En un intento por evitar el
pánico “por el comercio”, la Reserva Federal empieza a entrar en pánico
(Nota de Luminoso Futuro: Cuando las bases de un edificio comienzan a crujir se
hace evidente el inevitable derrumbe. Para muchos el que el imperialismo en las
últimas décadas se haya desaforado en sus acciones internacionales -como
podrían ser su estado de guerra permanente, sus amenazas e injeracionismo bélico
y político contra países, Estados y naciones soberanas –independientemente sean
parte del tercer o del segundo mundo-, viola descarada y cínicamente del
Derecho Internacional (establecido preferentemente por todas las grandes
potencias imperialistas y por él mismo), estableciendo bases militares por
doquier, aprobando astronómicos presupuestos de guerra; robando abiertamente y
sin vergüenza alguna fondos estatales y empresas de naciones independientes
depositados en su Banca, dicta sanciones económicas y políticas unilaterales,
chantajea impúdicamente con su maquinaria
militar a la menor manifestación de disentimiento y no alineación para con sus
miras dominacionistas, etc-, les parece que dicha Superpotencias imperialista
se encuentra en un estado de histérica ofensiva histórica, estratégica. Se
equivocan. Pues, sólo miran al imperialismo yanqui con un solo ojo. No ven
críticamente el propio movimiento económico de la misma, los sacudimientos sistémicos
que suceden su estructura material interna. Que nos está indicando el
debilitamiento agónico de una superpotencia imperialista que ya ha perdido la
batalla en la guerra por la hegemonización monopólica del planeta. Esto en
beneficio de sus socias y rivales del bloque económico y político euroasiático,
China y Rusia, las superpotencias imperialistas en ascenso. Las que aplican
nuevas formas y estilos de política neocolonialistas y se posesionan imbatibles
zonas continentales estratégicas que las ubican privilegiadamente en la entrante
redivisión económica y territorial del mundo capitalista. Que, por otro lado, no
logran ver los cambios transcendentales ocurridos en los últimos 30 años, los
que nos están marcando que el aspecto principal de una contradicción principal
del momento de la época histórica ha cambiado. La explicación de tal fenómeno
sólo puede ser explicado a la luz del Marxismo-Leninismo-Pensamiento Mao
Tse-tung sobre la base del análisis económico de la ocurrencia, y de lo cual la
crisis económica-financiera-comercial mundial del 2008 sólo ha sido una
manifestación de ello. El imperialismo estadounidense ha perdido la guerra por
la hegemonía mundial, en beneficio de dos nuevos gendarmes mundiales que han
venido a suplantarlo.
¡Abajo los estereotipos, abajo
las verdades petrificadas!
De seguido, ponemos a manos de
camaradas y amigos un material de reflexión. Se trata de un artículo que, no
proveniente del pensamiento marxista-leninista, nos brinda un elemento esencial
necesario para ulteriores análisis de la actual situación internacional y
aproximarnos críticamente a la actual fase de la Crisis General del Sistema
Capitalista Mundial y la perspectiva del tránsito por la que pasará,
inevitablemente, la revolución proletaria internacional).
Los días 3 y 4 de junio, tres
funcionarios de alta jerarquía en la Reserva Federal salieron en público a
hacer promesas “a los mercados” con anuncios que parecían un re punto de
regreso a los programas de “Emisión Cuantitativa” (EC), con medidas inminentes
recortes en las tasas de interés para el segundo semestre de 2019. Los medios
informativos financieros culpan de esto a la política de aranceles y sanciones
del Presidente Donald Trump que desestabilizaron los mercados financieros el
mes pasado, pero en realidad las tasas de interés de los certificados del
tesoro de EU de largo plazo han venido cayendo constantemente durante los
último seis meses, cuando de manera repentina revirtieron el ascenso de dos
años. Esta es una de varias señales muy claras de una recesión.
El lunes 3, el presidente de la
Reserva Federal de St. Louis, James Bullard, dijo que “se podría justificar
pronto un recorte en las tasas de interés”. El martes 4, el propio presidente
del Sistema de la Reserva Federal, Jerome Powell, dijo en una conferencia en
Chicago que la Reserva estaba preparada “para ayudar a sostener la recuperación
con lo que sea necesario”. En una clara referencia a un regreso a la EC, Powell
dijo que “quizás es hora de retirar el término de ‘no convencional’ al
referirse a herramientas que se utilizaron en la crisis. Sabemos que es
probable que se necesiten herramientas como estas de alguna forma en el
futuro”. En la misma conferencia, el vicepresidente de la Reserva, Richard
Clarida, dio una entrevista a CNBC en la que prometió que habría cuando menos
un recorte adelantado; CNBC reportó que “los mercados financieros anticipan
cuando menos dos recortes en las tasas de interés antes de que termine el año”.
Hasta diciembre pasado, la Reserva estaba todavía aumentando las
tasas.
Los pedidos en las fábricas
estadounidenses, según se anunció el martes 4, solo aumentaron en 1.0% el año
pasado; la producción industrial solo aumentó 0.8% en el mismo período; la
encuesta del mentado índice promedio global de gerentes de adquisiciones
industriales no creció el año pasado. Esto sin contar la economía agropecuaria;
la analista del banco JPMorgan, Ann Duignan, envió un memorando a los
inversionistas el 13 de mayo, según Greg Henderson de la publicación
agropecuaria Drovers, que “las bases de la agricultura de Estados
Unidos se ‘deterioran rápidamente’” y esto está a la vista de todos los
estadounidenses.
Pero la disposición de la Reserva
Federal a volver al régimen de tasas de interés cero, es extraordinario, si se
considera que en mayor, la Reserva publicó un informe, y Powell hizo una
declaración al respecto, del creciente peligro de la deuda corporativa de alto
riesgo, la cual él advirtió que se encuentra en los niveles, con relación al
PIB, por encima del momento inmediato anterior al crac de 2008. Un artículo
publicado en Forbes el lunes 3, señala que el volumen de
préstamos apalancados en la economía estadounidense casi se ha triplicado desde
el 2007, mientras que el volumen de los bonos chatarra (que constituye la mayor
parte) se ha más que duplicado. Entre estas dos categorías, hay unos $4.5
billones de dólares (parte de los $14 billones que forman la deuda corporativa
no financiera en EU) que constituyen una deuda corporativa adicional que está
cayendo de manera sistemática en la categoría de la “deuda chatarra”.
Esta burbuja totalmente madura
para estallar, es lo que más le preocupa “sostener” a la Reserva Federal con el
regreso a la EC (es decir, imprimir dinero inorgánico para inyectarlo a los
bancos a cero intereses, antes de que revienten).
Tomado de Lyndon Larouche. 5 de junio de 2019
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