un poco. Las altisonantes declaraciones y juramentos grandilocuentes de lealtad al marxismo-leninismo sólo pueden engañar a aquellos que quieren ser engañados, o que quieren unirse estrechamente con el revisionismo. La Gran Revolución Cultural Proletaria profundizó en estos asuntos, enriqueció el programa comunista, ofrece un rico material e inspira a aquellos que se empeñan en abrir nuevos senderos para la revolución proletaria en el siglo XXI.

Subrayada y codificada, la Línea General del movimiento comunista contemporáneo se podría formular de la forma siguiente:
“¡Resistir el Nuevo Orden Mundial, el mayor enemigo de la humanidad! ¡Aplastar el holocausto que está siendo preparado por la dirección imperialista y sus siervos!
¡Cambiar a nivel global, a través de las luchas y los movimientos, la correlación de poder a favor de las fuerzas del progreso, promoviendo la Comunidad Internacional de los Pueblos, que es el frente amplio de las clases y capas que luchan contra el Nuevo Orden Mundial y la sociedad dual!
¡Reconstruir, paso a paso, el movimiento comunista, la fuerza necesaria y decisiva que puede unir y ofrecer perspectiva a las luchas!
¡Construir el programa comunista, desechando cualquier cosa oxidada y anacrónica resultante de la dominación del revisionismo durante más de 30 años!
¡Difundir la posición  de la actualidad del socialismo y el comunismo como la única salida positiva a la barbarie capitalista!”.
¡Promoviendo y, principalmente, verificando esta Línea General, pensamos que el movimiento comunista de nuestra época abrirá nuevos caminos, conduciendo a la Revolución Proletaria del siglo XXI!

Epílogo
En este pequeño rincón del mundo, Grecia, los comunistas han mejorado y refundado continuamente su ideología de forma revolucionaria. La obra de Mao Tsetung será una gran arma y lección en su camino. La Organización Comunista de Grecia (KOE), continuará estudiando, absorbiendo, tomando ejemplo de Mao y de la Gran Revolución Cultural Proletaria. KOE prestará atención para completar los puntos más esenciales del maoísmo y de la Gran Revolución Cultural Proletaria, la necesaria elaboración del programa comunista moderno y la Línea General del nuevo movimiento comunista. En la actualidad, no puede existir marxismo revolucionario sin el maoísmo y la Gran Revolución Cultural Proletaria.
Honramos la lucha de Mao Tsetung y de los comunistas chinos. Honramos la Gran Revolución Cultural Proletaria conquistando, o reconquistando si es necesario, simples verdades marxistas, y profundizando nuestro conocimiento  en el curso de la evolución social. Hemos vivido revoluciones, pero ahora vivimos la dominación de contrarrevoluciones y nos preparamos para una nueva esperanzadora fase revolucionaria de luchas en todo el mundo.

Los comunistas griegos nunca olvidan las grandes verdades formuladas por Mao:
Debemos depender de nuestras propias fuerzas. Cuando los comunistas se desviaron de este principio, la victoria se alejó y nuevas adversidades golpearon a nuestros pueblos.
Debemos atrevernos a luchar, debemos atrevernos a vencer. Los comunistas deben estar preparados para la victoria, no deben sentirse como si fueran los últimos. Deben ser capaces de resolver problemas, de dirigir grandes batallas y grandes experimentos sociales.
Es justo rebelarse. Es correcto ir contra la corriente. Rebelarse contra la injusticia, la opresión y el revisionismo; ignorar las modas y las “soluciones” fáciles.
Debemos conquistar la dialéctica. Sin el materialismo dialéctico no es posible una refundación de nuestra ideología en una dirección militante.
El Partido dirige, no monopoliza. Contra el estrangulamiento de la iniciativa popular, contra las “soluciones sencillas”, contra los métodos administrativos.
Decimos no al “marxismo” de invernadero. Los marxistas no temen confrontarse a ideas erróneas. Sólo a través de la confrontación puede forjarse el marxismo, vigorizarlo e impedir que la revolución se “congele”.
La lucha de clases, las masas y su movilización, en última instancia, el ser humano, son los factores decisivos –no los técnicos, ni las armas, ni los expertos, etc. Las fuerzas productivas no son independientes de la lucha de clases y su desarrollo se ve afectado de forma decisiva por el rumbo de la lucha de clases.
Debemos servir al pueblo de todo corazón y con todo nuestro pensamiento. Debemos ser modestos y cuidadosos. Debemos protegernos de la arrogancia y la petulancia.
Todos los reaccionarios son tigres de papel. Debemos despreciarlos estratégicamente, pero tener tácticamente en cuenta al oponente ¡especialmente en la actualidad en la lucha desarrollada por los pueblos contra el Nuevo Orden Mundial imperialista y el imperialismo norteamericano!

Organización Comunista de Grecia (KOE)





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periodista obrero. Comunista (marxista-leninista). Antiimperialista, anticapitalista y antimilitarista.