por: Quibian Gaytan
A ojos vista,
gracias a la actividad combativa del Movimiento sindical escapado al control del gobierno de la CNA, la
situación general se desliza hacia una crisis revolucionaria. Luego de la
huelga y la masacre de los mineros Marikana, la que ha dejado una cincuentena
de muertos y numerosos heridos, el movimiento huelguístico se extiende en el
país cual olas de un zunami.
Seguido a aquella
que ha involucrado a los trabajadores de Lonmin (Marikana), inspirados en su
ejemplo, como un reguero de pólvora se ha extendido e involucrando, no sólo, a
los mineros de oro, platino y cromo, sino a aquellos del transporte en huelga desde
el martes pasado. Cuyo Sindicato, agrupando a unos 28000 camioneros, ha aducido
los bajos salarios y las pésimas condiciones de labores como motivo de la
declaración de huelga por un aumento salarial de un 12% para los años 2013-14.
Las llamadas “huelgas
salvajes”, por no “beneficiarse” del apoyo del gobierno y por eso mismo el
repudio de los bonzos sindicales del NUM (afecto al partido gobernante), han
estallado sucesivamente en la Anglo-American
Platinum (Amplats) desde hace dos semanas, Gold Fields, Anglo Gold
Ashanti y Kopanang.
En vista del inexorable
deterioro de las relaciones entre obreros y capitalistas (monopolistas), en
desesperado intento de atajar eso, el gobierno, con el respaldo de la NUM, ha
emplazado a los huelguistas de que “deben tornar de nuevo al trabajo”. En
respuesta, estos últimos han exigido la renuncia de los funcionarios del NUM en
vista a su tradicional y traidora política colaboracionista con el gobierno de
la ANC y los capitalistas mineros.
De su parte el presidente Jacob Zuma, reflejando la impaciencia y el
temor de la burguesía y monopolios
mineros, ha señalado que los paros en el
sector minero en los últimos nueve meses ha costado a la economía cerca de 4,5
mil millones de rands ($ 534 millones, 415 millones de euros).
Así, tomando
la actitud “positiva” del gobierno, la empresa Gold Fields ha obtenido
interdictos contra los trabajadores que han estado huelgueando desde el 9 de
septiembre para dos de sus operaciones en la cuenca de oro al oeste de
Johannesburgo: “La empresa ha recibido interdictos urgentes para KDC Occidente
Beatrix ( una explotación minera) y está solicitando un interdicto por el resto
de la mina Beatrix”, han informado voceros de la misma. Luego termina amenazadoramente:
“La compañía está evaluando todas las operaciones para hacer frente a las
huelgas ilegales”.
Y todos
sabemos que significan tales palabras. Que, para impedir las ganancias sigan
cayendo y que los monopolios mineros y los capitalistas sigan beneficiándose
tranquilamente del saqueo y depredación de las riquezas de los suelos de Sudáfrica
y de paso asegurar la sobreexplotación a que someten a los obreros mineros, el
gobierno tiene en sus manos el recurso de la ilegalización del movimiento huelguístico
y el de dar nueva carta blanca a la policía y al ejército para reprimir y
masacrar al pueblo trabajador sudafricano.
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