Cristina K reasumió la presidencia. Su discurso revela su acuerdo con grandes empresarios para el ajuste: suba de tarifas, techo salarial del 18%, y mano dura al que se oponga.
1. Refirmación de poder
Cristina Kirchner asumió su segundo mandato presidencial con el 54% de los votos, la mayoría en las dos cámaras del Congreso, un amplio peso territorial de gobernaciones e intendencias, un fuerte aparato político, social y de medios. Además, mantuvo negociaciones que ampliaron sus alianzas en el bloque dominante.
Con ese poder en sus manos, la presidenta afirmó: “Nada ni nadie me hará cambiar el rumbo”. La ceremonia de asunción del mando tuvo que ver con ese mensaje: su hija le colocó la banda presidencial, y los jóvenes de La Cámpora tuvieron la presencia dominante en los actos, junto a artistas e intelectuales que apoyan al gobierno. Con ese mismo sentido, ratificó a casi todos sus ministros, y las caras nuevas que incorporó ya eran funcionarios de su gobierno.
En la ceremonia participaron presidentes que vienen de constituir la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, organización que avanza en la integración de nuestros países, incluye a Cuba y excluye a Estados Unidos y Canadá, debilitando a la nefasta Organización de Estados Americanos nacida de la política yanqui de considerarnos su “patio trasero”.
2. La impunidad y el hambre
La presidenta recordó a una joven detenida desaparecida de la dictadura cuyo nombre designa ahora a un asteroide, y dijo que su ilusión es completar los juicios a los genocidas para “dar vuelta la página” y acabar con la impunidad. No tuvo en cuenta que en estos juicios, que han sido un avance por el que luchó el pueblo, las víctimas deben probar sus sufrimientos porque su gobierno sigue sin hacer públicos los archivos de la represión, con lo que la inmensa mayoría de los 30.000 detenidos-desaparecidos no pueden lograr la verdad y la justicia que dé fin a la impunidad de esos crímenes.
Tampoco habló de la nueva impunidad, la de los ejecutores y los responsables políticos (que son gobernadores aliados de su gobierno) de la represión y asesinatos cometidos durante estos ocho años de gobierno. Ni habló de la criminalización de las luchas y la multiplicación de juicios a los luchadores populares.
También llama la atención que prontos al 30 aniversario de la recuperación de las Malvinas no haya hecho mención a este aniversario.
La presidenta dijo que estos ocho años de gobierno fueron los de mayor crecimiento del país en 200 años. Si es así, debería explicar cómo ese crecimiento no resolvió problemas fundamentales. El país produce alimentos para 200 millones de personas, pero la presidenta no habló de los 700.000 niños desnutridos, ni porqué el hambre ha vuelto a crecer en estos últimos años.
3. Inflación y crisis: ¿quién las paga?
El tema central del discurso de la presidenta fue la referencia a la crisis mundial, y sus consecuencias en la Argentina hacia adelante. La crisis acaba de fracturar a Europa: Gran Bretaña rechazó el “pacto de disciplina presupuestaria” impuesto por Alemania y acordado por 26 miembros de la Unión Europea. Los países ceden soberanía a cambio de la promesa de ayuda con el pago de las deudas. “Jamás Europa estuvo tan en peligro y el riesgo de explosión fue tan grande”, dijo el presidente francés Sarkozy.
En China se frena su burbuja inmobiliaria y su producción de manufacturas. La economía de Brasil se estancó en el tercer trimestre de este año, lo que también influirá sobre la Argentina. Bajan las estimaciones de crecimiento de la región y señalan la probable caída del precio de sus exportaciones primarias: la soja bajó de 532 dólares la tonelada (el 1/9) a 416 dólares ahora.
Cerramos el año con una inflación que supera el 25%. La política del gobierno avanza con la eliminación de los subsidios, feta a feta, que en los próximos meses va a ir golpeando a sectores populares. Suben las tarifas en las provincias. Tres de cada cuatro jubilados apenas cubren un tercio de su canasta básica. Lo mismo pasa con las familias que reciben la asignación por hijo, están en Argentina Trabaja, o trabajan en negro. Está en marcha un ajuste encubierto, y de eso la presidenta no habla.
4. El techo salarial
El nudo de ese ajuste es la decisión del gobierno de imponer el techo del 18% a los aumentos salariales. Por eso atacó las huelgas de los docentes y petroleros de Santa Cruz. Dijo que sus salarios son altos, ocultando que el costo de la vida en esa provincia es entre el doble y el triple de otras provincias, y muchísimo más caro que las mentiras del IndeK.
A los monopolios, que según dijo Cristina K, “se cansaron de ganar dinero”, les habló al corazón: “Les pido una contribución sensata e inteligente”.
A los usureros imperialistas les habló al bolsillo. Suspender el pago de la deuda externa, en el 2001, dijo, “nos arrojó fuera del mundo”, cuando fue gracias a eso que se pudieron resolver dos millones de planes sociales y pesificar las deudas de pequeños productores industriales y agrarios. Consideró como un mérito haber pagado deuda con reservas por 26.316 millones de dólares sólo en los años 2009 y 2010. Desde 1982 hasta hoy, la Argentina pagó 268.000 millones de dólares, y cuando la presidenta habla de la reducción de la deuda durante su gobierno, no cuenta lo que habrá que pagar en definitiva por los ajustes por el CER y cupones por el PIB y los intereses que devengarán hasta su vencimiento, comprometidos en los dos canjes, de 2005 y 2010, con lo que el total real de la deuda supera ampliamente los 175.549 millones de dólares, que se registran oficialmente (el licenciado Héctor Giuliani, del Foro Argentino de la Deuda Externa, calcula que por esa deuda no registrada y sumándole la llamada deuda contingente, como la no pagada de los juicios a los jubilados, el monto total de la deuda pública llega a 241 mil millones de dólares).
Además, puso de vice a Boudou y de ministro a Lorenzino, los dos negociadores de la deuda con el Club de París, una deuda que incluye 863 millones de dólares contraídos por la dictadura y denunciada por fraudulenta, por la que ahora los usureros imperialistas piden en total 9.000 millones de dólares, y a pagar rápido.
Moyano no fue a la asunción presidencial y marcha a un acto en Huracán. El gobierno maneja los juicios y amenazado con la estatización fondos de las obras sociales. Otros dirigentes también se han opuesto al “techo” salarial. Hay grietas en el gobierno K.
En el discurso de la presidenta la amenaza fue mucho más que a Moyano. Su ataque a las huelgas de Santa Cruz, calificándolas de “chantajes”, prepara el terreno para garantizar el ajuste con lo que este semanario anunció hace dos semanas: la reglamentación del derecho de huelga para avanzar en la criminalización y represión de las luchas: la pérdida de personerías y fueros gremiales, juicios y cárcel a las direcciones de los cuerpos de delegados y sindicatos que luchen.
5. La huella del 2001
La discusión de fondo es quién paga la inflación y la crisis. La política anunciada por la presidenta, y sus acuerdos con las patronales, empujan a que paguen los trabajadores y el pueblo, y no los que “se cansaron de ganar dinero”, como dijo la presidenta. Las masas populares no le dieron a Cristina K un cheque en blanco, quieren ir por más.
El salario de los estatales y docentes ni siquiera tiene previstos aumentos en la mayoría de los presupuestos; es un eslabón débil del ajuste, en donde la CTA debe jugar un papel decisivo. Y la presidenta, en coincidencia con Macri, planteó la “evaluación” de los docentes.
En casi todas las provincias el trabajo electoral ha dejado acuerdos de las fuerzas populares que crean nuevas condiciones para desplegar y coordinar las luchas. También hay condiciones para llevar a término la campaña por la personería del PTP.
Acercándonos al 10° aniversario del Argentinazo, fecha para la que se preparan actos en todo el país, reivindicamos las banderas de esa histórica jornada, que derrocó al gobierno hambreador y entreguista de De la Rúa, y creó condiciones para conquistas que permitieron disminuir los terribles sufrimientos del pueblo. Recordaremos a los asesinados por ese gobierno infame. Y reafirmaremos la huella trazada el 19 y 20 de diciembre, en todo el país, cuando el pueblo se adueñó de las calles. Desde entonces, todos los gobiernos que se sucedieron quisieron, pero no pudieron, tapar esa huella.
Autor:
escribe Ricardo Fierro
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