lunes, 23 de noviembre de 2015

Contra el régimen fascista de Correa la rebelión se justifica!



Noviembre 2015

LA CAPUCHA, ES EL ROSTRO DEL PUEBLO QUE LUCHA


La desmovilización organizativa, política e ideológica de las organizaciones populares y sindicales del país no es propiciada por el régimen fascista de Correa sino por el revisionismo y el oportunismo electorero autoproclamado como de “oposición”.

Ya es de conocimiento popular que organizaciones sindicales, populares y algunos partidos políticos como el PCE (cabezón), socialistas, miristas, alfaros,…han coludido con el régimen fascista para desplegar un proceso reformista, terrateniente-burocrático y corporativista que requiere neutralizar la organización y lucha popular para poder materializar sus objetivos; no obstante, otras organizaciones lideradas por los “otros izquierdistas”, aquellos que desde la llamada oposición convocan a las masas a la movilización con finos intereses electoreros-burocráticos, porque tienden a empujar a que el pueblo siga transitando los vericuetos del camino  constitucionalista demo burgués-terrateniente, que es el camino de la reacción y del imperialismo.

La última movilización del 11 de noviembre, trabajadores dirigidos por el Frente de Defensa de los Derechos de los Trabajadores de Imbabura cuyo elemento de identidad pasa, entre otras cosas, por no permeablizar en sus filas a elementos comprometidos con la voracidad electorera de la falsa dirigencia sindical, realizaron una marcha de protesta en contra de las enmiendas constitucionales y demás medidas anti populares que despliega el régimen de Alianza País.

Lo importante de esta movilización además del sostenido combate al régimen también se manifiesta en la permanente lucha en contra del revisionismo y oportunismo de la llamada “oposición” que se muestra más descarada y con claros afanes de desmontar la creciente protesta popular para dar paso a sus desafueros electorales.

Si bien es cierto en la provincia de Imbabura tanto el régimen como el revisionismo electorero han perdido capacidad de convocatoria, en el caso de la oposición se expresa como una reacción de las masas que poco a poco visualizan plenamente las intenciones de la dirigencia oportunista que evidencia sus  intereses electoreros y porque las masas, sobre los hechos, han podido palpar que dichas convocatorias no conducen a nada salvo agotar y dispersar a las masas.

En la ciudad de Quito la oposición se ve neutralizada en algo por la movilización pro gubernamental. A esto hay que sumarle que son los propios dirigentes revisionistas que cabalgan en la organización sindical, popular y campesina los que persiguen en las manifestaciones  a quienes verdaderamente  salen a protestar,  a quienes también  lo hacen cubiertos con pañuelos o pasamontañas  los rostros bajo el espurio argumento de que son “infiltrados” que quieren “violentar” la lucha popular.

Es decir, son los mismos dirigentes revisionistas los que se encargan –al interior del pueblo- de hacer de policía para colaborar y ponerle límites a las marchas y no permitir que la rebelión tome el cauce que debe tomar elevando los niveles de combatividad y lucha de las masas para dejarlas o estabularlas en meras comparsas sumisas ante las amenazas del fascista y de su instrumento punitivo-carcelario, el nuevo código integral penal.

 El régimen se preocupa y se asusta porque en las movilizaciones hay encapuchados. Entendible. Ven combatividad, ven otro tipo de organización en el seno del pueblo.

El revisionismo y oportunismo de oposición también se asusta y preocupa de que en las movilizaciones haya compañeros cubiertos sus rostros con pañuelos y capuchas. También es entendible. ¿Por qué? Porque ellos, los dirigentes oportunistas  no quieren que la lucha tenga el fundamento y dirección que debe tener, entonces terminan coludiendo con la represión y con el régimen en sus esfuerzos por neutralizar la creciente lucha popular.

La capucha es la manifestación de rebeldía, de descontento popular, es el rostro del pueblo que lucha.

Pero el colmo del oportunismo y del revisionismo va más allá. Incitan a las bases para que capturen a los “encapuchados”, para que aíslen a los combativos, a los que quieren luchar, a los que hacen pintas, a los que quieren combatir firmemente a las fuerzas represivas del régimen.
Hay que detener y combatir ese miserable oportunismo de estos “rebeldes de guante blanco”. Ya salieron anteriormente con brocha en mano a borrar las pintas combativas del pueblo y que encuentran en las paredes de la ciudad el lugar propicio para manifestar su odio de clase al régimen. Hoy van más lejos aún, son los nuevos guachimanes del régimen en las marchas de oposición al gobierno.
No se puede tolerar y aceptar la pusilanimidad de la dirigencia de la oposición. Hay que fortalecer la lucha popular, atizarla, encarnar en las masas la necesidad de ser más decisivos en la confrontación al régimen fascista.

Hay la necesidad de remecer el país y al gobierno para que entienda que su estrategia de oponer masas dirigidas por el pútrido revisionismo contra masas rebeldes; que sostener dirigentes estabulados en el marco legal y que no quieren perder la perspectiva electoral de frente a las próximas elecciones no son el requerimiento del pueblo.¿Qué necesitamos? Organizaciones populares y sindicales con dirigentes probos, honestos, identificados profundamente con los intereses de la clase y del pueblo. Dirigentes que tengan la capacidad de procesar las expectativas de las masas para transitar a una lucha objetiva, más dinámica y que logre romper la estabulación estatal a la que está sometida.

¿Qué hacer? Identificar y combatir a los falsos dirigentes populares y sindicales. Desenmascararlos ante las masas. Cualificar y cuantificar de mejor manera la organización y movilización popular. Que el régimen sienta que combate a hombres y mujeres con conciencia política, de clase, revolucionaria que no está pendiente del cálculo electoral y que está consciente que solo con organización, movilización y lucha se conquistan derechos y defienden libertades.

Vamos a organizar el cierre de calles, carreteras. Vamos a realizar movilizaciones que expresen no el letargo de los corderos sino la vivacidad y fuerza de la clase que está dispuesta a luchar por encima de los límites que le interpone el viejo estado, la represión y desde luego la falsa y corroída dirigencia sindical de viejo cuño.

¡A LUCHAR CONTRA EL REVISIONISMO Y EL OPORTUNISMO!
¡POR UNA LÍNEA CLASISTA Y REVOLUCIONARIA!
¡VIVA LA LUCHA SINDICAL!
¡VIVA LA LUCHA DEL PUEBLO DEL ECUADOR!
¡VIVA LA ALIANZA OBRERO-CAMPESINO-POPULAR!

¡A COMBATIR AL RÉGIMEN FASCISTA DE RAFAEL CORREA Y SUS LACAYOS!

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