"Sobre las elecciones de 2018 y el fin de
las ilusiones en la democracia burguesa"
El
Golpe de Estado por el que pasa nuestro país es una de las mayores y más
inescrupulosas embestidas que las clases dominantes locales y el imperialismo
ya realizaron contra el conjunto de las masas trabajadoras brasileñas en
nuestra historia. Es precisamente en este contexto en que sucederán las
elecciones presidenciales que se avecinan. En este documento, la Unión
Reconstrucción Comunista buscará exponer en líneas generales su análisis acerca
de estas elecciones, reafirmando el carácter farsario de los pleitos como ya
ocurrió en 2014, cuyo resultado fueron el golpe de Estado y la aplicación del
programa antipersonal en desarrollo por el gobierno Temer, según denunciamos en
diversos documentos durante el proceso de este entonces. Desde ya,
reafirmamos nuestra convicción revolucionaria y nuestra confianza en las
fuerzas propias de las clases trabajadoras,
Las dictaduras de las minorías
dominantes de las minorías dominantes han de ser episodios transitorios,
percances que el proletariado puede y debe superar en el camino hacia su
emancipación. Para ello, deberá saber canalizar sus fuerzas en los
momentos decisivos, contra los enemigos correctos y con una estrategia y
táctica justas. Si se conjura correctamente, la furia popular no se
detendrá ante nada ni a nadie; su poder creador erigirá una nueva y mejor
sociedad. Así, la misión histórica del proletariado es grande y difícil
para ser secundada por cualquier mezquindad burguesa. Como dijo el
Presidente Mao Tse-tung: "nada es imposible en el mundo para quien se
atreve a escalar las alturas". ¡Es el espíritu que debemos asumir en
los próximos meses!
1) Desde el punto de vista coyuntural,
se debe tener en cuenta el momento en que se dan las elecciones en Brasil este
año específico de 2018. Se trata de la primera elección a nivel federal y
estadual desde el Golpe de Estado de 2016. A la ofensiva reaccionaria que
derribó al antiguo gobierno dejó claro que las clases dominantes de nuestro
país ya no están dispuestas a ninguna forma de conciliación y, a la vista de la
crisis del sistema capitalista imperialista mundial, aplicar su programa con la
mayor rapidez posible. Se busca gobernar sin ningún velo democrático, con
represión abierta, recurriendo a cualquier forma de ruptura con la mínima
legalidad democrática burguesa; como quedó claro, por ejemplo, con el
propio Impeachment, en el episodio de la prisión de Lula, en el asesinato de
Marielle Franco, en la intervención militar en Río de Janeiro, así como, en
sintonía con esta última, con un mayor papel de los militares en la
conducción de la política de Estado (representada por su creciente actuación en
las oficinas ministeriales). Esto indica que la quiebra de las ya
limitadas legalidades democráticas en el país es cada vez más una constante, y
la burguesía expone su cara más reaccionaria y hace claro su programa
antipático. Así, en este contexto las elecciones cumplen la función de
crear también una apariencia "democrática" y "legítima" al
Golpe de Estado.
2) Mediante tal coyuntura, cualquier
intento de cambio significativo o incluso de conciliación con las clases
dominantes de nuestro país no es más que una ilusión. De un lado porque la
gran burguesía, los terratenientes y sus agentes están atentos y dispuestos a
profundizar cualquier ruptura con la mínima legalidad establecida ante
cualquier intento pretendido de reducir o atacar sus dictámenes y programa
político-económico, aunque sea por la vía elecciones. Por el otro, porque
las clases dominantes, a pesar de los años del reformismo de "izquierda"
al frente de la gestión del Estado que han garantizado la aplicación de su
programa hasta ahora, hoy no ve más la vía de la conciliación como
necesaria. Esto debido a la necesidad cada vez más acelerada de aplicar el
programa general del imperialismo en el país, necesitando llevar a la
gerencia del Estado un gobierno "puro sangre", dispuesto a aplicar
hasta las últimas consecuencias los dictámenes necesarios al Imperialismo ya
las clases dominantes subordinadas internas. Además, en la crisis general
de pudrición del sistema, su decadencia hace que los grandes capitalistas
burocráticos y compradores y los terratenientes van con mayor avidez en el
mantenimiento del viejo orden, buscando todos los medios para mantenerse en el
poder; así, ellos no tendrán ningún pudor en romper con lo que sea
necesario para garantizar tal tarea, aunque para eso sea preciso rifar a viejos
compañeros y aliados. su decadencia hace que los grandes capitalistas
burocráticos y compradores y los terratenientes van con mayor avidez en el
mantenimiento del viejo orden, buscando todos los medios para mantenerse en el
poder; así, ellos no tendrán ningún pudor en romper con lo que sea
necesario para garantizar tal tarea, aunque para eso sea preciso rifar a viejos
compañeros y aliados. su decadencia hace que los grandes capitalistas
burocráticos y compradores y los terratenientes van con mayor avidez en el
mantenimiento del viejo orden, buscando todos los medios para mantenerse en el
poder; así, ellos no tendrán ningún pudor en romper con lo que sea necesario
para garantizar tal tarea, aunque para eso sea preciso rifar a viejos
compañeros y aliados.
3) En otros documentos nuestros,
tomamos en consideración el hecho del gobierno actual de ser un gobierno débil
e inestable, que podría ser rifado por la propia burguesía si se mostró incapaz
de llevar a cabo hasta el final las "reformas" deseadas. Tal
evaluación se mostró una vez más correcta con el aplazamiento de la reforma de
la previsión, que este gobierno no pudo conducir. En este sentido, para
ser capaz de demostrar fuerza ante la inestabilidad e inseguridad de las
propias clases dominantes, el gobierno cada vez más recurre al poder militar,
con su expresión más orgánica centrada en el jefe del Gabinete de Seguridad
Institucional, el General Etchegoyen (arquitecto de la intervención en Río de
Janeiro), visto como el hombre fuerte de un gobierno débil. Además de
Etchegoyen, el Ministerio de Defensa, comandado igualmente por un
General, también asume un papel preponderante en la organización del sistema
de seguridad pública y del aparato represivo del Estado. Conforme el
sistema político se degenera, los militares van asumiendo un papel prominente
en posiciones clave del Estado, yendo a su control directo. Sin embargo,
se equivocan aquellos que piensan que los militares están a remolque de los
dictámenes represivos de Temer y no poseen pensamiento estratégico propio, en
el sentido de asumir cada vez más el control directo sobre el
Estado. Hemos visto en los últimos meses Generales de la reserva como
Augusto Heleno, Mourão y Schroeder Lessa señalan posibilidades de intervención
a nivel federal si "No se sitúa el orden en el país". En todos
estos casos, el alto mando fue connivente con las declaraciones. En el
caso de Mourão, las cosas fueron más allá de la simple connivencia. En el
momento en que el general de la reserva hizo tal declaración, el alto mando de
las Fuerzas Armadas estaba en la mesa del evento donde fue defendida tal idea,
no obstante, nada hicieron; así como el General Villas Bôas (comandante
máximo de las Fuerzas Armadas), que cuidó de asumir la actitud de
"demócrata" para amortiguar la situación, garantizando que no habría
reprensión alguna al General intervencionista, evidentemente por convergencia
de intereses. Vemos entonces un guión claro: los generales de la reserva
se utilizan de la fraseología propagandística en pro de las medidas más
radicales, con el alto mando participando del proceso como cómplice, mientras
que intentan amortiguar los choques y posar de "demócratas" a favor
de la paz, sirviendo de intermedio con los sectores de las Fuerzas Armadas más
ligados a Brasilia. Tales declaraciones de los Generales de la reserva
tienen un sentido claro: de un lado el de amenaza de intervención si el
gobierno no es capaz de garantizar la estabilidad burguesa; del otro, la
negociación en favor de posiciones más radicales del gobierno para garantizar
un mayor papel de los militares al mando del sistema represivo, como se viene
dibujando. Así, los militares vienen cada vez más ganando papel central en
la coordinación del aparato represivo, con la intervención en Río de Janeiro,
Espírito Santo y Rio Grande do Norte operando como laboratorios de una
experiencia militarca a escala mayor. El gobierno Temer, en un contexto de
rechazo de más del 90%, viene operando bajo la tutela del coturno de los
militares, y la creación y fortalecimiento de este aparato represivo encabezado
por estos últimos establece una elección donde, sea cual sea el candidato que
gane, él estará con la punta fría del fusil de los militares apoyada en su
cabeza. También es importante citar la falta de unidad de los militares en
torno a un candidato civil, lo que puede determinar una intervención en el
ámbito federal propiamente dicha, a depender también del propio resultado de
las elecciones. Sin embargo, sea cual sea el escenario que se dibuje, es
evidente que cada vez más los militares estarán en el centro de la política y
de la represión, dibujando un escenario de una república formalmente bajo la
apariencia de república democrático-burguesa, pero basada en el recrudecimiento
de la represión y el control social sobre las masas.
4) Además de los elementos abiertamente
reaccionarios y vinculados directamente a los grandes capitalistas
burocráticos, que coordinan el proceso electoral, todavía existen las demás
siglas de "oposición", con apariencia de izquierda y que pretenden
subordinar la lucha de las masas a sus aspiraciones electorales. Es
evidente que, tras el golpe, el PT y las organizaciones a su entorno
pretendieron hegemonizar y conducir las movilizaciones de masas antigolpista
para crear una cohesión entre sus bases y mantener la hegemonía socialdemocrata
sobre tal movimiento, con el fin de llevar tales luchas sólo para el embate
elecciones. En el caso de la prisión de Lula, aunque la denuncia de las
arbitrariedades que regir el proceso y los intereses escudos detrás de él sean
correctos, la posición del PT es nítida: transformar la campaña en torno a su
libertad en campaña electoral anticipada, con su discurso
"antigolpe" (tanto de Lula y de la dirección del PT de forma general)
meramente en torno al carácter "legítimo" o no de las medidas tomadas
posteriormente al golpe de Estado, sin exponer concretamente a los enemigos del
pueblo de forma consecuente. Por el contrario, al centrar el discurso en
la "legitimidad" de las reformas, él pretende mostrarse apto para
conducir tales reformas, siendo él un "gobierno legítimo" de la gran
burguesía. Sin embargo, como se puede observar, la burguesía
burocrática-compradora, los grandes terratenientes y sus lacayos, ya
descartaron a Lula como posibilidad viable para sus planes y aún mantiene la
pretensión de dejarlo inelegible y preso al menos hasta después de las
elecciones. Además del PT y Lula como principales exponentes de esa
corriente oportunista de derecha, existen aún las candidaturas de Ciro Gomes y
Guilherme Boulos. La primera, con su discurso de "conciliación
entre los que producen y los que trabajan", que en un primer momento
intenta capturar votos de parte de la base petista, se utiliza de una retórica
pseudoprogressista y "desarrollista". Evidentemente en esta
concepción largamente derechista de "desarrollo" no existe
contradicción entre las grandes masas del pueblo y los grandes barones
latifundistas, que son vistos como parte de aquellos "que
producen". En el caso del segundo, se pretende movilizar a las masas
del MTST para el camino electoral, básicamente con el fin de realizar la
reedición de la farsa socialdemócrata que tomó posesión en 2003. Pero esta vez
con la importación de concepciones traídas de la nueva farsa reformista europea
, a saber, del PODEMOS español y Syriza griego, con sus anhelos de
"partido-movimiento"; y que, al fin, sólo realizan, bajo nueva
forma, más moderna y sofisticada, el antiguo papel de los viejos partidos
oportunistas de la socialdemocracia clásica. El único momento en que su
candidatura asume un contenido de clara oposición con respecto a los enemigos
de los trabajadores es cuando levanta la bandera del derecho a la vivienda y
otros derechos democráticos y sociales, superponiéndolos al derecho de la
propiedad. Sin embargo, tendríamos que enunciar la incapacidad de llevar a
cabo esta lucha de forma consecuente en el interior del Estado
burgués-latifundista, además de ser una forma de no retroceder el contenido de
la campaña a punto de desligarse totalmente de la base del MTST. El
oportunismo, cuando subordina toda la lucha de masas a sus intereses meramente
electoreros, carguistas y carcelistas, cumple la función de obstaculizar las
luchas populares, cuando mucho, siendo capaces sólo de llevar a la derrota
certera;
5) El boicot a las elecciones asume un
sentido estratégico, en la medida en que está ligado a nuestros objetivos a
largo plazo y al problema general de la revolución brasileña. Asumir la
cuestión del boicot electoral como teniendo un sentido estratégico indica la
comprensión de que apuntar el camino de la revolución a las amplias masas del
pueblo pasa por denunciar también la imposibilidad de cambio a través de la vía
electoral. Es, por lo tanto, una forma de demarcación de la vía
revolucionaria con la vía reformista.
6) Además del problema del Estado
burgués en general, debemos también comprender la forma más reaccionaria en que
eso se expresa en los estados semicoloniales. A diferencia de los Estados
capitalistas desarrollados, que se formaron tras procesos revolucionarios donde
la burguesía derrotó a la clase latifundista y realizó las tareas democráticas,
los estados semicoloniales se forman a través de la colaboración entre el
latifundio, la gran burguesía y la metrópoli imperialista, en el caso
brasileño, Inglaterra y luego los Estados Unidos. Por lo tanto, en el
contexto de los países semicoloniales, donde el Estado es comandado por las
oligarquías agrarias y por los grandes capitalistas burocráticos y compradores,
su estructura de Estado es necesariamente más represiva y más cerrada a la
participación de las masas, aunque bajo la forma de las repúblicas
democráticas burguesas clásicas. El revestimiento democrático-burgués en
la forma del Estado se basa en la represión y control social directo sobre las
masas, que podemos ver como regla en toda la historia de Brasil. Incluso
la redemocratización, en la medida en que se dio sin una ruptura con la
Dictadura Militar-Fascista y bajo la observación de ésta y del Imperialismo
norteamericano, habría profundizado tal proceso.
7) En el caso del oportunismo, de forma
general existe una concepción que orienta su trabajo electoral y su trabajo
político. Se trata de confundir las reivindicaciones democráticas e
inmediatas de las masas y de la clase obrera con la participación en el proceso
electoral. El PT llevó a cabo tales concepciones de forma más aguda desde
las discusiones en sus congresos en los años 80, donde al mismo tiempo que
criticaban enfáticamente las concepciones de lo que llamaban "partidos
comunistas tradicionales" con relación al carácter democrático de la
revolución brasileña, defendía que las tareas democráticas no realizadas por la
burguesía podrían realizarse en el interior de su actuación parlamentaria,
haciendo así un "acúmulo de fuerzas" hasta la revolución socialista. Por
lo tanto, la concepción según la cual las luchas cotidianas de las masas
proletarias y trabajadoras en torno a sus exigencias concretas no podían ser
resueltas fuera del espacio electoral, y deberían, de este modo, ser realizadas
dentro del ambiente institucional-burgués como "preparación de
terreno" la transición socialista, balizó la línea política del
oportunismo hasta los días de hoy, cuando continúa proporcionando la línea para
su intento de subordinar las luchas de masas a sus anhelos electorales. Es
válido apuntar que conforme se va realizando tal actuación electoral, lo que
sucede en la práctica es la incorporación de sectores de los movimientos
populares al Estado, reforzando la ideología burguesa en el seno del movimiento
obrero; y, conforme se adaptan al propio "modo de ser" de la
política parlamentaria, se van convirtiendo gradualmente en "obreros del
Estado",
8) Por lo tanto, para llevar a cabo tal
tarea de modo consecuente, debemos denunciar el carácter reaccionario del
proceso electoral, al mismo tiempo que sostenemos la perspectiva de la
formación de un fuerte Partido Comunista, armado por una ideología correcta,
para así perseguir el camino de la Revolución Brasileña.
Hechos estas consideraciones, a las que
llegamos después de analizar las determinaciones concretas de la coyuntura
brasileñas, concluimos que el actual pleito electoral se reviste de una corteza
ideológica aún más gruesa que los pleitos anteriores. Ello porque su
función de legitimación no se vuelve únicamente para la conservación del
régimen burgués-latifundista en nuestro país, como en las anteriores
elecciones, sino también para justificar y cubrir con un manto de legalidad la
profundización radical de la explotación de las masas trabajadoras y el
recrudecimiento de la población la represión militar-fascista asumida por el
Estado reaccionario. Así, más que nunca debemos empeñarnos en denunciar el
verdadero carácter antipopular de las elecciones y de toda la estructura de
Estado burguesa-latifundista. Debemos exponer sin rodeos el enorme abismo,
que no cesa de aumentar, entre las masas trabajadoras y las instancias de
poder de las clases dominantes, incluso las querellas y mezquinas electorales,
absolutamente incapaces de hacer disminuir este abismo. La decadencia de
todo este orden de dominación, visible en la discrepancia entre los problemas
concretos de los trabajadores y los disparates dictados por los candidatos,
deberá impulsar nuestras movilizaciones y apuntar a una ruptura con los
preceptos reformistas que hegemonizaron a las masas trabajadoras en las últimas
décadas.
¡DENUNCIAR
LA FARSA ELECTORAL Y EL GOLPE DE ESTADO!
¡APROVECHAR
LA DECADENCIA DEL RÉGIMEN PARA APROXIMARNOS A LAS MASAS POPULARES!
¡CONTRA
LAS "¡REFORMAS” REACIONARIAS, LA HUELGA GENERAL!
¡CONTRA
EL TERROR EN EL CAMPO, TOMAR TODAS LAS TIERRAS DEL LATIFÚNDIO!
¡CONTRA
EL GOLPE, MOVILIZAR LAS MASAS Y RECONSTRUIR EL PARTIDO COMUNISTA!
08/24/2018
Publicado por Movimiento Bandera Roja - Brasil