10 de noviembre de 2010 —La visita de Obama a la India que acaba de concluir, fue un desafortunado acontecimiento. Sin embargo, Gran Bretaña y amigos aprovecharon este acontecimiento desafortunado para proclamar que la visita fue organizada para fortalecer las relaciones EU-India a fin de "tener vigilada la influencia de una China cada vez más agresiva". The Economist, vocero de los sirvientes del Imperio Británico, declaró en su último número que el viaje de Obama fue un esfuerzo para promover una alianza en contra de China. "Las relaciones India-Estados Unidos son tan buenas actualmente que Barack Obama recibió un caluroso recibimiento a pesar de que llegó con muy poco que decir... Pero lo que es más importante, cada país mira con preocupación el creciente poder económico, militar y diplomático de China, en Asia y más allá, y voltean a verse uno a otro para que funja como una especie de contrapeso", dice The Economist.
El objetivo de estas proclamas y aseveraciones es provocar la paranoia entre los sectores que formulan la política china, respecto a que la visita de Obama iba le inyectaría nueva energía al esfuerzo de Washington para sitiar a China, usando a India como un actor clave en esta estrategia. "Es también probable que desate nuevas preocupaciones en Beijing, que ha tenido una relación contenciosa con India y ha expresado alarma de que los esfuerzos americanos por estrechar la alianza con las naciones asiáticas preocupadas por el creciente poder de China" escribió el New York Times.
Sin embargo, lo que los indios tienen que decir sobre este desafortunado acontecimiento, lo ejemplifica lo que dijo Sanjay Nirupam, miembro de la oposición en el parlamento: "En Mumbai, el presidente Obama sonó como un vendedor de las empresas de Estados Unidos, y en Nueva Delhi, sonó como el vendedor de India".
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