El Gran Sol Rojo del Amanecer

miércoles, 30 de agosto de 2017

MLPD: Contribución a la „discusión internacional en Internet sobre el significado de 100 años de Revolución de Octubre“




La esencia particular y de vigencia general de la Revolución de Octubre y la estrategia de la revolución socialista internacional
29 Junio 2017


Estamos viviendo en la época del imperialismo y de la revolución proletaria. En los 100 años desde la Revolución de Octubre se han desarrollado nuevos fenómenos y cambios esenciales en el desarrollo del sistema imperialista mundial.

Los revisionistas modernos y los neorevisionistas niegan el hecho de que el capitalismo en la época del imperialismo es capitalismo agonizante. Ellos reniegan la doctrina de vigencia general de la Revolución de Octubre de que el proletariado revolucionario debe destruir la maquinaria de Estado burgués, el órgano central de poder de la dictadura del capital financiero, y erigir en su lugar la dictadura del proletariado.

Los dogmáticos, en cambio, ven como máximo cambios cuantitativos. Ellos reniegan los nuevos fenómenos y cambios esenciales del imperialismo desde su existencia, así como la necesidad de un trabajo teórico para calificarlos a tiempo y acertadamente.

Así, en la época preimperialista, Marx y Engels suponían que la revolución internacional en lo esencial sería un acto único como revolución mundial y que para ello se requeriría una acción conjunta del proletariado de todos los países avanzados o por lo menos de la mayoría de estos países. Debido al desarrollo del capitalismo de la competencia libre hacia el imperialismo y el análisis que hizo Lenin sobre la ley del desarrollo económico y político desigual del capitalismo, éste llegó a la conclusión de que "que el socialismo triunfe primeramente en unos cuantos países capitalistas, o incluso en un solo país capitalista" (Lenin, La consigna de los Estados Unidos de Europa, en Obras Completas, tomo 26, Editorial Progreso, Moscú, 1984, pág. 378;el resaltado es del autor).Esto fue un desarrollo creador de la estrategia de la revolución internacional, conforme a las modificadas condiciones sociales. Después de la Revolución de Octubre, en un primer momento no se realizaron más revoluciones exitosas, en contra de una reacción en cadena lo que había expectado Lenin. Pero él no vio en esto razón para el pesimismo ni para la resignación y sostuvo "… que depositamos nuestra esperanza en la revolución internacional, y esa esperanza era indudablemente acertada." (Discurso en la sesión solemne ... dedicada al tercer aniversario de la Revolución de Octubre, en O. C., tomo XXXIV, Akal Editor, Madrid, 1978, pág. 97). Consideró la construcción del socialismo en la Unión Soviética como un sólido baluarte para promover el movimiento comunista internacional, el cual se organizó conjuntamente en la Internacional Comunista.

Entonces la dirección del PCUS bajo Lenin y Stalin rechazó también con plena razón cualquier capitulación y en las siguientes décadas dio la prueba de que en Rusia no sólo pudo vencer la revolución proletaria, sino que también se pudo construir con éxito el socialismo. En la disputa con la capitulación de los trotskistas ante la construcción socialista, Stalin defendió inequívocamente la referencia de la Revolución de Octubre y de la construcción socialista en un solo país con la revolución proletaria internacional. "Rasgo distintivo de este peligro es la falta de fe en una revolución proletaria internacional; la falta de fe en su victoria". (Stalin, Preguntas y respuestas, en Obras, tomo VII, Ediciones Vanguardia Obrera, Madrid, 1984, págs. 171-172).

Sin embargo, fuerzas dogmáticas difaman la estrategia de la revolución socialista de ser trotskista. Pero la revolución socialista, en cuanto a su contenido general, no proviene ni de los trotskistas ni del MLPD. En el libro Aurora de la revolución socialista internacional demostramos que fue "fundamentada por Marx y Engels y desarrollada por Lenin, Stalin y Mao Tsetung de acuerdo a los cambios en las condiciones de su época. Los trotskistas a lo sumo abusaron eclécticamente del concepto, a fin de justificar su capitulación ante la lucha de clases revolucionaria en el propio país." (pág. 144)

En 1927, con ocasión del 10o aniversario, Stalin explicó que la Revolución de Octubre creó "un centro potente y abierto del movimiento revolucionario mundial, centro que no había tenido jamás antes y en torno al cual ese movimiento puede ahora adquirir cohesión, organizando el frente único revolucionario de los proletarios y de los pueblos oprimidos de todos los países contra el imperialismo." (Stalin, El carácter internacional de la Revolución de Octubre, en Obras, tomo X, pág. 257). Este significado fundamental para la promoción del movimiento revolucionario en todos los países, sin embargo, no cambió por nada el hecho de que la Revolución de Octubre, en cuanto a su esencia concreta, según su forma, siguió siendo una revolución de carácter nacional. Ella llevó, bajo la dirección de los bolcheviques, a la construcción del socialismo en un solo país, apoyada en una confianza profunda en la clase obrera, las masas y una solidaridad internacional en todo el mundo.

El hecho de que en la Unión Soviética, durante décadas fue posible la construcción del socialismo en un solo país, a pesar del cerco imperialista, se debió a más requisitos materiales particulares, además del efecto general que surtía la ley del desarrollo económico y político desigual. "El país contaba con un gigantesco potenical en fuerzas de trabajo, suelos fértiles y fuentes de energía, como también en todas las materias primas esenciales para una producción industrial moderna. Después de la Segunda Guerra Mundial, la Unión Soviética creó junto a otros Estados socialistas un gran mercado interior, que posibilitó una división de trabajo internacional con igualdad de derechos y en beneficio mutuo. Tales requisitos son muy difíciles de encontrar hoy en los países particulares. Además la dependencia mutua, incluso la de las economías nacionales más grandes, debido a la internacionalización de la producción y la división de trabajo internacional es tan marcada, que incluso serían de temer retrocesos económicos si la economía socialista no llegara a aprovechar las ventajas de una producción optimizada internacionalmente.

A partir de este hecho, por supuesto, no se debe sacar la conclusión de renunciar a la posible realización de una revolución proletaria en un país determinado. La única consecuencia apropiada es que el proletariado en cada país, antes, mientras y después de la toma del poder político, tiene que hacerlo todo para llevar adelante la revolución proletaria también en otros países." (Aurora de la revolución socialista internacional, pág. 152).

La internacionalización del modo de producción capitalista, que a partir de los años 1990 desembocaba en una nueva organización de la producción internacional, ha creado un nuevo grado de la socialización, y ha iniciado una fase de transformación radical histórica. Aquéllos que reniegan este significativo salto cualitativo advirtiendo que el mercado mundial ya había existido en tiempos de Lenin, pasan por alto una diferencia elemental a la cual ya llamó la atención Lenin en su análisis del desarrollo del capitalismo en Rusia: "De comercial se ha convertido en capital industrial; de fuerza dominante en el mercado, en fuerza dominante en la producción". (Lenin, El contenido económico del populismo…, en O. C., tomo 1, pág. 528-529). Hoy día, el modo de producción capitalista predomina a nivel mundial, organizado principalmente a través de una división internacional del trabajo. Los requisitos materiales para un nuevo ascenso de la lucha por la libertad y la democracia a nivel mundial, por el verdadero socialismo, han madurado como nunca antes en la historia. La mayoría de la población mundial es oprimida por el capital financiero internacional, único dominante. En los sistemas de producción integrados a nivel mundial, surgió un proletariado industrial internacional, el cual es objetivamente el portador principal de una perspectiva de superar de manera revolucionaria el imperialismo y de los Estados socialistas unidos del mundo. Al mismo tiempo, la internacionalización de la producción resulta en interrelaciones complicadas entre el aspecto nacional e internacional de la lucha de clases. En la actualización del programa del MLPD, de 2016, se dice: "La revolución socialista internacional es, en general, una revolución proletaria. Es un proceso interactivo de revoluciones que tienen lugar en diferentes momentos y difieren según su carácter particular en los países individuales. En este proceso revolucionario mundial estarán en una indisoluble interacción huelgas masivas, manifestaciones de masas, luchas e insurrecciones antiimperialistas, democráticas y revolucionarias." (Programa del Partido Marxista-Leninista, Capítulo G, pág. 88 de la edición en alemán).

A pesar de todas las diferencias de las luchas de clases en los países individuales, el proletariado internacional, en alianza con todos los oprimidos, necesita un punto de referencia común: la revolución socialista internacional. Ella es el objetivo común fundamental y estratégico de la clase obrera internacional y de los oprimidos. Un nuevo ascenso de la lucha mundial contra reacción y imperialismo, por la libertad y la democracia, y por el verdadero socialismo, sólo se puede desarrollar sobre el fundamento de una nueva cualidad del internacionalismo proletario. La campaña de 100 años de Revolución de Octubre es una señal excelente para el necesario debate de estrategia y el fortalecimiento de las fuerzas y partidos marxistas-leninistas en todos los países, así como de la ICOR.

Dieter Ilius (miembro de la redacción del órgano teórico del MLPD, Camino Revolucionario)


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Datos personales

periodista obrero. Comunista (marxista-leninista). Antiimperialista, anticapitalista y antimilitarista.