domingo, 1 de octubre de 2017

ALGO FUERTE Y ACIDO SE ESTÁ PREPARANDO EN LA COCINA DE LA POCILGA DEL FRANQUISTA RAJOY


Compartimos una nota del AntiKlerical, la que no compartimos por lo que recomienda, pero que tiene sus bemoles
Quibian Gaytan


Desde los mismos  momentos que la Generatitat, esto es el gobierno autonomista con el permiso del rey Felipe y bajo el ojo vigilante del neofranquismo gobernante,  anunciase su intención política de realizar un referéndum para consultar la voluntad –algo reconocido  por el derecho español e internacional-,  democrática de la nación catalana. La separación política de Cataluña. En Madrid las autoridades centrales encendieron los faroles de alerta. “¡Cataluña es España!”, “¡ Ah, por ellos”, fue la voz de mando bajada a los espoliques y cancerberos del abortado  régimen del 78.

Desde entonces la autoridades de Madrid para aplastar la “novísima” amenaza a la “sagrada unidad nacional”, cosida por el franquismo, viejo y duro,  y  su sucesor hibrido, remendado y emperifollado, maldestramente dicho de democracia nueva, dio rienda suelta a la mentira, a la calumnia y, sobre todo, a la macana. Se declaró, de mottu propio y en violación de su propia "legalidad" consagrada, la ilegalidad del referéndum, se puso en entredicho la majestad de las Autoridades de la región autónoma, la amenaza de enjuiciamiento de sus representantes y su encarcelamiento de hecho, se movilizó a la Guardia Civil en plan de combate y represión. Todo para impedir, fue la decisión del gobierno Rajoy, chumbeque de franquistas impenitente, falangistas traga sables, clericalistas militantes; en fin, toda la ultraderecha gran burguesa españolista y no sólo. Aplastar a como diera lugar o por los medios que fuesen, no simplemente la consulta ciudadana independiente catalana, sino en prevención de  una mayor amenaza a la continuidad del régimen monarcofascista españolista, cárcel de nacionalidades y naciones, impedir que dicha experiencia independentista no fuese la chispa que prendiese las praderas de España.

 Hoy, 1 de octubre, todo hemos visto las salvajadas a que se ha dedicado la Guardia Civil, a las que se han sumado hordas de bandoleros al servicio del espurio régimen, para impedir la votación. Todos hemos visto como han golpeado y bellacamente intentado secuestrar las urnas electorales. Nosotros, ahora, no entraremos al mérito de esas acciones. Pero, si cabe resaltar la comedida, firme y valiente actitud respuesta del Pueblo catalán.  Como sería bien de resaltar,  las fuerzas represivas de la Guardia Civil, contra lo esperado, se han cuidado de poner en evidencia pública, nacional que internacional, a la violencia desaforada de que siempre han dado gala.

Precisamente, ésta última actitud de las fuerzas profesionalmente represoras, pone en evidencia, luego del referéndum- consulta ciudadana en la que el SI ha triunfado con algo más del 90%, de que algo ácido, fuerte y maloliente se está cocinando en las pocilgas de la Moncloa.

 Que es así, sólo leamos lo que a escrito el blog Anticlericalista. El mismo, por boca que se firma Morgan, dando la voz de alerta antifascista, dice:

“CATALUNYA
Desde Antiklerical,  y a la vista de las barbaridades cometidas para impedir el referéndum para la independencia. Exigimos: -Dimisión inmediata del gobierno –Disolución de cuerpos represivos. En caso de no ver satisfechas nuestras reivindicaciones renunciaremos a la ciudadanía española y  solicitaremos asilo político en Gibraltar”.

Está claro no. No pongamos mucha atención en la salida tomada por el señor, pero la cosa está clara.  Nos viene a decir, en palabras oblicuas, perdamos las ilusiones constitucionalistas y preparemonos para una lucha dura. Frente a todos los pueblos, nacionalidades y naciones oprimidas de eso que se llama España pende, solución única de la antidemocracia y conculcadora los derechos nacionales, la espada de Damocles de un Autogolpe de Estado fascista y la imposición de la dictadura franquista sin la mascarada del PSOE y del P”c”E-IU.

En guerra avisada no muere soldado y si muere, es porque fue el último en encender el cigarrillo en la trinchera.



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