Comunicado del CC del PCI (maoísta): !La tierra para el que la trabaja y todo el poder para el pueblo!
En
plena celebración del 50 aniversario del glorioso levantamiento
revolucionario campesino armado de Naxalbari, acaecido en el
distrito de Darjeeling, en Bengala, que cambió para siempre la
historia de la India, los campesinos de todo el país se están
levantando de nuevo en busca de una solución a sus graves
problemas. El Comité Central del Partido Comunista de la India
(Maoísta) ha hecho un llamamiento a todas las fuerzas
revolucionarias y democráticas del país para que se manifiesten en
apoyo del movimiento campesino y se sumen a la organización de la
poderosa tormenta de la lucha unitaria a nivel nacional de todos los
sectores oprimidos frente al gobierno al servicio de la oligarquía
hindú y del imperialismo dirigido por Modi, con las consignas:
!La
tierra para el que la trabaja!
!Todo
el poder para el pueblo!
***
PARTIDO
COMUNISTA DE LA INDIA (MAOÍSTA)
COMITÉ
CENTRAL
16
de junio de 2017
¡VIVA
LA CRECIENTE OLA DE AGITACIÓN CAMPESINA EN EL PAÍS! ¡DEMOS
TODO NUESTRO APOYO A LOS CAMPESINOS DEL PAÍS EN LUCHA POR SUS
JUSTAS REIVINDICACIONES! ¡FORJEMOS UNA SÓLIDA UNIDAD DE TODOS LOS
MOVIMIENTOS POPULARES CON EL ACTUAL MOVIMIENTO CAMPESINO! ¡SÓLO
LA REVOLUCIÓN ARMADA CAMPESINA PUEDE RESOLVER ENTERAMENTE
LOSACUCIANTES PROBLEMAS DEL CAMPESINADO!
¡EL CAMINO DE NAXALBARI ES EL ÚNICO QUE CONDUCE A LA LIBERACIÓN
DE LOS CAMPESINOSINDIOS! ¡DIFUNDAMOS CON AUDACIA
LAS CONSIGNAS DE LA
TIERRA PARA EL QUE LA TRABAJA Y TODO
EL PODER PARA EL PUEBLO!
En
plena celebración del quincuagésimo aniversario del glorioso
levantamiento revolucionario campesino armado de Naxalbari, acaecido
en el distrito de Darjeeling, en Bengala, que cambió para siempre
la historia del país, los campesinos se están levantando una vez
más en busca de una solución a sus
graves problemas. Desde que
estallasen en
Maharashtra el 1 de junio, las protestas campesinas se han propagado
a diferentes zonas de Gujarat, Rajastán y Madhya Pradesh. En el
curso de dichas protestas, seis campesinos han muerto por los
disparos indiscriminados de la policía. Los
gobiernos central y estatales están recurriendo masivamente a otras
medidas represivas tales como la imposición del toque de queda, las
órdenes de prohibición, las detenciones masivas, el uso de gas
lacrimógeno y las cargas policiales, la imputación en montajes
policiales y judiciales, el cierre de páginas de internet, etc., y
todo ello con la intención de disipar la tormenta en ciernes que
representa esta última oleada de protestas del movimiento
campesino. Antes,
las manifestaciones de los campesinos del Punjab, Tamil Nadu y otros
estados habían caído en saco roto. Los intentos
de los diversos gobiernos de acallar la voz de los campesinos por
medio de la fuerza bruta y del anuncio de medidas engañosas se
demostrará inútil a la hora de abordar los problemas más
acuciantes del campesinado del país. El
Comité Central de nuestro Partido condena en los términos más
enérgicos el asesinato el 6 de junio de seis campesinos a manos de
la policía de Madhya Pradesh en el distrito de Mandsaur, al igual
que las otras formas de represión fascista empleadas contra los
manifestantes, al tiempo que exige el castigo de los funcionarios
civiles y de la policía responsables, así como de las bandas
parapoliciales de la Sangh Parivar [“Familia de organizaciones”
en hindi, que agrupa al nacionalismo hindú]. Nuestro
Partido hace extensivo su apoyo incondicional a la justa lucha de
los campesinos de diversas partes del país y exige a los gobiernos
central y estatales que cumplan todas sus reivindicaciones sin
demora. Exhortamos
a todas las clases y sectores populares a fortalecer este
movimiento, bien participando directamente en él, bien mostrándole
su solidaridad.
No
es ningún secreto que, además de Maharashtra y Madhya Pradesh, los
campesinos de estados como Chhattisgarh, Jharkhand, Bihar, Orissa,
Bengala Occidental, Uttar Pradesh, Punjab, Haryana, Gujarat, Andhra
Pradesh, Telangana, Karnataka, Tamil Nadu, etc., se encuentran
igualmente en una situación muy apurada. Los
campesinos sin tierra y pobres, que constituyen la inmensa mayoría
del campesinado, no sólo padecen la escasez de tierras, sino que se
ven obligados a cargar sobre sus espaldas con el fardo insoportable
de la explotación y opresión semifeudales. A
ello hay añadir el asfixiante dogal de las políticas
proimperialistas de los sucesivos gobiernos central y estatales, con
independencia del partido que ocupe el poder, que ha hecho que su
situación sea aún más precaria. Y
no sólo los campesinos pobres, sino incluso los campesinos medios y
ricos tienen dificultades para participar, permanecer y sobrevivir
en una economía de mercado controlada por algunas grandes
corporaciones multinacionales y sus adláteres nacionales,
estrechamente vinculados al mercado
imperialista mundial. Una
gran mayoría de ellos se ve obligada a reducir su consumo a lo más
indispensable y a luchar contra la ruina absoluta.
Sin
embargo, la explotación y opresión de las masas campesinas indias
para servir a las necesidades del imperialismo y a sus valedores
nacionales no es nada nuevo. Desde
que el país quedó sometido al yugo del colonialismo, los
campesinos han pasado por la terrible experiencia de la destrucción
de su economía, el empobrecimiento, las estrecheces, el hambre y la
muerte. Son
ellos quienes han sobrellevado el peso del colonialismo y de sus
compinches locales –los grandes terratenientes y los grandes
capitalistas compradores– durante más de dos siglos. Para
desembarazarse de las cadenas de la sumisión, el campesinado
también se levantó, esgrimiendo la fuerza de sus brazos y de sus
armas tradicionales, en una serie de rebeliones campesinas. Fueron
la fuerza principal en la guerra de independencia de 1857. Sin
embargo, cada
vez resultaron aplastados con extrema brutalidad. Lucharon
con espíritu combativo durante la época de la lucha anticolonial
con la aspiración de una vida mejor, pero la dirección del Partido
del Congreso les traicionó. Combatieron
en la lucha armada en Telangana, en Punnapra-Vayalar y durante el
movimiento Tebhaga, pero, de nuevo, fueron traicionados, en esta
ocasión por la dirección del reformista PCI. La
llamada “independencia” y las posteriores, y supuestas, reformas
de la tierra o políticas agrarias de las clases dominantes no
tuvieron en cuenta las necesidades de las amplias masas
campesinas. Todos
los partidos parlamentarios que han llegado al poder central o en
los estados, desde el Partido del Congreso de Nehru hasta el actual
gobierno de Modi, han hecho grandes promesas a los campesinos pero
los han traicionado después de llegar al poder. Los
movimientos sociales reformistas dirigidos por gentes como Vinoba
Bhabe, Jaiprakash Narayan, Ram Manohar Lohia, etc., también han
demostrado ser un fiasco absoluto como solución a los problemas del
campesinado.
De
modo que las condiciones de vida del campesinado, que dieron lugar a
Naxalbari cincuenta años atrás, básicamente no han cambiado. Es
más, de hecho han empeorado sobremodo debido al dominio redoblado
del imperialismo sobre la economía, la política y la sociedad
indias. A
partir de la década de los 90 en especial, cuando los gobernantes
indios, al capitular a los dictados del Banco Mundial, el FMI y la
OMC, comenzaron a abrir todos los sectores de la economía a una
explotación imperialista desenfrenada, la crisis de la gran mayoría
de los campesinos indios se agudizó. Los
efectos negativos de la Revolución Verde, lanzada para
contrarrestar la revolución roja, también empezaron a dejarse
sentir con más fuerza por aquel entonces, incluso en las regiones
con una agricultura relativamente más avanzada. La falta
de tierras, por una parte, y, por otra, la crisis de las economías
de los campesinos pobres, medios y ricos a consecuencia de las
políticas proimperialistas del gobierno, contribuyeron a la oleada
de suicidios de campesinos iniciada en las regiones con cultivos
comerciales de Andhra Pradesh y Maharashtra en la
década de 1990. Tal
situación no sólo ha continuado sino que se ha extendido a todos
los rincones del país en los últimos dos decenios, lo que
demuestra la gravedad de la crisis agraria.
El
problema del control monopolístico de las tierras agrícolas por
parte de los grandes terratenientes feudales, las grandes
corporaciones y el Estado, así como el poder de usureros y
prestamistas, se ha acentuado debido al creciente dominio
monopolístico del mercado rural por las grandes corporaciones
extranjeras y nacionales,
que venden semillas, fertilizantes y otros insumos, y compran los
productos agrícolas. Se han
sucedido protestas
y movimientos esporádicos de los campesinos en diferentes partes
del país contra esta situación, en particular en aquellas regiones
en que la producción agrícola está más estrechamente ligada al
mercado. A
su vez, las luchas contra los desplazamientos, íntimamente
vinculadas a la cuestión de la tierra, se han intensificado en los
dos últimos decenios a medida que los campesinos se enfrentaban a
los intentos por parte del gobierno y de las empresas privadas de
adquirir por la fuerza tierras agrícolas y forestales.
Desde los campesinos
del valle de Narmada, en Gujarat, a los de Kalinganagar y Niyamgiri,
en Odisha; desde los de Singur, Nandigram y Lalgarh, en Bengala, a
los de Surjagarh, en Maharashtra, por todo el país el campesinado
está luchando con espíritu combativo contra el gobierno bajo la
consigna “Daremos la vida, pero no la tierra” en defensa de
su Jal-jangal-zameen-izzat-adhikar [“tierra,
agua, bosques, respeto y derechos”, en hindi] y para obligarle a
retirar muchos proyectos industriales y de infraestructuras
contrarios a los intereses de los campesinos. Como
en Jharkhand, los campesinos han estado luchando en Maharashtra y en
otros estados en defensa de las disposiciones de la CNTA
[“Chhotanagapur Tenancy Act”, en sus siglas en inglés] y la
SPTA [“Santhal Paragana Tenancy Act”] o la aplicación de
disposiciones constitucionales como la PESA [“Panchayats Extension
to Scheduled Areas Act”] o los Programas Quinto y Sexto. En
Andhra Pradesh y Telangana, los campesinos luchan contra proyectos
destructivos como la presa de Polavaram, mientras que en las Ghats
Occidentales de Kerala se oponen a los desplazamientos previstos so
pretexto de crear “Reservas de la Biosfera”, etc. En
Chhattisgarh y otros estados, luchan por incrementar los precios
mínimos garantizados y los precios remunerativos de los productos
forestales. Es así como han
ido madurando las condiciones para un movimiento campesino en todo
el país.
La
actual oleada de protestas comenzó el 1 de junio con la huelga
indefinida de los campesinos de Maharashtra en demanda de la
cancelación de sus préstamos bancarios, siguiendo los pasos de una
decisión similar adoptada por el gobierno de Uttar Pradesh. Los
campesinos también reclaman
toda una serie de reivindicaciones históricas como precios
remunerativos para sus productos, préstamos sin interés, insumos
gratuitos o subvencionados como agua, electricidad, fertilizantes,
etc., aplicación de las recomendaciones de la Comisión Swaminathan
(que Modi
prometió antes de las últimas elecciones parlamentarias, promesa,
sin embargo, de la que se ha desdicho su gobierno, alegando en una
reciente declaración jurada ante la Corte Suprema, que es
inaplicable), etc. Desde
el comienzo del movimiento, los campesinos de Maharashtra se han
negado a vender sus productos, han cerrado centros de
aprovisionamiento y mercados agrícolas, han bloqueado carreteras,
han tirado productos como leche y hortalizas en señal de protesta y
han organizado manifestaciones
combativas. Es
la primera huelga convocada por los campesinos desde hace mucho
tiempo en el estado de Maharashtra e incluso en el país. Aunque
una parte de los dirigentes decidieron desconvocar la huelga después
de mantener conversaciones con el gobierno del BJP de Maharashtra,
otro sector se mantuvo firme en su decisión inicial. El
movimiento se extendió rápidamente a Gujarat, Rajastán y otras
partes de Maharashtra con reivindicaciones similares. Las
seguridades dadas por el gobierno de Modi o los gobiernos estatales,
el teatrillo político de personajes como el primer ministro
de Madhya Pradesh, Shivraj Singh Chauhan, declarándose en
huelga de hambre indefinida y llorando lágrimas de cocodrilo por
los campesinos, no han dado plena satisfacción a los
manifestantes. Es
poco probable que el movimiento actual, que es el más amplio desde
la puesta en práctica de las políticas de
liberalización-privatización-globalización en el país hace un
cuarto de siglo, se apacigüe por completo mientras las causas
fundamentales del
descontento campesino no se resuelvan.
Es
cierto que a diferencia de Naxalbari, el movimiento campesino actual
carece de una dirección proletaria, una organización unificada, un
programa revolucionario o una estrategia y tácticas correctas para
llevar a cabo dicho programa. Es
por ello que
el movimiento inevitablemente adolece de un carácter intermitente y
fragmentario, circunscrito a reivindicaciones parciales o económicas
y limitado a las formas de lucha planteadas por su dirección
actual. Sin
embargo, la gravedad de la crisis agrícola, que afecta a más de
dos tercios de la población del país, que subsiste de la
agricultura, hace del movimiento campesino actual un acontecimiento
de enorme significación política. Nadie
que se preocupe por el futuro del país y desee su liberación del
yugo del imperialismo, el feudalismo y el capitalismo comprador
burocrático puede ignorar este movimiento de las amplias masas
campesinas en las áreas rurales. Están
luchando para que se les escuche y los gobernantes se equivocan si
piensan que pueden acallar sus voces con balas o repartiendo unas
migajas.
La
historia ha demostrado una y otra vez que en un país agrícola, el
campesinado es capaz de enfrentarse y derribar a cualquier poder
contrario a sus intereses, si cuenta con la dirección correcta y la
estrategia correcta. Su
experiencia vital y el fracaso de las protestas pacíficas muestran
a los campesinos que no puede haber una solución permanente a sus
problemas dentro de los límites del actual sistema. Sólo
por el camino de la lucha armada revolucionaria campesina que
desbrozó Naxalbari con el fin de dar cima a la revolución nacional
y democrática puede el campesinado del país echar abajo las tres
montañas del imperialismo, el feudalismo y el capitalismo comprador
burocrático, así como resolver sus problemas básicos. Por lo
tanto, mientras lucha por sus reivindicaciones económicas
inmediatas, el campesinado debe tratar por todos los medios de
coordinar e integrar su movimiento con la Guerra Popular Prolongada
en curso, basada en la alianza de obreros y campesinos y en la
unidad de las cuatro clases oprimidas (obreros, campesinos y media y
pequeña burguesía urbana).
Del
mismo modo, la unidad del movimiento campesino con los movimientos
que se desarrollan actualmente de todas las clases y sectores
sociales oprimidos –obreros, clases medias, pequeños y medianos
empresarios y comerciantes, autónomos, parados, dalits,
adivasis, minorías
religiosas, nacionalidades oprimidas, mujeres, estudiantes y
profesores, intelectuales, artistas, abogados, periodistas y demás
trabajadores– es lo que se necesita en este momento. Dicha
unidad es necesaria para librar una lucha exitosa contra los
gobernantes del país y su representante político más pernicioso,
los gobiernos nacional-brahmánico-fascistas del BJP. El
Comité Central de nuestro Partido, una vez más, ofrece todo su
apoyo a los campesinos en lucha y exige a los gobiernos central y
estatales que cumplan todas sus reivindicaciones, renuncien al cobro
de todos los préstamos agrícolas y apliquen las recomendaciones de
la Comisión Swaminathan sin más demora.Hacemos un llamamiento a
todas las fuerzas revolucionarias y democráticas del país para que
se manifiesten en apoyo del movimiento campesino y se sumen a la
organización de la poderosa tormenta de la lucha unitaria a nivel
nacional de todos los sectores oprimidos contra el gobierno de la
NDA dirigida por Modi.
Abhay
Portavoz,
Comité
Central
PCI
(Maoísta)
***
Publicado
por Red
de Blogs Comunistas
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