El Gran Sol Rojo del Amanecer

miércoles, 26 de abril de 2017

Ecuador: Elecciones fraudulentas

                                                                                                    


Abril del 2017
¡LA LETRINA ELECTORAL Y LA PRESIDENCIA DE LENIN MORENO!

A pesar de que el pasado 2 de abril se realizó la segunda vuelta electoral para elegir al presidente del Ecuador, recién el 18 del mismo mes se hizo el recuento de 3.865 de actas cuestionadas por la oposición, dando como resultado el triunfo del oficialismo (Lenin Moreno) con el 51,16% contra el 48,84 de Guillermo Lasso (votos válidos)

Lo hemos sostenido ya, pocas veces se ha visto un proceso electoral tan complejo, lleno de irregularidades y sobre todo de la más burda y sinvergüenza manipulación de información por parte de las dos expresiones de la gran burguesía en contienda.

Durante todo el proceso de campaña, elecciones, reconteo y la proclamación de la lista ganadora, el escenario estuvo oscurecido por una densa nube de duda, corrupción, fraude, y mentira.

Pero esa nube nunca estuvo estática, inmóvil, por el contrario, se mostró oscilante, todo el tiempo se movió sobre el cielo de la burguesía burocrática, de la burguesía compradora y desde luego, por encima de las negras cabezas del revisionismo y del oportunismo de la izquierda rastrera del país. Nube que diluviaba mierda que se lanzan unos y otros, cada quién arrogándose el triunfo electoral y de por medio, las masas, las mayorías, instrumentalizadas por las distintas fracciones de la gran burguesía, arrastradas a defender la pantomima y paranoia electorera.

Pero también hubo la salvedad, 2’ 178.505 de empadronados  tomaron la correcta decisión de NO VOTAR, sin desestimar los 671.171 electores que optaron por el voto nulo y los 697.744 votantes que sufragaron el blanco. Blancos y nulos, que sin ser la manifestación correcta de frente a la gran mentira electoral de la vieja democracia, suelen mostrarse como manifestaciones de rechazo al proceso. De todas maneras la suma del ausentismo con blancos y nulos terminaros representando el  27,7% del universo de empadronados.

Pero a pesar de toda la podredumbre vivida durante las elecciones, hay que manifestar lo importante que ha sido todo este proceso para nuestro pueblo.

Es palmaria la decisión de un importante segmento de las masas de no creer en los procesos electivos y por lo tanto NO VOTAN. Esto es fundamental. Pero también lo es el trabajo que los maoístas desplegamos al respecto, que desde distintas estrategias logramos empujar a varios sectores en el seno del pueblo a abstenerse de participar en el sufragio. Como ejemplo citamos los resultados en una importante comunidad indígena-campesina de incidencia en su trabajo político. En la primera vuelta electoral la parroquia tuvo el  22% de ausentismo, siendo llevada a un 31% en la segunda vuelta, evidenciando la posibilidad de que con el trabajo consiente, decidido y de clase, se puede elevar el nivel de conciencia de las masas.

Es decir, para aquellos que dudan de las capacidades revolucionarias del proletariado y su partido, NO VOTAR es una consigna que debe ser permanentemente esgrimida ante el gran engaño al que son sometidas las masas, pero, que dicha consigna debe estar ligada íntimamente a otros aspectos como son el trabajo sostenido con las masas, la propaganda revolucionaria y sobre todo, desatar, aún con hechos limitados por los actuales niveles de desarrollo orgánico, acciones que busquen permanentemente impedir que las elecciones puedan llevarse  a cabo.

Pero también todo este proceso ha sido importante desde otro punto de vista. Quizá más que en otras oportunidades el revisionismo electorero de los hoxistas (ex MPD), y los dirigentes del reformismo pequeño burgués enquistado en el movimiento indígena (Pachakutik, Conaie,) han desnudado de manera más palmaria, su rastrero comportamiento entreguista y afable con el viejo estado al participar en el proceso electoral como lo han hecho desde sus inicios, pero no solo eso, al hacer filas a favor del candidato Guillermo Lasso y convertirse en los garroteros de la banca en las calles.

Y es que era habitual observar como dirigentes del ex MPD: Natacha Rojas, Lenin Hurtado, o los oportunistas como Lourdes Tibán y otros compartían tribuna con los archi retardatarios y reaccionarios como Lasso y Páez emitiendo sendas arengas a los manifestantes por la defensa y “recuperación” de la “democracia y la libertad”. Es decir, para la burguesía compradora y para el revisionismo, antes del régimen corporativista y fascista de Correa en el país había “democracia” y “libertad” y que es el momento de recuperarla en las calles. O, cómo miembros del Partido Comunista cabezón, (Partido Comunista del Ecuador), PCE (Partido Comunista Ecuatoriano), socialistas, dirigentes sindicales y campesinos vendidos, comulgaban con el oficialismo en “defensa de la democracia y la revolución ante la arremetida de la derecha en Latinoamérica”.
















Izquierda: Lourdes Tibán, Pachakutik.                                                                                        Imagen derecha, Mery Zamora,                                                                                                                                                                       dirigente de ex MPD


















Izquierda: Partido Comunista Ecuatoriano. Imagen derecha, saludos del PCE (cabezón) a triunfo de Moreno

Vaya estupidez; no solo en los propósitos, en los discursos de parte y parte, sino en la naturaleza ideológica de los actores políticos.

En definitiva, las lecciones que hemos sacado de este proceso son valiosas. Que podemos mejorar y profundizar el trabajo con las masas para propiciar que éstas NO VOTEN.

Que el nivel de trabajo con conducción y lineamientos políticos correctos pueden, en los hechos, generar las condiciones objetivas para debilitar la tramoya electoral y sujetos del nivel de desarrollo en la construcción que los instrumentos para la revolución de Nueva Democracia se puede, inclusive, impedir que estas se desarrollen como el viejo Estado pretende.

Por último, que no hay que perder la objetividad en la confianza que se debe tener en el proletariado y su rol como vanguardia de las masas explotadas y oprimidas. Es lo importante, mientras tengamos a la clase y su partido al frente, la victoria está garantizada, no importa el tipo de batalla y de escenario, la victoria es un hecho.

Hoy no nos queda sino fortalecer nuestra posición de clase en el seno del movimiento campesino, popular y obrero del país en aras de seguir haciendo lo que hemos venido trabajando durante todos estos años, preparar las condiciones para desatar la guerra popular, brega que se fortalece del trabajo cotidiano en el seno del pueblo, sin perder la perspectiva que nada habremos hecho sino combatimos, sobre la marcha, al revisionismo. 
Vamos a combatir a este régimen corporativista, fascista, como un soporte más a la preparación de la guerra popular en el país.



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Datos personales

periodista obrero. Comunista (marxista-leninista). Antiimperialista, anticapitalista y antimilitarista.