(Nota de Luminoso Futuro: Este Colectivo ofrece excusa a todos los
comunistas y revolucionarios proletarios por ofrecerles este artículo, todo él
una porquería revisionista, encaminado a socavar las bases ideológicas y
pilares políticos de los comunistas (marxistas-leninistas-maoístas) de todo el
mundo. Los que siempre han sabido barrer sin piedad las argucias y artimañas
del revisionismo moderno, para poder confundir la mente de la gente. Con su
publicación buscamos, además, renovar el
llamado maoísta a estar vigilante ante las maniobras del revisionismo y los métodos de que se vale
para lograr eso).
Recordando:
El papel internacional de China, por el KKE
Coincidiendo con el
nuevo Congreso del PC de China (XVIII), publicamos un artículo de Elisseos
Vagenas, responsable de RRII del Partido Comunista de Grecia (KKE) que fue
redactado el año pasado analizando el papel internacional de China
El homúnculo revisionista N. S. Kruschev |
El surgimiento de China como nueva
potencia mundial concentra la firme atención de varios analistas así como de
simples trabajadores en todo el mundo. Se expresa gran interés de parte de
personas politizadas que tienen conocimientos sobre la época de las
revoluciones sociales que inició con la Revolución de Octubre de 1917 en Rusia
y llevó a una serie de grandes luchas y revoluciones sociopolíticas en todo el
mundo, entre otras la Revolución China. El interés sobre la fuerza creciente de
China es contradictorio porque se realiza bajo las banderas rojas y con el
Partido Comunista de China en el poder.
Sin embargo, una de las “lecciones” que
hemos sacado de la contrarrevolución en la Unión Soviética es que los comunistas
no deberían dejarse llevar plenamente por lo que decía el PCUS. Cada Partido
Comunista debería, firme en el principio del internacionalismo proletario,
estudiar con sus propias fuerzas los acontecimientos, la experiencia del
movimiento comunista internacional e intentar formar su propia opinión en la
base de la ideología marxista-leninista.
El KKE ejerce su derecho de crítica en el
movimiento comunista internacional y a fin de fortalecerlo, de fortalecer la
estrategia comunista, se opone a las desviaciones de los principios
marxistas-leninistas y de las leyes que rigen la construcción socialista,
mientras mantiene relaciones bilaterales con partidos comunistas cuyas
aproximaciones son diferentes.
En esta base, el KKE mientras mantiene
relaciones bilaterales con el Partido Comunista de China sigue estudiando los
desarrollos de manera sistemática, forma sus evaluaciones y las expone tanto al
PC de China como públicamente. Es bien sabido que desde su 17º Congreso (2005)
el KKE subrayó la expansión de las relaciones capitalistas en China. En los
años siguientes esta tendencia se ha fortalecido y se ha hecho aún más
evidente.
Desarrollos en relación con la posición
internacional de China
En la economía
El aumento de la fuerza económica de China
es un hecho incuestionable. Así, se considera que China, que ha superado a
Japón, es la segunda economía más grande en el mundo[1]después de los EE.UU.,
mientras que en 2010 superó a Alemania y ocupó la primera posición en la
clasificación mundial entre los países-exportadores. En el período
enero-octubre 2009 China exportó mercancías por valor de 957.000 millones de
dólares.[2] Las exportaciones cubren el 80% de los ingresos de divisas del
estado.[3] China exporta 50.000 diferentes productos a 182 países mientras con
80 de estos ha firmado acuerdos comerciales y protocolos de cooperación. Los
socios comerciales principales de China son los grandes países capitalistas
(Japón, EE.UU., países de la UE), que representan el 55% de las transacciones
de su comercio exterior.[4]
Un hecho que indica el cambio que ha
ocurrido en los últimos veinte años es que mientras en 1993 China exportaba
petróleo, hoy en día se ve obligada no solamente a hacer importaciones, sino
que desde 2009 se compara con los EE.UU. en las importaciones mundiales de
petróleo.
En 2010, China ocupó la segunda posición a
nivel mundial (después de EE.UU.) en número de multimillonarios (130 personas)
cuya propiedad se incrementó en 222% dentro de un año. Además, se estima que
las 1.000 personas más ricas en China dentro de un año aumentaron su propiedad
en un 30%, llegando de los 439 mil millones de dólares a los 571 mil millones
de dólares.[5]
Podríamos contraponer a los elementos
anteriores otros que muestren la miseria y la explotación que experimentan
cientos de millones de trabajadores en China actualmente como resultado de la
política de “¡Enriquézcanse!” que sigue el Partido Comunista de China durante
los últimos 30 años. Solamente mencionamos que según las estimaciones de la
unión de empresarios chinos tal como ha sido transmitido por la televisión
china: el 8,5% de los 500 más grandes monopolios en el mundo son chinos (43
empresas). Aunque en este momento los monopolios americanos consiguen dobles
ganancias que los chinos, la tendencia es que los monopolios chinos tengan
mayor rentabilidad y mayor rapidez de acumulación que los estadounidenses.[6]
Los datos oficiales muestran que en el
período 2004-2010 el número de empresas privadas en China se incrementó en un 81% y alcanzaron las 3.596 millones empresas. [7] Las ganancias de
las 500 empresas privadas más grandes se incrementaron en 2009 un 23,27%.[8]
Al mismo tiempo, estas empresas, junto a
los monopolios estatales chinos, han aumentado el antagonismo internacional. De
estas empresas 117 participaron en 481 proyectos de inversión en el extranjero
a los que se destinan 225,27 millones de dólares.[9] En total, en 2009 las
inversiones directas chinas en el mundo llegaron a los 56,53 mil millones de
dólares (el 5,1% de las inversiones mundiales), colocando China en la
quinta posición de la lista mundial de inversores mundiales.[10]
Debido al creciente poder económico de
China en junio de 2010 una serie de bancos internacionales (como HSBC, Deutsche
Bank, Citigroup) promovían empresas a utilizar en sus transacciones la moneda
china, el yuan, en vez del dólar.[11]
Al mismo tiempo, en septiembre de 2010,
China aumentó las compras de bonos estadounidenses en 3.000 millones de dólares
y ascendió a los 846,7 mil millones de dólares manteniendo su posición por
encima de Japón como principal poseedor extranjero de bonos del
tesoro de EE.UU.[12] Además, firmó un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI)
para comprar bonos suyos por 50 mil millones de dólares.[13]
Cabe destacar la intención de China de controlar la mayor cantidad posible de recursos naturales que cada vez más pasan bajo el control de las empresas chinas. Este
esfuerzo se centra en África. Es indicativo el hecho que a mediados de la
década de 1990 el comercio de China con todo el continente negro fue
aproximadamente 5-6.000 millones de dólares, en 2003 se incrementó a los 18.000
millones de euros y hasta 2008 a los 100 mil millones de euros.[14]
Actualmente, en casi todos los países de África la presencia económica de China
es significativa. En la zona de cobre de Zambia y de la República Democrática
del Congo se encuentra la Chinatown con el crecimiento más rápido en el mundo.
Sudán se ha convertido en uno de los principales proveedores de petróleo en el
mercado chino. Cada día se envían a China 600.000 barriles de petróleo sudanés.
Un tercio de las importaciones de China procede de África y sus proveedores más
importantes son Angola, Guinea Ecuatorial y Sudán. Además, el petróleo llega en
China desde Chad, Nigeria, Argelia y Gabón.
A cambio del acceso a los recursos
naturales de los países africanos, China invierte en infraestructura vial y
portuaria, en infraestructura necesaria para la reproducción de la fuerza de
trabajo (construcción de escuelas, hospitales, viviendas) así como
infraestructura industrial. En Angola y Mozambique las empresas chinas
construyen carreteras y renuevan puertos y ferrocarriles. En la capital de
Etiopía, Addís Abeba y en Nairobi de Kenya empresas chinas construyen numerosas
obras.
Beijing está en busca de materias primas
tanto fuera de África como en regiones menos remotas. Realiza inversiones
significativas en la extracción de recursos naturales en Birmania (madera,
piedras preciosas). Según el ministerio de Planificación y Desarrollo Nacional
de Birmania, la entrada de inversiones extranjeras directas (IED) en el año
económico 2008-2009 se aumentó en relación con el año pasado casi 6 veces, de
173 a 985 millones de dólares, mientras el 87% de estas inversiones se debe a
China. Según algunas estimaciones el 90% aproximadamente
de la economía de Birmania se basa en capitales chinos.
Las empresas chinas que tienen actividad
en el Oriente Medio, sobre todo en Irán, dónde la inversión para la
construcción de una sola planta de producción de aluminio -para la producción
de 110.000 toneladas de aluminio al año- se estima que alcanzará los 516
millones de dólares. Irán compite con Arabia Saudita para proveer con petróleo
a China.
Otro de los principales proveedores de
petróleo a China es Venezuela. China invierte 2.000 millones de dólares para el
desarrollo del sector de extracción de petróleo en este país. Mientras en 2004
Venezuela vendía a China 12.000 barriles al día, en 2006 superó los 200.000 y
se calcula que en 2011 esta cantidad ascenderá a los 500.000 barriles. Este
petróleo se enviará a China después de la fase de elaboración en nuevas
fábricas que se construyen especialmente para el petróleo crudo de Venezuela.
El petróleo va a pasar por el Canal de Panamá, que ahora está bajo el control
de operaciones chino y se reforma en la base del plan de inversiones chino para
que puedan pasar los petroleros de Venezuela. China, para “atar” económicamente
Venezuela, había firmado en 2005 acuerdos de inversión de 9.000 millones de
dólares destinados al desarrollo de la infraestructura en Venezuela así como al
sector de extracción, a la agricultura y las telecomunicaciones.
China obtuvo un acceso significativo a los
recursos naturales de Siberia y Asia Central. En agosto de 2010 comenzó la
operación del oleoducto que une China con la riqueza natural de Siberia
Oriental. Inicialmente China importará de Rusia 15 millones de toneladas de
petróleo al año, con la perspectiva de duplicar la cantidad.
Además, China consiguió girar hacia su
parte del gas natural del mar Caspio construyendo un conducto desde
Turkmenistán con capacidad de transportar 30.000 millones de metros cúbicos. Al
mismo tiempo, está negociando con la empresa rusa "Gazprom" para la
construcción de dos nuevos gasoductos de potencia total de 63.000 millones de
metros cúbicos al año, lo que equivale aproximadamente a las cantidades de gas
natural que se canalizarán a través del «South Stream» desde Rusia al sur de
Europa. También se estima que China actualmente controla el 23% de la
extracción de petróleo en Kazajstán.
Aumento de su fuerza militar
Durante los últimos años China, igual que
otros países imperialistas, ha avanzado a un aumento significativo de sus
fuerzas armadas. Hoy en día, las fuerzas armadas chinas son las más numerosas
del mundo con 2.300.000 hombres. Sin embargo, como es bien sabido, ya no se
presta atención al volumen de las fuerzas militares sino a la adquisición de
sistemas de armas modernas y flexibles, a fuerzas militares bien armadas.
En 2010, los gastos militares de China aumentaron
oficialmente un 7,5% llegando a los 532,1 mil millones de yuanes (77,9 mil
millones de dólares)[15], que es casi 25% más que los gastos anuales de Rusia y
10 veces menos de lo que gastan los EE.UU. Sin embargo, cabe señalar que los
EE.UU. estiman que la cantidad real que China destinará a gastos militares en
2010 se duplicará alcanzando los 150 mil millones de
dólares mientras que dentro de 4 años, desde 2006,
esta cifra se ha cuadruplicado.[16]
Actualmente China tiene a su disposición
434 cabezas nucleares,[17] 1.500 misiles balísticos, la mayoría de los cuales
tienen un alcance de 2.800 kilómetros, 20 misiles con un alcance de 4.750
kilómetros y 4 misiles con un alcance de 12.000 kilómetros. Está en la tercera
posición a nivel mundial en posesión de submarinos y entre los 5 países que
tienen submarinos nucleares con misiles balísticos. En 2007, China derribó (con
un misil) un satélite suyo, mostrando que es capaz de tener actividad en el
espacio también donde desarrolla su propio programa espacial. Además, tiene
7.580 tanques y 144 buques de guerra y unos 1.700 aviones de combate de los
cuales los 500 son de cuarta generación, y lo de la quinta generación entrará
en función de misiones en 2018. Además, importa armas y construye por si misma
decenas de armas modernas comprando patentes de sistemas de armas o simplemente
copiándolos. Pronto dispondrá, entre otros, un portaaviones.
Según la Academia China de Ciencias
Sociales, hoy en día, China ocupa la segunda posición a nivel mundial en
términos de gastos de defensa, el volumen de las fuerzas armadas y sus
armas.[18] En conclusión, aunque China por ahora no se puede comparar con la
fuerza militar de los EE.UU., aunque se ha quedado atrás ante la posibilidad de
una respuesta disuasiva teórica al primer ataque nuclear (Rusia p.ej. dispone
de esta capacidad hoy en día), al mismo tiempo ha dado pasos importantes en el
sector de fuerza militar lo cual no ha pasado desapercibido por los EE.UU. sino
que lo constataron en informes de sus servicios respectivos y en artículos de
sus expertos.
Aumento de su presencia en las uniones
interestatales
China es miembro de la ONU desde su
fundación y miembro permanente del Consejo de Seguridad. Desde el año 2000
aumentó su participación económica de 0,995% a 2,053% del presupuesto de la ONU
en 2006, y desde 1988 ha planteado su candidatura para participar en las
“fuerzas pacificadoras” de la ONU. Desde entonces, ha participado en decenas de
operaciones “de mantenimiento de la paz” de la ONU (Liberia, Afganistán, Kosovo,
Haití, Sudán, Líbano etc) mientras tiene un “cuerpo de paz” de más de 6.000
hombres.[19][20] El ministro de Defensa de China, en un discurso dijo que China
en general ha participado hasta 2010 en 24 operaciones por el mantenimiento de
la paz con aproximadamente 10.000 hombres y es el primer país entre los
miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU en número de
participaciones en “operaciones de mantenimiento de la paz”.[21]
China junto con Rusia y los países
centroasiáticas formaron en 2001 la “Organización de Cooperación de Shangai”
(OCS) que aunque cada año realiza gran gimnasia
militar, no se considera como un “bloque” militar y promueve sobre todo temas
sobre la cooperación económica entre los países de la región y la política de
seguridad. Sin embargo, se demuestra la importancia que da China en una región
con gran riqueza natural como la de Asia Central que en las dos últimas décadas
se ha convertido en “manzana de la discordia” para los antagonismos
interimperialistas. Al mismo tiempo, desde 1991 China es miembro del “Foro de
Cooperación Asia-Pacífico” que se estableció en 1989 por iniciativa de
Australia y de Nueva Zelanda. En este participan actualmente 21 países que
concentran el 40% de la población mundial, donde se produce aproximadamente el
54% del PIB mundial y se realiza el 44% del comercio mundial.
Finalmente, participa en los foros de los
países capitalistas más desarrollados (en los G8 en calidad de observador y en
los G20 como miembro), y aunque no se ha establecido alguna organización
internacional especial coopera en el marco del grupo BRIC (Brasil, Rusia,
India, China) con países que pretenden aumentar su papel en la correlación
internacional de fuerzas. Estos países se coordinan estrechamente en el marco
de los G20 mientras hacen esfuerzos de coordinación también dentro de la ONU.
Unas estimaciones sobre la posición y el
papel de China en el sistema imperialista internacional
Sobre su posición económica
1. China, especialmente a partir de los
años ‘80, ha vinculado su economía con el mercado
capitalista internacional. Es un hecho que el liderazgo chino no se lo niega,
sino que lo exalta. Participa ya activamente en el reparto capitalista mundial
como una grande fábrica de manos de obra baratas, con grandes tasas de rentabilidad
para los capitalistas que tienen la capacidad de invertir allí.
2. Como resultado de este giro, China ha fomentado relaciones estrechas con otras potencias imperialistas fuertes, ante todo con los
EE.UU., así como con Japón y la UE, de los que depende puesto que se trata de
una potencia mundial de exportaciones. Es “carne de la carne” del sistema
imperialista internacional. Esta relación de dependencia e interdependencia se
expresa también en la cuestión de bonos estadounidenses que posee China.
3. Mientras China se refuerza
económicamente, van aumentando sus necesidades en materias
primas y combustibles. Por esta razón se agudiza el antagonismo capitalista a nivel mundial
sobre el control de las fuentes de energía en Asia Central, en el Oriente
Medio, en África, en América Latina.
Como decía Lenin: “Los capitalistas
reparten el mundo, no como consecuencia de su particular perversidad, sino
porque el grado de concentración a que se ha llegado les obliga a seguir este
camino para obtener beneficios; y se lo reparten "según el capital";
"según la fuerza"; otro procedimiento de reparto es imposible en el
sistema de la producción de mercancías y del capitalismo. La fuerza varía a su
vez en consonancia con el desarrollo económico y político…”.[22]
El antagonismo por el reparto de los
mercados es especialmente cruel. Se ha demostrado recientemente por el esfuerzo
de círculos políticos-económicos de los EE.UU. de promover un proyecto de ley
que prevé sanciones para los países que se considera que mantienen su moneda
falsamente devaluada para lograr precios más antagonistas para las mercancías
que exportan conquistando partes de mercados y desplazando sus antagonistas.
A lo anteriormente mencionado se objetan a
menudo los argumentos siguientes:
1) La afirmación de que la URSS también
tenía relaciones económicas exteriores. Cabe recordar que: más de la mitad de
las operaciones comerciales de la URSS se realizaba con los demás países
socialistas del Tratado de Ayuda Económica Mutua. Aproximadamente 1/3 de las
transacciones de la URSS estaba relacionado con el petróleo y el gas natural,
que fue abundante en el país. De hecho, el crecimiento de sus exportaciones y
el desarrollo de las relaciones con los países capitalistas más desarrollados
se hizo en la década de los ‘60, bajo la percepción oportunista de la llamada
“coexistencia pacífica” y de la “emulación pacífica”. No obstante, incluso
entonces, la URSS no había tenido nunca 1/3 de los bonos estadounidenses ni
exportaba capitales. Por ejemplo a nadie se le había ocurrido que la URSS
podría comprar el puerto del Pireo y la zona de Thriasio. Estos elementos
demuestran una vez más la diferencia de calidad entre la China actual y un país
socialista como la URSS.
2) A veces se oye por varios lados que, en
oposición con las demás potencias imperialistas, China con sus inversiones en
los países en desarrollo no pretende saquear los recursos naturales de estos
países sino construir infraestructura (carreteras, edificios, instalaciones,
hospitales, escuelas etc.). Los propios chinos sostienen que su meta es que
estos países “mejoren el desarrollo de su infraestructura y promocionen las
cooperaciones empresariales”.[23] China aplica en los países en desarrollo
programas médicos especiales, programas de formación de cuadros de estos
países, disminución de los aranceles para las importaciones de productos de
estos países en China, absorbiendo el 50,1% de las importaciones de todos los
países en desarrollo por países menos desarrollados[24] mientras les ofrece
préstamos a bajo interés. Algunos presentan estos elementos como prueba de la
diferencia entre la China “socialista” y las demás potencias imperialistas.
Incluso si aceptamos que existe diferencia
en el modo que despliega China su actividad en África, Asia etc en comparación
con otras potencias imperialistas (algo que es bastante discutible ya que estas
también promocionan programas “humanitarios” y “educativos” respectivos en
países capitalistas menos desarrollados, p.ej. la UE fue el mayor proveedor de
ayuda y socio comercial de África[25]), de hecho estas medidas no hacen que
China sea diferente en cuanto al objetivo que sirven. El objetivo es la
facilitación de las inversiones chinas en estos países, el allanamiento del
“camino” para el capital chino que despliega su actividad; en breve el objetivo es la acumulación de capital. Esta actividad se refuerza por ejemplo
cuando existe infraestructura moderna (carreteras, puertos, aeropuertos,
edificios) así como infraestructura necesaria para la educación de la mano de
obra que es necesaria para que funcionen las empresas. Los préstamos a bajo
interés que ofrecen los bancos chinos o la absorción de las exportaciones de
estos países por China están relacionados con el esfuerzo de China por asegurar
por una parte mejores términos para la penetración de los capitales chinos en
estos países y por otra parte fortalecer sus relaciones con estos países
aspirando también a una alianza política en distintos casos en las
organizaciones internacionales (ONU, OMC etc.) donde, como veremos más
adelante, intenta desempeñar un papel líder en un grupo de países, junto con
los demás países capitalistas que refuerzan su posición internacional.
La proclamación de China como contrapeso a
los imperialistas
El interés en el seno del movimiento
comunista internacional por China está relacionado con la posibilidad que los
reordenamientos y cambios importantes a nivel regional e internacional que trae
el “ascenso” de China lleven a la creación de un nuevo “contrapeso” frente a
los imperialistas, o sea el papel que desempeñaba la URSS en el pasado.
Precedente histórico
Cabe señalar algunos acontecimientos del
pasado. Mientras existía la Unión Soviética la política externa de China se
coordinaba con la de los EE.UU. contra la URSS. Esta posición al principio
apareció como una postura crítica al giro oportunista del PCUS en su XX
Congreso. Sin embrago, en realidad ya sabemos que el Partido Comunista de China
al principio no se diferenció de modo abierto y esencial de las direcciones del
XX Congreso del PCUS. Su diferenciación se dio a conocer más tarde, debido a
los conflictos de la frontera sino-rusa. La postura del Partido Comunista de
China provocó cierto impacto a algunos Partidos Comunistas debido al deslizo
oportunista de la URSS a posiciones como para “paz perpetua y emulación” con
las potencias imperialistas en el marco de la “coexistencia pacífica”. No
obstante, el Partido Comunista de China no se limitó en criticar las posiciones
oportunistas tras el XX Congreso del PCUS. Eligió su estrategia que en práctica
en varios casos ha llevado a una actitud hostil frente al
movimiento comunista internacional y la URSS y en coordinación con los EE.UU. a expensas de los
intereses del movimiento revolucionario mundial. El Partido Comunista de China
se basó en la evaluación sobre los “tres mundos”. Según esta teoría el “primer
mundo” incluía las grandes potencias (de hecho la URSS se caracterizaba como
“potencia socialimperialista”), el “segundo mundo” que incluía los aliados
ricos de las grandes potencias y el “tercer mundo” que incluía los países en
desarrollo, como China entre otros.
De los casos más conocidos es la actitud
de China frente a la ayuda internacionalista de la URSS al Poder Popular
Revolucionario en Afganistán. China en este caso participó en el bloque de
fuerzas formado por los EE.UU. junto con Arabia Saudita, Pakistán y otros,
financiando las fuerzas sociopolíticas más reaccionarias en Afganistán que
luchaban contera el poder popular recientemente establecido con las armas en la
mano.[26] En un artículo publicado en “Washington Post” el 19 de julio de 1992,
sobre la táctica de CIA frente a Afganistán en 1980, menciona que China vendió armas a CIA y ofreció un número
menor de armas a Pakistán mientras subraya que “la importancia del papel de
China es uno de los secretos mejor escondidos de la guerra”.[27] Además, en
este artículo se mencionan los tipos de las armas que dio China para reforzar a
las fuerzas contrarrevolucionarias.
Otro caso característico es la actitud de China frente al pueblo de Vietnammientras luchaban por la
liberación nacional. China rechazó las propuestas de la URSS para la
organización de actividades comunes de apoyo a Vietnam. “El Beijing rechazó
las propuestas de la URSS de cerrar el espacio aéreo de Vietnam por los
invasores estadounidenses. Los líderes de China se negaron a conceder los
aeropuertos en el sur del país para el estacionamiento de aviones militares
soviéticos que pudieran defender Vietnam. Las autoridades chinas impedían el
transporte de material militar y de expertos de la Unión Soviética a la
República Democrática de Vietnam”.[28] Más tarde, pocos años tras la
liberación del país por los imperialistas el 17 de febrero de 1979, China lanzó
un ataque militar contra Vietnam. A principios de febrero de 1979 el
vicepresidente chino, Deng Xiaoping, había visitado Washington donde se refirió
a la necesidad de “dar una lección sangrienta a Vietnam” y fue
aplaudido por los políticos estadounidenses que le prometieron ayuda en armas
de parte de los países occidentales.[29] Tras 30 días de batallas, las
tropas chinas de 600.000 hombres que habían invadido Vietnam perdieron 60.000
soldados, unos 300 carros blindados, más de 100 cañones de gran peso y morteros
y se vieron obligados a retroceder.[30]
Como sabemos hoy en día, en aquel período
había muchos contactos y en varios niveles entre China y los EE.UU. El 4 de
noviembre de 1979 en el periódico “The New York Times” se filtró un documento
oficial que menciona que la ayuda militar de los EE.UU. al Ejército Popular de
Liberación de China se estima a unos 50.000 millones de dólares para “funcionar
como fuerza disuasoria frente al Ejército Rojo”.[31] Además, cuando el
Secretario de la Defensa Nacional para Investigación y Desarrollo Tecnológico,
William Perry, visitó Beijing en 1980 les informó a los chinos que el gobierno
de EE.UU. “aprobó licencias para 400 productos de uso doble y armamento. En
estos se incluyen materiales como equipos geofísicos, vehículos pesados,
aviones de transporte de tipo C-130 y helicópteros Chinook”.[32]
Otro ejemplo fue la postura de China en la guerra civil de Angola en que apoyó (a nivel económico y militar)
a las fuerzas de la reacción local que luchaban en un frente común con las
tropas racistas de África del Sur que habían invadido la República Democrática
de Angola. La Unión Soviética apoyaba la República Democrática de Angola con
armas y con asesores militares, mientras miles de revolucionarios cubanos
lucharon voluntariamente y contribuyeron significativamente en la derrota de
las tropas sudafricanas y la expulsión de las fuerzas de la reacción local.[33]
Hoy en día documentos recaracterizados de la CIA revelan que en aquel período
hubo una“coordinación” especial entre EE.UU. y China, incluso en las
operaciones militares que se llevaban a cabo en Angola.[34]
Según los datos actuales
Volvamos al día de hoy. Actualmente, en
China se desarrollan y predominan las relaciones capitalistas de producción,
participa en organizaciones imperialistas como la Organización Mundial del Comercio
y se ha integrado en el sistema imperialista. Su postura en asuntos
internacionales no se diferencia de la postura de las potencias imperialistas.
Su oposición en contra de los EE.UU. tiene que ver con asuntos del “reparto del
botín”, mientras ente ellos hay “concordancia” en cuanto a los derechos de los
trabajadores que se recorten por el “bien” de la economía del mercado y a
expensas de estados que sus actividades afectan algún “monopolio” de las
potencias imperialistas dirigentes.
Un tal ejemplo es la postura de China
hacia el programa nuclear de Irán. Se sabe que China
desarrolla una cooperación económica estrecha con Irán que constituye su
principal proveedor de petróleo. A pesar de esta cooperación, China, igual que
Rusia, se alinearon en septiembre de 2010 con los EE.UU., Francia, Alemania y
Gran Bretaña (“el Grupo de los Seis”) sobre el asunto del programa nuclear de
Irán pidiendo del último que retrocediese y aceptase los términos del Consejo
de Seguridad de la ONU sobre su programa nuclear. Poco antes, el julio del
mismo año, China había acordado en el Consejo de Seguridad de la ONU la
imposición de nuevas sanciones a expensas de este país.[35]
Un segundo ejemplo es la postura de China
en la cuestión de Kosovo. Aunque China por ahora
no ha reconocido oficialmente el Kosovo, igual que otras potencias
imperialistas, cabe señalar que con su presencia en el Consejo de Seguridad de
la ONU no fue firme y decisivamente en contra del ataque de la OTAN en los
Balcanes. Por otro lado, en la cuestión de misión de fuerza pacificadora con el
papel decisivo de la OTAN (la llamada KFOR), China abstuvo[36] mientras a
continuación participó en la ocupación de la OTAN con
fuerza policial.
Además, en el verano de 2010 el Consejo de
Seguridad de la Haya reconoció que la “independización” no se opone al Derecho
Internacional. Algunos jueces tenían una posición diferente ante este tema. Así
pues, en contra de la legitimación de Kosovo se posicionaron jueces de Rusia,
Eslovaquia, Brasil y Marruecos, mientras contó con el apoyo de EE.UU., Japón,
Alemania, Francia, Bretaña, México, Nueva Zelanda, Sierra Leone, Somalia,
Jordania. Como se menciona en la prensa, en esta decisión importante que
pretende cambiar las fronteras de los Balcanes, abriendo “el saco del Eolo” por
el surgimiento de otras cuestiones de minorías, el juez chino no participó por
razones que tenían que ver con el proceso.[37] Luego, Albania hizo un
llamamiento a Beijing para reconocer la independencia de Kosovo y para utilizar
su influencia en el Consejo de Seguridad de la ONU para que se reconociese
también por los demás estados miembros.[38]
Un tercer ejemplo es la visita del primer
ministro de China, Wen Jiabao, en Grecia en octubre de 2010. Cuando habló en el
Parlamento griego, el primer ministro chino dijo que China respalda un euro estable “porque tenemos la
convicción que una Europa unificada y poderosa puede tener un papel
insustituible en el desarrollo del mundo” y agregó que siente “alegría
al ver Grecia salir de la sombra de la deuda externa, reduciendo el déficit y
dando una perspectiva de desarrollo económico”.[39] En estas dos frases el
primer ministro de China y miembro permanente del Politburó del Comité Central
del Partido Comunista de China consiguió incluir por una parte el apoyo del liderazgo
de su país hacia el centro imperialista de la UE y por otra parte apoyar al
gobierno socialdemócrata del PASOK, que en nombre de la reducción del déficit
implementa un duro programa antipopular de medidas que reducen el valor de la
fuerza de trabajo en Grecia.
Los líderes chinos firmaron en Grecia un
número de acuerdos con el gobierno griego que constituirá una fuente de
rentabilidad para ciertos sectores de la plutocracia griega y nada más. La
famosa inversión china de 5.000 millones no es más que un apoyo a los armadores
griegos que sirve la industria astillera de China así como su objetivo de
penetrar aún más en el mercado de Europa a través de Grecia. Sin embrago, la
construcción, el uso, el funcionamiento de las infraestructuras portuarias, del
ferrocarril y de los astilleros y las respectivas actividades de los monopolios
chinos y de cualquier empresa griega intensificarán el desarrollo desigual a
expensas de las necesidades populares. La expansión y el fortalecimiento de la
actividad del capital en la construcción de infraestructura importante, en
combinación con la política antipopular, abarata aún más a los trabajadores
mediante recortes en los derechos laborales y los sueldos. De las exportaciones
de aceite sacan provecho los grandes industriales que controlan las
exportaciones de aceite, no los campesinos pobres cuya posición va empeorando.
Sin embargo, esta visita fue utilizada por el gobierno “socialdemócrata” del
PASOK para hacer los sectores populares creer que gracias a las inversiones de
China (así como de Qatar, de Israel etc, que se realizaron en el mismo período)
habrá desarrollo, así que crecerá la torta del PIB igual que las migajas para
el pueblo que caerán desde la mesa de los capitalistas. En realidad se trata de
un caso de salida capitalista de la crisis que no va a disminuir el desarrollo
que beneficia el gran capital, ni la pobreza ni el desempleo para el pueblo.
Este desarrollo socava las capacidades de producción del país y lo implica en
antagonismos imperialistas peligrosos. Así pues, no se puede hablar en ningún
caso de “contribución internacionalista” de China en la lucha del pueblo
griego.
En fin, aunque el Partido Comunista de
China todavía mantiene el título de “partido comunista” es sabido que en sus
relaciones internacionales desarrolla una cooperación estrecha también con la Internacional Socialista. En 2009 el Partido Comunista de China
organizó en Beijing un seminario junto con la Internacional Socialista sobre “un
diferente modelo de desarrollo, el modelo de la economía verde”. Al hablar
allí el presidente del PASOK y presidente de la Internacional Socialista,
G.Papandreou, “expresó la voluntad de la Internacional a reforzar las
relaciones entre las dos partes, y esta voluntad, como ha dicho, se demuestra
también por el seminario en curso”.[40] La cuestión de la “cooperación
más amplia en el marco de la Internacional Socialista” se discutió también
durante la visita y el encuentro del PASOK con el Partido Comunista de China,
el julio de 2010.[41]
En 2009 se publicó en China el libro “China
enfadada”[42] que tiene que ver con la posición de China a nivel mundial;
dentro de 3 meses vendió 700 mil copias y actualmente ha llegado a unos
millones de copias.
Entre otros menciona:
“Somos los más capaces de asumir el liderazgo
del mundo” ya que, como dice, China administra los recursos naturales a
nivel mundial más eficazmente en comparación con cualquier otro país en el
mundo, y consiguientemente debe llevar las riendas mundiales. Se menciona que
de ahí en adelante el ejército chino debe defender la soberanía del país
incluso fuera de las fronteras y dirigirse hacia los países donde “China
tiene intereses fundamentales” y defenderlos.[43] En realidad, lo que se
propone es la movilización del ejército chino allí donde operan capitales
chinos. Hay que recordar que hoy en día China desempeña un papel activo en la
llamada “lucha contra la piratería” (el gobierno griego en el
“comunicado conjunto”[44] que firmó con China durante la visita reciente del
primer ministro chino en Grecia, da las gracias a China por las “guardias” de
la flota militar china a los barcos griegos en el mar abierto de Somalia),
intentando controlar a nivel militar los importantes pasajes marítimos
internacionales.
En dicho libro se hace referencia a la “necesidad
de espacio vital” para China aludiendo a los amplios territorios de
Siberia que “deben ser cultivados por el gran pueblo chino”.[45]
Está claro que en la China actual este
libro no podría publicarse sin el consentimiento del PC de China. Por los que
quizás tengan dudas esto es lo que escribió el órgano del CC del PC de China,
“Zenmin Zinbao” (Diario Popular): “A última instancia, China parece
dispuesta a poner el Extremo Oriente ruso bajo su influencia fundamental de
modo que no cause preocupación a Rusia. La fuerza de esta influencia no se basa
en la afluencia masiva de colonos chinos, sino a la inesperada “chinificación”
de los rusos… Un buen día habrá una crisis significativa y ante los ojos de la
influencia política y militar debilitada de Rusia, estos rusos pueden recurrir
a Beijing y no a su propio gobierno. En tal situación hipotética el Oriente Extremo ruso podría llegar a formar una provincia de China”.[46]
Además, cabe señalar que a principios de
agosto de 2010 la representante del Ministerio de Defensa de Vietnam, Nguyen
Phuong Nga, dijo que: “Vietnam exige que China deje inmediatamente de violar
la soberanía de Vietnam”.[47] Y eso se debe al hecho que en el mar del Sur
de China donde existen yacimientos energéticos aparecieron los últimos años…
“zonas gris” y territorios de soberanía controvertida.
Por supuesto, en el marco de los
antagonismos se crean “ejes” y “contra-ejes” de cooperación. Vemos el primer
ministro de Italia, Berlusconi, que suele dirigirse a sus adversarios políticos
con la acusación dura de… “comunista”, que no tiene ningún problema en iluminar
“el Coliseo de Roma con color rojo “comunista” en honor del primer ministro chino que visita “la ciudad eterna”,
pretendiendo duplicar el comercio interestatal a los 100 mil millones de
dólares hasta 2015, así como un “desarrollo de los puertos y de otras
inversiones, puesto que buscan una ‘entrada’ estratégica en Europa”.[48]
Cooperación con Rusia, India, Brasil por
el cambio en la correlación entre las uniones internacionales
Durante los últimos años, China desarrolla
la coordinación y la cooperación con los estados que pretenden mejorar su
posición internacional (Brasil, Rusia, India y China), el llamado grupo BRIC,
así como la cooperación-alianza en organizaciones regionales como la
Organización de Cooperación de Shangai (junto con Rusia y las antiguas
Repúblicas Soviéticas de la centro-izquierda). ¿Se puede considerar que estas
cooperaciones y alianzas atacan al “mundo monopolista” de los EE.UU.?
En primer lugar hay que dejar claro que el
“mundo monopolista” no existe y nunca ha existido. Siempre ha habido una
escalada en el sistema imperialista internacional, con los EE.UU. en una
posición alta en el período posguerra dirigiendo la lucha contra el socialismo
en que la URSS desempeñaba un papel líder. El conflicto entre la OTAN-OCDE y el
Pacto de Varsovia-Consejo de Ayuda Mutua Económica fue una lucha de clases.
Tras el derrocamiento del poder soviético y la destrucción de la URSS se
intensificaron los antagonismos interimperialistas, en que los EE.UU. jugaban
un papel protagonista debido a su fuerza. Al mismo tiempo, debido al desarrollo
capitalista desigual, nuevas potencias imperialistas surgieron al lado de los
EE.UU., la UE y Japón que pretendían lograr parte de las materias primas, de
las rutas de transporte y de los mercados. Actualmente, esto se presenta por
los medios de comunicación burgueses y por analistas como un “mundo multipolar”
y como el fin del “mundo unipolar”. La desigualdad en el período de manifestación
de la crisis económica acelera los cambios en la correlación entre las
potencias capitalistas, sin hacer nuestro mundo más seguro o más pacífico.
Mientras no se resuelve a nivel nacional, regional y mundial la contradicción
entre el capital y el trabajo, mientras en la base de las potencias emergentes
esté el “apetito” del capital para nuevos mercados y materias primas, no habrá
cambios en dirección radical. Los estados que van ganando terreno en el sistema
imperialista internacional no pueden desempeñar el papel que jugaba
anteriormente la URSS porque se impulsan por el incentivo de la ganancia
adicional para sus propios monopolios. Lo mismo ocurre con China y no se puede
rebatir por la bandera roja y el título comunista que lleva el partido.
Además, cuando nos centramos en la
cooperación entre los países del grupo BRIC o de la “Organización de
Cooperación de Shangai” o en la coordinación que han logrado los ministerios de
relaciones exteriores de China, India, Rusia hay que recordar que este es solamente
un lado de la realidad imperialista. Detrás de este existe el lado del
antagonismo feroz y de los conflictos incluso entre estas potencias p.ej. entre
Rusia y China por la energía en Asia Central o las aspiraciones en el Extremo
Oriente ruso etc. Lo mismo se puede decir para las relaciones entre China y la
India en que aparte del asunto de las fronteras que queda pendiente (p.ej. en
agosto de 2010 la India mandó dos divisiones en Arunachal Pradesh[49]para
fortalecer las fronteras con China) existe un antagonismo feroz por la
hegemonía en la región de la Asia Oriental. Es característico que –como se dio
a conocer- el ministerio de defensa de la India realizó tanto en 2009 como en
2010 una serie de sesiones para examinar el asunto de la modernización de las
fuerzas militares chinas, planteando objetivos respectivos para las fuerzas
armadas de la India.[50]
Además, en los estados de América Latina
con el papel dirigente de Brasil, se desarrolla la tendencia de diversificación
de sus relaciones con los EE.UU. y por eso buscan fortalecer sus relaciones con
China, Rusia, la India e incluso con la UE. Los antagonismos y la cooperación
coexisten en el mundo imperialista donde la interdependencia y la suscripción
de alianzas van junto con el antagonismo y los antiejes.
Al mismo tiempo, los que consideran que
China constituye un “rompeolas” de la “unipolaridad” de los EE.UU. pasan por
alto el hecho que en 2001 China apoyó públicamente la denominada
“guerra contra el terrorismo” y la resolución del Consejo de Seguridad
1373/2001 que legisla la agresividad imperialista
utilizando como pretexto el “terrorismo”. Es claro que el movimiento comunista
internacional siguió una dirección completamente distinta cuando en el
Encuentro Internacional de Partidos Comunistas y Obreros en 2002 (que contó con
la presencia de 62 PP.CC.) señalaba que: “los acontecimientos del 11 de
septiembre sirvieron de coartada para el lanzamiento de un ataque sin
precedente contra las libertades y los derechos de los pueblos bajo el pretexto
de la guerra contra el terrorismo. Los imperialistas denominan terrorista a
cualquier movimiento de resistencia que lucha contra la globalización
capitalista y las resoluciones antipopulares que se adoptan por las
organizaciones imperialistas (FMI, Banco Mundial, Organización Mundial del
Comercio, UE etc), a movimientos antiimperialistas que luchan en contra de las
intervenciones y las guerras imperialistas y en contra de la OTAN, así como a
cualquier movimiento que lucha por la liberación nacional y en contra de
regímenes dictatoriales y fascistas”.[51]
La alianza de China con economías “en
desarrollo”
El 10 de julio de 1986, China expresó
oficialmente su voluntad de integrarse al GATT y el 11 de diciembre de 2001 se
convirtió en el 143er miembro de la Organización Mundial del Comercio (OMC) que
es la transformación del GATT.
Dentro de la OMC China pone de manifiesto
contradicciones secundarias dentro del sistema imperialista mundial. Jiang
Zemin en su ponencia en el 16º Congreso del PC de China habló de las “diferencias
en el desarrollo entre el Sur y el Norte” así como de la “presión de la
supremacía económica, científica-técnica y de otras de los países desarrollados”.[52]
Según ciertas estimaciones, China intenta presentarse constantemente como
representante y líder de los países en desarrollo.[53]
A pesar del ascenso de China en el sector
económico a nivel internacional, el liderazgo de China insiste en presentar el
país como “un país en desarrollo”.[54] Esta alegación se basa en tres
argumentos: a)el PIB per capita de China para 2008 fue de 3.300 dólares, es
decir China está en la 104ª posición en el mundo, b)de los 1.300 millones de
habitantes de China más de 700 millones son campesinos, c)la industria, la
agricultura y el sector de servicios en China tienen en el PIB una parte de
49%, 11% y 40% respectivamente mientras en otros países con mayor grado de
desarrollo capitalista, la industria y la agricultura tienen aún menores
porcentajes en relación con los servicios. El aumento del PIB en 2009 fue de 9,5%
en la industria, 8,4% en los servicios y solamente 4,2% en la agricultura.
La clasificación de la ONU y de la OCDE es
problemática y no representa la realidad de China igual que la caracterización
“país en desarrollo” empleado por el propio liderazgo de China. Estos fenómenos
de economía capitalista “en desarrollo” se deben a la profunda desigualdad entre la parte oriental y occidental. Los elementos
relativos que conciernen la parte oriental formarían una imagen más
precisa.[55] Por supuesto, en la parte oriental desarrollada ocurre lo que
ocurre en el capitalismo: concentración de los medios de producción en pocas
manos y aumento de la desigualdad social.
Desde este punto de vista, la alianza de
China con otras potencias (p.ej. India) de correspondiente tamaño de
desigualdad capitalista no la llevan en la misma posición con sociedades mucho
más atrasadas, como las en África o Asia. Sin embargo, en el nombre del
“retraso” se forman “visiones patrióticas” como esfuerzo de capturar el
movimiento obrero, los PP.CC., otras fuerzas radicales que se les pide que
olviden por ahora la lucha de clases y la necesidad de construir una sociedad
diferente y que se comprometen con la tarea del “fortalecimiento de la
posición que ocupa su país a nivel internacional”. A menudo, el objetivo “del
desarrollo nacional” se combina con un “antiimperialismo” selectivo que se
concentra solamente en contra de los EE.UU., que se caracterizan como
“imperio”, y quizás en contra de algunos estados poderosos de Europa
Occidental. Esta dirección sigue la teoría “de los mil millones dorados”
(de los 30 “países mas desarrollados” que pertenecen en la OCDE) que promociona
como criterio clave de la clasificación el consumo per capita de varios
productos por país.
Al mismo tiempo, los que enfocan tanto en
la clasificación en países desarrollados y países en desarrollo, olvidan que
incluso en los países capitalistas más ricos –como los EE.UU.- hoy en día se
manifiestan pobreza masiva y miseria en los sectores populares. Al mismo
tiempo, en los países más pobres se notan fenómenos de enorme riqueza, tal vez
más que en los llamados países desarrollados.
Εs válido el análisis de Carlos Marx que
dice que: “Cuando más productivo es un país en relación a otro, en el
mercado mundial, más altos serán los salarios comparados con los de otros
países. En Inglaterra, no sólo los salarios nominales sino (además) los
salarios reales son más elevados que en Europa continental. El trabajador come
más carne, satisface más necesidades… Pero, en proporción a la productividad de
los trabajadores ingleses, sus salarios no son más altos (que los salarios
pagados en otros países).”[56]
Así pues, si las fuerzas comunistas
renuncian a la consigna de la solidaridad internacionalista proletaria y
adoptan la idea de la división del mundo en “Norte y Sur” o de los “mil
millones dorados”, caerán fácilmente en la trampa de la “unidad” con el
denominado “capital nacionalmente orientado”, es decir con la burguesía
de su país (o con parte de esta) que pretende lograr una mejor posición en el
sistema capitalista mundial para si misma. Entonces, como comunistas habrán
revisado -conscientemente o no- la posición leninista principal sobre el “imperialismo,
fase superior del capitalismo” que significa el período reaccionario
del capitalismo, y por lo tanto de cada sociedad capitalista con mayor o menor
fuerza en el mercado mundial. Por eso la posición de China en este asunto
también -que trata de aparecer como “líder” de los países “en desarrollo”-
contribuye a la desorientación y creación de confusiones en el movimiento
comunista internacional, puesto que este esfuerzo es encabezado por un gran
país donde el partido que gobierna lleva el título “comunista”.
La supuesta “apertura” inevitable al
mercado mundial
El Partido Comunista de China y otras
fuerzas presentan el fortalecimiento paulatino de las relaciones capitalistas
como participación en la globalización: “Hoy en día, en este mundo cada vez
más globalizado, China no puede desarrollarse de manera aislada del resto del
mundo y por otra parte el mundo tampoco puede disfrutar de prosperidad y
estabilidad sin China”.[57] Sin embargo, el “mercado mundial” no es neutro;
es un mercado en que se intercambian mutualmente productos de producción
capitalista por otros de producción socialista. No es nada nuevo el fenómeno de
la llamada “globalización” en cuyo nombre se lanza un ataque contra el nivel
actual de salarios en el capitalismo desarrollado. Incluso en el “Manifiesto
Comunista” se hace referencia al “mercado mundial”: “La burguesía, al
explotar el mercado mundial, da a la producción y al consumo de todos los
países un sello cosmopolita. Entre los lamentos de los reaccionarios destruye
los cimientos nacionales de la industria. Las viejas industrias nacionales se
vienen a tierra, arrolladas por otras nuevas, cuya instauración es problema
vital para todas las naciones civilizadas; por industrias que ya no transforman
como antes las materias primas del país, sino las traídas de los climas más
lejanos y cuyos productos encuentran salida no sólo dentro de las fronteras,
sino en todas las partes del mundo. Brotan necesidades nuevas que ya no bastan
a satisfacer, como en otro tiempo, los frutos del país, sino que reclaman para
su satisfacción los productos de tierras remotas. Ya no reina aquel mercado
local y nacional que se bastaba así mismo y donde no entraba nada de fuera;
ahora, la red del comercio es universal y en ella entran, unidas por vínculos
de interdependencia, todas las naciones. Y lo que acontece con la producción
material, acontece también con la del espíritu. Los productos espirituales de
las diferentes naciones vienen a formar un acervo común. Las limitaciones y
peculiaridades del carácter nacional van pasando a segundo plano, y las
literaturas locales y nacionales confluyen todas en una literatura universal.”
[58]
¿Se puede considerar la “participación de
China” en el mercado mundial como un intercambio obligatorio de productos de
economías diferentes que se impone por la correlación internacional? No, ante
todo porque se trata de exportación de capital acumulado en China a través de
relaciones capitalistas de producción. Por eso no se puede comparar con las
operaciones comerciales de la URSS con las economías capitalistas.
Es bien sabido que la construcción
socialista en la URSS se basó en primer lugar en la socialización de los medios
de producción concentrados, en la planificación central y en medidas
correspondientes de carácter económico en las relaciones económicas
internacionales, como el monopolio estatal del comercio exterior que fue
establecido en abril de 1918. Incluso en las condiciones impuestas por la NEP
(que las invocan cuando hablan de la China actual) el monopolio estatal tenía
una función aún más importante como obstáculo frente a las tendencias capitalistas
crecientes. Lenin, en su confrontación con Bujarin, defendió la importancia del
monopolio en el comercio exterior. A continuación Stalin destacó que fue
necesario “planear la economía de manera que asegure la independencia de la
economía popular para que nuestra economía no se convierta en recambio de los
países capitalistas. Está en nuestras manos no convertirnos en recambio de la
economía capitalista”.[59]
Stalin en su discurso de clausura de la 7ª
Sesión Plenaria del Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista el 13 de
diciembre de 1926, derribó el mito que la URSS “dependía” del mercado
capitalista mundial porque mantenía relaciones económicas con países
capitalistas. Señala la interdependencia que existe en estas relaciones y
recalca que es una cosa la interdependencia y otra cosa la integración
(interconexión) de la economía del país en el marco de la economía capitalista
mundial.[60] Es decir la no integración requería la planificación central, el
monopolio estatal en el comercio exterior y el sistema bancario y la
socialización de las industrias. La realidad en China es completamente distinta
de la realidad en la URSS en la época de la NEP. En China:
a) No existe monopolio en
el comercio exterior. Miles de expresas extranjeras que operan en China cubren la mayor parte
de las exportaciones chinas que por supuesto dependen de sus propios planes,
base a su rentabilidad y no a una economía planificada a nivel central.
b) Operan 440 bancos
privados extranjeros que han obtenido por lo menos un 10% de
las acciones de los bancos centrales chinos y desde 2005 se han desarrollan
además bancos privados locales.[61]
c) Parte significativa de la industria es privada y desestalizada (empresas accionistas) mientras se estima
que el sector privado produce el 70% del PIB.[62]
d) La legislatura nacional, sobre todo en
el sector económico y comercial, está completamente alineada, gracias a los
instrumentos de la OCM, con las normas de la economía capitalista mundial.
CONCLUSIÓN
En conclusión, el predominio de las relaciones capitalistas en China, que ya es un hecho, tarde o temprano, traerá mayor concordancia
en su sistema político, la ideología dominante, el conjunto de los elementos
que constituyen la superestructura, que su carácter capitalista se va a expresar
también en sus simbolismos. La intensificación de las contradicciones de clase
madurará también la necesidad que el movimiento obrero revolucionario se
exprese a través de su propio partido contra el poder capitalista.
Publicado por Pravda Estado Español
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