¿QUÉ OSCURO PAPEL HAN TENIDO LOS “CONFIDENTES” DEL FBI EN EL ATENTADO
DE ORLANDO?
Un interesante
artículo escrito por Tony Cartalucci, expone una sospechosa intervención del
FBI que podría haber dirigido a Omar mateen a realizar el brutal atentado en la
discoteca Pulse de Orlando, Florida.
Según Cartalucci,
citando un artículo publicado en New York Daily News, el terrorista Omar Mateen
no solo fue sometido a dos investigaciones y dos interrogatorios por parte del
FBI, sino que además también fue abordado por “confidentes” que
trabajaban para la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) durante un período
de 10 meses en que fue “investigado”.
Según el New York Daily News:
“Los investigadores
del FBI investigaron a Mateen durante 10 meses. Ellos le presentaron a
informantes confidenciales, espiaron sus comunicaciones y le hicieron
seguimientos. También lo interrogaron dos veces”.
¿Por qué es importante que el FBI le presentara a Mateen a“Confidentes” o “Informantes”?
Bien, pues porque el uso de confidentes por parte del FBI en casos de
terrorismo siempre sigue la misma pauta…y en este caso, el resultado habría
sido especialmente demoledor.
Cartalucci nos expone el historial de anteriores casos en los que
presuntos terroristas o atacantes fueron abordados por confidentes del FBI.
Para empezar, cabe destacar que se ha usado a estos informantes en
anteriores investigaciones antiterroristas.
Cuando hablamos
de “confidentes” o “informantes”, hacemos
referencia a individuos que se hacen pasar por miembros de organizaciones
terroristas; estos falsos terroristas, se acercan a los sospechosos, les
convencen para que planifiquen y preparen ataques terroristas y antes de que
los realicen, ayudan al FBI a detener al sospechoso, justo antes de que el
ataque se lleve a cabo finalmente, con el fin de pillarlo “con las
manos en la masa”.
Entre las actividades
que estos informantes llevan a cabo, se incluye el suministro y la formación de
los sospechosos en el uso de explosivos reales, proporcionando a los
sospechosos arsenales de armas, precisamente, como los utilizados en el
reciente tiroteo en Orlando, Florida, y influyendo en los sospechosos para que
adopten una “ideología radical” en el transcurso de la
investigación.
A los sospechosos se les da la falsa impresión de que están trabajando
en nombre de organizaciones terroristas como Al Qaeda o el autoproclamado
“Estado Islámico” y a menudo cultivan delirios de grandeza en ellos,
generalmente aprovechando que son personas con una mente débil o incluso que
están afectados por algún tipo de trastorno mental.
En ese aspecto y tal y
como revela un artículo publicado en The Intercept, la oficina de Miami del FBI
que investigó a Mateen, está “entre las unidades antiterroristas más
activas y agresivas de la organización”
Por ejemplo, esa oficina del FBI estuvo durante más de un año, hasta
este pasado abril, inmersa en una operación antiterrorista centrada en James
Medina, un hombre sin hogar con problemas mentales.
Según revela The Intercept, a uno de esos confidentes del FBI (y no a
Medina), se le ocurrió la idea de realizar un ataque terrorista reivindicado
por “Estado Islámico”. De hecho, tras la lectura de la declaración jurada del
FBI, es evidente que el informante del FBI animó y encaminó a Medina a través
de todos los aspectos del ataque planeado, incluyendo el suministro de lo que
Medina creyó que era un artefacto explosivo.
Al final Medina fue detenido por intentar un ataque terrorista, a pesar
de que los propios documentos de los interrogatorios del FBI demostraron que
Medina no poseía ni capacidad mental ni técnica para perpetrar esos ataques por
su cuenta.
Otro caso que expone
The Intercept sobre la oficina del FBI de Miami, hace referencia a otro
supuesto terrorista, Harlem Suárez, un cubano-estadounidense de 23 años,
también conocido como Almlak Benítez, a quien ex compañeros de trabajo
describen como “un poco lento”. El gobierno alegó que Suárez
conspiró con un informante del FBI para poner bombas en una playa en Key West,
apoyando a Estado islámico. El FBI le proporcionó una mochila bomba falsa.
De hecho, y tal y como revela el mismo artículo de The Intercept:
“El tiroteo en Orlando
no es el primer caso donde se plantea la oscura intervención de informantes del
FBI. En 2011, cuando el FBI investigó el ataque en la maratón de Boston,
perpetrado por Tamerlan Tsarnaev, los agentes no lo consideraron una amenaza.
En su lugar, más o
menos al mismo tiempo, el FBI de Boston comenzó una operación encubierta de
nueve meses contra Rezwan Ferdaus, que no tenía armas ni conexiones con
terroristas internacionales, y cuya salud mental se había deteriorado tanto que
llevaba pañales para adultos en el momento de su arresto por cargos de
terrorismo”.
Rezwan Ferdaus, como
Medina, recibió “asistencia” del FBI en cada paso del camino,
incluyendo el hecho de que le proporcionaron 24 libras de explosivos C4, 6
fusiles AK47 totalmente automáticos y 3 granadas, según revela la propia
declaración jurada del FBI.
Ferdaus fue sumergido
profundamente en una ficción en la que creyó firmemente que estaba trabajando
directamente con Al Qaeda durante casi un año, hasta el punto de convencerse de
que “los dispositivos de detonación” que él fabricaba y pasaba
a los informantes del FBI, eran “usados” en Irak para “matar” a soldados
estadounidenses.
Estos ejemplos ponen de manifiesto el papel que desempeñan los
confidentes del FBI en prácticamente la totalidad de sus investigaciones sobre
terrorismo.
En 2010, el FBI
investigó a un ciudadano estadounidense residente en Oregon, Mohamed Osman
Mohamud. En su propia declaración oficial titulada, “Residente de
Oregon Detenido por un complot para poner una bomba en la ceremonia de
encendido del árbol de navidad en Portland”, publicado por la Oficina del
Fiscal de EEUU el 26 de noviembre de 2010, se declaraba que:
“De acuerdo con la
declaración jurada, el 4 de noviembre de 2010, Mohamud y los agentes
encubiertos del FBI viajaron a un lugar remoto en el condado de Lincoln,
Oregon, Donde detonaron una bomba oculta en una mochila como ensayo para el
ataque terrorista”.
En febrero de 2012, el FBI proporcionó a otro sospechoso explosivos para
lo que se convirtió en un ataque suicida frustrado planeado con la ayuda de
informantes del FBI, contra el Capitolio.
USA Today informó en
su artículo titulado “El FBI frustra un supuesto atentado suicida en el
Congreso de EEUU” que:
“De acuerdo con un
funcionario antiterrorista, El Khalifi ‘expresó interés en matar al menos a 30
personas y pretendía atentar contra un edificio en Alexandría y un restaurante,
una sinagoga y un lugar donde el personal militar se reúne en Washington antes
de centrarse definitivamente en atentar en el Capitolio’, escribe Associated
Press.
Durante la
investigación de un año, El Khalifi detonó explosivos en una cantera en la
región de la capital con agentes encubiertos. No se creyó que estuviera
afiliado a Al Qaeda, según declararon las autoridades”.
Así pues, teniendo en
cuenta todas estas actividades perturbadoras dirigidas por informantes del FBI
durante estas “investigaciones”, el atentado en Orlando adquiere
una nueva dimensión.
La presencia de informadores al servicio de agencias de inteligencia es
una constante en muchos de los atentados terroristas de los últimos años.
Emad Salem, un ex teniente coronel del ejército egipcio, era informante
del FBI y jugó un papel clave en los atentados en el World Trade Center de
1993.
El informante del FBI Garrett Wilson, un ex Ranger y agente de la
policía militar, vendió armas a militantes musulmanes negros y se puso en
contacto con el jefe de seguridad del Centro de Refugiados Al-Kifah, una
presunta entidad de caridad ligada tanto a al-Qaeda como a la CIA.
Ali Mohamed, que trabajaba para la CIA y la Yihad Islámica Egipcia
simultáneamente, entrenó a muyahidines en Afganistán para la CIA y más tarde se
convirtió en un informante del FBI.
Antes de los ataques del 11-s, Al-Qaeda fue penetrada en numerosas
ocasiones por la CIA, la inteligencia siria, y la inteligencia turca.
Islamistas vinculados a actos de terrorismo también trabajaron para la
inteligencia británica, entre los que destaca especialmente Abu Hamza, el imán
de la mezquita de Finsbury Park en Londres.
En este caso, sabemos que Mateen estuvo en contacto con informantes del
FBI, que a su vez le interrogó dos veces y se ha hecho público que Mateen era
un personaje especialmente violento, que había maltratado a su esposa y que
probablemente tenía un estado mental “alterado”, afectado por fantasías
grandilocuentes, como de hecho, tiene su propio padre, que pretende postularse
desde California y mediante videos en Youtube, como presidente de Afganistán.
Como hemos visto en los antecedentes expuestos anteriormente, Mateen
reunía todos los requisitos para ser manipulado por informantes del FBI que le
empujaran a cometer algún tipo de ataque terrorista…en este caso, no frustrado
a última hora.
¿Darán a conocer los detalles reales de la intervención del FBI en todo
este asunto?
Es muy improbable.
Pero vistos los antecedentes, no es difícil sospechar que Mateen, un
personaje con ciertos problemas mentales ya de por sí, fuera empujado a
realizar el atentado, creyendo hacerlo en nombre de Estado Islámico.
Podría ser que se les hubiera escapado de las manos, o pudiera ser que
desde el principio el FBI planeara que este atentado no fuera un “atentado
frustrado”
Después, simplemente
se califica en los medios de “lobo solitario” a un simple
demente manipulado por el FBI et voilá….ya tienen ustedes un atentado
terrorista con el que manipular a conveniencia a la opinión pública y en el que
apenas hay rastro de quién lo ha movido todo desde las sombras.
Las sospechas están ahí y no pueden ser ignoradas…
Publicado por El Robot Pescador
No hay comentarios:
Publicar un comentario