¡Continuar la Revolución
bajo la Dictadura del Proletariado!
El desarrollo del
Marxismo ha sido un proceso dialéctico, impulsado por contradicciones,
superando con grandes saltos las crisis en que lo ha sumergido el oportunismo,
caracterizándose su movimiento zigzagueante por un desarrollo a manera de
espiral, en últimas progresivo. El desarrollo del Marxismo, no podía ser de
otra forma pues es el reflejo consciente del propio desarrollo de las
contradicciones de la sociedad y de la naturaleza, cuyo movimiento tampoco es
rectilíneo sino dialéctico. El desarrollo del Marxismo va de la mano del
progreso o descenso de la lucha de clases en la sociedad.
Fue la continuidad
de la lucha de clases bajo el socialismo, la causa social de la gran crisis
precipitada por el revisionismo moderno en las décadas de los 50 y 60, pero al
propio tiempo, la lucha contra el revisionismo moderno, -reflejo de la lucha de
clases en la
La Gran Revolución
Cultural Proletaria, esto es, la comprensión consciente de la necesidad que
tiene el proletariado de continuar la revolución bajo su dictadura, ha sido el
producto más cualificado de la lucha contra el revisionismo. Ha sido el más
profundo desarrollo logrado por el proletariado en la cuestión fundamental de
la revolución proletaria, en la esencia del Marxismo: LA DICTADURA DEL
PROLETARIADO.
Con el desarrollo
maoísta del Marxismo Leninismo, se corroboró y se avanzó en teória y práctica
en la comprensión y ejercicio de esa gran verdad del Leninismo: la Dictadura
del Proletariado, como la piedra de toque para diferenciar entre el Marxismo y
el Revisionismo.
El reconocimiento
de «Continuar la Revolución bajo la Dictadura del Proletariado»
como la más importante contribución del Maoísmo en el desarrollo del Marxismo
Leninismo, es parte fundamental de la base de unidad sobre la cual se ha ido
construyendo el Movimiento Revolucionario Internacionalista -MRI.
Ese aporte fundamental
del Maoísmo no fue caído del cielo, sino que es fruto selecto de la lucha
contra el revisionismo moderno en las condiciones de la Dictadura del
Proletariado; es el resultante de la lucha contra el oportunismo en una gama de
aspectos que van desde el combate al idealismo y la metafísica en el terreno
filosófico, hasta la lucha contra las concepciones aburguesadas sobre el
comunismo científico. El hilo conductor de todo este amplio frente de lucha en
que ha combatido el Maoísmo, ha sido la continuidad, el desarrollo, la
cualificación de principios y teorías que el Marxismo Leninismo ya había venido
desarrollando en el fragor de la lucha de clases y en polémica intransigente
contra el oportunismo.
A continuación haré
mención a los principales hitos de esta contienda, en calidad sola referencia,
pues considero que entender el Marxismo Leninismo Maoísmo como el desarrollo
cualitativo y cuantitativo del Marxismo Leninismo, ELEVÁNDOLO A UNA NUEVA Y
SUPERIOR ETAPA, debe ser objeto de un estudio detenido que profundice las
contribuciones que al respecto ya han venido presentando los partidos
integrantes del MRI.
La Revolución en los países atrasados
Desde los albores
de la vinculación del Marxismo a la lucha de clase de los proletarios, Marx y
Engels habían comprendido la gran importancia que tenía la dirección de los
obreros en las propias revoluciones burguesas, alertando contra la tendencia, o
a quedarse en el papel de «extrema oposición»,
o en la pasiva espera a que el capitalismo se desarrollara para poder pensar en
revolución. Ejemplo de esta posición de los marxistas es el profundo estudio y
las enseñanzas que Marx y Engels extraen de la lucha de la clase obrera en las
revoluciones de 1848 en Europa.
Fue la cuestión de
si el proletariado dirige o no la revolución democrática, la que deslindó a
Bolcheviques y Mencheviques a partir de 1905, deslinde en el cual el Leninismo
colocando el marxismo como guía y el «análisis concreto de la
situación concreta» como centro, pudo desarrollar el punto de vista
de Marx de que el proletariado no sólo puede, sino que está obligado a dirigir
la revolución en los países donde el capital no es el blanco principal a
golpear en una primera etapa de la revolución.
Lenin y Stalin en
lucha contra el trotskismo profundizaron y defendieron el punto de vista de
Marx sobre la revolución permanente, como revolución ininterrrumpida, -primero
contra el feudalismo y luego contra el capitalismo- cuyo hilo de engarce
fundamental es la dirección del proletariado. La teoría de la revolución ininterrumpida
y por etapas fue la cuestión de deslinde con el trotskismo y el menchevismo, y
sólo pudo convertirse en teoría científica de la estrategia del proletariado,
porque se basó en el análisis materialista de la sociedad, y en la comprobación
del Materialismo Histórico de que no era inevitable la etapa de desarrollo
económico capitalista con dictadura burguesa en los países atrasados.
La Revolución
Proletaria de Octubre, fue el puntillazo certero al oportunismo menchevique y
trotskista quienes habían levantado una muralla china entre la revolución
democrática y la revolución socialista. Fue la Revolución de Octubre el suceso
proletario inaugural de una nueva era: la Era de la Revolución Proletaria
Mundial, la era de caducidad de la vieja revolución burguesa, la era en que la
revolución contra el imperialismo y el feudalismo lleva agua al molino de la
Revolución Proletaria y no al de la revolución burguesa.
Le correspondió a
Mao Tse-tung continuar desarrollando este aspecto del Marxismo -la revolución
en los países atrasados-, en la era de la revolución proletaria. Contrario a la
creencia vulgar de que el Maoísmo es un «marxismo chino», Mao Tse-tung como
consecuente y brillante materialista que fue, tomó como GUÍA el Marxismo
Leninismo y como CENTRO la realidad china, y encontró que el proletariado
además de dirigir la Revolución Agraria en una China semifeudal, debía dirigir
la Revolución Anti-imperialista en una China semicolonial. El análisis de las
contradicciones en esa específica sociedad, lo llevó a comprender que la clave
estaba en la combinación correcta de esas dos grandes tareas de la revolución
china.
Como el
imperialismo generaba lucha de diversas clases -incluidos sectores de la
burguesía-, consideró como la estrategia correcta para la revolución china, la
formación de un Frente Unico dirigido por el proletariado a través de su
Partido que llevara a cabo una gran guerra revolucionaria de carácter popular y
prolongado contra el feudalismo y el imperialismo, hasta liberar a China de la
opresión semicolonial y de las relaciones sociales semifeudales, construyendo
desde el comienzo un poder paralelo al poder reaccionario, -Bases de Apoyo-
hasta extenderlo por todo el país.
Mao Tse-tung
denominó a esa revolución: de «Nueva Democracia»,
que si bien en un comienzo consideró debía tener un Estado con poder proletario
compartido con otras clases, como un rodeo obligado por la correlación de
fuerzas y por las condiciones particulares de la sociedad y la revolución
china, más tarde la Revolución Cultural profundizó la comprensión de la Nueva
Democracia, concluyendo que en esencia era una FORMA DE DICTADURA DEL
PROLETARIADO por ser dirigida por la clase obrera y su partido, por ser una
revolución en la era de la Revolución Proletaria, por tener como rumbo la
revolución socialista, por allanarle el camino al socialismo.
La teoría de la
Guerra Popular Prolongada fue fruto de la aplicación creadora del Marxismo
Leninismo a las condiciones concretas de un país semifeudal y semicolonial; fue
aplicación en el terreno militar del principio del Marxismo Leninismo sobre el
papel de las masas como hacedoras de la historia.
Ese principio había
tomado forma no sólo a partir de la comprensión materialista de la historia
lograda por Marx y Engels, sino también en la lucha práctica en el movimiento
obrero contra el anarquismo de los bakuninistas y blanquistas en la Comuna, de
los terroristas de «Voluntad del Pueblo» en Rusia, de
los eseristas en Octubre, de los puchistas y ultraizquierdistas en China,
quienes en conjunto pisoteaban el papel histórico de las masas, con las botas
del «puñado de héroes» y la ilusión en que mediante sus acciones aisladas
podrían «tomar» el poder y «entregarlo» a las «inermes» masas populares.
La teoría maoísta
sobre la Guerra Popular Prolongada, no sólo rescató el verdadero papel de las
masas en la historia, sino que desarrolló el principio materialista de que «la guerra es la continuación de la política por otros medios»,
y en este sentido precisó como guía básica el principio de que «la política dirige al fusil y no al revés», es decir,
que es el partido quien dirige la lucha armada, y no el ejército el que se
convierte en la fuerza política dirigente de la lucha revolucionaria.
El gran aporte de
Mao Tse-tung en el terreno militar, se constituye en un gran paso en el
desarrollo de la línea militar Marxista Leninista del proletariado
internacional, cuyos principios fundamentales son de carácter universal, como
guía para la elaboración de la estrategia del proletariado en las condiciones
concretas de cada país.
La concepción
Maoísta, sobre la dirección proletaria de la revolución en un país atrasado,
lleva implícita la necesidad de construir un Partido de corte leninista,
desarrollando y utilizando este importante instrumento -concebido por el marxismo-,
pero a la vez enriqueciéndolo en el aspecto de que el Partido además de
impulsar y dirigir la lucha política de las masas, debe APOYARSE EN ELLAS PARA
TODO!. Con el Maoísmo, «La Línea de Masas»,
entra a ser parte específica de la línea política de un Partido Proletario.
El Estilo y los
Métodos Maoístas de Dirección y de Trabajo, se constituyen en desarrollo de los
principios de organización leninistas, en desarrollo de la lucha de Lenin
contra el espíritu de círculo y contra el artesanalismo, profundizando la
comprensión dialéctica de la relación entre el Centralismo y la Democracia; profundizando
la lucha contra el individualismo y afirmando la importancia y efectividad del
trabajo organizado y a la vez dividido en especialidades; luchando contra el
autoritarismo y la disciplina servil y estimulando la dirección colectiva con
disciplina consciente; infundiendo el más alto espíritu comunista y camaraderil
entre los miembros del Partido, sin renunciar nunca a la lucha ideológica,
utilizando el método de la crítica y la autocrítica para fortalecer la unidad y
no para deteriorarla, para salvar al paciente y no para matarlo; promoviendo la
necesidad que tienen los organismos del Partido de adoptar sistemas ágiles de
informes, de reuniones y de estudio.
El Maoísmo
desarrolló el tratamiento de este importante aspecto de la vida organizada de
los comunistas, para hacer de estos, hombres que coloquen los intereses
colectivos por encima de los individuales, los intereses de las masas por
encima de los del partido, los intereses de la revolución por sobre la vida
misma.
En la lucha contra las tendencias erróneas hacia el empirismo y el dogmatismo, que con frecuencia germinaban en el Partido, Mao Tse-tung le dio continuidad y desarrollo a la concepción materialista dialéctica del conocimiento, explicando en forma sencilla pero profunda el papel determinante de la práctica social sobre el origen y veracidad de los conocimientos, sobre el materialismo -teoría del reflejo- del conocimiento y la dialéctica de su desarrollo.
Fue ésta una
grandiosa contribución al avance del marxismo, profundizándolo así mismo en lo
que hace a la relación dialéctica entre la teoría y la práctica, entre el ser y
el pensar, entre el ser social y la conciencia social.
Las contradicciones en la sociedad
socialista
Mao Tse-tung,
continuando la lucha que desde la antigüedad iniciaran los dialécticos contra
los metafísicos -y que fuera elevada a nivel de ciencia por el marxismo-,
desarrolló la comprensión de la dialéctica sobre todo en lo que hace a la ley
de la unidad y lucha de contrarios.
Pero no sólo, se
quedó en la profundización filosófica y abstracta de la ley, sino que la aplicó
al análisis de la realidad, precisando el «tratamiento correcto de las
contradicciones en el seno del pueblo», cuyo carácter no fue
entendido en la Unión Soviética y en muchas ocasiones se trataron como
contradicciones con el enemigo.
Lo mas importante
de la aplicación de la ley de la contradicción al estudio de la sociedad por el
maoísmo, fue su comprensión científica de las contradicciones en la sociedad
socialista, reafirmando que en ella siguen existiendo contradicciones de clase
y lucha de clases.
Lenin siguiendo
esta línea de pensamiento, en repetidas ocasiones enfatizó sobre la lucha de clases
en el socialismo, advirtiendo que esa lucha no desaparece sino que cambia de
forma. Sin embargo, en el Partido Bolchevique a mediados de los años 30, se
impuso una concepción equivocada que daba por terminada la lucha de clases, al
ser resuelto el problema de la propiedad. Esta concepción del materialismo
mecanicista compartida por Stalin, fue superada por el maoísmo al entender que
la supervivencia de la lucha de clases se originaba en las diferencias entre
obreros y campesinos, entre ciudad y campo, entre el trabajo manual e
intelectual, en la pervivencia del derecho burgués y de la pequeña propiedad.
El maoísmo precisó
cómo a la existencia de las clases en el socialismo, se le agrega la existencia
del imperialismo, la generación espontánea de capitalismo en la pequeña
producción y la influencia ideológica burguesa, que en conjunto engendran
inevitablemente una NUEVA BURGUESIA, cuya base social son todos los elementos y
clases privilegiados.
Y fueron más a
fondo los comunistas Maoístas, descubriendo que de esas contradicciones de
clase, la principal sigue siendo la lucha entre el proletariado y la burguesía,
reflejándose en el seno del partido como lucha entre Marxistas Leninistas y
revisionistas, y en el conjunto de la sociedad como la lucha entre el camino
socialista y el capitalista.
Los maoístas
profundizaron aún más su conocimiento de la nueva sociedad, encontrando que en
todas
las esferas de la superestructura social se manifestaba esa lucha entre
lo nuevo y lo viejo, entre lo burgués y lo proletario, y decidir en el terreno
superestructural quien vence a quien, era DETERMINANTE para el avance de la
sociedad en su conjunto.
Este conocimiento
científico de la nueva sociedad daba la base, para definir la política
correcta: «la revolución debe guiar la producción», «la política es la clave», «el movimiento de masas es lo
principal no sólo en la lucha política, sino en la producción y en el
experimento científico».
En síntesis: la
revolución en la superestructura es determinante para decidir la lucha entre
los dos caminos.
Aquí, se cristalizó el deslinde con el materialismo mecanicista del PCUS y de los oportunistas chinos amantes de la «teoría de las fuerzas productivas», quienes consideraron la revolucionarización de la superestructura como mero reflejo del avance en la base económica del socialismo, o sea, como el resultado mecánico del desarrollo de las fuerzas productivas.
Enfrentar con éxito
la Segunda Gran Crisis del Movimiento Comunista Internacional, pulverizando las
teorías del revisionismo moderno comandado por el PCUS jruchovista, se
constituyó en una gran tarea histórica cumplida por los maoístas en defensa del
Marxismo-leninismo. Pero la lucha contra el revisionismo, se continuó directamente
en el terreno práctico de la Revolución Proletaria.
El descubrimiento
de los comunistas maoístas de que el Partido al dirigir con su línea política e
ideológica el camino a seguir por la nueva sociedad, y que al estar sus
miembros (del Partido) ocupando puestos claves en el Estado, y en la
administración económica, es en el Partido donde se concentran las
contradicciones de la nueva sociedad, y es allí donde se concentra la nueva
burguesía generada por el socialismo, conformando su cuartel general revisionista
en el propio seno de la vanguardia proletaria.
Los maoístas
aferrados a no sacrificar nunca el objetivo final comunista, entendieron que
para marchar en ese rumbo era imprescindible derrotar al revisionismo, derrotar
a los seguidores del camino capitalista, y que para ello era necesario
revolucionarizar todas las esferas de la superestructura, es decir, CONTINUAR
LA REVOLUCIÓN BAJO LA DICTADURA DEL PROLETARIADO.
La lucha contra el
oportunismo en la Gran Revolución Cultural, rectificó y superó lo hecho en la
Unión Soviética. Los maoístas firmes en el convencimiento del papel de las
masas en la historia, no combatieron a los revisionistas con métodos
burocráticos, ni con persecuciones policíacas, sino con la más amplia
movilización y crítica de las masas.
Si entendemos, que
«Continuar la Revolución bajo la Dictadura del Proletariado»,
significa luchar por exterminar todas las secuelas del capitalismo, luchar
contra la nueva burguesía con toda su política e ideología, enfrentando ese
combate en todas las esferas de la superestructura y en la base económica, y si
entendemos que los comunistas maoístas se apoyaron y dirigieron a las masas
para enfrentar conscientemente esta lucha, podremos derivar que la Gran
Revolución Cultural China se constituyó en el paso más avanzado que ha dado el
proletariado en pos de que sean las masas las que dirijan, controlen y decidan
sobre todos los asuntos de la sociedad.
En este sentido La
Gran Revolución Cultural China fue continuación y desarrollo cualitativo y
cuantitativo de la revolución iniciada por la Comuna de París.
Continuar la
Revolución bajo la Dictadura del Proletariado, significó la defensa más
consecuente de esa dictadura, entendiéndola como la cuestión clave que siempre
ha estado en el centro de la lucha del Marxismo Leninismo contra el
revisionismo.
Esta inmortal
contribución de Mao Tse-tung a la lucha del proletariado internacional por el
comunismo, representa así mismo el mayor avance práctico logrado en la historia
del movimiento obrero, por hacer realidad la científica teoría de Marx de que
para lograr la transición del capitalismo al comunismo se hace necesario
establecer, y consolidar en todo el período de transición la Dictadura del
Proletariado, pues ella es la garantía fundamental para el desarrollo y
victoria del socialismo.
La defensa y
desarrollo teórico-práctico de la Dictadura del Proletariado, como esencia del
Marxismo, como cuestión fundamental de la Revolución Proletaria, como piedra de
toque para diferenciar entre Marxismo y Revisionismo, se constituye en la
piedra angular del Maoísmo, que aunada a sus múltiples aportes a la ciencia del
proletariado, hacen del maoísmo una NUEVA ETAPA DEL MARXISMO LENINISMO, un
desarrollo cualitativo y cuantitativo de la ciencia proletaria, un salto en la
lucha por conocer y transformar el mundo.
Reconocer el
Maoísmo como NUEVA ETAPA del Marxismo Leninismo, significa considerarlo como
nueva etapa de un solo proceso, significa admitir la continuidad progresiva y a
saltos del proceso, y no la ruptura del mismo, como se concibe por quienes
entienden el Maoísmo como simple «SINTESIS» del Marxismo Leninismo. No basta
con ser Maoístas para ser Marxistas Leninistas, como tampoco basta ser
Marxistas Leninistas para ser Maoístas.
Hay que defender el
Marxismo Leninismo Maoísmo como UN TODO ÚNICO, COHERENTE Y EXACTO. Es corriente
encontrar entre los maoístas contemporáneos deslices a esta tendencia a
desvertebrar el Marxismo Leninismo Maoísmo considerándolo, o como una suma
aritmética de desarrollos y teorías, o como una reacción química que produce un
elemento final sintético de todo el proceso.
Extraído del libro
“El Marxismo-Leninismo-Maoísmo; Ciencia de la revolución proletaria” de Jaime
Rangel
1.
Publicado por Cultura Proletaria
Buen material pues ayuda a la comprensión sobre la dictadura del proletariado y la lucha de clases. El arma todo poderosa de La Gran Revolución Cultural Proletaria con lleva a el exterminio de las clases dominantes que porfian con violencia la restauración de su sistema derribado y eso nunca podrá ser, barrer con todas las manifestaciones burguesas infraestructurales y con el aplastamiento definitivo de las manifestaciones superestructurasles. Polt Pot apuntó bien en la dirección correcta pero el revisionismo criminal Vietnamita prosovietico-yankkke aplastó ese hermosos proceso. Gloria al MLM, principalmente Maoismo Pensamiento Gonzalo!!!
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