Comunicado de RBC ante las elecciones del 20D en España: NI UN VOTO
COMUNISTA ANTE LA PRÓXIMA FARSA ELECTORAL
NI UN VOTO COMUNISTA ANTE LA
PRÓXIMA FARSA ELECTORAL
1.- Las llamadas elecciones “democráticas” no son más que un mecanismo
de autolegitimación mediante el cual el régimen capitalista pretende prolongar sine
die la dictadura de la clase burguesa.
2.- La participación de siglas reformistas, progresistas,
“anticapitalistas” o “comunistas”, en las mascaradas electorales de la
burguesía no sólo contribuye al único propósito por el que, en realidad, se
celebran éstas –legitimar políticamente el sistema de explotación capitalista–,
sino que también coadyuva a inculcar en las masas populares la idea errónea y
en extremo perniciosa de laimposibilidad de superar los límites
políticos, económicos, culturales, etc., que constituyen en sí mismos la
dictadura burguesa. Dicha idea es la antítesis de la lucha de clases,
entendida no sólo como motor de desarrollo histórico, sino –¡y ante todo!– como combate por
el poder.
3.- Los partidos políticos que se presentan a las elecciones blandiendo
un mensaje reformista, progresista, incluso “anticapitalista” o “comunista”,
son un síntoma al mismo tiempo de la debilidad y de la fortaleza del movimiento
obrero. Debilidad, porque en plena crisis capitalista, la burguesía no ha
necesitado hasta la fecha organizarse políticamente bajo la forma de dictadura
terrorista abierta, lo que indica que, a corto plazo, no ve en peligro
su posición como clase dominante. Y fortaleza, pues al calificar en sus medios
de propaganda como “antisistema” el soez oportunismo de grupos como Podemos,
IU, Bildu, etc., la burguesía demuestra hasta qué punto su dictadura sigue
necesitando el embeleco socialdemócrata de siempre para aherrojar a la clase
obrera en el círculo diabólico de la esperanza-desilusión-desmovilización.
4.- Las llamadas elecciones “democráticas” son el terreno que
la burguesía trata de imponer a la clase obrera para el combate político, a
sabiendas de que allí, en ese campo de batalla elegido por ella, cuenta con la
completa seguridad de aniquilar sistemáticamente a la clase trabajadora. De ahí
el afán de la propaganda burguesa por presentar sus farsas electorales como un
escenario de confrontación política neutral, abierto a todos en
igualdad de condiciones y en el que “todo es posible”.
5.- La experiencia histórica demuestra que las victorias electorales de
la clase obrera sobre la burguesía han estado siempre precedidas de una intensa
lucha de clases, al calor de la cual se ha forjado un movimiento obrero pujante
y combativo. No se ha dado, sin embargo, ni un solo caso histórico en el que de
un proceso electoral organizado por la burguesía haya surgido un movimiento
obrero semejante, capaz de transformar en sociedad socialista una sociedad
capitalista.
6.- En las escasas ocasiones en que, por vía electoral, fuerzas
revolucionarias representantes de la clase obrera han llegado al “poder”, la
burguesía ha llevado la confrontación al terreno de la política
cruenta, es decir, al terreno de la guerra o de
la más amplia represión. O lo que es lo mismo, visto desde otra
perspectiva: El poder –entendido como dictadura de una clase
sobre otra– no nace de las elecciones, ni siquiera de las victorias
electorales.
7.- Por todo ello, la Red de Blogs Comunistas (RBC) exhorta a todos los
comunistas a no participar con su voto en la próxima farsa electoral. Como bien
sabe la burguesía, que no ceja en su ofensiva –algo de lo que debería adquirir
conciencia clara la clase trabajadora–, el poder sólo se toma mediante la
lucha, la lucha de clases organizada por el Partido, y ningún paripé electoral
va a cambiar el estado de las cosas, ni para los que ejercen la dictadura
ni para los que la padecemos.
8.- Por último, la RBC quiere recordar aquí las palabras de Carlos Marx
en las que dejaba nítidamente claro que “el poder político” no es más que “la
violencia organizada de una clase para la opresión de otra”, y que, como
puntualizó Mao Tse-Tung, “el poder nace del fúsil”. La clase obrera no debe
resignarse a someterse a las reglas del juego impuestas por la clase dominante,
sino que debe pasar a la ofensiva, que es el único camino que lleva a la toma
del poder y hacia su liberación.
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