Octubre del 2015
COMBATIR AL FASCISMO Y AL IMPERIALISMO EN
CUALQUIER LUGAR DEL PLANETA.
La responsabilidad del estado fascista de Tayyit Erdogan es
evidente. La sostenida colaboración que tiene este régimen genocida con el
imperialismo y el estado Islámico cobra cada vez más víctimas entre el pueblo
turco, kurdo y sirio.
La ferocidad y sevicia del ataque terrorista son un muestrario de
cuánto está dispuesto el fascismo a hacer para detener la creciente lucha popular y a los pueblos oprimidos del
mundo.
Después de lo que han vivido los pueblos en Alemania, Japón,
Vietnam, Corea, Afganistán, Irák, Palestina, Siria, etc., no debería llamarnos
la atención este vertedero de sangre inducido por el imperialismo.
No serán las marchas pacifistas, las publicaciones mediáticas y ni
siquiera la solidaridad internacional con el pueblo turco y kurdo lo que
detenga la ferocidad sanguinaria de la reacción si estas manifestaciones no
están seriamente comprometidas a combatir al fascismo, al imperialismo y a sus
lacayos en cualquier lugar del planeta.
No diferente sucede con la renovada campaña de exterminio del pueblo
palestino en manos del sionismo internacional también auspiciado por el
imperialismo yanqui. Anteponer a esta guerra injusta, guerra justa, ha sido la
dinámica del pueblo palestino. Y hay que reconocer ante los ojos del mundo la
valiente resistencia de este pueblo que se ha dado modos de resistir
estoicamente la agresión de una potencia mundial que no ha encontrado, ni
siquiera en el vil asesinato selectivo o colectivo, la fórmula para doblegar a
un pueblo que clama y defiende su derecho a existir de la única manera como
saben hacerlo los pueblos dignos: LUCHANDO.
Ha llegado el momento de
entender que la única manera de detener a estas hienas de la reacción y del
imperialismo es ahogándolas en su propia sangre. “La guerra es un acto de fuerza y no existe límites en el empleo de
ésta; cada beligerante impone al otro la ley…” “…el que emplee esa fuerza sin miramientos, sin economía de sangre,
adquirirá superioridad si el enemigo no hace lo mismo. Por este medio impone la
ley al otro, y así pujan hasta el último extremo, sin que haya otros límites
que sus intrínsecos atenuantes” lo decía
Karl Von Clausewitz. El fascismo turco, el estado islámico, el sionismo
y el imperialismo tienen claro esto, y no solo eso, en la práctica lo ha
refrendado cotidiana y sistemáticamente. Están dispuestos a utilizar la fuerza
sin límite alguno.
Que siempre estemos dispuestos a dar más que el enemigo hasta
aniquilarlo. Que esta sangre del pueblo no sea absorbida por los reformistas
para levantar su perorata de diálogo y paz. Que la sangre derramada por estos
nuevos mártires del pueblo sea el fermento para fortalecer la Guerra Popular en
Turquía y la definitiva liberación del pueblo kurdo. Que esta sangre sea
fermento de resistencia en Palestina y que su lucha sea abrazada militantemente
por los pueblos oprimidos del mundo.
¡MUERTE AL FASCISMO EN CUALQUIER LUGAR DEL
PLANETA!
¡MUERTE A ERDOGAN Y SU CAMARILLA ASESINA!
¡MUERTE AL SIONISMO Y SUS LACAYOS!
¡MUERTE AL IMPERIALISMO!
SOLO CON GUERRA POPULAR CONQUISTAREMOS EL
PODER Y LA PAZ PARA EL PUEBLO
¡VIVA LA GUERRA POPULAR EN TURQUÍA!
¡VIVA LA RESISTENCIA DEL PUEBLO PALESTINO!
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