Las enfermedades “raras”, síntoma del carácter
derrotista y decadente de la medicina capitalista
por victoria oprimidos
Las enfermedades “raras” son aquellas que tienen una baja incidencia en
la población. Para tener la consideración de rara, cada enfermedad específica
sólo puede afectar a un número reducido de personas. Concretamente, cuando
afecta a menos de 5 de cada 10.000 habitantes. Aunque esto no es universal,
pues cada país establece un límite cuantitativo distinto.
A pesar que las patologías son poco frecuentes afectan a un gran número
de personas, ya que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), existen
cerca de 7.000 enfermedades raras que afectan al 7% de la población mundial.
Se estima según diferentes estudios que entre el 6 y el 8% de la
población mundial, más o menos, estaría afectada por estas enfermedades, o sea
más de 3 millones de españoles, 30 millones de europeos, 25 millones de
norteamericanos y 42 millones en Iberoamérica.
Por esta razón, cualquier persona puede sufrir una patología poco frecuente,
en cualquier etapa de la vida. Sin embargo cabe destacar que afecta
principalmente a niños/as (75%), el segmento de la población más vulnerable e
indefenso.
Muy a menudo los niños con estas enfermedades “raras” son discriminados,
se les niega el acceso a la escuela y la educación con excusas tales como que
se les puede romper los huesos al menor golpe, que no se les puede atender por
falta de personal y recursos… Por no hablar de casos en que los padres
abandonan a niños en manicomios o hospicios.
Los tratamientos médicos más que basarse en ciencia parecen ser sesiones
de tortura, en que los pacientes son usados como conejillos de indias para la
diversión y espectáculo de las autoridades médicas. La medicina ya desde un
inicio los ha dado por desahuciados y les ha dado una sentencia de muerte con
un vencimiento de pocos meses o años, de forma que se les cualifica de inútiles
para la sociedad y de basura que hay que tirar lo más pronto posible. Debido al
bajo número de afectados la medicina no estima de “interés” investigar estas
patologías.
La medicina capitalista visualiza al individuo como algo aislado sin
conexión con el entorno y su medio ambiente, fundamentada más en intereses
económicos que en la búsqueda de la verdad. No puede contemplar las múltiples
contradicciones y relaciones que se presentan en la naturaleza.
A continuación pueden ver una emotiva película titulada “El Aceite de la
Vida” basada en la vida de Lorenzo Odone, un niño de cinco años al que se le
diagnosticó una terrible enfermedad neurológica: adrenoleucodistrofia infantil
(ALD), la cual se caracteriza por destruir los nervios provocando ceguera,
sordera, mudez y parálisis. Los médicos le dieron una esperanza de vida máxima
de dos años, sus padres no aceptaron la sentencia de muerte dada y lucharon por
encontrar una cura: “Aceite de Lorenzo”.
Clicar en el siguiente enlace para ver la película:
victoria oprimidos |
5 febrero, 2017
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