En cambio, José Stalin combatiente comunista desde su juventud hasta su muerte, realizador junto a Lenin de la primera revolución proletaria socialista, constructor del socialismo en un tercio del mundo, guía indiscutible en la formación del Campo Socialista, vencedor de la bestia nazifascista y enemigo intransigente del imperialismo y del capitalismo, se ha ganado merecidamente el odio feroz de la burguesía, de los fascistas y los renegados de todos los pelajes. De él, con miras de oscurecer su memoria, rebajar sus méritos y denegar sus aportes, teóricos y prácticos, a la causa de la emancipación social de la humanidad trabajadora y oprimida, que es lo que no se ha dicho: "asesino sediento de sangre", "tirano", "garitero", "mediocre", "paranoico", "dictador gobernando sobre millones de esclavos", pero, basta, no ensuciemos más estas líneas repitiendo tales mentiras, calumnias y difamaciones. Eso no merece ser refutado, se tira a un lado y ya. Desde Mao lo sabemos, ser atacado por el enemigo de clase, el que él nos pinte de negro, no es una cosa mala, sino buena. Ello demuestra que nosotros, revolucionarios proletarios, hemos sabido trazar una clara e irreconciliable línea divisoria con los contrarrevolucionarios burgueses, fascistas y renegados del marxismo-leninismo.
¿No creen ustedes que si Stalin hubiese sido un contrarrevolucionario, un traidor a los altos ideales de Marx y de Engels, de Lenin, un enemigo y saboteador de la causa de la revolución y construcción socialista en la URSS y en el mundo, un usurpador de la dictadura del proletariado y de la democracia socialista, la burguesía internacional y sus lacayos no le condecorarían, con medallas al pecho, exaltado su memoria y harían llorosas romerías ante su tumba en el Kremlin? Gracias a Dios, no es eso lo que ha sucedido. De todos los cinco Grandes Maestros del Proletariado Internacional, Marx, Engels, Lenin a Mao, Stalin ha sido el más atacado, calumniado y difamado. Tal odio del enemigo de clase, al contrario es prueba de su incuestionable dedicación a la causa de la emancipación de la clase obrera, del Marxismo-Leninismo y del comunismo.
Y ese papel destacado – dentro de la historia universal y de Rusia- desempeñado por Stalin lo reconoce, finalmente, en los últimos años de su vida un personaje como Alexandr Alejandrovich Zinoviev (1922-2006), el cual ha dedicado toda su vida política y labor intelectual a combatirlo e incluso alcanzado implicarse en tentativa de asesinarle:
“Yo era un antistalinista convencido desde que tuve diecisiete años. La idea de un atentado contra Stalin invadía mis pensamientos y mis sentimientos. Fui miembro de un grupo terrorista dispuesto a matar a Stalin e hice propaganda antiestalinista clandestina. Estudiábamos las posibilidades “técnicas” de un atentado. Luego pasamos a su preparación práctica, fui arrestado.
“Si me hubiesen condenado a muerte en 1939, esta decisión hubiese sido justa. Había concebido el plan para matar a Stalin, esto ¿no era un crimen?
“Mientras Stalin vivió, yo veía todo esto de otra manera, pero hoy cuando puedo sobrevolar este siglo, digo: Stalin ha sido la más grandiosa personalidad de nuestro siglo, el político más importante del siglo XX, y puede que uno de los más importantes de todo el milenio”. Por venir de quién viene, un anticomunista intransigente pero honesto, la esencia de sus palabras deberían ser tomadas autocríticamente por parte de toda esa camada antistalinista de la izquierda burguesa de nuestro país.
Para mí, como para el camarada Quibian mí maestro, el camarada José Visariónovish Stalin ha sido el más grande Marxista-Leninista que ha existido a lo largo de la primera mitad del siglo XX. El ha concebido de propia iniciativa mental y labrado con sus propias manos ese sitial que, justamente tiene el Pensamiento de Lenin en la historia del Movimiento obrero, es conceptualizado como Marxismo-leninismo segunda gran etapa de desarrollo del marxismo. Desde ese entonces, así como ya no se podía ser marxista sin ser leninista tampoco se puede ser marxista-leninista sin ser Stalinista. Dado que existe una unidad, armoniosamente concatenada e irrompible, teórica y práctica entre el Pensamiento científico y revolucionario de José Stalin y el Pensamiento creador de Lenin.
El camarada Stalin, fiel discípulo y continuador de Lenin, ha sido un gran impulsor de la causa de la emancipación de la clase obrera del infamante yugo de la esclavitud asalariada, del socialismo y el comunismo. Él supo, atenido firmemente al Marxismo-Leninismo y a la Línea General de la construcción socialista hacia el comunismo, guiar a los pueblos soviéticos por la senda de la afirmación del Poder Soviético, la industrialización y la colectivización agraria y la culturalización socialistas; enfrentar y derrotar a los elementos antisocialistas de dentro y de fuera del Partido leninista y del Estado Soviético; combatir eficazmente la subversión capitalista y aplastar contundentemente la agresión de la bestia nazista hitleriana. Vivo Stalin todo enemigo de clase, interno o externo, fue forzado a morder el polvo y apretar moribundo con sus garras asesinas las hierbas del sagrado suelo soviético.
Cuando Stalin murió, 3 de marzo de 1953, legó a los pueblos soviéticos, a los revolucionarios proletarios de todos los países y a los pueblos en lucha por su liberación nacional: (1) Con la reconstrucción de la economía socialista soviética y la unidad de los pueblos soviéticos la más poderosa base de apoyo multinacional de la revolución proletaria mundial. Una economía con una fuerte base económico-industrial, roto el monopolio del arma atómica de los imperialistas yanquis, sentadas las bases de una potencia socialista espacial, altamente desarrollada científicamente y culturalmente; (2) La creación de un crecientemente poderoso Campo Socialista; (3) La más fuerte unidad comunista en los primeros países socialistas, la unidad y fortaleza del Movimiento comunista internacional, y la unidad de éste con el movimiento revolucionario liberador de las colonias, neocolonias y países dependiente.
Esas son algunas de sus principales contribuciones a la humanidad entera, a la causa de la clase obrera, al socialismo y al comunismo.
Él, hoy sigue siendo la piedra miliar que separa a los auténticos comunistas, revolucionarios proletarios, de los falsos comunistas, de los revolucionarios pequeñoburgueses: mientras su nombre sigue siendo la Gran Bandera Roja de lucha por la conquista del socialismo y del comunismo, flameante a la cabeza del ejército de los proletarios y oprimidos del mundo. Sus detractores y enemigos, en cambio, se han ido uno tras otros desenmascarando como milicianos políticos del ejército la contrarrevolución internacional y se hunden en la porquería de la historia, junto a su burguesía moribunda.
Saludamos orgullosamente con motivo de este 93º Aniversario de la Gloriosa y Gran Revolución Socialista de Octubre llevando la enseña y haciendo nuestras las enseñanzas del Gran Maestro del Proletariado Internacional, camarada José Stalin, enemigo irreconciliable de imperialistas, fascistas y renegados. Demostremos, aquí en Panamá, ser dignos discípulos suyo ayudando a la construcción del Partido Comunista (Marxista-Leninista) de Panamá, necesaria herramienta para ir Por la Independencia Nacional y la Nueva Democracia Popular al Socialismo.
Pablo Antonio Fuentes
7-11-10
PC(ML)P
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