miércoles, 17 de octubre de 2018

Cuando la nueva imperialista Arabia Saudita se atreve a pararse en dos patas ante la vieja potencia imperialista estadounidense


Por Quibian Gaytan


La desaparición y brutal asesinato del periodista Yamal, natural saudí y residente en EE.UU., y muy ligado a los altos medios de “información” de dicha superpotencia imperialista (es decir, pues, del espionaje y subversión contra su propio país), en el Consulado Arabia Saudita en Ankara, Turquía., se ha destapado una auténtica Caja de Pandora. De pronto las contradicciones interiimperialistas han conocido un nuevo inusitado alto vuelo. El imperialismo yanqui, como el viejo caporal –bajo la presión de la opinión pública patriotera local y la de las “ventajas políticas” que sacarían sus socias y rivales-, no ha tenido otra que blandir el garrote y amenazar con sanciones. Pensando que tendría contra la esquina a su tradicional viejo lacayo y así sacarle mayores ventajas económicas y políticas, pero la criada (eso creía Trump) le ha salido respondona.

El supuesto rey de arenas y ovejas, aunque sentado en un trono de petróleo, habría de bajar la cabeza, sumiso como ya era tradicional, por lo menos así lo consideraban los imperialistas yanquis con a la cabeza Trump, y correría a satisfacer con sus exigencias imperiales. Se ha parado en sus dos patas y desafiante y vociferante le ha espetado en la cara: “¡Si aprobáis sanciones, destruiremos vuestra economía y nos acercaremos a Rusia e Irán!”.

Si bien es cierto, nadie puede esperar más, tal respuesta de Riad en modo alguna mostrería una toma de posición antiimperialista o una cualquier veleidad revolucionaria, el bofetón en pleno rostro de Trump ha sido dado. Y Salman sabe como se las traga el Tío Sam y ha de esperar la respuesta airada y bélica por una tal osadía.

Por lo pronto, se ha acrecido los temores de los capitalistas burocráticos saudíes ante las consecuencias de una aprobación del Congreso estadounidense y aplicación internacional de las sanciones –ya obsecuentes y con las bolsas abiertas, a ver que sacan del encontronazo que se avizora, se han juntado a EE.UU. el Reino Unido, Francia y demás imperialistas occidentales se han cuadrado con las mismas- contra el reino árabe. Así, como primera consecuencia, el índice bursátil de la Bolsa de Arabia Saudita ha caído en un 7%. A la vez, que la gran prensa imperialista internacional se dedica a levantar polvareda y a atronar los cielos: sobre la “bestialidad sanguinaria” del reino “feudal”, su violación flagrante a la soberanía de Turquía y por tal “crimen de lesa humanidad”. ¡Ellos, los imperialistas y colonialista, los que tienen su poder y sus manos tintas en sangre de millones de seres poblantes del Tercer Mundo o no, precisamente se erigen en paladines del “derecho internacional”, del “respeto a la integridad soberana de los Estados” y en la condena del atentado contra la libertad de prensa! ¡Ahora y sólo ahora! ¡Hipócritas!

En respuesta, a la amenaza de aplicación de tales sanciones, así como el ser presumible una agresión armada coaligada, las autoridades saudíes han hecho pública una declaración amenazando con “una acción mayor” contra EE.UU. y demás potencias imperialistas occidentales.

Posición asumida por Riad que la Televisión estatal ha expresado: “Si EEUU impone sanciones a Arabia Saudí hará frente a un desastre económico que hará temblar al mundo. Riad es la capital de su petróleo y puede afectar a la producción y los precios del petróleo… Si el precio de 80 dólares el barril ha irritado al presidente Trump, nadie sabrá cómo reaccionar si el precio llega a 100 o 200 dólares el barril y quizás el doble de esa cifra. Arabia Saudí podría comenzar a fijar el precio del petróleo en la moneda china, el yuan, en lugar del dólar”. “Además, EEUU se verá privado del mercado de Arabia Saudí, que es una de las 20 mayores economías del mundo”.

Y jugando, hábilmente, por ahora simple bravuconada,  con las contradicciones interiimperialistas, peculiarizadas hoy por el choque entre las Superpotencias imperialista en todos los terrenos –comercial, financiero, industrial, cultural, en la política internacional y en sus carreras desenfrenadas por zonas de inversión para sus capitales y áreas estratégicas militares- y que se han convertido en base de la multipolaridad en desmedro de la monopolaridad estadounidense. El rey Salman y sus estrategas saben y saben muy bien, dada sus largas migas con le superpotencia imperialista norteamericana, que esta ha perdido su papel hegemónico en el mapamundi capitalista.

Sabiendo ello, el régimen autocrático burgués de Arabia Saudita juega al viejo “juego del péndulo”, el asar sus castañas entre las múltiples contradicciones que sacuden al Sistema Imperialista Mundial. Oscilando entre ya la superpotencia estadounidense, hoy en estado decadente, y las Superpotencias imperialistas rivales de aquel: principalmente China socialimperialista, Rusia y demás países neoimperialistas (India, Pakistán, Rodesia, Irán y otras).

Así, sacando lecciones y utilizándolas para saltar el bache (el asesinato del periodista Khashoggi) llega a la conclusión: Arabia Saudí Arabia estará (¡lean, lean!) entonces más cerca de Irán que de EEUU… y Hezbolá y Hamas dejarán de ser enemigos para convertirse en amigos”. Sobretodo que Rusia y China están preparados para satisfacer las necesidades de Riad”.
Cerrando este artículo, como perla en la corona de la reina, apunto dos hechos de máxima importancia estratégica en daño de los planes geopolíticos y militares sustentadores de la hegemonía yanqui mundial y de su capacidad de enfrentar el reto del bloque euro-asiático:¡La posible construcción de una base rusa en Tabuk y la amenaza saudí de destruir el valor del dólar vendiendo masivamente sus bonos en el mercado de la deuda pública estadounidense

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