“Caso #47: El bombardeo de Camboya de 1969 a 1973
1°
de marzo de 2018
El
crimen: La
noche del 18 de marzo de 1969, en el apogeo de la guerra de Vietnam,
60 bombarderos B-52 estadounidenses descargaron una lluvia de
explosivos sobre Camboya. En el momento, un funcionario
estadounidense dijo: “Nos
habían dicho… que esos bombardeos de saturación de los B-52
serían tan devastadores que nada podría sobrevivir”.
El 18 de marzo de 1969, en el apogeo de la guerra de Vietnam, 60 bombarderos B-52 de la fuerza aérea yanqui descargaron una lluvia de explosivos sobre Camboya. Durante los próximos 14 meses los aviones B-52 y F-111 descargaron 98.723 toneladas de explosivos en 3800 vuelos sobre ese país.
Los mapas
estadounidenses de los bombardeos muestran que en grandes zonas de
Camboya casi cada kilómetro cuadrado fue bombardeado. El bombardeo
de Camboya no fue parte de una estrategia de “paz”, sino parte de
una estrategia de tratar de ganar la guerra, o por lo menos impedir
una humillante derrota yanqui y concluir la guerra bajo términos
favorables al imperialismo estadounidense.
Así
empezó la primera campaña estadounidense de bombardeo de saturación
desde el aire. La llamaron “Operación Menú” y por 14 meses los
aviones B-52 y F-111 descargaron 98.723 toneladas de explosivos en
3800 vuelos sobre ese país del sur de Asia que es menos de la mitad
del tamaño del estado de California. Camboya (y Laos) comparten
fronteras con Vietnam, y el sendero Hồ Chí Minh (que lleva el
nombre del líder vietnamita) que suministraba a las fuerzas de
liberación vietnamitas atravesaba Camboya. Esta ruta militar y
logística sumamente efectiva, y las bases vietnamitas a lo largo del
sendero, fueron el objetivo del bombardeo. Pero no fueron “ataques
quirúrgicos”. Destruyeron por completo vastas zonas del campo
exuberante y todo lo que se movía.
Un
sobreviviente de Camboya describió el horror: “Escuchamos
un sonido escalofriante que hizo temblar el suelo, como si la tierra
se estremeció, subió y bajó debajo de nuestros pies. Enormes
explosiones alumbraron el cielo como gigantescos relámpagos; eran
los aviones B-52 de Estados Unidos”.
Se
había tomado la decisión sobre el bombardeo de saturación de
Camboya unos días antes, después de una reunión con desayuno en la
oficina del presidente en la Casa Blanca. Los ataques iniciales de
Operación Menú se llamaban “Almuerzo” y cubrieron una zona de
26 kilómetros cuadrados. Otras misiones de bombarderos llevaban
designaciones parecidas: “Cena”, “Bocadillo”, “Comida” y
“Postre”. Esos nombres en clave les mantuvieron en secreto los
bombardeos a casi todo el mundo — tanto los camboyanos como otros
indochinos, las masas populares de Estados Unidos e incluso sectores
enteros de la clase dominante estadounidense como el Congreso [salvo
cinco congresistas informados en secreto unos meses después, y que
guardaron silencio].
Un
funcionario de la embajada yanqui en Camboya a principios de los años
1970 escribió esto recientemente: “Entrevisté
a refugiados de las zonas bombardeadas, y la mayoría no tenía la
menor idea de lo que les había pasado. El cielo se volvió rojo y la
tierra se estremeció, así que corrieron para salvarse. Pues, para
ellos pudo haber sido una especie de desastre natural. Unos llegaron
en carretas arrastradas por buyes en que llevaron sus casas
desmanteladas”.
Entre
marzo de 1969 y agosto de 1973, Estados Unidos descargó por lo menos
medio millón de toneladas de bombas sobre Camboya (unos calculan
entre 2,5 y 2,7 millones de toneladas), lo que incluía el napalm,
una gelatina de gasolina que se pega al cuerpo y quema —literalmente
fríe— la piel. Además, Estados Unidos descargó bombas de racimo.
Una sola bomba de racimo disemina docenas, hasta cientos, de
proyectiles sobre un área, a veces del tamaño de una cancha de
fútbol, y hace trizas a sus víctimas, cortando miembros, órganos,
torsos y cabezas. Una estimación hecha por las fuerzas armadas
yanquis calcula que durante 9.500 vuelos sobre Camboya descargaron
87.000 bombas de racimo. Al igual que las víctimas de bombas
nucleares, las víctimas del napalm y las bombas de racimo quedan tan
física y mentalmente mutiladas, el sustento de vida y la vida misma
destruida, que los sobrevivientes dicen que envidian a los muertos.
En
la primavera de 1970, Estados Unidos escaló el ataque contra Camboya
con la “Operación Pacto de Libertad”, una invasión terrestre de
soldados yanquis y survietnamitas. Cuando a fines de abril el
presidente Nixon informó por la tele de la invasión a Camboya,
protestas masivas y militantes estallaron inmediatamente en
secundarias y universidades. El 4 de mayo, la Guardia Nacional de
Ohio abrió fuego contra estudiantes de la universidad de Kent State
y dejó cuatro muertos y nueve heridos. Unas dos semanas después,
pasada la medianoche, efectivos de la Guardia Nacional de Misisipí
abrieron fuego contra los dormitorios de la universidad de Jackson
State matando a dos y dejando 12 heridos. Los estudiantes de unas 450
escuelas de todo Estados Unidos contestaron con una huelga nacional
de cuatro millones de estudiantes que cerraron campuses, al mismo
tiempo que el gobierno mandaba a más efectivos de la Guardia
Nacional en 16 estados.
Camboya
se había declarado neutral en la guerra entre Estados Unidos y
Vietnam, pero el hecho de que permitió que el sendero Hồ Chí Minh
atravesiera su territorio y que en Camboya también existía un
creciente movimiento de resistencia anti-yanqui, le hicieron blanco
en una guerra que estaba abarcabando la mayor parte del sureste de
Asia. En ese entonces Camboya gozaba de exuberante vegetación y
tierra cultivada. Estados Unidos roció químicos tóxicos como Agent
Orange, un defoliante y herbicida que deshoja las plantas y los
árboles, destruye la agricultura y envenena la vegetación, los
sembríos y el ganado, así como a los seres humanos. Durante un
período de dos semanas, del 18 de abril al 2 de mayo de 1969, roció
con Agent Orange casi 1800 kilómetros cuadrados de la provincia de
Kompon Cham.
Las
bombas yanquis destruyeron aldeas campesinas, muchas azotadas por
decenas de atques aéreas durante varias horas y casi totalmente
destruidas. Como dijo un testigo ocular de la guerra aérea
yanqui: “Tres
[aviones] F-111 bombardearon justo en el centro de mi aldea, dejando
muertos a 11 de mis familiares. Mi papá sobrevivió, pero fue
herido. En ese momento no había ni un solo soldado en la aldea o sus
alrededores. También murieron 27 otros aldeanos que habían buscado
refugio en una zanga cuando cayeron precisamente allí dos bombas”.
Tras
años de bombardeos sin cesar, toda la mitad este de Camboya quedó
devastada, la que incluía un amplio cinturón alrededor de la
capital Phnom Penh. Los mapas estadounidenses de los bombardeos
muestran que en grandes zonas de Camboya casi cada kilómetro
cuadrado fue bombardeado. Todo esto destruyó la economía y vida
agrícola rural de Camboya. Los campesinos buscaron refugio en las
ciudades, principalmente Phnom Penh. Se calcula que, como resultado
directo de los bombardeos, murieron entre 100.000 y 600.000 personas,
principalmente civiles. Es probable que, durante este tiempo, cientos
de miles más murieran debido al desplazamiento, enfermedades y
hambruna. Más de 2 millones de personas, el 25% de la población,
fue expulsada del campo. Todo lo cual creó una enorme crisis de
refugiados y de escasez de alimentos, albergues y otras necesidades
básicas que perduró mucho después de la cesación de los
bombardeos yanquis en agosto 1973.
Los criminales:
El
presidente estadounidense Richard Nixon,
que ordenó el bombardeo, diciendo: “Quiero
que helicópteros de ataque estén ahí. Eso quiere decir
helicópteros armados, los [aviones] DC-3, todo lo que pueda volar y
sea capaz de destruir a personal… y quiero que manden todo lo que
pueda volar para aplastarlos. Que no haya limitaciones ni de millas
ni de presupuesto…”. H.R.
Halderman, jefe de gabinete de Nixon,
que en su diario admite que le animó a Nixon a bombardear
Camboya. Secretario
de Estado Henry Kissinger,
que retransmitió la orden al general
Alexander Haig: “Quiere
una campaña masiva de bombardeo en Camboya…. Todo lo que vuele,
sobre todo lo que se mueva…” (lo
cual aparentemente le causó risas a Haig). El
presidente estadounidense Lyndon B. Johnson,
que ya había ordenado el bombardeo de Camboya entre 1965 y 1968,
lanzando 2565 ataques aéreos y descargando 214 toneladas de
bombas. Los
Jefes de Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, la Fuerza Aérea y
las demás ramas militares de Estados Unidos, y la CIA,
porque todos participaron en llevar a cabo los bombardeos. La CIA
también había respaldado o incluso orquestado el golpe de estado de
marzo de 1970 en Camboya que destituyó al gobierno del príncipe
Norodom Sihanouk y puso en su lugar a Lon Nol, títere de Estados
Unidos. Otros
criminales son el almirante John S. McCain, Jr.,
que comandó las fuerzas del Pacífico; el
secretario de defensa Melvin Laird; el general Bruce Holloway; el
teniente general Alvan C. Gillen Jr.; el general de la Fuerza Aérea
George S. Brown y
muchos más de la administración de Nixon.
Los
gobiernos títeres de Camboya (Lon Nol) y de Vietnam del Sur (Nguyen
Van Thieu) y sus ejércitos mercenarios.
La coartada:
El
30 de abril de 1970, Nixon dijo que se había aumentado “la
actividad enemiga en Camboya, Laos y Vietnam del Sur… [y que]
peligraba la vida de los [soldados] estadounidenses que quedaban en
Vietnam”. Dijo que los norvietnamitas habían intensificado la
agresión, especialmente en Camboya, y por tanto el bombardeo de
Camboya era necesario para lograr “la paz” — para ganar tiempo
para retirar las tropas yanquis de Vietnam y reemplazar a los
estadounidenses con soldados vietnamitas, o sea la vietnamización de
la guerra.
El verdadero motivo:
El
bombardeo de Camboya no fue parte de una estrategia de “paz”,
sino parte de una estrategia de tratar de ganar la guerra, o por lo
menos impedir una humillante derrota yanqui y concluir la guerra bajo
términos favorables al imperialismo estadounidense.
Para
fines de la década de los 1960, Estados Unidos estaba perdiendo la
guerra contra las fuerzas de liberación nacional de Vietnam: el
Ejército Popular de Viet Nam (EPV), el ejército norvietnamita; y
las Fuerzas Armadas Populares de Liberación de Vietnam del Sur, las
fuerzas armadas del Frente de Liberación Nacional (FLN). Estados
Unidos estaba perdiendo la guerra mundial por la opinión pública
sobre la guerra. Se estaban dando enormes protestas por todo el
mundo, incluido en Estados Unidos. El Partido Pantera Negra había
exhortado a sus militantes a combatir del lado de los vietnamitas en
contra del imperialismo yanqui.
Para
la clase dominante de Estados Unidos, la destrucción del sendero Hồ
Chí Minh y la separación del norte y el sur eran clave para lograr
una victoria o por lo menos una retirada “honorable”. Estados
Unidos había lanzado la guerra contra Vietnam para impedir lo que
llamaba el “efecto dominó”, la idea de que, si un país cayera
bajo el comunismo o el nacionalismo revolucionario, entonces los
demás países cercanos podrían caer como dominós, así afectando
el dominio imperialista de la región y sus esfuerzos por contener a
la China revolucionaria, y a la Unión Soviética que para ese
entonces ya era una potencia imperialista y rival de Estados Unidos.
Vietnam
fue el primer dominó que el imperialismo yanqui quería impedir que
cayera, pero también se preocupaba de Camboya.
Muchas
fuerzas del sureste de Asia, incluidas en Camboya, apoyaban y se
solidarizaban activamente con Vietnam del Norte / EPV y el FLN. Y una
manera de expresar ese apoyo era defender, o abierta o tácitamente,
el sendero Hồ Chí Minh. En Camboya, el príncipe Sihanouk se había
declarado neutral ante la guerra de Estados Unidos contra Vietnam.
Camboya había rechazado abiertamente toda “ayuda
estadounidense, ya sea militar, económica, técnica o cultural”,
y en cambio había pedido ayuda a la China socialista. Para Estados
Unidos eso era inaceptable en un momento cuando necesitaba apuntalar
a dictadores pro yanquis en Asia, lo que incluía golpes de estado
respaldados u orquestados por la CIA como ya había hecho en Vietnam
del Sur en 1963. En marzo de 1970, hizo lo mismo en Camboya con un
golpe de estado para sacar a Sihanouk y reemplazarlo con Lon Nol, un
títere anticomunista y pro yanqui.
En
Camboya, Estados Unidos también tenía la necesidad y deseo de
destruir a la insurgencia interna (los Jemeres Rojos) que había
crecido como resultado de los bombardeos e invasión yanquis. Estados
Unidos siguió bombardeando a Camboya por casi un año después de
haber firmado el acuerdo de paz con Vietnam del Norte y con el
Gobierno Provisional Revolucionario del Vietnam del Sur en enero de
1973. Entre marzo y mayo de 1973 el tonelaje de bombas descargadas
sobre Camboya más que duplicó la cantidad de todo 1972.
Cuando
Estados Unidos retiró sus fuerzas de Indochina, el régimen de Lon
Nol colapsó y dejó un vacío. En 1975 los Jemeres Rojos, que
se oponían a Estados Unidos, entraron a Phnom Penh y se apoderaron
de un país en ruinas, destrozado por la guerra.
Nota
de la redacción: Hoy
el régimen de Trump y Pence exige que Camboya se responsabilice de
una deuda de 500 millones de dólares, con intereses. Estados Unidos
hizo el préstamo de $274 millones, de un programa yanqui llamado
“Comida para la Paz”, al régimen pro Estados Unidos de Lon Nol
durante el bombardeo de saturación yanqui de Cambodia, obligando a
los campesinos a huirse del campo. El préstamo era para comprarle a
Estados Unidos arroz, trigo, aceite y algodón para alimentar a la
población que se moría de hambre, precisamente debido a los
bombardeos e invasión yanquis.
Fuentes
The
CIA: A forgotten history, US Global Intervention Since World War
2 [La
CIA: Historia olvidada, intervención mundial estadounidense desde la
II Guerra Mundial], William Blum, Zed Books Limited, 1986.
“Cambodia
Appeals to Trump to Forgive War-Era Debt”
[Camboya pide a Trump que perdone la deuda de los años de guerra],
Julia Wallace, New
York Times,
2 de abril de 2017.
“Operation
Menu”;
“Operation
Freedom Deal”;
“Student
Strike of 1970”
[Operación Menú; Operación Trato de Libertad; Huelga Estudiantil
de 1970] www.en.wikipedia.org.
“Haig
Said Nixon Joked of Nuking Hill”
[Haig dijo que Nixon se burló de lanzar un arma nuclear sobre el
Congreso], Michael Dobbs, Washington
Post,
27 de mayo de 2004.
“Bombs
Over Cambodia”
[Bombas sobre Camboya], Taylor Owen y Ben Kiernan, The
Walrus,
octubre de 2006.
“Making
More Enemies than We Kill? Calculating US Bomb Tonnages Dropped on
Laos and Cambodia and Weighing Their Implications”
[¿Creando más enemigos que los que matamos? Calcular el tonelage de
bombas descargadas sobre Laos y Camboya y sopesar sus implicaciones],
y “Bombs
Over Cambodia: New Light on US Air War”
[Bombas sobre Camboya: Nueva luz sobre la guerra aérea
estadounidense], Ben Kiernan y Taylor Owen, The
Asia-Pacific Journal,
27 de abril de 2015 y 2 de mayo de 2007, respectivamente”.
Publicado
por REVOLUCIÓN, órgano central del PCR-USA
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