Carteles de propaganda imperialista de la Primera Guerra Mundial
En
esta fase avanzada del capitalismo, el imperialismo, los estados y
sus gobiernos, administradores de los intereses de la burguesía
local, mantienen una permanente guerra comercial, industrial,
cultural que, finalmente, terminan irremediablemente dirimiéndose
en la guerra por los recursos, ya sea en terceros países
colonizados (ocupados militarmente o, simplemente, sometidos al
imperialismo económico de los empréstitos a cambio de obligaciones
de todo tipo) o, cuando llega el caso, directamente entre ellos.
Ya
hace cien años Lenin cuestionaba tal situación diciendo:
“¿Deberíamos perecer como esclavos ciegos e indefensos, en
una guerra entre esclavistas, o deberíamos buscar la
"confraternización" entre los esclavos, con el fin de
poner fin a la esclavitud?”.
Los imperialistas han
destacado históricamente por su habilidad en realizar propaganda
eficaz afín a sus razones. El fomento de la carrera militar se ha
realizado con eslóganes pegadizos para atraer a las masas y
convertirlas en carne de cañón: “!El mejor trabajo del
mundo- Trabajo y diversión por todo el mundo- Únete al
ejército!”, “Está muy bien el surf, pero ¿qué hay de
los hombres en las trincheras?, ve y ayuda”, “Aventura y
acción- Alístate a las fuerzas armadas de EEUU".
También
se han promocionado de forma importante los llamados bonos de
guerra, maquillándolos con expresiones tales como “bonos de la
libertad”, “bonos de la victoria”, etc. O, incluso, se llamaba
a los pueblos colonizados a defender al imperio
Detrás
de todo este marketing se esconde el genocidio y la barbarie del
capitalismo, el saqueo de recursos a las naciones oprimidas, la
guerra por el control económico del mundo entre los grandes
monopolios y la lucha de clases entre el proletariado y la
burguesía.
En
la Primera Guerra Mundial, el primer gran enfrentamiento
inter-imperialista de la fase avanzada del capitalismo, los
gobiernos y las burguesías locales, (unidas en, como ya señalaba
Lenin, sindicatos o alianzas de capitalistas enfrentadas a otras
según sus intereses económicos) usaban, en estos casos, a la clase
trabajadora como peones en el tablero de la lucha por el control de
los recursos para que lucharan en el campo de batalla defendiendo
los intereses de la minoría, de los parásitos que viven de su
trabajo.
Para ello, no dudaban en realizar costosas
campañas de convencimiento para que esos trabajadores se sintieran
identificados con una u otra bandera, movilizando los
sentimientos y la emoción de los trabajadores para que estos se
enfrentaran a sus hermanos de clase defendiendo los intereses de los
monopolios, en vez de seguir el llamado de Lenin, básico en la
lucha de clases en la época imperialista, de convertir la guerra
imperialista en guerra civil, y envitando que aplicaran
las dos tareas del proletariado ante la cuestión nacional,
señaladas también por Lenin: luchar por la unidad de los
trabajadores y, al mismo tiempo, por el derecho a la
autodeterminación de sus países frente a la opresión
imperialista.
El
proletariado no debe caer en las ilusiones burguesas ni escuchar los
cantos de sirena del imperialismo. Tiene que rebelarse,
convertir la guerra imperialista en guerra civil, llevar a cabo en
cada acto de su vida, en cada agitación social, en cada problema
surgido, la lucha de clases, única guerra en la que se dirimen sus
intereses. Sus guerras no son nuestras guerras y en todo el mundo el
proletariado tiene un mismo enemigo en común: el imperialismo.
A
continuación pueden ver una serie de ilustraciones históricas de
la Primera Guerra Mundial que reflejan las diferentes campañas
publicitarias imperialistas de la época, seleccionada por CTT en
colaboración con Victoria
de los Oprimidos y Explotados:
En
esta fase avanzada del capitalismo, el imperialismo, los estados y
sus gobiernos, administradores de los intereses de la burguesía
local, mantienen una permanente guerra comercial, industrial,
cultural que, finalmente, terminan irremediablemente dirimiéndose
en la guerra por los recursos, ya sea en terceros países
colonizados (ocupados militarmente o, simplemente, sometidos al
imperialismo económico de los empréstitos a cambio de obligaciones
de todo tipo) o, cuando llega el caso, directamente entre ellos.
Ya hace cien años Lenin cuestionaba tal situación diciendo: “¿Deberíamos perecer como esclavos ciegos e indefensos, en una guerra entre esclavistas, o deberíamos buscar la "confraternización" entre los esclavos, con el fin de poner fin a la esclavitud?”.
Los imperialistas han destacado históricamente por su habilidad en realizar propaganda eficaz afín a sus razones. El fomento de la carrera militar se ha realizado con eslóganes pegadizos para atraer a las masas y convertirlas en carne de cañón: “!El mejor trabajo del mundo- Trabajo y diversión por todo el mundo- Únete al ejército!”, “Está muy bien el surf, pero ¿qué hay de los hombres en las trincheras?, ve y ayuda”, “Aventura y acción- Alístate a las fuerzas armadas de EEUU".
Ya hace cien años Lenin cuestionaba tal situación diciendo: “¿Deberíamos perecer como esclavos ciegos e indefensos, en una guerra entre esclavistas, o deberíamos buscar la "confraternización" entre los esclavos, con el fin de poner fin a la esclavitud?”.
Los imperialistas han destacado históricamente por su habilidad en realizar propaganda eficaz afín a sus razones. El fomento de la carrera militar se ha realizado con eslóganes pegadizos para atraer a las masas y convertirlas en carne de cañón: “!El mejor trabajo del mundo- Trabajo y diversión por todo el mundo- Únete al ejército!”, “Está muy bien el surf, pero ¿qué hay de los hombres en las trincheras?, ve y ayuda”, “Aventura y acción- Alístate a las fuerzas armadas de EEUU".
También
se han promocionado de forma importante los llamados bonos de
guerra, maquillándolos con expresiones tales como “bonos de la
libertad”, “bonos de la victoria”, etc. O, incluso, se llamaba
a los pueblos colonizados a defender al imperio
Detrás
de todo este marketing se esconde el genocidio y la barbarie del
capitalismo, el saqueo de recursos a las naciones oprimidas, la
guerra por el control económico del mundo entre los grandes
monopolios y la lucha de clases entre el proletariado y la
burguesía.
En
la Primera Guerra Mundial, el primer gran enfrentamiento
inter-imperialista de la fase avanzada del capitalismo, los
gobiernos y las burguesías locales, (unidas en, como ya señalaba
Lenin, sindicatos o alianzas de capitalistas enfrentadas a otras
según sus intereses económicos) usaban, en estos casos, a la clase
trabajadora como peones en el tablero de la lucha por el control de
los recursos para que lucharan en el campo de batalla defendiendo
los intereses de la minoría, de los parásitos que viven de su
trabajo.
Para ello, no dudaban en realizar costosas campañas de convencimiento para que esos trabajadores se sintieran identificados con una u otra bandera, movilizando los sentimientos y la emoción de los trabajadores para que estos se enfrentaran a sus hermanos de clase defendiendo los intereses de los monopolios, en vez de seguir el llamado de Lenin, básico en la lucha de clases en la época imperialista, de convertir la guerra imperialista en guerra civil, y envitando que aplicaran las dos tareas del proletariado ante la cuestión nacional, señaladas también por Lenin: luchar por la unidad de los trabajadores y, al mismo tiempo, por el derecho a la autodeterminación de sus países frente a la opresión imperialista.
Para ello, no dudaban en realizar costosas campañas de convencimiento para que esos trabajadores se sintieran identificados con una u otra bandera, movilizando los sentimientos y la emoción de los trabajadores para que estos se enfrentaran a sus hermanos de clase defendiendo los intereses de los monopolios, en vez de seguir el llamado de Lenin, básico en la lucha de clases en la época imperialista, de convertir la guerra imperialista en guerra civil, y envitando que aplicaran las dos tareas del proletariado ante la cuestión nacional, señaladas también por Lenin: luchar por la unidad de los trabajadores y, al mismo tiempo, por el derecho a la autodeterminación de sus países frente a la opresión imperialista.
El
proletariado no debe caer en las ilusiones burguesas ni escuchar los
cantos de sirena del imperialismo. Tiene que rebelarse,
convertir la guerra imperialista en guerra civil, llevar a cabo en
cada acto de su vida, en cada agitación social, en cada problema
surgido, la lucha de clases, única guerra en la que se dirimen sus
intereses. Sus guerras no son nuestras guerras y en todo el mundo el
proletariado tiene un mismo enemigo en común: el imperialismo.
A
continuación pueden ver una serie de ilustraciones históricas de
la Primera Guerra Mundial que reflejan las diferentes campañas
publicitarias imperialistas de la época, seleccionada por CTT en
colaboración con Victoria
de los Oprimidos y Explotados:
Publicado por
Cuestionatelotodo
victoria de los oprimidos y explotados.
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