El Gran Sol Rojo del Amanecer

domingo, 28 de noviembre de 2010

Los militares en defensa de sus Intereses Al servicio de las clases dominantes y del imperialismo norteamericano-brasilero



El 6 de octubre el mártir viviente, casi convertido en mártir (de sus propios actos) dio lugar al impetuoso agravamiento de la crisis política y militar, con el que la sociedad paraguaya está acostumbrada desde hace muchos años.

Este agravamiento de la crisis se produjo como consecuencia directa del fracaso del pacto componendista, que consistió principalmente en que el gobierno de Lugo concediera ciertos pedidos de cargos, áreas de influencia, etc. a la ANR, al PLRA, UNACE Y PPQ (partidos de la oposición latifundista y burguesa), a cambio de que estos partidos disminuyeran sus críticas al gobierno y aprobaran leyes enviadas al parlamento. En estos acuerdos estuvo ausente el tratamiento del problema de los ascensos militares.

 En esta situación de crisis política (Ver Unidad Paraguaya de Septiembre y ADELANTE -periódicos del Partido Comunista Paraguayo (independiente) de agosto,  es que  el grupo de militares, que había quedado relegado en sus ascensos por las arbitrariedades de sus anteriores jefes, decidió levantar la cabeza con el fin de defender sus propios intereses, como pieza clave del poder del Estado  -la más importante.

Hasta hace poco tiempo los altos jefes militares que provenían de las filas stronistas, del general traficante A. Rodríguez y de su sucesor L. Oviedo, eran quienes tenían la sartén por el mango en el tema de las promociones y ascensos.

Descompusieron por completo el escalafón militar que ya había comenzado a desintegrarse en la época del régimen militar de Stroessner..

 Estos jefes militares se identificaban claramente con sectores determinados del partido Colorado, en el que tenían a sus parientes y socios comerciales para hacer buenos negocios a través del aparato del Estado. Tomaron la misión de proteger a sus compañeros de remesas o amigos cercanos y recomendados, contra las acusaciones de corrupción y otros delitos que arrastran.  Bien conocidos por todos son los casos del general B. Soto Estigarribia y Liseras, alineados hasta donde se sabe con el sector del maltrecho  N. Duarte Frutos.

Surgió luego el sector  liderado por el general Bareiro S. con antecedentes de fuertes
enfrentamientos con L.Oviedo y sus amigos, después que estos fueran defenestrados a raíz de las luchas populares de Marzo de 1999.

Desde los tiempos del General J.F. Estigarribia e H. Morínigo,  hasta ahora, todos los jefes militares fueron asesorados y dirigidos por la “Scola da Guerra” del Brasil,

    El grupo de militares encabezado por el “verde amrelho, B. Spaini -más papista que el Papa- llevó al extremo la inquietud por los ascensos frustrados, por razones políticas. Impuso al gobierno de Lugo su modalidad, con el fin de “defenderlo”. Pretextos no faltaron, hasta se hicieron pasar por “demócratas y “anti-imperialistas”, aprovechando el oportunismo de los chupamedias de siempre (como Luis Casabianca y N. Amado que usurpan el nombre de nuestro partido) y de otros dirigentes pequeñoburgueses que exaltan el camino “pacífico” de la revolución, listos para encontrar “cualidades” en donde sólo hay basura y sobre todo intereses del imperialismo norteamericano-brasilero, de los grandes latifundistas y capitalistas importadores y exportadores.

Lo concreto es que estos jefes militares que desarrollaron el método de barridas en las cúpulas, para “fortalecer” el alicaído “espíritu de cuerpo” de las fuerzas armadas con amigos de las mismas remesas, desmoralizaron más profundamente a los oficiales hasta el grado de mayor y a muchos jefes (generales de brigada y de división), que estaban pendientes de sus ascensos para completar sus carreras en forma organizada. A esto se debe el desinterés de los jefes y oficiales para atender en serio los asuntos militares, y la baja moral demostrada en su lucha contra las masas populares, contra aquellos que están alineados con secuestros, contra delincuentes del narcotráfico y contrabandos.  Sus envidias con las fuerzas policiales  mejor pagadas y pertrechadas. Los frecuentes robos y malversaciones de fondos descubiertos unos tras otros.

Este sector de militares muy disconformes, aspiraba a lo que su delegado -el nuevo ministro de defensa general C. Pérez Bordón- definió como el “sistema piramidal de mandos”, que significa el respeto a la antigüedad en los ascensos de oficiales, luego convertidos en jefes militares.

Estas son las dos líneas de organización de las fuerzas armadas, que están en una profunda contradicción y empujan con ello la crisis política existente, como reflejo de la profunda crisis económica que afecta al país.

 El tema de los ascensos por antigüedad y por idoneidad, es un reclamo guardado en lo hondo del sentimiento de los oficiales, quienes a raíz de las manipulaciones políticas de los ascensos, no entienden para qué entraron a la carrera militar, para qué tantas guardias, traslados, inclemencias, etc. si al final, cuando se acercan a cargos mejor pagados y con más capacidad de influencia, serán destituidos por el advenedizo de turno, que llegó al más alto rango mediante influencias de algún sector económico o político, (latifundistas, grandes empresarios de la construcción y proveedores de electricidad o combustibles, etc.) Y por no formar parte de la rosca de negocios de familias o de remesas.

 Es éste sector de militares, aliado con políticos de distintos sectores que manejan influencias, es el que aprovechó la incapacidad física de Lugo para “hacerse de un lugar al sol...”, El presidente en este caso en lugar de un avión brasilero para estar presente y evitar este agravamiento de la crisis, hubiera debido utilizar no menos que una alfombra persa voladora mágica... 

El ministro de defensa y la Comisión de Calificaciones de las fuerzas armadas, que había sido preparada para este efecto en el acomodo anterior, sobre la base del descrédito de B. Spaini con la embajada norteamericana, decidió barrer con la cúpula de aliados en familia y amigos, más interesada en el aspecto político para dirigir el gobierno, muy debilitado, con riesgo de caer en manos de gente que no tiene la bendición completa de los mandos militares brasileros y de Itamaraty, que en atender el aspecto gremial-militar profundo a la vez que antiguo.


AGRAVAMIENTO DE LA CRISIS POLÍTICA

Los oficiales y jefes militares que se embarcaron en la aventura de imponer su posición gremial (y económica, no muy clara todavía), lograron desestabilizar aún más el débil andamiaje político  fraguado con la componenda.

 Al no poder “jurar” N. Duarte Frutos como senador, del grupo mayoritario del Partido Colorado (ANR), se rompió el pacto   con  los colorados; estos se desbandaron y  comenzó a esfumarse (descompensaciones físicas fuertes de por medio) la idea del presidente de terminar su mandato como mártir viviente... Reapareció como por arte de magia el fantasma del juicio político y otros no menos inquietantes.

Este golpe de mano dado por los oficiales y jefes, frente al temor de que por causa de una posible falencia de Lugo, sus reclamos fueran a parar  al cesto del olvido, refleja en forma aguda, la profunda crisis política en la que se debate nuestra nación.

No se debe menospreciar el poder de las fuerzas militares y policiales, parte fundamental del Estado al servicio de las clases dominantes. Mucho menos hay que dejarse engañar por los que dicen que las fuerzas armadas “se democratizan”... Éstas  pelearán    contra el pueblo en forma cruel y sanguinaria, para atajar sus luchas, para eso han sido preparadas. Sólo grandes luchas populares en todas las formas y medios podrá, talvez, lograr que una parte de las fuerzas armadas se separe y pase al lado del pueblo.

Por ahora, lo que se puede ver  es que los enemigos de la nación paraguaya están divididos y más debilitados que nunca antes. Esta situación dará lugar indefectiblemente a nuevas y más decididas luchas de las masas populares.

La unidad de toda la nación contra el tratado antinacional de Itaipú, contra la dominación norteamericana-brasilera que se apoya en él va ganando terreno. La unidad nacional por encima de los colores partidarios se reforzará.




Tomado de UNIDAD-PARAGUAYA


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Datos personales

periodista obrero. Comunista (marxista-leninista). Antiimperialista, anticapitalista y antimilitarista.