PULSEADA A BRAZO PARTIDO
LA NACIÓN SIOUX Y EL
OPRESOR TRUMP
por: Quibian Gaytan
No
bien se ha acomodado en la poltrona presidencial Donald Trump, entre las otras
sandeces que dice llevará a cabo su administración, ha estampado su firma para
la reanudación de los trabajos del Oleoducto Dakota Access, luego que había sido paralizado bajo el mandato de
su antecesor dada la resistencia de los nativos americanos Sioux.
Proyecto Dakota Access, consiste en la construcción de una línea tuberías de
3.800 millones de dólares, con la cual se buscaría conducir diariamente medio
millón de barriles de petróleo desde yacimientos de Dakota del Norte hasta una
infraestructura ya construida en el estado de Illinois.
La gente
da, no sé por qué, como una verdad incontrovertible, de a puño, que en las
sociedades “civilizadas” modernas, esto es
en las sociedades nacionales organizadas por las Superpotencias y
potencias imperialistas, la cuestión
nacional interna no existe, han sido resueltas las diferencias y antagonidades
entre nación dominante y opresora y naciones y nacionalidades oprimidas y
explotadas, establecidas en el mismo territorio. ¡Que en tales sociedades altamente
industrializadas y modernamente organizadas, la cuestión nacional ha sido
resuelta tiempos ha! Convencidos, tratan de convencernos. Viene, de pronto, un
episodio por pequeño que sea y esa verdad de a puño salta por los aires. ¡Que
si existen problemas nacionales irresueltos a lo interno de las sociedades
capitalistas altamente organizadas!
La nación
Sioux, un de las muchas naciones y nacionalidades nativo norteamericanas
oprimidas y despojadas territorialmente por el colonialismo interno de la nación
blanca dominante, desde fines del año pasado han dado inicio a una fuerte lucha
de defensa de sus ríos y áreas sagradas, amenazadas de ser duramente afectadas
por el paso del pretendido proyecto en ejecución. La brava lucha que
escenifican, en la reserva (“aldea estratégica”, en la jerga colonialista
imperialista, o campo de concentración) de Standing Rock,, en defensa de su medio
ambiente y la incolumidad de su patrimonio cultural nacional les ha consistado
el apoyo de gran parte de las tribus de la región y la solidaridad nacional e
internacional.
¿Por qué
el fascista neopresidente de USA, contra lo esperado por muchos, ha tomado tal
decisión? No simplemente, como pudiera parecer, por su supuesta preocupación de
reabastecimiento de energía petrolífera ahora tan necesaria para la economía
del país crisis, sino porque él mismo tiene intereses personales en su
realización. Trump, como se sabe, es un inversionista de Energy Transfer
Partners, la firma con sede en Texas que está detrás del oleoducto. Lejos de su
mente, pues, el “interés nacional” sino
la gargantuesca necesidad de ganancias monopolísticas para su clan
económico gran burgués.
Es por
ello mismo que el fascista y razista neopresidente estadounidense ha decidido
abrir esta segunda pulseado de hierro con los activistas, la comunidad sioux y
los miles de simpatizantes y apoyadores de todo el país.
Contra
ellos se ha fraguado toda una infame conjura, bajo la acusa de “terrorismo
interno”, como excusa para desatar la sangrienta represión en daño de la nación
sioux. Con ello, buscan la clase dominante y gobernante, es decir Wall Street
y los monopolios petróleros, provocar
una guerra interna, nueva versión de sus ya tradicionales “guerras al piel
roja”, que les permita su total desalojo y desaparición física y nacional.
En
cumplimiento de sus macabros y sanguinosos planes los opresores, los gobernantes,
Trump a la cabeza, movilizan a toda su jauría de perros rabiosos. Movilizados
son el FBI, el reaccionario ejército, la policía estatal y federal, amén de
guardias blancos privados. Los que ejercen toda especie de violencia y
provocaciones contra la comunidad sioux, activistas, ambientalistas blancos y
apoyadores. Se detiene, se aprisiona y condena a duras penas a todo sospechoso
de simpatizar con la nación nativa
americana.
Como era
de esperar, todas estas violencias del Estado burgués imperialista y
colonialismo interno han provocado el
rechazo del pueblo estadounidense. La solidaridad nacional y clasista del
pueblo trabajador estadounidense se está acrecentando a ojos vista, amenazando
con frustrar esos proyectos reaccionarios de los dominantes. Centenares, miles,
de veteranos de guerra, ya marchando en grupos compactos o individuales
buscando arribar por medios extralegales y caminos ignotos arriban cada día a
la Reserva de Standing Rock. Las fuerzas represivas (Ejército, Policía estatal
y Federal, FBI y grupos paramilitares) resultan impotentes de contener la oleada de
marchantes solidarios. Aunque entre estos últimos, suman ya 700 los arrestados
y acusados de cargos inverosímiles. Por bajos y ruines que sean, “posesión de
cannabis indica”, por portar “equipos de campear”, etc. Según informaciones, el
mismo FBI ha montado un Equipo
de investigación de actividad terrorista.
El miedo a la rebelión de las naciones colonizadas
al interior les escuece el alma y les llena de pavor.
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