Se a hecho general costumbre, en diversos países y en Panamá - herencia del estilo de relaciones entre partidos “fraternales” predominante en los tiempos del revisionismo moderno en el poder –“partido padre –partido menor”, “partido en el poder y aquellos no la poder”, “partido grande y de masas y partido pequeño o en estadio inicial de crecimiento”, “partido con bastón de mando y partido de los mandaderos”, etc.-, en intento de callarles la boca y avergonzarles, ideológicamente, el denostar a los grupos organizativos y partidos maoístas en estadios de afirmación con eso de “cibermaoístas”, “huérfanos de vínculos con las masas” o de ser resultado de “un individuo o un grupillo de individuos”. Y, ¡zas se le bate la puerta en la cara! Esa costumbre, de mirar por encima de los hombros a los demás y entrarle a bastonazos a quién no comparta la propia opinión, una muy mala costumbre señorial feudal y no-marxista-leninista por lo que hemos visto, pone al desnudo la impotencia y la desviación liberal burguesa en materia de partido, de la relación de partido y masas, por la que se deslizan o andan.
No poseen cabal sentido histórico o la dialéctica de la construcción de un partido comunista de nuevo tipo, por ende fenómeno sujeto a sus propias leyes objetivas, les pasa por el costado sin que se den cuenta de ello. ¡Olvidan que ningún partido comunista nace grande o que nunca llegará a serlo en el contexto de la sociedad capitalista, inclusive en una sociedad socialista! Es la misma concepción leninista del partido leninista, como destacamento político y/o de vanguardia de la clase lo que realmente ponen en cuestionamiento. La cuestión de la oposición (subjetiva) Partido de cuadros y Partido de masas es una falsa cuestión, ello es el resultado de una visión revisionista moderna a la que, hoy, se continúa pagando tributo. Que, consciente o inconscientemente, se le da continuidad al revisionismo en la construcción y en las relaciones interpartidarias con los diversos países. De otro modo, cabria el marcarles con el staliniano apotegma de “marxistas de pacotilla”.
Otro delicado asunto, paralelo aquel de la construcción del partido comunista de nuevo tipo, es el grado de compromisos, de los niveles de unidad que el mismo pueda contraer con otros Partidos no marxistas-leninistas-maoístas en búsqueda de alcanzar concreto grado o dado nivel de unidad por la consecución de concretos objetivos políticos, tácticos o estratégicos. De si es dable, dados estos objetivos políticos concretos, mínimos o de más largo alcance, sin menoscabar nuestros principios, establecer unidad o alianza con quienes se nos han opuesto hasta la fecha y que ponen prácticamente de manifiesto su disposición de superar su sectarismo anticomunista y a adquirir tal o cual compromiso de lucha por demanda concreta.
No escribiré un ensayo sobre el tema, apenas esbozado arriba. Quizá podría hacerlo en un futuro próximo. Mí intención inmediata y circunstancial, en primer lugar, ha sido ofrecer un tema para futuro conversatorio entre Partidos y Colectivos adscritos al marxismo-leninismo, hoy Maoísmo, y comprometidos en generar un Partido Comunista de Nuevo Tipo y el campo de su actividad política camino a materializar la revolución social en cualquiera de sus etapas en que se encuentre. Ello no solo es posible, sino necesario.
En segundo lugar, con la ocasión, el presentar un artículo, aparecido en el rubro “Debate Abierto” en la Web del fraternal Partido Marxista Leninista Italiano, el cual se adentra maravillosamente al tema en cuestión. No está tratado el asunto exhaustivamente, pero el mismo remarca particularmente aspectos esenciales, generalizables, de las relaciones del Partido y las masas, de los partidos fundamentados en el pensamiento-guía de Mao Tse-tung; así como de aquellas que podrían ser establecidas con partidos marxistas-leninistas de la segunda etapa y aún con otros que trascienden nuestras fronteras ideológicas y políticas y proyecto de construcción internacional.
¿PUEDE UN PARTIDO PEQUEÑO HACER LA REVOLUCIÓN?
(Pregunta): “Gracias por vuestra respuesta… es propiamente verdad que no sois sectarios. Bah, sabía también yo que la revolución no es un hecho voluntaristas y que estalla cuando los tiempos están maduros. Y sabía que el PMLI se prepara para coger este momento y guiar a las masas. Aquello que no comprendo es: ¿CUÄNTO el pmli debe crecer para poder ser funcional a este objetivo? Porque si hace un poco las cuenta… ¿en 25 años cuánto habéis crecido? Sobre vuestra Organización saben que circulan sobre todo dos convicciones: (1) son fuera del mundo; (2) son siempre diez.
La primera no tiene importancia (cada uno d su opinión sobre los otros y esta opinión puede ser también errónea, dependiendo de que punto de vista se analizan y enjuician las cosas); La segunda al contrario es considerada, en términos ojalá de la presencia en el territorio. ¿Nos puede hacer un estimado en el tiempo, visto que ah estado trabajando de siempre no?¿De cuánto ah crecido como fuerza política en estos años? ¿Y cuánto deberán aún crecer? ¡Porque si es verdad sois siempre diez o se crecen cero como uno en 25 años (entonces) buenas noche a la revolución!
¿Me preguntan si he leído a Stalin? ¡Claro que no! Yo me fio de aquello que sobre él ha escrito Trotsky, los libros de historia y de aquello que he visto suceder en Rusia.
No se si ustedes divulgan también libros sobe Stalin… con todo los leería si me enviasen solo que lo valorizaría con cierto “prejuicio” sabiendo que vienen de vosotros que son stalinistas… de ahí tanto vale que no los lea.
Última cosa… ¡yo si tengo a mí partido y soy fuerte en mis ideas! Esto no está en contradicción con la curiosidad de ver y saber cono está allá en Ustedes.
Saludos militantes
Mara – Corbanese di Tarzo (Treviso)
Era nuestro deber proletario revolucionario y marxista-leninista responderte. Como hacemos con todos aquellos que nos escriben, salvo los provocadores y los fascistas.
Como tú mismo dices, el sectarismo no está en nuestro Partido, sino en quién si está lejano de nosotros. De nuestra parte buscamos la más amplia alianza no solo con quién es actor del socialismo, sino también con todas las fuerzas políticas, sindicales, sociales, culturales y religiosas que se baten de la parte del proletariado y de las masas para mejorar sus condiciones de vida y de trabajo.
Nos da placer que tú tengas abierto la confrontación y el diálogo con nosotros. Para la revolución indudablemente el número de miembros del Partido tiene su importancia, y nosotros trabajamos para devenir un gran Partido, de cuadros empero, no de masas. Pero la cosa más importante, y al final aquello que más cuenta, es el ligamen del Partido con las masas. Se puede ser en efecto un pequeño partido con un vasto ligamen de masas o un gran partido con un pequeño ligamen de masa.
Acaso sabrás que al 1º Congreso del Partido ruso, realizado en 1898, estaban presente 9 delegados. Lenin no estaba porque estaba deportado en Siberia. Al segundo congreso, en 1903, participaron 43 delegados de 26 organizaciones. Después de la revolución de febrero de 1917, los miembros del Partido eran de 40 a 45 mil. Aún en junio del mismo año los bolcheviques eran una minoría respecto a los mencheviques, a los socialrevolucionarios y a otros grupos. Guiaron la revolución socialista de Octubre con 240 mil.
Dado que Rusia entonces estaba habitada por 150 millones de personas e Italia de hoy sean 55 millones, a nosotros bastaría alcanzar la cuota de 80 mil militantes para estar en grado de dirigir y llevar a la victoria la revolución socialista italiana. Pero es por decir. Podremos ser entonces de más o de menos, aquello que cuenta, repetimos, es el ligamen con las masas, en `primer lugar con el proletariado.
Cuando iniciamos nuestra Larga Marcha Política y Organizativa, en septiembre de 1967, éramos cuatro, hoy somos algunos centenares repartidos en casi todas las regiones de Italia. Actualmente insuficientes para la revolución como también para la actual lucha de clase. Nosotros ponemos todo para aumentar de número pero hay grandes obstáculos, entre los cuales el black-out de prensa, la falta de fondos y de medios, que nos impiden de crecer más velozmente. No obstante, de que existamos como Partido desde hace 28 años, no considerando los diez precedentes años de la preparación, la realidad es que aún somos desconocidos de casi la totalidad de nuestro pueblo. Todavía constatamos que más y más somos “descubiertos” por los sinceros autores del socialismo se alarga progresivamente la cadena de militantes, de simpatizantes y de amigos del PMLI. Es necesario dar tiempo al tiempo, sin jamás descorazonarse, sin las ansias del gran número, es haciendo aquello que es nuestro deber hacer en base a las fuerzas y a los medios de los cuales disponemos.
En todo caso es necesario tener presente, también en base a la experiencia de la revolución socialista rusa, que el desarrollo de la lucha de clases, y cuando especialmente se realiza la situación revolucionaria, mescla de tal manera las cartas organizativas que una fuerza pequeña verdaderamente revolucionaria y marxista-leninista deviene rápidamente grande, de estar en grado de absolver todas las tareas revolucionarias insurreccionales. Por esto miramos con confianza hacia el futuro del proletariado y de nuestro amado Partido. Entretanto, repetimos, hacemos bien aquello que podemos y debemos hacer hoy. Este es el deber de los actuales autores del socialismo. El mañana, con nosotros o sin nosotros, será el fruto también de aquello que hacemos hoy.
Sobre Stalin tú te fías completamente de aquello que a escrito Trotsky sobre de él. No nos parece correcto. Nuestro Partido al contrario nos educa a sentir siempre las dos campanas, sobe cada cosa, y a razonar con la propia cabeza buscando la verdad en los hechos. Nosotros nos hemos cuadrado con Stalin poniéndolo en confrontación con Trotsky y analizando desde un punto de vista de clase y marxista-leninista la gran experiencia histórica de la dictadura del proletariado en la URSS.
Con todo si propio no te hace leer las obras de Stalin, podrías leer aquellas de Lenin que, como sabrás, a un cierto punto ha definido a Trotsky “judacito”.
Hemos escrito mucho sobre Stalin y sobre la URSS, y estamos dispuestos a enviarte algunas cosas en homenaje porque te remueva tus “prejuicios” hacia nosotros “stalinistas”, en realidad marxistas-leninistas.
No tenemos prejuicios hacia los trotskystas de buena fe y no antimarxistas-leninistas, ¿por qué entonces deberías tenerlos tú hacia nosotros? En todo caso aquello que cuenta, aquello que deberá estar arriba de todo son la verdad de clase y el bien supremo del proletariado y de la revolución socialista.
Hemos perfectamente comprendido que si tienes tú partido y que eres fuerte en tus ideas, pero esto no significa que debas cerrarte en tus actuales certezas. Un discurso que vale obviamente también para nosotros. Ente autores del socialismo de buena fe y sinceros sí se puede intercambiar tranquilamente las propias opiniones y los propios puntos de vista. Después cada uno se mantiene en sus propias ideas, o las cambia si aquellas del otro parecen más justas. Es normal. En uno y en el otro caso es necesario, también, pensar que cosas se pueden hacer juntos para combatir el capitalismo y conquistar el socialismo, o simplemente para aliviar a las masas del sufrimiento de la opresión y de la explotación patronal, gubernamental y del régimen neofascista, presidencialista y federalista.
… Saludos militantes.
3 de noviembre de 2005
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