LAS
LECCIONES DE LA GRAN REVOLUCIÓN
BOLCHEVIQUE, NUESTRA SAGRADA HERENCIA
por: Rosa
Libertad
El siglo XX ha pasado a remarcarse como
la centuria de la clase obrera y de sus grandes realizaciones camino a la
emancipación social de toda la humanidad. Destacándose, de entre todas ellas,
el triunfo de la estrategia insurrectiva del Partido Comunista (bolchevique) de
Rusia y su adopción por la clase proletariada rusa, y la consiguiente toma del
poder, y que este año conmemoramos su Primer Centenario. Aserto marxista, ya
expuesto en 1847, sobre el rol del aspecto subjetivo revolucionario, la
identificación del sujeto revolucionario la clase y su partido independiente y
revolucionario. A su impulso
revolucionario, a su organización política independiente y a la autoforja de
una conciencia de clase comunista el mundo pudo ser cambiado de base y
aperturar en él toda una entera nueva
época en la Historia, la grandiosa época del imperialismo y de la revolución
proletaria internacional.
Para que eso fuese factible,
previamente la cadena de todo el sistema de explotación y opresión imperialista capitalista, debilitado en su
conjunto por el desgaste y la crisis general generada por la primera carnicería
mundial, debería ser ubicado y centralizadas todas las fuerzas y los esfuerzos
de ruptura revolucionaria en su eslabón
más débil. Tarea que, no todos los partidos obreros europeos, sea de derecha
sea su ala “izquierda”, aunque pertrechados con la ciencia de la revolución, el Marxismo, y de
la experiencia insurrectiva de los proletarios de la época del desarrollo
pacífico del capitalismo, estuvieron a la altura que les demandaba la apertura
de la situación revolucionaria general para tomar el poder y liquidar ya en ese
entonces a todo el sistema capitalista imperialista, sólo el Partido
bolchevique bajo el pensamiento-guía del leninismo supo sacar las enseñanzas
necesarias y osar realizar la revolución
proletaria socialista e instaurar firmemente la Dictadura del
Proletariado. ¡Bien has cumplido con tú tarea, viejo topo!
Ya no más la burguesía, terratenientes
y reaccionarios de todos los colores sus aliados. Históricamente se han
acabado. Desde esa trascendental fecha la clase obrera, sus aliados sociales y
políticos, conquistaban y ejercían su derecho a gobernar, erigir su propio
Estado y embarcase en la aventura de la construcción de una sociedad enteramente
nueva, la socialista primera etapa del comunismo. Con bellas y esclarecedoras
palabras Lenin, Líder del Partido Comunista (b) de Rusia y de las grandes masas
trabajadoras de las ciudades y del campo, lo enunciará: “A partir de ahora
comienza una nueva fase en la historia de Rusia. La tercera revolución Rusa
será la cumbre de la victoria socialista“.
Y no sólo
de Rusia, el mensaje leniniano voló allende los límites de la Europa y
extendiese por los cinco continentes. Dado que la revolución socialista
soviética, no sólo ha poseído un valor y un mensaje para el pueblo trabajador
ruso, sino que posee un significado y ha portado un mensaje de redención social
para todos los explotados y oprimidos bajo el cielo. Lo que se hizo en la Rusia
ex-zarista, ese 7 de noviembre de 1917, podían hacerlo los proletarios, pueblos
y naciones social y nacionalmente oprimidas y explotadas de todo el mundo fue
la conclusión.
Que, desde
ese 7 de noviembre de 1917, el socialismo, como nuevo sistema social, ya no era
una anhelo insatisfecho o un ideal inalcanzable, sino una realidad construible,
vivible y gozable.
Que los
proletarios y pueblos oprimidos de cualquier rincón del planeta, para que se
hiciese realidad la conquista de tal radiante futuro, sólo deberían osar
levantarse, empuñar el fusil y construir el Nuevo poder, el poder obrero-campesino, y esforzarse, sin escatimar
sacrificios, en la edificación del socialismo.
Y así
hicieron los trabajadores soviéticos, con la parte más consciente y
revolucionaria de su núcleo dirigente, el Partido Comunista (b) de Rusia,
bajo sucesiva guía ideológica y política
de Lenin y de Stalin, quienes con plena
conciencia y decisión, creatividad y heroísmo en poco más de 15 años llevaron a
culmine su histórica tarea. Aún algo más, supieron derrotar las asechanza de
las potencias imperialistas y, en ello, aplastar a la bestia nazifascista,
coadyuvar al nacimiento de un nuevo y poderoso Campo Socialista Mundial y; aún
más domeñar la potencia del núcleo atómico con la añadidura de sentar las bases
técnico-científicas de la conquista del espacio exterior
La
herencia, legada a nosotros sus discípulos, por los trabajadores soviéticos y
líderes marxistas leninistas, consiste primordialmente en,
-
La necesidad de existencia de un
Partido Comunista, hoy se exige de nuevo tipo por diverso a los viejos pc’s
degenerados en revisionistas después de su largo andar. Intransigentemente
clasista, proletario, y consecuentemente revolucionario, de un PC ducho en la
ciencia de la revolución, el Marxismo-Leninismo-Pensamiento de Mao Tse-tung;
experimentado en la lucha contra el oportunismo de derecha y de “izquierda”;
practique no formalmente la autocrítica, a la vez ejerza la crítica
constructiva en el espíritu marxista-leninista-pm;
-
La urgencia en el reforzamiento de la unidad política comunista de la
clase, a la vez en la construcción de la unidad de todas las clases
revolucionarias, según la etapa de la revolución proletaria;
-
En la necesidad de que tal Partido Comunista se dote y prepare, aún en
tiempo de “paz civil”, de una milicia proletaria y de un ejército popular
revolucionario
Hoy, con la disolución de la URSS y desintegración del Campo Socialista Mundial, hemos sufrido pesada derrota. Pero, ella es temporal.
Pues, hoy se extiende un gran desorden bajo los cielos. Ello es bueno. La lucha
de clases se aspereza, la bandera roja vuelve a erguirse y flamea con fuerza.
Si tenemos confianza en nosotros mismos y guardamos las lecciones de Octubre
¡El radiante futuro es nuestro!
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