lunes, 27 de octubre de 2014

UOC (MLM) DE COLOMBIA: ¡VIVA LA REVOLUCIÓN DE OCTUBRE, FARO LUMINOSO DEL PROLETARIADO MUNDIAL!










¡VIVA LA REVOLUCIÓN DE OCTUBRE, FARO LUMINOSO DEL PROLETARIADO MUNDIAL!

 Hace 97 años triunfó la gran Revolución de Octubre en Rusia y cambió radicalmente la historia de las anteriores revoluciones que sustituían a unas clases explotadoras por otras igualmente explotadoras.

 La Revolución de Octubre no solo derrocó a los explotadores en Rusia, sino que instauró un nuevo Estado de dictadura de los explotados, como el instrumento necesario en la época del imperialismo para suprimir toda clase de explotación del hombre por el hombre, y con ella, suprimir toda diferencia de clase en la sociedad.

 La Revolución de Octubre enseñó al proletariado mundial a plantearse correctamente el problema del poder político, no por el camino parlamentario reformista de “tomarse” el Estado reaccionario y hacerle “remodelaciones democráticas”; sino por la vía de la violencia revolucionaria donde las masas armadas destruyen el viejo Estado, órgano de la dictadura de la clase de los explotadores, y construyen un nuevo y último tipo de Estado en la historia de la sociedad: la Dictadura del Proletariado.

 La Revolución de Octubre enseñó que si el pueblo se une, se organiza dirigido por el Partido político del proletariado y se atreve a alzarse en armas contra las clases dominantes opresoras, las derrumban y hace pedazos su poder, como en efecto lo demostraron los obreros, campesinos y soldados rusos, quienes derribaron el poderoso imperio zarista, derrocaron el poder de los terratenientes y de la burguesía, derrotaron militarmente la intervención de los países imperialistas de la Entente, apoyada por sus testaferros contrarrevolucionarios internos, quienes pretendían destruir a sangre y fuego el naciente poder de los Soviets, el nuevo Estado de Dictadura del Proletariado. 

Más tarde, al final de la Segunda Guerra Mundial, nuevamente el Ejército Rojo y las Milicias obreras y campesinas vencieron la gigantesca invasión de las tropas hitlerianas, convirtiendo los territorios de la URSS, de Europa oriental y de la propia Alemania, en cementerio para el imperialismo nazi.

 La Revolución de Octubre rompió las cadenas de la explotación de clase y a la vez, las cadenas de la opresión nacional y colonial en el gran imperio zarista, enseñando a los pueblos del mundo a juntar sin disolver una en la otra, la lucha de clases y la lucha nacional. En particular, enseñó a los obreros y campesinos de las diversas naciones, a resolver sus diferencias sobre la base de la confianza y ayuda mutuas, del interés socialista común, con la política proletaria de la fraternidad internacionalista opuesta a la política burguesa de los odios y guerras entre pueblos por sus diferencias nacionales.

 La Revolución de Octubre, en tan solo 30 años de construcción del socialismo bajo la dictadura de los obreros y campesinos, demostró al mundo que en la nueva sociedad socialista el pueblo sí progresa y disfruta lo que produce su trabajo, porque las relaciones entre los hombres son de colaboración, no de explotación; la socialista es una sociedad muy superior a la caduca y descompuesta sociedad capitalista donde la prosperidad y bienestar es solo para las clases explotadoras parásitas.

 La Revolución de Octubre enseñó a los pueblos de los países oprimidos semifeudales, que en la actual fase imperialista o de descomposición definitiva del capitalismo, ya no es indispensable un desarrollo capitalista con dictadura burguesa en cada país para avanzar al socialismo. Enseñanza que el pueblo chino dirigido por el Partido Comunista, llevó a la práctica, demostró su veracidad y desarrolló con creces en la Revolución de Nueva Democracia triunfante en 1949, como primera etapa de la Revolución Socialista, cuyo nuevo y mayor avance en el aprendizaje del proletariado para gobernar la sociedad y construir el socialismo, fue la Gran Revolución Cultural Proletaria (1965 -1976). 

 La Revolución de Octubre enseñó al Movimiento Comunista Internacional, que el derrocamiento de los explotadores es imposible sin vencer el oportunismo, su destacamento político en el seno del movimiento obrero. Tal enseñanza fue por partida doble: tanto en su triunfo de la Revolución en 1917 donde los partidos oportunistas fueron aislados de las masas y sumidos en el desprestigio, como en la derrota de la Revolución Socialista en 1956, no por los enemigos externos ni por el cerco imperialista, sino por los enemigos internos, por la nueva burguesía “socialista” camuflada en el Partido y en el Estado, cuyas teorías revisionistas falsificaron el comunismo, socavaron la Dictadura del Proletariado, restauraron la dictadura de la burguesía y el régimen de la explotación asalariada, conservando la máscara “socialista y comunista” hasta 1989 cuando Gorbachov con la Perestroika legalizó el “sistema del libre mercado”; es decir, el sistema de la explotación asalariada. 

En China también los revisionistas hicieron su trabajo en favor de los nuevos explotadores, quienes al mando del Estado y del Partido “comunista”, todavía conservan ciertas formalidades “socialistas” para disimular la restauración del capitalismo y de la dictadura burguesa imperialista sobre el pueblo, para ocultar que el gran crecimiento económico se basa en la apropiación burguesa de los poderosos medios socialistas de producción, en la superexplotación del proletariado, el despojo de los campesinos y la dominación semicolonial sobre otros países de África, Asia y América Latina.

La Revolución de Octubre inauguró la nueva Era de la Revolución Proletaria Mundial, necesaria para resolver las contradicciones antagónicas en las cuales el imperialismo ha embrollado a toda la sociedad; única fuerza capaz de enfrentar, derrotar y sepultar este sistema mundial de opresión y explotación. La Revolución Proletaria Mundial avanza a través de triunfos y derrotas, en un movimiento cuya trayectoria de conjunto es ascendente como tendencia histórica principal en la época del imperialismo, donde las condiciones objetivas del mundo día por día son más favorables para la transformación revolucionaria de la sociedad; las únicas condiciones que no están listas, son las subjetivas, las del Movimiento Comunista Internacional, cuya unidad se debate en una lucha de líneas contra el peligro principal revisionista, combatiendo la confusión, dispersión e impotencia, en la teoría y en la práctica de los marxistas leninistas maoístas, siendo la Revolución que en la India avanza por el camino de la Guerra Popular, la vanguardia actual de la Revolución Proletaria Mundial.


 Frente a las amargas derrotas sufridas, son muy distintas las posiciones de cada clase. Aunque toda derrota trae retroceso y causa abatimiento en las filas revolucionarias, para el proletariado, las pérdidas de Rusia y China no son más que derrotas temporales de una causa cuyo triunfo final lo hacen inevitable las leyes del desarrollo social; por el contrario, los enemigos de clase —imperialistas, burgueses y terratenientes— jubilosos proclamaron la derrota definitiva del comunismo. Por su parte, la pequeña burguesía vacila entre ambas posiciones y lo manifiesta al interior del Movimiento Comunista, donde las derrotas han infundido dos tipos de divergencia: una de carácter antagónico, con el revisionismo que declara “cerrado el ciclo de octubre” y “agotada la oportunidad histórica del proletariado” para gobernar y dirigir la sociedad; que renuncia a la violencia revolucionaria invocando la lucha constitucionalista por la “democracia total” en el Estado burgués; que convierte la consigna del comunismo en letra muerta, al renunciar al Estado de Dictadura del Proletariado en la sociedad socialista, único camino para avanzar a la sociedad comunista, alegando necesaria una “reformulación post marxista” de la teoría, para corregir el “totalitarismo” de la Dictadura del Proletariado sobre la nueva burguesía en el socialismo, para ampliar la democracia a los explotadores mediante el “multipartidismo” y el “derecho a disentir”, en pocas palabras, ¡para renunciar en toda la línea a las enseñanzas de la Revolución de Octubre! La otra divergencia, no es antagónica sino legítima en la lucha por una Línea General para la unidad del Movimiento Comunista Internacional, y se manifiesta frente a la vía insurreccional de la Revolución de Octubre, menospreciada y hasta condenada por algunos comunistas que la contraponen arbitrariamente con la vía de la Guerra Popular Prolongada seguida en la Revolución China, olvidando que en la experiencia histórica militar de la revolución proletaria, la insurrección lejos de ser contraria, ha sido parte de la guerra popular de los obreros y campesinos; no se trata de una disquisición doctrinaria, sino de la forma necesaria de guerra popular de acuerdo al carácter de una sociedad concreta y al análisis de clases en países concretos.

Defender la Revolución de Octubre, implica reconocer que sigue siendo el faro luminoso del proletariado mundial para emanciparse y emancipar a la humanidad; que sus enseñanzas esenciales son válidas para toda la época del imperialismo, porque se corresponden con la esencia de la Revolución Proletaria Mundial. En palabras de Stalin: “La Revolución de Octubre no se puede considerar sólo una revolución circunscrita "a un marco nacional". 

Es, ante todo, una revolución de carácter internacional, de carácter mundial, pues representa un viraje radical en la historia de la humanidad, un viraje del viejo mundo, del mundo capitalista, al mundo nuevo, al mundo socialista.” 

Comité Ejecutivo – Unión Obrera Comunista (mlm) Colombia, Octubre 27 de 2014

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