jueves, 31 de agosto de 2017
RBC: 50 años de Naxalbari; un camino para el desarrollo alternativo
NAXALBARI, UN CAMINO PARA EL DESARROLLO ALTERNATIVO
La Red de Blogs
Comunistas (RBC) ha traducido el artículo de Purnendu Sekhar
Mukherjee (ex-miembro del Comité Central del Partido Comunista
de la India (Maoísta) y ex preso político, en el que, en el marco del 50º
Aniversario de Naxalbari, explica cómo "Los 50 años de Naxalbari
representan los 50 años del sueño de construir una nueva India", describiendo
las políticas aplicadas por los naxalitas en estas cinco décadas.
A pesar de la propaganda del gobierno y de los medios de propaganda de las grandes corporaciones multinacionales y de la la gran burguesía local, afirma el autor que "la política naxalita no sólo entraña la toma el poder estatal por medio de la lucha armada, sino también la construcción de un modelo socioeconómico alternativo por parte del propio pueblo, basado en las necesidades locales y en las decisiones colectivas de la población local, no en las exigencias del capital financiero internacional".
En el presente documento sobre la política del Janatana Sarkar se esbozan
las líneas fundamentales del futuro gobierno democrático popular, subrayando la
continuidad inquebrantable con el camino que mostró Naxalbari en 1967, "en
el que los grupos guerrilleros se formaban arrebatando las armas a las fuerzas
mercenarias de los terratenientes, en el que se establecieron tribunales
populares para juzgar a los explotadores-opresores, que proclamó la propiedad
colectiva de la tierra y de las cosechas en plena lucha contra los ejércitos de
los propietarios, que creó cooperativas para almacenar el grano".
La principal cuestión que surgió en Naxalbari hace 50 años y que continúa
hoy con la Revolución Naxalita, dirigida por el PCI (M), y aplicada por las
políticas de los Janatana Sarkar (Gobiernos populares locales) en las zonas
controladas por la guerrilla, es la de cómo va a ser la sociedad futura, el
modelo alternativo popular, aunque los capitalistas explotadores se esfuercen
en subrayar como principal rasgo de los maoístas la violencia; "saben que
si el pueblo tiene la oportunidad de experimentar el modelo alternativo, será
imposible que el capital financiero multinacional saquee los recursos humanos y
naturales del país".
Todo ello se describe en este ilustrativo artículo de Purnendu Sekhar
Mukherjee, de enorme interés para el conocimiento de esa todavía gran
desconocida, la Revolución Naxalita, que naciera hace 50 años en una recóndita
región de la India, y que hoy se ha transformado en guía y modelo para la lucha
popular revolucionaria en todo el mundo contra el capitalismo imperialista.
El autor de este artículo Purnendu Sekhar Mukherjee, antiguo miembro del
Comité Central del Partido Comunista de la India (Maoísta) y ex-preso político.
***
50 AÑOS DE NAXALBARI: UN CAMINO PARA EL DESARROLLO ALTERNATIVO
(Traducido por RBC de la publicación en inglés
en Democracy and
Class Struggle)
En noviembre de 2008, justo cuando el movimiento popular contra la
represión estatal daba sus primeros pasos en Lalgarh, se formó un Comité de los
Pueblos contra las Atrocidades Policiales, compuesto por cinco hombres y cinco
mujeres que representaban a cada pueblo y que pronto se fue extendiendo a otras
aldeas. La participación equitativa de hombres y mujeres en el comité despertó
un enorme apoyo de las mujeres locales y el movimiento se propagó como un
grandioso incendio por toda la región. Al cabo de dos semanas, el periodista
Shyamsundar Das, de The Statesmen, escribió un artículo en el que, además de
destacar los aspectos más notables del movimiento, decía: “Ha surgido un
gobierno paralelo en el distrito. Del mismo modo que los maoístas dirigen
comités populares en Andhra y Chattisgarh, también se han establecido comités
en diferentes aldeas de Belpahari, Binpur, Lalgarh, Jamboni, Salboni, Goaltore
y sus alrededores. La administración de los pueblos se lleva a cabo de acuerdo
con las directrices del comité de cada aldea y no se puede poner en marcha
ningún proyecto del gobierno sin su permiso. Es evidente que en los próximos
días la realización de proyectos gubernamentales en estos pueblos se
complicará.”
Seis meses después de la publicación de este artículo, Snignendu
Bhattacharya, del Hindustan Times, publicó un artículo sobre el sistema
paralelo de gobierno y de desarrollo en la zona de Lalgarh. “En los últimos 8
meses, en las zonas de Medinipur fronterizas con Odisha –escribía–, sobre un
área que abarca casi mil kilómetros cuadrados, los maoístas han ido desarrollando
calladamente una nueva arma contra el Estado indio. Agua potable, riego,
carreteras, centros de salud... El Hindustan Times ha tenido acceso a la
segunda zona liberada de la India en esta área. Cuidadosamente recatada de los
ojos del público, los maoístas han puesto en marcha un sistema de gobierno
gracias al cual un conjunto de pueblos habitados por casi 200.000 personas está
asistiendo a un ritmo de desarrollo sin precedentes en los últimos 30 años de
gobierno de la izquierda. Además de hacerse con el control de la maquinaria
estatal, incluidas la Administración y la Justicia, los maoístas han construido
50 kilómetros de carreteras rurales, han perforado pozos, han desarrollado el
sistema de riego y administran centros de salud con la ayuda de la población
local.”
Aunque Lalgarh era una zona guerrillera –calificarla de zona liberada era una exageración por parte del autor–, ambos artículos así como muchos informes similares describían la esencia de la política revolucionaria que subyace en el establecimiento de estas administraciones populares en las aldeas.
Lalgarh no es el tema central de este artículo. El movimiento de Lalgarh es tan sólo un episodio importante e ilustrativo de los 50 años de historia de la política de Naxalbari. Sin embargo, es necesario hacer una mención especial a Lalgarh ya que casi después de 40 años de Naxalbari, el movimiento de Lalgarh demostró al pueblo que la política naxalita no sólo entraña la toma el poder estatal por medio de la lucha armada, sino también la construcción de un modelo socioeconómico alternativo por parte del propio pueblo, basado en las necesidades locales y en las decisiones colectivas de la población local, no en las exigencias del capital financiero internacional.
Necesitamos entender claramente que el objetivo de los maoístas es destruir el sistema socioeconómico desigual existente y establecer en su lugar un sistema que garantice la distribución equitativa de los recursos nacionales entre todos los sectores de la sociedad. Destrucción y construcción son de igual importancia en esta política. La construcción tiene que ir pareja a la destrucción. Sin los sueños y los planes de construcción, la destrucción no es más que anarquía. Por el contrario, el alma de la política maoísta es el sueño de construir una nueva sociedad.
Los 50 años de Naxalbari representan los 50 años del sueño de construir una nueva India.
EL INICIO DEL MOVIMIENTO NAXALBARI: LA LUCHA POR EL DERECHO DEL CAMPESINADO A LA TIERRA Y LAS COSECHAS
Cuatro meses después del inicio del movimiento Naxalbari en marzo de 1967, cuando Bengala Occidental sufría el impacto de una terrible escasez de alimentos y los efectos de un mercado negro fuera de control, Charu Mazumdar declaró a un periodista del diario Jugantar que los 20.000 o 25.000 agricultores de Naxalbari no tenían motivo de preocupación ya que contaban con reservas de alimentos para aguantar un año entero. Más bien es la cuestión de la tierra la que está en el centro del movimiento.
La cuestión central de la revolución agraria india es la redistribución de la tierra por los comités campesinos sobre la base de la consigna “La tierra para el que la trabaja”. Aunque los partidos parlamentarios también consideran las reformas agrarias como una demanda justa, en la práctica ha quedado demostrado que es imposible realizar dicha demanda por medios pacíficos. La razón es que quienes poseen la mayor parte de la tierra controlan la Administración. En consecuencia, la entente policía-Administración-terratenientes hizo todo lo posible por cortar de raíz la política naxalita encaminada a superar las relaciones de producción agraria existentes. No obstante, la lucha no se limitó solamente a la tierra, ya que se comprendió que, a menos que todo el sistema se transformase y estuviese al servicio de las masas, no sería posible hacerse con el control de las tierras y las cosechas.
En la 2ª edición, número 9 (5 de septiembre de 1967) de la revista Dakshin Desh se decía: “¿Cuál es la base teórica de este movimiento de los campesinos de Naxalbari? Los campesinos en lucha de Naxalbari creen que llevar la revolución agraria hasta sus últimas consecuencias es un objetivo primordial entre las tareas revolucionarias de la revolución popular democrática. El campesinado, junto con otras fuerzas revolucionarias aliadas, bajo la dirección de la clase obrera, tendrá que trabajar en esa dirección. Los campesinos han visto que no podrán liberarse a menos que se ponga fin a la explotación feudal de los terratenientes rurales. Y esta explotación feudal cuenta con el apoyo del aparato del Estado y sus tres pilares: los terratenientes-prestamistas, los grandes capitalistas y el imperialismo.
Los revolucionarios de Naxalbari han comenzado a destruir este aparato estatal bajo la dirección del Partido Comunista.”
Cuatro décadas más tarde, en 2010, cuando los periodistas preguntaron a B. D. Sharma, intelectual simpatizante de la causa de los adivasis y antiguo burócrata, sobre las posibilidades de éxito de las conversaciones entre el gobierno indio y los maoístas, el otrora juez del distrito de Bastar y excomisionado del SC/ST dijo: “Esperen a ver la reacción del gobierno cuando los maoístas planteen sus exigencias sobre una reforma agraria completa y cambios en la política de industrialización.
Presten atención igualmente a la reacción del gobierno cuando los maoístas en Jharkhand, Odisha, Andhra Pradesh y Chattisgarh exijan la cancelación de los acuerdos mineros con las corporaciones multinacionales. Las conversaciones fracasarán sin duda por estas dos cuestiones.”
Es decir, la cuestión no es de armas, sino de principios. La cuestión de cómo va a ser la sociedad futura. Por esta única razón, el gobierno, los terratenientes feudales reaccionarios, la burguesía compradora y la prensa burguesa han tratado siempre de identificar la política maoísta con la violencia. Saben que si el pueblo tiene la oportunidad de experimentar el modelo alternativo, será imposible que el capital financiero multinacional saquee los recursos humanos y naturales del país.
El intento de construir este modelo alternativo comenzó casi dos decenios antes de Naxalbari en Kakdwip, Bengala Occidental, y en Telangana, en Andhra Pradesh. Durante el movimiento Tebhaga, en Laylagunj –que pasó a llamarse Lalgunj–, en Kakdwip, se confiscaron casi 5.000 hectáreas de tierra que se repartieron entre los campesinos pobres en 1949. Todos los embalses fueron declarados propiedad común y todos los aperos agrícolas, así como los bueyes de los agricultores, se socializaron para crear granjas y almacenes colectivos. Se formaron comités de aldeanos para velar por la administración, la justicia y la defensa. La represión de las fuerzas combinadas de los terratenientes y el Estado se extendió por todo el país. Por otra parte, esta intentona marcó el inicio de la lucha para destruir el sistema estatal actual y construir una alternativa mucho mejor.
¿Cuál es el modelo alternativo?
En pocas palabras, los maoístas están en contra de un modelo de desarrollo controlado por la tecnología extranjera y el capital internacional y orientado a satisfacer las exigencias de los ricos. Por el contrario, los maoístas creen en un modelo de desarrollo impulsado por las necesidades locales y de las masas, creador de empleo y ambientalmente sostenible. Ese modelo, que es el que apoyan los maoístas, llevará los frutos del desarrollo a las amplias masas del país: los obreros, los campesinos, la clase media, los pequeños comerciantes y la burguesía nacional. Están en contra de todas las políticas al servicio de las condiciones e intereses del capital financiero internacional que ayudan a expandirse y crecer a Tatas, Ambanis, Essars, Vedantas, Adanis y otras empresas por el estilo, a costa de la riqueza del pueblo. Los maoístas se oponen a las políticas que descargan sobre las espaldas de la gente corriente los préstamos extranjeros y las condiciones establecidas por las corporaciones multinacionales.
¿Cuáles son las políticas del Janatana Sarkar [Gobierno Popular]?
Esas políticas incluyen reformas agrarias radicales entre las que cabe mencionar la confiscación de las tierras de los terratenientes y su redistribución entre los campesinos pobres, la explotación agrícola de las tierras en barbecho y los eriales, así como poner fin a la deforestación incontrolada. El Janatana Sarkar dará una importacia especial a la artesanía y a las pequeñas empresas artesanales de producción a pequeña escala de jabón, zapatos, azúcar sin refinar, aceite comestible y otros productos, tanto bajo propiedad cooperativa como privada. Paralelamente, se prestará una atención destacada a la construcción de depósitos de agua, embalses, canales de riego y sistemas de drenaje, así como a la construcción de puentes, escuelas, centros de salud y clínicas veterinarias. Todo ello se realizará por medio del trabajo voluntario del pueblo.
En el presente documento sobre la política del Janatana Sarkar de Dandakaranya se han esbozado las líneas fundamentales del futuro gobierno democrático popular, que incluye entre otros objetivos y principios reseñables los siguentes:
• Se confiscarán todas las tierras en manos de terratenientes y de instituciones religiosas. Sobre la base de la política de “La tierra para el que la trabaja”, las tierras serán redistribuidas entre los pobres, los campesinos sin tierra y los braceros. Las tierras pertenecientes a los campesinos ricos no serán confiscadas.
• Se pondrá fin a la opresión de los prestamistas.
• Se confiscarán todos los bancos, industrias y otras instituciones pertenecientes a los imperialistas y a la burguesía compradora. Se cancelarán todas las deudas con los imperialistas.
• Se derogarán todos los tratados injustos con los imperialistas.
• Se permitirá toda producción capitalista ya existente que no afecte negativamente a la vida del pueblo.
• No se confiscará la propiedad privada.
• Se regularán las medianas empresas gestionadas por la burguesía nacional.
• Se erradicará la discriminación por razón de casta.
• Se prestará especial atención a la erradicación del patriarcado y a la liquidación de la discriminación contra la mujer.
• Se detendrán los proyectos mineros de las multinacionales imperialistas.
• Las sociedades adivasis dispondrán de autonomía.
• El Janatana Sarkar cree en el derecho a la autodeterminación de las nacionalidades y, por lo tanto, aceptará la decisión de éstas de independizarse. Sin embargo, el Janatana Sarkar trabajará por la unidad de las nacionalidades.
• Se dará prioridad al desarrollo de las áreas atrasadas.
• La religión será un asunto personal y el Estado no intervendrá en materia religiosa.
• Se fomentará una cultura científica y democrática en oposición a las prácticas culturales imperialistas y semifeudales existentes.
El modelo que brotó en Naxalbari y se extendió a Andhra Pradesh, Odisha, Kerala, Bihar y Maharashtra, el modelo que surgió de nuevo con ocasión del movimiento de Lalgarh en Bengala, en el que la población local, por medio del trabajo voluntario, construyó caminos, recuperó canales de riego y estanques, organizó centros de salud y estableció granjas cooperativas en las colinas de Ayodhya, en Purulia, se ha convertido en Dandakaranya en un árbol frondoso bajo la forma de Janatana Sarkar.
En 1967, el camino que mostró Naxalbari, en el que los grupos guerrilleros se formaban arrebatando las armas a las fuerzas mercenarias de los terratenientes, en el que se establecieron tribunales populares para juzgar a los explotadores-opresores, que proclamó la propiedad colectiva de la tierra y de las cosechas en plena lucha contra los ejércitos de los propietarios, que creó cooperativas para almacenar el grano, ese camino, que condujo igualmente al establecimiento del “Vietnam de Bengala” en Kanksa, es el mismo que permite a los oprimidos ejercer hoy su poder en las aldeas de Bihar, Jharkhand, Andhra, Odisha, Chattisgarh y Maharashtra.
En los últimos 50 años, varios miles de campesinos pobres han alcanzado el martirio en la lucha contra los ejércitos mercenarios de los terratenientes o la policía por el mero hecho de defender sus derechos sobre la tierra y sus productos. En 1977-78, mientras se trataba de revivir el movimiento revolucionario en Andhra Pradesh, a los miles de campesinos que se concentraron en Karimnagar y Adilabad para exigir sus derechos sobre sus tierras y cosechas, no les quedó otra salida más que tomar represalias contra los ataques conjuntos de los señores feudales y las fuerzas policiales. Por esas mismas fechas, se iniciaron actividades similares encaminadas a establecer comités revolucionarios campesinos en el sur de Bihar (Jharkhand actual). A su vez, los campesinos dalit sin tierras del centro de Bihar, organizados por las fuerzas comunistas revolucionarias, se enfrentaron a la violencia desmedida de los ejércitos mercenarios de los terratenientes. Como era de esperar, la policía y los partidos políticos parlamentarios se unieron a los propietarios.
En los años ochenta, mientras se seguía luchando contra los ataques combinados de estas fuerzas reaccionarias, se pusieron en marcha en diferentes partes de Dandakaranya actividades como la agricultura o la ganadería cooperativa, así como la práctica de la propiedad comunitaria de los recursos forestales, con el objetivo de que las aldeas fueran autosuficientes. En 1995 se establecieron los comités de gobierno en las aldeas o Janatana Sarkar. Desde entonces, se han distribuido grandes extensiones de tierra entre los sin tierra. Se ha frenado el saqueo de los recursos forestales por parte de las mafias de la selva y se han restablecido los derechos de los adivasis sobre los productos forestales, garantizando al mismo tiempo su uso regulado.
A partir de 1996, con el fin de limitar la dependencia de los adivasis de los recursos forestales y la caza, se ha fomentado entre ellos la práctica del cultivo de frutas y hortalizas. También se fomentó la agricultura individual y cooperativa mediante la distribución de semillas de frutas y verduras a individuos, familias y comunidades. Ambas formas de agricultura, la privada y la colectiva, se permitieron simultáneamente para que las gentes pudieran elegir una de ellas tras valorar sus pros y sus contras. Hay que recordar que la Revolución de Nueva Democracia en la India no contempla poner fin a la empresa privada, sino que, más bien, pretende que las empresas privadas funcionen teniendo en cuenta las necesidades de las amplias masas.
Al cabo de dos años se inició la colectivización de recursos animales tales como vacas, búfalos, bueyes, cabras, patos, gallinas, etc. Se confiscó el ganado de los terratenientes y de los prestamistas y se trasladó a un lugar previamente acordado. El estiércol de los animales se almacenaba y empleaba como abono orgánico. Dichas prácticas servían para mantener las aldeas limpias y para reducir las necesidades de fertilizantes químicos.
El éxito de dichas políticas enfureció a los terratenientes, comerciantes y prestamistas locales, quienes trataron de reprimir el movimiento con la ayuda de la policía. La razón principal de su ira fue la confiscación de sus tierras. Además, debido al reparto de la tierra entre los campesinos pobres, les resultaba difícil obtener mano de obra agrícola barata para sus propias tierras. A su vez, los agentes forestales y los políticos locales vinculados a las mafias de la selva se vieron privados de sus fuentes regulares de ingresos.
Del mismo modo, como los agricultores podían conservar toda su producción, dejaron de depender de los prestamistas locales, lo que dio lugar a una reacción en cadena. Por ejemplo: si el tercer mundo logra poner fin a la explotación de las corporaciones multinacionales, dichas corporaciones se verán obligadas a aumentar la explotación y la represión sobre el pueblo norteamericano, empujando a los estadounidenses al campo de la política revolucionaria. De igual modo, el modelo agrícola y ganadero cooperativo en las aldeas adivasis desató la alarma en las ciudades. Todas las fuerzas reaccionarias se unieron para destruir los Janatana Sarkars. Para hacer frente a tales ataques, el ejército guerrillero de los oprimidos aumentó también en tamaño y fuerza, lo cual, a su vez, reforzó a los Janatana Sarkars.
En 1997-98 los habitantes de 238 pueblos de Dandakaranya construyeron 110 estanques mediante trabajo voluntario, así como 47 grandes embalses destinados al riego, la acuicultura y a atender las necesidades ganaderas. Entre agosto y septiembre de aquel año, se emplearon casi 300 mil huevas de pez y varios miles de huevas de cangrejo con miras a desarrollar ampliamente la piscicultura. En 1998 el gobierno popular comenzó a distribuir huevas de pez a gran escala entre la población local, convirtiéndose pronto esta actividad en una base de la economía local. En la actualidad existen embalses o estanques en casi todas las zonas bajo gobierno de los Comités Populares Revolucionarios. En las mismas áreas donde la agricultura tuvo antaño un desarrollo muy limitado existen ahora extensos cultivos de frutas como la papaya, el plátano, el mango, el limón y la guayaba, y verduras como la cebolla, el ajo, la berenjena, la calabaza, el calabacín, el quingombó, la coliflor, el maíz, la cebolleta, el tomate, etc.
Los Comités Populares Revolucionarios han tomado la iniciativa de formar a la población local en todo tipo de prácticas agrícolas, tales como el desarrollo de sistemas de riego, el fomento de la ganadería y el desarrollo de la cría animal, la transformación de suelo forestal en tierras agrícolas y la organización para la recolección o la preservación de abonos, semillas, etc. En la zona de Mad, en Dandakaranya, otrora la zona más atrasada de la región, hoy existen granjas agrícolas cooperativas dirigidas por los Comités Populares Revolucionarios. Cada año, en enero y febrero, se realizan trabajos de nivelación de tierras durante 10 a 15 días. Se han ampliado los cultivos de plantas medicinales. Han surgido numerosos centros de salud locales, así como centros de salud móviles. Estos últimos proporcionan al pueblo servicios básicos de salud gratuitos en zonas muy amplias y remotas.
En los colegios bajo control de los Comités Populares Revolucionarios se
imparten ocho asignaturas a los estudiantes de primero a quinto: matemáticas,
ciencias sociales, ciencia política, hindi, cultura, biología, ciencia general
e historia de Dandakaranya. Se han creado libros de texto para tales
asignaturas. Lo más importante, quizá, ha sido la recuperación, con gran
esfuerzo, del gondi, la lengua de los adivasis, así como el establecimiento de
un plan de estudios de primaria en dicha lengua. Notable ha sido también la
elaboración de un diccionario de la lengua gondi. Se están realizando
importantes esfuerzos para recuperar una lengua aún más atrasada, el halvi.
Sólo en Dandakaranya se publican regularmente más de 25 revistas. En las zonas
bajo control de los Janatana Sarkars, las bebidas alcohólicas extranjeras que
se fabrican en la India están prohibidas, aunque no las bebidas nacionales, el
hadia, etc. Sin embargo, el consumo de alcohol está prohibido en la
organización revolucionaria y se llevan a cabo campañas de concienciación
pública contra el consumo de alcohol, tabaco, etc.
En las zonas de Dandakaranya donde se han establecido gobiernos populares hasta el nivel de distrito, el primer paso revolucionario fue el establecimiento de los derechos del pueblo sobre los aspectos fundamentales de la economía rural: la tierra, las cosechas, el ganado y las reservas de agua. No se ha liquidado la propiedad privada pero todos los bienes raíces de los terratenientes han sido expropiados y repartidos entre los campesinos.
La gram sabha es el órgano fundamental del Janatana Sarkar. La gram sabha vela por la administración local en cada pueblo y todos los habitantes de la aldea, con excepción de los pertenecientes al campo enemigo, forman parte de ella. Todos los años, cada gram sabha organiza al menos dos reuniones. En la primera se toman las decisiones mientras que en la segunda reunión se valora el modo en que fueron llevadas a la práctica. Si los aldeanos no están satisfechos con la actuación de un miembro [del Comité Popular Revolucionario], en la gram sabha tienen derecho a expresar su descontento y pueden remover a dicha persona del comité correspondiente.
Entre tres y cinco aldeas de ese tipo, o lo que viene a ser lo mismo, entre 500 y 3.000 personas, constituyen un Comité Popular Revolucionario. Entre 10 y 15 Comités Populares Revolucionarios de este nivel forman un Comité Popular Revolucionario regional o gobierno regional, que abarca a entre 10.000 y 20.000 personas. Finalmente, entre tres y cinco Comités Populares Revolucionarios regionales constituyen un Comité Popular Revolucionario de división o de distrito.
Hay 9 departamentos en la Administración de un Comité Popular Revolucionario de distrito:
1. Defensa. 2. Hacienda. 3. Agricultura. 4. Pequeñas Industrias. 5. Justicia. 6. Educación y Cultura. 7. Desarrollo Social y de la Salud. 8. Protección de los Bosques. 9. Comunicación de Masas.
Siete, nueve u once miembros constituyen los Comités Populares Revolucionarios locales o regionales. Hay 15 miembros en el comité de distrito, del que forman parte un presidente, un vicepresidente, un representante del Ejército Popular Guerrillero de Liberación [PLGA, en sus siglas en inglés], cada uno de los responsables de funcionamiento de los 9 departamentos y 3 representantes del comité de área del Partido. En la gram sabha o asamblea local, todos los aldeanos excepto los enemigos de clase eligen a los miembros del comité y deciden las tareas a realizar en materia de desarrollo. Los aldeanos tienen derecho a llamar la atención de cualquier miembro del comité elegido que no cumpla debidamente las tareas que se le hayan asignado.
En 2008, se constituyó un comité preparatorio en la Zona Especial de Dandakaranya para coordinar las actividades de dos Comités Populares Revolucionarios de distrito. A pesar de las operaciones de los Salwa Judum entre 2005 y 2008 y de la Operación Greenhunt, puesta en marcha por los gobiernos reaccionarios central y estatal para aplastar los Janatana Sarkars, dichos gobiernos populares han seguido funcionando gracias a que el apoyo popular es el eje de un modelo alternativo de desarrollo en el que la participación del pueblo representa la garantía de la distribución equitativa de la riqueza.
El mero hecho de que los maoístas pretendan subvertir el sistema actual no significa que se opongan a los proyectos sociales del Estado. En aquellas áreas donde aún no se han establecido los Janatana Sarkars, los maoístas participan activamente en distintos movimientos con el objetivo de garantizar la correcta aplicación de proyectos gubernamentales tales como los 100 días de trabajo, la recogida de aguas, los subsidios estatales a las pequeñas industrias, las viviendas sociales para los pobres, etc. Los maoístas exigen la correcta aplicación de este tipo de proyectos sociales gubernamentales que ellos mismos pretenden organizar a mayor escala.
Los maoístas quieren que el bienestar producido por los beneficios derivados de la utilización de los recursos nacionales alcance al mayor número de personas. Por esa misma razón el Banco Mundial se opone al proyecto de 100 días de trabajo (MGNREGA [siglas en inglés de la “Mahatma Gandhi National Rural Employment Guarantee Act”]), al considerar que si los campesinos consiguen ingresos por esa vía no se convertirán en mano de obra barata en las ciudades.
Por otra parte, los maoístas han exigido siempre que la puesta en marcha y expansión del proyecto MGNREGA se produzca dentro de unos parámetros aceptables. Los maoístas no están en contra de las extracciones mineras, pero sí se oponen frontalmente a las políticas que permiten el desplazamiento de los habitantes de los bosques y las montañas, la deforestación indiscriminada y la facilitación del saqueo de valiosos recursos minerales por parte de las corporaciones multinacionales, en nombre todo ello del desarrollo de la minería y de la industrialización.
Es necesario comprender con toda claridad que la naturaleza agresiva actual del capitalismo global está llevando al mundo hacia el desastre, nos está llevando a una situación de agotamiento de los recursos naturales y de destrucción del medio ambiente. En estas condiciones, aumentarán las enfermedades humanas y para mantener el actual modo de vida malsano y enfermizo de la humanidad, tanto los medicamentos como los servicios sanitarios serán cada vez más caros. Para impedir semejante desastre y salvar el futuro del mundo, la necesidad más perentoria es construir un sistema político y económico alternativo, respetuoso con el medio ambiente, autosuficiente, no derrochador y capaz de generar empleo.
En las zonas de Dandakaranya donde se han establecido gobiernos populares hasta el nivel de distrito, el primer paso revolucionario fue el establecimiento de los derechos del pueblo sobre los aspectos fundamentales de la economía rural: la tierra, las cosechas, el ganado y las reservas de agua. No se ha liquidado la propiedad privada pero todos los bienes raíces de los terratenientes han sido expropiados y repartidos entre los campesinos.
La gram sabha es el órgano fundamental del Janatana Sarkar. La gram sabha vela por la administración local en cada pueblo y todos los habitantes de la aldea, con excepción de los pertenecientes al campo enemigo, forman parte de ella. Todos los años, cada gram sabha organiza al menos dos reuniones. En la primera se toman las decisiones mientras que en la segunda reunión se valora el modo en que fueron llevadas a la práctica. Si los aldeanos no están satisfechos con la actuación de un miembro [del Comité Popular Revolucionario], en la gram sabha tienen derecho a expresar su descontento y pueden remover a dicha persona del comité correspondiente.
Entre tres y cinco aldeas de ese tipo, o lo que viene a ser lo mismo, entre 500 y 3.000 personas, constituyen un Comité Popular Revolucionario. Entre 10 y 15 Comités Populares Revolucionarios de este nivel forman un Comité Popular Revolucionario regional o gobierno regional, que abarca a entre 10.000 y 20.000 personas. Finalmente, entre tres y cinco Comités Populares Revolucionarios regionales constituyen un Comité Popular Revolucionario de división o de distrito.
Hay 9 departamentos en la Administración de un Comité Popular Revolucionario de distrito:
1. Defensa. 2. Hacienda. 3. Agricultura. 4. Pequeñas Industrias. 5. Justicia. 6. Educación y Cultura. 7. Desarrollo Social y de la Salud. 8. Protección de los Bosques. 9. Comunicación de Masas.
Siete, nueve u once miembros constituyen los Comités Populares Revolucionarios locales o regionales. Hay 15 miembros en el comité de distrito, del que forman parte un presidente, un vicepresidente, un representante del Ejército Popular Guerrillero de Liberación [PLGA, en sus siglas en inglés], cada uno de los responsables de funcionamiento de los 9 departamentos y 3 representantes del comité de área del Partido. En la gram sabha o asamblea local, todos los aldeanos excepto los enemigos de clase eligen a los miembros del comité y deciden las tareas a realizar en materia de desarrollo. Los aldeanos tienen derecho a llamar la atención de cualquier miembro del comité elegido que no cumpla debidamente las tareas que se le hayan asignado.
En 2008, se constituyó un comité preparatorio en la Zona Especial de Dandakaranya para coordinar las actividades de dos Comités Populares Revolucionarios de distrito. A pesar de las operaciones de los Salwa Judum entre 2005 y 2008 y de la Operación Greenhunt, puesta en marcha por los gobiernos reaccionarios central y estatal para aplastar los Janatana Sarkars, dichos gobiernos populares han seguido funcionando gracias a que el apoyo popular es el eje de un modelo alternativo de desarrollo en el que la participación del pueblo representa la garantía de la distribución equitativa de la riqueza.
El mero hecho de que los maoístas pretendan subvertir el sistema actual no significa que se opongan a los proyectos sociales del Estado. En aquellas áreas donde aún no se han establecido los Janatana Sarkars, los maoístas participan activamente en distintos movimientos con el objetivo de garantizar la correcta aplicación de proyectos gubernamentales tales como los 100 días de trabajo, la recogida de aguas, los subsidios estatales a las pequeñas industrias, las viviendas sociales para los pobres, etc. Los maoístas exigen la correcta aplicación de este tipo de proyectos sociales gubernamentales que ellos mismos pretenden organizar a mayor escala.
Los maoístas quieren que el bienestar producido por los beneficios derivados de la utilización de los recursos nacionales alcance al mayor número de personas. Por esa misma razón el Banco Mundial se opone al proyecto de 100 días de trabajo (MGNREGA [siglas en inglés de la “Mahatma Gandhi National Rural Employment Guarantee Act”]), al considerar que si los campesinos consiguen ingresos por esa vía no se convertirán en mano de obra barata en las ciudades.
Por otra parte, los maoístas han exigido siempre que la puesta en marcha y expansión del proyecto MGNREGA se produzca dentro de unos parámetros aceptables. Los maoístas no están en contra de las extracciones mineras, pero sí se oponen frontalmente a las políticas que permiten el desplazamiento de los habitantes de los bosques y las montañas, la deforestación indiscriminada y la facilitación del saqueo de valiosos recursos minerales por parte de las corporaciones multinacionales, en nombre todo ello del desarrollo de la minería y de la industrialización.
Es necesario comprender con toda claridad que la naturaleza agresiva actual del capitalismo global está llevando al mundo hacia el desastre, nos está llevando a una situación de agotamiento de los recursos naturales y de destrucción del medio ambiente. En estas condiciones, aumentarán las enfermedades humanas y para mantener el actual modo de vida malsano y enfermizo de la humanidad, tanto los medicamentos como los servicios sanitarios serán cada vez más caros. Para impedir semejante desastre y salvar el futuro del mundo, la necesidad más perentoria es construir un sistema político y económico alternativo, respetuoso con el medio ambiente, autosuficiente, no derrochador y capaz de generar empleo.
Los Janatana Sarkars, bajo la dirección de los maoístas, luchan por establecer
una sociedad de este tipo. Hasta el día de hoy, la inspiración para esta lucha
procede del histórico movimiento de Naxalbari, acaecido hace 50 años, un
movimiento que mostró el camino para la liberación de las masas trabajadoras de
la India.
miércoles, 30 de agosto de 2017
BRASIL: ANUNCIAN EDICIÓN DE SEPTIEMBRE DE LA NUEVA DEMOCRACIA
Ya está pronta la edición n* 195 (Primera quincena
de septiembre de 2017) del periódico LA
NUEVA DEMOCRACIA que en breve estará disponible en Internet, en los puestos
de venta.
Colombia: EN LOS 100 AÑOS DE LA REVOLUCIÓN DE OCTUBRE
En los 100 años de la
Revolución de Octubre, levantar con firmeza la bandera de la Revolución
Proletaria Mundial
Hace
100 años, por estos días, el proletariado ruso se preparaba para protagonizar
una de las gestas heroicas más importantes de toda la humanidad: llevar a cabo
bajo la forma de la dictadura del proletariado, las enormes enseñanzas del
marxismo y brillantemente desarrolladas por el leninismo, inaugurando la era de
la Revolución Proletaria Mundial.
En
franca batalla, con la revolución de octubre de 1917, se coronó la abigarrada y
compleja lucha contra las diversas formas del revisionismo que desde las
propias filas de los marxistas hacían todos los esfuerzos para impedir que el
proletariado le asestara el golpe demoledor a la burguesía y los terratenientes.
Populistas, economistas, mencheviques y centristas se unían para desprestigiar
a los leninistas bolcheviques quienes lucharon a brazo partido en la dirección
de la clase obrera rusa para que tumbaran al zar, destruyeran por completo las
instituciones burguesas y tomaran sin reservas las riendas de la sociedad, para
comenzar la majestuosa obra de la construcción del socialismo en alianza con
los millones de campesinos y de las masas de las naciones oprimidas por el
imperio zarista que estaban necesitados de grandes cambios y dispuestos a darlo
todo por la revolución.
Hace
100 años, los obreros rusos fueron verdaderos héroes y combatientes de primera
fila en contra de quienes minimizaban su papel en la historia de la lucha de
clases, por considerarlos, como muchos lo hacen hoy, una fuerza incapaz de
comprender y liderar las grandes transformaciones revolucionarias,
considerándolos solo material de fuerza para la lucha por la supervivencia, por
la lucha económica y aduciendo que la lucha política y la aprehensión del
marxismo eran asuntos exclusivos de los intelectuales de las clases cultas.
Contra esos falsos revolucionarios, los bolcheviques fueron titanes en el
combate ideológico y político; fueron la verdadera argamasa que dio la
vitalidad y poder para tomar el cielo por asalto y desencadenar todo el
potencial creador y progresista de obreros, campesinos e intelectuales
revolucionarios.
La
Revolución de Octubre de 1917 marcó con letras de molde en el libro de la
historia de la humanidad, que desde la división de la sociedad en clases
sociales, ha sido la lucha entre ellas la fuerza motriz del desarrollo,
estancamiento o retroceso de la humanidad; y que en el caso de la sociedad
capitalista, más aún en su última etapa, el imperialismo, la clase obrera tiene
la misión histórica de destruir con la violencia revolucionaria toda la
estructura del viejo y caduco Estado reaccionario, y sobre sus cenizas
construir uno cualitativamente distinto a todos cuantos han existido hasta
ahora; un Estado al servicio de la inmensa mayoría de la sociedad, la mayor de
la democracias posibles, acompañada de la dictadura en contra de la ínfima
minoría parásita, que no por ser pequeña, es menos peligrosa, y por ende debe
ser enfrentada con el poder armado de obreros y campesinos.
Hace
100 años, los obreros rusos cristalizaron la enseñanza esencial de que para
triunfar sobre la burguesía, los terratenientes y el imperialismo, los
proletarios deben organizarse en un Partido revolucionario, en dura lucha
contra los “compañeros de viaje” del marxismo. La revolución de octubre dejó
muy claro que ese partido es el destacamento de vanguardia de la clase, su más
alta forma de organización, la materialización de los vínculos entre la
vanguardia y la inmensa masa de proletarios, una organización regida por el
centralismo democrático que armada de un científico programa para la
revolución, es la mayor garantía, tanto para el triunfo como para la
consolidación del poder obrero campesino en la revolución Proletaria.
Hace
100 años, la Revolución de Octubre dio por terminada la época de las
revoluciones dirigidas por la burguesía; demostrando que esta clase social
había perdido su capacidad de revolucionarizar la sociedad; y que en adelante,
este papel es exclusivo del proletariado, única clase capaz de dirigir la rueda
de la historia hacia el desarrollo, no solo de las revoluciones proletarias en
los países capitalistas, sino incluso de las revoluciones que tienen como tarea
principal la superación del semifeudalismo en la época del imperialismo. La
clase obrera es en el capitalismo, la única clase revolucionaria hasta el fin,
pues por su condición objetiva, no está interesada en preservar desde ningún
punto de vista al capitalismo y sobre todo su condición esencial, la
explotación del hombre por el hombre y la propiedad privada sobre los medios de
producción. Las demás clases, o sectores de ellas, solo pueden jugar un papel
revolucionario, en la medida en que acepten la dirección del proletariado y de
su Partido y Programa para su lucha.
“Todo
el poder a los Soviets” fue la consigna que retumbó en toda Rusia hace 100
años, cuando los oportunistas, aliados con la burguesía, se convirtieron en el
peligro principal para el triunfo de la revolución. La campaña represiva
desatada por los falsos revolucionarios en contra de los bolcheviques, fue
enfrentada con el clamor generalizado de entregar las riendas de la sociedad a
las organizaciones obreras y de inmediato se pasó a la tarea de preparar la
insurrección armada contra el Gobierno Provisional. Los Soviets de obreros,
campesinos y soldados, fueron la cristalización del poder omnímodo de la
alianza obrero campesina, y con ello se desencadenó un período de desarrollo
sin precedentes en la historia de la humanidad; desarrollo que llevó a enormes
alturas en unas cuantas décadas todos los ámbitos de la vida económica,
política, cultural, científica y deportiva. En pocos años, las mieles de la
revolución dirigida por la clase obrera, llevaron a Rusia a liderar la
construcción de la unidad fraternal de los pueblos y dar vida a lo que
posteriormente se conocería como la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
Con
la revolución de octubre de 1917, los obreros rusos mostraron al mundo entero,
y enseñaron a las masas de todo el planeta, que mientras no se destruya el
Estado burgués, la revolución es pura basura demagógica y un buen servicio para
la burguesía. Llevando a la práctica y desarrollando las enseñanzas de la
Comuna de París, la revolución de Octubre le permitió a Lenin sintetizar que la
esencia del nuevo tipo de Estado reside en que la fuente del poder está en “la iniciativa directa de las masas
populares desde abajo”, en la “sustitución
de la policía y el ejército, como instituciones apartadas del pueblo y
contrapuestas a él, por el armamento directo de todo el pueblo” y en la
sustitución de la burocracia estatal por funcionarios elegibles, removibles a
todo momento y con salarios de obreros.
Los
millones de obreros y campesinos, que hace 100 años inauguraron la era de la
Revolución Proletaria Mundial, son los mismos que además de encabezar la
magnífica obra de construir el socialismo y dejar ese enorme legado para las
generaciones futuras, ofrendaron sus vidas para derrotar años después a una de
las peores lacras de la historia moderna, el fascismo. Con José Stalin, tan
odiado por la burguesía y sus lugartenientes oportunistas, pero tan querido por
las masas, los obreros y campesinos encabezadas por el Ejército Rojo, fueron la
punta de lanza que dio la estocada definitiva a Hitler y su ejército, demostrando
también en el terreno militar la superioridad del país de los soviets.
Sin
embargo, en la larga lucha por acabar con las diferencias de clase y las formas
de opresión que subsisten en el socialismo, el proletariado fue derrotado tras
la muerte de Stalin por la nueva burguesía, surgida en el propio Estado y en el
seno del mismo partido. Esa nueva burguesía, socialista de palabra pero
imperialista de hecho, restauró el capitalismo en la Unión Soviética y desde
entonces ha competido con los demás imperialistas por esclavizar y expoliar a
los pueblos del mundo.
Hoy,
100 años después, levantar en alto la Revolución de Octubre de 1917, no puede
hacerse sin rescatar sus valiosas enseñanzas, de aplicación universal y tan
vigentes para la necesaria nueva toma del cielo por asalto. De ahí, que sea una
responsabilidad de los auténticos marxistas leninistas maoístas, no solo
rescatar sus enseñanzas, exaltar sus logros y hacer una valoración de sus
errores, sino llevar a cabo una fuerte campaña en contra de todos aquellos que
a la hora de homenajear a la Rusia de los soviets, lo hacen mellando el filo
revolucionario y rescatando solo algunos aspectos, pretendiendo hacerla
inofensiva para la burguesía, o mostrándola como una experiencia del pasado,
impracticable para el mundo de hoy. Las tergiversaciones del revisionismo de
todos los pelajes y las vacilaciones sobre el legado de la gran Revolución de
Octubre deben ser duramente combatidas por los obreros y los auténticos
comunistas en todo el mundo.
XI Asamblea de la Unión Obrera
Comunista (mlm)
Colombia,
agosto de 2017
ICOR: Día internacional contra la guerra imperialista
Llamamiento de la ICOR
al 1ero de septiembre de 2017,
el Día internacional contra la
guerra imperialista
La Coordinación
Internacional de Partidos y Organizaciones Revolucionarios (ICOR) celebra cada
año el Día de lucha internacional contra la guerra y el fascismo, entre otros
el 1 de septiembre (día del comienzo de la Segunda Guerra Mundial). ¡Hoy
convocamos a salir masivamente a las calles en la lucha contra el fascismo y la
guerra imperialista y manifestarse contra los instigadores de guerra de todos
los colores, – por un mundo sin explotación, opresión y guerras imperialistas!
Hoy día el peligro de una
guerra nuclear, que jamás puede ser limitada regionalmente, es tan grande, como
nunca antes desde la Segunda Guerra Mundial. El presidente estadounidense,
Donald Trump, amenaza abiertamente con un golpe nuclear contra Corea del Norte
(la República Democrática Corea). Hoy como antes, el imperialismo de EE.UU.,
siegue siendo como la única superpotencia el enemigo de todos los pueblos y del
mismo sale el peligro principal para la paz mundial. El régimen en Corea del
Norte a su vez amenaza con ataques de misiles contra la base militar de las
tropas de EE.UU. en la isla de Guam, lo que significaría escalar peligrosamente
el conflicto. También se debe ver la situación de Corea del Norte en el
contexto de la guerra destructiva de parte de EE.UU. y sus aliados contra esta
país, desde más de 60 años, y de las constantes maniobras provocadoras de los
EE.UU.
La China socialista, en
1964, lo consideró como cosa evidente de renunciar a un primer golpe
nuclear.
También hay focos
peligrosos en las zonas de crisis y de guerra en Ucrania, Siria o Afganistán.
Docenas de guerras injustas se están haciendo actualmente en todo el mundo. En
su lucha por el nuevo reparto del mundo todas las grandes potencias
imperialistas están involucradas.
En esta situación son urgentemente necesarias las
actividades fuertes, anticapitalistas y antiimperialistas más allá de las
fronteras nacionales, hasta la construcción de un frente único antiimperialista
y antifascista contra los instigadores de guerra, la cual se convierte en la
exigencia del momento. Necesitamos un nuevo movimiento fuerte por la paz y
antiimperialista a nivel mundial que se dirija contra cualquier agresión
imperialista y abogue consecuentemente por el internacionalismo proletario. Hay
los que se esfuerzan de tratar a algunas potencias imperialistas, como
supuestamente más pacíficas, más moderadas o incluso como pacificadores, por
ejemplo a la UE, Rusia o China. Esto es también la orientación que da la
engañosa propaganda socialchovinista.
El 2017 es el año del 100 aniversario de la Revolución
Socialista de Octubre. ¡Ella ha dado la señal de cómo la revolución socialista
termina con la guerra imperialista!
Firmantes (estado del 29
de agosto de 2017, más firmas son posibles):
1. ORC
Organisation Révolutionnaire du Congo (Organización Revolucionaria del
Congo), República Democrática del Congo
2. MMLPL Moroccan Marxist-Leninist Proletarian Line
(Marxistas-Leninistas Marroquíes Línea Proletaria)
3. CPSA (ML) Communist Party of South Africa
(Marxist-Leninist) (Partido Comunista de Sudáfrica (Marxista-Leninista))
4. PPDS Parti Patriotique Démocratique Socialiste
(Partido Patriótico Democrático Socialista), Túnez
5. MLOA Marxist-Leninist Organization of Afghanistan
(Organización Marxista-Leninista de Afganistán)
6. CPB
Communist Party of Bangladesh (Partido Comunista de Bangladesh)
7. CPI (ML) Red Star Communist Party of India (Marxist-Leninist)
Red Star (Partido Comunista de India (Marxista-Leninista) Estrella Roja)
8. PCC CPI (ML) Provisional Central Committee Communist
Party of India (Marxist-Leninist) (Comité Central Provisional Partido Comunista
de India (Marxista-Leninista))
9. Ranjbaran Hezb-e Ranjbaran-e Iran (Partido Proletario
de Irán)
10. NCP (Mashal) Nepal Communist Party (Mashal) (Nepal
Partido Comunista (Mashal))
11. NDMLP New-Democratic Marxist-Leninist Party
(Partido Marxista-Leninista de Nueva Democracia), Sri Lanka
12. Krasnyj Klin Gruppa Kommunistov-Revoljucionerov „Krasnyj Klin“
(Grupo de Revolucionarios Comunistas "Krasnyj Klin" [Cuña Roja]),
Bielorrusia
13. MLPD Marxistisch-Leninistische Partei
Deutschlands (Partido Marxista-Leninista de Alemania)
14. KOL
Kommunistische Organisation Luxemburg (Organización Comunista de Luxemburgo)
15. RM
Rode Morgen (Amanecer Rojo), Países Bajos
16. MLP
Marksistsko-Leninskaja Platforma (Plataforma Marxista-Leninista), Rusia
17. MLGS Marxistisch-Leninistische Gruppe Schweiz
(Grupo Marxista-Leninista de Suiza)
18. TIKB Türkiye İhtilalci Komünistler Birliği (Unión
de Comunistas Revolucionarios de Turquía)
19. MLKP Marksist Leninist Komünist Parti Türkiye /
Kürdistan (Partido Marxista Leninista Comunista
Turquía / Kurdistán)
20. KSRD Koordinazionnyj Sowjet Rabotschewo
Dvizhenija (Consejo de Coordinación del Movimiento Obrero), Ucrania
21. PC (ML) Partido Comunista (Marxista Leninista),
República Dominicana
22. PC/ML Partido Comunista (Marxista-Leninista) de
Panamá
23. PCP (independiente) Partido Comunista Paraguayo (independiente)
24. PML del Perú Partido Marxista Leninista del Perú
25.
PPP Partido Proletario del Perú
28 de agosto de 2017
MLPD: Contribución a la „discusión internacional en Internet sobre el significado de 100 años de Revolución de Octubre“
La esencia particular y de
vigencia general de la Revolución de Octubre y la estrategia de la revolución
socialista internacional
29 Junio 2017
Estamos viviendo en la época del
imperialismo y de la revolución proletaria. En los 100 años desde la Revolución
de Octubre se han desarrollado nuevos fenómenos y cambios esenciales en el
desarrollo del sistema imperialista mundial.
Los revisionistas modernos y
los neorevisionistas niegan el hecho de que el capitalismo en la época del
imperialismo es capitalismo agonizante. Ellos reniegan la
doctrina de vigencia general de la Revolución de Octubre de que el proletariado
revolucionario debe destruir la maquinaria de Estado burgués, el órgano central
de poder de la dictadura del capital financiero, y erigir en su lugar
la dictadura del proletariado.
Los dogmáticos, en cambio, ven
como máximo cambios cuantitativos. Ellos reniegan los nuevos fenómenos y
cambios esenciales del imperialismo desde su existencia, así como la necesidad
de un trabajo teórico para calificarlos a tiempo y acertadamente.
Así, en la época preimperialista, Marx y
Engels suponían que la revolución internacional en lo esencial sería un acto
único como revolución mundial y que para ello se requeriría una acción
conjunta del proletariado de todos los países avanzados o por lo
menos de la mayoría de estos países. Debido al desarrollo
del capitalismo de la competencia libre hacia el imperialismo y el
análisis que hizo Lenin sobre la ley del desarrollo económico y político
desigual del capitalismo, éste llegó a la conclusión de que "que
el socialismo triunfe primeramente en unos cuantos países
capitalistas, o incluso en un solo país capitalista" (Lenin, La
consigna de los Estados Unidos de Europa, en Obras Completas,
tomo 26, Editorial Progreso, Moscú, 1984, pág. 378;el resaltado
es del autor).Esto fue un desarrollo creador de la estrategia de la revolución
internacional, conforme a las modificadas condiciones sociales. Después de
la Revolución de Octubre, en un primer momento no se
realizaron más revoluciones exitosas, en contra de una reacción en
cadena lo que había expectado Lenin. Pero él no vio en esto
razón para el pesimismo ni para la resignación y sostuvo "… que
depositamos nuestra esperanza en la revolución internacional, y esa esperanza
era indudablemente acertada." (Discurso en la sesión solemne
... dedicada al tercer aniversario de la Revolución de Octubre, en O.
C., tomo XXXIV, Akal Editor, Madrid,
1978, pág. 97). Consideró la construcción del socialismo en la
Unión Soviética como un sólido baluarte para promover el movimiento comunista
internacional, el cual se organizó conjuntamente en la Internacional
Comunista.
Entonces la dirección del PCUS bajo Lenin
y Stalin rechazó también con plena razón cualquier capitulación y en las
siguientes décadas dio la prueba de que en Rusia no sólo pudo vencer
la revolución proletaria, sino que también se pudo construir con éxito el
socialismo. En la disputa con la capitulación de los trotskistas ante la
construcción socialista, Stalin defendió inequívocamente la referencia de
la Revolución de Octubre y de la construcción socialista en un solo
país con la revolución proletaria internacional. "Rasgo
distintivo de este peligro es la falta de fe en una revolución proletaria
internacional; la falta de fe en su victoria". (Stalin, Preguntas
y respuestas, en Obras, tomo VII, Ediciones Vanguardia
Obrera, Madrid, 1984, págs. 171-172).
Sin embargo, fuerzas dogmáticas difaman la estrategia de la
revolución socialista de ser trotskista. Pero la revolución
socialista, en cuanto a su contenido general, no proviene ni de los trotskistas
ni del MLPD. En el libro Aurora de la revolución socialista
internacional demostramos que fue "fundamentada por
Marx y Engels y desarrollada por Lenin, Stalin y Mao Tsetung de acuerdo a los
cambios en las condiciones de su época. Los trotskistas a lo sumo abusaron
eclécticamente del concepto, a fin de justificar su capitulación ante la
lucha de clases revolucionaria en el propio país." (pág. 144)
En 1927, con ocasión del 10o aniversario,
Stalin explicó que la Revolución de Octubre creó "un centro
potente y abierto del movimiento revolucionario mundial, centro que no había
tenido jamás antes y en torno al cual ese movimiento puede ahora adquirir cohesión,
organizando el frente único revolucionario de los proletarios y de los pueblos
oprimidos de todos los países contra el imperialismo." (Stalin, El
carácter internacional de la Revolución de Octubre, en Obras,
tomo X, pág. 257). Este significado fundamental para la
promoción del movimiento revolucionario en todos los países, sin embargo, no
cambió por nada el hecho de que la Revolución de Octubre, en cuanto a su esencia
concreta, según su forma, siguió siendo una
revolución de carácter nacional. Ella llevó, bajo la dirección de los
bolcheviques, a la construcción del socialismo en un solo país,
apoyada en una confianza profunda en la clase obrera, las masas y una
solidaridad internacional en todo el mundo.
El hecho de que en la Unión Soviética,
durante décadas fue posible la construcción del socialismo en un solo
país, a pesar del cerco imperialista, se debió a más requisitos materiales particulares,
además del efecto general que surtía la ley del desarrollo económico y
político desigual. "El país contaba con un gigantesco
potenical en fuerzas de trabajo, suelos fértiles y fuentes de energía, como
también en todas las materias primas esenciales para una producción industrial
moderna. Después de la Segunda Guerra Mundial, la Unión Soviética creó junto a
otros Estados socialistas un gran mercado interior, que posibilitó una división
de trabajo internacional con igualdad de derechos y en beneficio mutuo. Tales
requisitos son muy difíciles de encontrar hoy en los países particulares.
Además la dependencia mutua, incluso la de las economías nacionales más
grandes, debido a la internacionalización de la producción y la división de
trabajo internacional es tan marcada, que incluso serían de temer retrocesos
económicos si la economía socialista no llegara a aprovechar las ventajas de
una producción optimizada internacionalmente.
A partir de este hecho, por supuesto, no
se debe sacar la conclusión de renunciar a la posible realización de una
revolución proletaria en un país determinado. La única consecuencia apropiada
es que el proletariado en cada país, antes, mientras y después de la toma del
poder político, tiene que hacerlo todo para llevar adelante la revolución
proletaria también en otros países." (Aurora de la revolución
socialista internacional, pág. 152).
La internacionalización del
modo de producción capitalista, que a partir de los años
1990 desembocaba en una nueva organización de la producción internacional,
ha creado un nuevo grado de la socialización, y
ha iniciado una fase de transformación radical histórica. Aquéllos
que reniegan este significativo salto cualitativo advirtiendo que el
mercado mundial ya había existido en tiempos de Lenin, pasan por alto una
diferencia elemental a la cual ya llamó la atención Lenin en su análisis del
desarrollo del capitalismo en Rusia: "De comercial se ha
convertido en capital industrial; de fuerza dominante en el mercado, en fuerza
dominante en la producción". (Lenin, El contenido económico
del populismo…, en O. C., tomo 1,
pág. 528-529). Hoy día, el modo de producción capitalista predomina a
nivel mundial, organizado principalmente a través de una división
internacional del trabajo. Los requisitos materiales para un
nuevo ascenso de la lucha por la libertad y la democracia a
nivel mundial, por el verdadero socialismo, han madurado como
nunca antes en la historia. La mayoría de la población mundial es
oprimida por el capital financiero internacional, único dominante. En los
sistemas de producción integrados a nivel mundial, surgió un
proletariado industrial internacional, el cual es objetivamente el portador
principal de una perspectiva de superar de manera revolucionaria el
imperialismo y de los Estados socialistas unidos del mundo. Al mismo
tiempo, la internacionalización de la producción resulta en interrelaciones
complicadas entre el aspecto nacional e internacional de la lucha de clases. En
la actualización del programa del MLPD, de 2016, se dice: "La revolución socialista internacional es,
en general, una revolución proletaria. Es un proceso interactivo
de revoluciones que tienen lugar en diferentes momentos y difieren
según su carácter particular en los países individuales. En este proceso
revolucionario mundial estarán en una
indisoluble interacción huelgas masivas, manifestaciones de
masas, luchas e insurrecciones antiimperialistas, democráticas
y revolucionarias." (Programa del Partido
Marxista-Leninista, Capítulo G, pág. 88 de la edición
en alemán).
A pesar de todas las diferencias de las
luchas de clases en los países individuales, el proletariado internacional, en
alianza con todos los oprimidos, necesita un punto de referencia común: la
revolución socialista internacional. Ella es el objetivo común
fundamental y estratégico de la clase obrera internacional y de los oprimidos.
Un nuevo ascenso de la lucha mundial contra reacción y imperialismo,
por la libertad y la democracia, y por el verdadero socialismo, sólo
se puede desarrollar sobre el fundamento de una nueva cualidad del
internacionalismo proletario. La campaña de 100 años de
Revolución de Octubre es una señal excelente para el necesario debate de
estrategia y el fortalecimiento de las fuerzas y partidos marxistas-leninistas
en todos los países, así como de la ICOR.
Dieter Ilius (miembro de la redacción del
órgano teórico del MLPD, Camino Revolucionario)
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Datos personales
- Quibian Gaytan
- periodista obrero. Comunista (marxista-leninista). Antiimperialista, anticapitalista y antimilitarista.