Por: José Sotomayor Pérez.
Sábado 25 de junio de 2011
Stalin es considerado como clásico del marxismo leninismo por su contribución teórica y por el rol decisivo que jugó, tanto en la construcción del socialismo, como en la derrota del fascismo y el nacimiento del campo socialista. Su obra escrita, hasta 1934, ha sido editada en 13 tomos. No pudo continuarse por órdenes del grupo revisionista que usurpó el poder del Partido y el Estado en la Unión Soviética. Es bien conocida su obra teórica escrita en su juventud “¿Anarquismo o Socialismo?”, en la que hace un deslinde con todas las corrientes pequeño burguesas seguidoras de Kropotkin. En esta obra Stalin expone y desarrolla el socialismo científico, demostrando que solo son revolucionarios y socialistas auténticos, los marxistas que reconocen la necesidad histórica de la dictadura del proletariado. A comienzos de1913 Stalin escribió su clásica obra “El marxismo y la cuestión nacional”. Cuyos principios y fundamentos sirvieron mas tarde para la organización e instauración de la URSS.
Después de la muerte de Lenin, ocurrida a comienzos de 1924, le tocó a Stalin rechazar y derrotar a todos los capituladores, conduciendo al pueblo soviético por el difícil camino de la construcción del socialismo. Fue esta una gesta en la que Stalin se reveló como un gigante del pensamiento y la acción revolucionaria. En la tarea de poner al desnudo y derrotar ideológicamente a la oposición contrarrevolucionaria, jugaron un rol de enorme importancia las obras de Stalin tituladas: “Fundamentos del leninismo”, “Las Cuestiones del leninismo”, “La Revolución de Octubre y la Táctica de los comunistas rusos”, “Sobre la Desviación derechista en el PC (b) de la URSS”, “Sobre el Materialismo dialéctico y el Materialismo histórico”. Estas obras fueron de capital importancia para desenmascarar a trostkistas, zinovievistas y bujarinistas, furiosos opositores a la construcción del socialismo que terminaron poniéndose a órdenes de Hitler.
Los Informes de Stalin a los Congresos del PC(b) de la URSS – desde el XIII al XVIII – dieron la línea general de la construcción del socialismo y la preparación del gran país soviético para repeler y derrotar a cualquier agresor. Estos Informes constituyen hoy en día verdaderos tesoros político-ideológicos que deben ser estudiados por todos los que quieran conocer como y en qué condiciones fue edificado el socialismo en la URSS. Es en su Informe ante el XVIII Congreso, realizado en 1939 que Stalin hace una contribución teórica de enorme importancia sobre la doctrina marxista del Estado, fundamentando las causas por las cuales en un país cuyo modo de producción es comunista, el Estado subsistirá si acaso se encuentra rodeado de países capitalistas.
Durante los años de la Gran Guerra Patria de la Unión Soviética, Stalin demostró un excepcional talento militar. Bajo su dirección el Ejército Rojo derrotó a las engreídas e “invencibles” fuerzas armadas de Hitler. A la “blitzkrieg” (guerra relámpago) germano fascista le opuso la doctrina del repliegue, la acumulación de reservas y la contraofensiva, saliendo finalmente victorioso y salvando al mundo de la dominación nazifascista.
En las conferencias de Teherán, (1943), Yalta y Postdam (1945), Stalin defendió con extraordinaria habilidad y firmeza el derecho de los pueblos, víctimas de la agresión hitleriana, a la autodeterminación. Fue así que pudieron surgir las democracias populares del Oriente europeo. Es necesario, de otro lado, hacer hincapié y recalcar que sin el triunfo de la Unión Soviética y sus aliados en la Segunda Guerra mundial, no hubiera sido posible el triunfo de la revolución china, ni la de Corea ni menos la del Vietnam. El nombre de Stalin está inseparablemente ligado a la construcción del socialismo, la derrota del nazi fascismo y el surgimiento del campo socialista que abarcó un gigantesco territorio, desde el centro de Europa hasta el extremo sudasiático.
Después de la Segunda Guerra mundial Stalin publicó dos obras que constituyen auténticos aportes al desarrollo del marxismo leninismo: “El marxismo y los problemas de la lingüística” en 1950 y “Los problemas económicos del socialismo en la URSS” en 1952. En la primera, Stalin hace un enfoque científico, marxista de la lingüística, refutando la concepción errónea que consideraba a la lengua como parte de la superestructura de la base. Igualmente explicó y fundamento por qué la lengua no puede tener carácter de clase, como pretendía la escuela de N. Y. Marr.
“Los problemas económicos del socialismo en la URSS”, es una obra que ha cobrado enorme importancia después del derrumbe del campo socialista y la desaparición de la Unión Soviética. Ya el Che Guevara señaló que el estudio de este trabajo científico de Stalin, servía para comprender el carácter restaurador de la economía soviética de los tiempos de Jruschov y sucesores. Una de las tesis básicas que sostiene Stalin es que, el avance de la economía socialista, al comunismo es imposible si no se restringe gradualmente la economía mercantil. El revisionismo afirmó que este es un error y estimuló a fondo la economía de mercado hasta restaurar el capitalismo. El revisionismo restaurador del capitalismo hizo mucha bulla sobre la importancia de las relaciones mercantil dinerarias en el socialismo, Los resultados los conocemos.
En la actualidad tiene enorme importancia la ley del capitalismo contemporáneo formulada por Stalin en los siguientes términos: “Los rasgos principales y las exigencias de la ley económica fundamental del capitalismo moderno podrían formularse, aproximadamente, como sigue: asegurar el máximo beneficio capitalista, mediante la explotación, la ruina y la depauperación de la mayoría de los habitantes del país dado; mediante el avasallamiento y el saqueo sistemático de los pueblos de otros países, principalmente en los países atrasados, y, por último, mediante las guerras y la militarización de la economía nacional, a las que se recurre para asegurar el máximo beneficio”.
El conocimiento de esta ley nos permite explicarnos el por qué de los conflictos y las contradicciones del mundo contemporáneo. La política guerrerista y aventurera del imperialismo yanqui se encuentra impulsada por la ley que persigue asegurar el máximo beneficio al capital monopolista. Esta ley es la que, en el fondo, empuja a tan siniestro imperialismo a su frenética carrera armamentista y al despliegue de sus fuerzas armadas en todo el mundo preparándolas para una Tercera Guerra mundial.
"Los Problemas Económicos del Socialismo en la URSS”, Stalin formula otra ley económica de enorme importancia: la ley económica fundamental del socialismo. “Los rasgos esenciales y las exigencias de la ley económica fundamental del socialismo podrían formularse, aproximadamente, como sigue: asegurar la máxima satisfacción de las necesidades materiales y culturales, en constante ascenso, de toda la sociedad, mediante el desarrollo y el perfeccionamiento ininterrumpidos de la producción socialista sobre la base de la técnica más elevada”.
Queda meridianamente claro que, mientras la ley económica del capitalismo moderno (capitalismo salvaje), asegura los beneficios máximos al capital; la ley económica fundamental del socialismo asegura la máxima satisfacción de las necesidades materiales y culturales de la sociedad. Es fácil comprender las razones que tuvo el revisionismo, restaurador del capitalismo, para prohibir la publicación y divulgación de “Los problemas económicos del socialismo en la URSS”, obra realmente clásica del marxismo leninismo.
Solo reaccionarios y revisionistas encallecidos pueden negar que Stalin, junto con Marx, Engels y Lenin, representan el pensamiento clásico de la ciencia marxista leninista.
1953-2003
50 años de la muerte de José Stalin
La leyenda negra sobre Stalin no sólo no terminó con su muerte en 1953 sino que fue justamente entonces cuando se infló con las más groseras falsificaciones históricas. Y de nuevo fueron quienes habían aparentado ser sus más próximos colaboradores los que, como buitres, se lanzaron a devorar su memoria.
No habían pasado tres años de su muerte cuando en febrero de 1956, en una sesión nocturna del XX Congreso del PCUS, Jruschov pronuncia por sorpresa un discurso conteniendo un balance de la etapa soviética anterior. El informe jamás se aprobó previamente por ningún órgano de dirección del PCUS, ni tampoco fue luego sometido a votación; ni siquiera fue nunca publicado en la URSS. El informe que denunciaba el culto a la personalidad fue una decisión personal de Jruschov.
Pero los marxistas nunca hemos caído en esos análisis de tipo personal; esa discusión era una verdadera lucha de clases, y cuando Jruschov (y tras él todos los revisionistas y la misma burguesía) aluden a cuestiones personales lo que tratan es de encubrir la lucha de clases que allí subyace. Esto conduce naturalmente a reconocer que cuando esos ataques personales eran tan duros es porque la misma lucha de clases revestía la forma de un choque intenso, es decir, todo lo contrario del punto de partida de Jruschov, según el cual, la lucha de clases se atenuaba con el desarrollo de la sociedad socialista.
Era evidente que la lucha de clases se había trasladado al interior mismo del PCUS, como Stalin había advertido muchas veces. Ya no se trataba de combatir al zarismo, ni a los kulaks, ni a los mencheviques, ni a los trotskistas. El enemigo estaba al lado mismo, en el asiento contiguo.
La experiencia del derrumbe de los países socialistas ha demostrado la exactitud de la fórmula Stalin: quienes han restaurado el capitalismo han actuado en nombre del comunismo. Ni el socialismo se ha venido abajo por sí mismo, ni lo derribó el imperialismo por más guerras que desató. En todos los países la caída del socialismo ha sido obra de la quinta columna, del caballo de Troya. La mejor cuña es la de la misma madera, dice un refrán. Esto confirma plenamente la tesis de Stalin y desmiente a Jruschov.
La dirección del PCUS distaba mucho de estar unida en 1953 y su falta de cohesión interna era un reflejo de la lucha de clases. La diferencia es que entonces, en contraste con la época anterior, se impondrá la línea contrarrevolucionaria. Lo de Jruschov fue un verdadero golpe de Estado: en aquel Congreso expulsó al 70 por ciento de los miembros del Comité Central y en el XXII Congreso, celebrado cinco años después, al 50 por ciento. O los comunistas expulsaban a los contrarrevolucionarios, o éstos se imponían a aquellos. Y sucedió esta segunda posibilidad. Esta vez se anticiparon los enemigos del socialismo. El propio informe reconoce que poco antes de morir Stalin estaba preparando una nueva depuración en la dirección del PCUS, que quería acabar con elementos revisionistas como el propio Jruschov. Su muerte se lo impidió.
El proceso abierto por Jruschov en 1956 desemboca directamente en el desmantelamiento total de las sociedades socialistas en 1989. Por eso no es de extrañar que el informe que presentó en el XX Congreso haya tenido una acogida tan calurosa en los medios intelectuales burgueses. Si antes de la guerra la burguesía hablaba trotskista, a partir de 1956 hablará revisionista. Todas las calumnias publicitadas en occidente sobre la historia de la URSS a partir de los años treinta, tienen como origen aquel informe tan poco secreto.
Durante algún tiempo los propios militantes del PCUS, que conocían tan bien a Stalin, se negaron a aprobar el informe e incluso lo desmintieron en algunas resoluciones, la principal de las cuales es del 30 de junio de aquel mismo año, que decía: Esta es la posición de todos los comunistas con respecto a Stalin. Es también la nuestra.
En el 50 Aniversario de la muerte de Stalin
Han transcurrido 50 años desde el 5 de marzo de 1953 , fecha de la muerte de J.V.Stalin y el imperialismo continúa con su campaña antistalinista. Utiliza para sus protervos fines a toda clase de renegados y a una capa nutrida de intelectuales bien pagados. Esta cáfila de asalariados escribe la mar de articulejos en diarios y revistas, falsificando groseramente el proceso de la edificación del socialismo en la URSS. Coincidiendo a plenitud con el renegado y traidor Trotsky, enemigo jurado de la Unión Soviética y agente hitleriano, falsifican groseramente el proceso seguido en la edificación del socialismo en la Unión Soviética de Lenin y Stalin.
En condiciones extraordinariamente difíciles, Stalin dirigió la edificación del socialismo en la Unión Soviética. Al cerco capitalista se unió la conspiración interna. El imperialismo dirigió las actividades contrarrevolucionarias de los restos de las clases explotadoras, que fueron derrocadas del Poder en la Rusia zarista. A estas fuerzas reaccionarias se sumaban los grupos fraccionalistas de "izquierda" y de derecha en el seno del Partido, cuyo objetivo era impedir la construcción del socialismo en la U.R.S.S. , inventando una serie de teorías reaccionarias y capituladoras, como la defendida por Trotsky sobre la imposibilidad de construir el socialismo en un solo país.
El mes de enero de 1924, murió Lenin, y le correspondió a Stalin ocupar el lugar que dejó el gran jefe de la Revolución de Octubre. El ascenso de las luchas de las masas populares en Europa había terminado, y los bolcheviques no podían contar con su apoyo, como en los años siguientes a la toma del Poder por los comunistas. Comenzaba en Rusia una etapa particularmente difícil que exigía, de los bolcheviques, una voluntad férrea e indoblegable. Es en esta situación que surgió la necesidad imperiosa de poner a Stalin en la dirección del Partido, por su larga trayectoria de revolucionario profesional y sus excepcionales cualidades de líder comunista. En su ascenso a la jefatura del Partido no hubo maquinaciones ni presiones. Ocupó una jefatura que, en ese momento, solo a él le correspondía. Y es que, por su mismo carácter y estructura, el Partido bolchevique no podía poner a la cabeza del partido a líderes improvisados, movidos por ambiciones personales y teorías ajenas al marxismo leninismo.
La construcción del socialismo en la URSS fue una brillante epopeya. Un país atrasado y de enorme extensión, cercado por todo el mundo capitalista, se convirtió en una gran potencia solo en una década de economía planificada. Surgieron gigantescos combinados industriales y modernas granjas colectivas en el campo; se llevó a cabo una gran revolución cultural y se le dotó al país de una moderna Fuerza Armada. El año de la agresión nazi (1941), la U.R.S.S. estaba en condiciones de repeler a los agresores y finalmente infringirles una derrota aplastante. Este fue el resultado prodigioso de un trabajo abnegado del Partido bolchevique y su genial conductor: Stalin.
No es difícil comprender por qué el revisionismo contrarrevolucionario inventó la patraña de la "lucha contra el culto a la personalidad de Stalin". Sin este cuento hubiera sido imposible destruir la gran obra del sucesor de Lenin. A la pandilla de Jruschov, le fue inevitable oponerse a Stalin y considerar la construcción del socialismo en la URSS, como un cúmulo de errores que debían rectificarse. Tal rectificación, no era otra cosa que poner en práctica las tesis y teorías de la oposición de derecha capitaneada por Bujarin. No es casual , por eso, que después de haber usurpado el poder del Partido y del Estado, los pandilleros jruschovistas rehabilitaran,con bombos y platillos a su jefe, sentenciado a muerte en los procesos de Moscú en 1938 , después de haber declarado públicamente que había conspirado contra la Unión Soviética poniéndose al servicio de la Alemania hitleriana.
Hoy en día el imperialismo, los reaccionarios, los trotskistas y los revisionistas tienen un común denominador: su odio furioso a Stalin y su obra. Los comunistas bolcheviques, bajo la dirección de Stalin demostraron al mundo entero que la construcción del socialismo no era una utopía sino una realidad concreta e irrebatible. La superioridad de la economía socialista y del Estado de la clase obrera se pusieron a prueba durante la Segunda Guerra Mundial, de la cual salió victorioso el joven Poder Soviético, salvando a la humanidad de la esclavitud fascista que la amenazaba. He aquí por qué podemos decir, con sobrada razón, que la humanidad entera está en deuda con la Unión Soviética de Lenin y su gran continuador, Stalin.
Se han cumplido 50 años de la muerte de J.V. Stalin, tiempo durante el cual sus feroces detractores, capitaneados por el payaso Nikita Jruschov fueron arrojados al basural de la historia, mientras hoy, como nunca «STALIN SE YERGUE EN LA HISTORIA COMO EJEMPLO PARA LOS REVOLUCIONARIOS, ADVERTENCIA PARA LOS INDECISOS Y TERROR PARA LOS ENEMIGOS». Las palabras de Molotov, en los funerales del gran constructor del socialismo y vencedor del nazifascismo, cobran enorme actualidad : «El nombre inmortal de Stalin vivirá para siempre en nuestros corazones, en el corazón del pueblo soviético y de toda la humanidad progresista. La gloria de sus grandes hazañas para conseguir el bienestar y la felicidad de nuestro pueblo y de todos los pueblos y trabajadores del mundo, vivirá a través de los tiempos».
Como consecuencia de la derrota de las potencias del Eje, en la Segunda Guerra Mundial, se produjeron grandes cambios en la situación internacional. Se puso fin al cerco capitalista que la Unión Soviética soportó durante más de 30 años; surgieron las democracias populares de la Europa oriental, triunfó la Revolución china, Corea quedó liberada de ocupantes japoneses y quedó constituido el Campo Socialista a la cabeza del cual se encontraba la gloriosa Unión Soviética representada y dirigida por Stalin. Sin la firmeza y clarividencia de Stalin, no hubiera sido posible que uno de los resultados de la Segunda Guerra Mundial hubiera sido el nacimiento del campo socialista.
Los partidarios de la "lucha contra el culto a la personalidad de Stalin", no son otra cosa que antistalinistas baratos, seguidores y repetidores de la propaganda anticomunista que hoy centra sus fuegos contra el marxismo-leninismo. Llegó la hora de poner al desnudo la esencia contrarrevolucionaria y pro imperialista del "antistalinismo".
El Revisionismo y los "errores" de Stalin
El revisionismo jruschovista hizo su labor de zapa hasta la destrucción total de la Unión Soviética y el campo socialista, levantando al tope la batidera de la lucha contra el «culto a la personalidad» centrando sus fuegos contra Stalin y sus «errores». Los propósitos contrarrevolucionarios que perseguían no hubieran prosperado si respetaban la obra del genial continuador de Lenin. Era necesario deshacerse de Stalin presentándolo, no sólo como la encarnación de un pasado teñido en sangre, sino también como el autor y responsable de una serie de errores que deformaron la construcción del socialismo en la URSS. El «gran decenio jruschoviano» estuvo dedicado a «corregir los errores de Stalin», tanto en la construcción del socialismo como en el plano teórico. Durante más de 40 años el revisionismo puso en práctica una línea traidora de reformas dirigidas a corregir los supuestos «errores de Stalin» y terminó restaurando el capitalismo. Es necesario, por eso, examinar detenidamente esos «errores», para poner al desnudo la calaña mendaz y traidora del revisionismo soviético y todos sus seguidores en el mundo.
A mediados de 1963, después de su retorno de un viaje a la entonces URSS, el poeta Gustavo Valcarcel publicó su libro «Reportaje al futuro». El libro está dedicado a ensalzar a Jruschov y su obra que aseguraba - según el autor - el paso de la Unión Soviética, del socialismo al comunismo. Valcarcel presenta todo un listado de los «errores» que según los revisionistas soviéticos cometió Stalin. He aquí esos «errores».
En Filosofia, «sustentó tesis erróneas acerca de la unidad de los contrarios. Abolió la ley de la negación de la negación». El revisionismo ha hecho mucha bulla sobre esta cuestión, creyendo que había descubierto un error, garrafal en el pensamiento filosófico de Stalin. Sin embargo, la verdad es otra, porque tanto Lenin como Stalin consideran que la «negación de la negación» es el desarrollo progresivo, «que parece repetir las etapas ya recorridas, pero de otro modo, en un terreno superior, un desarrollo que no discurre en línea recta, sino en espiral, por decirlo así». (Lenin) . A su vez Stalin dice : «los procesos de desarrollo no deben concebirse como movimientos circulares, como una simple repetición del camino ya recorrido, sino como movimientos progresivos, como movimientos en línea ascensional, como el tránsito del viejo estado cualitativo a un nuevo estado cualitativo, como la evolución de lo simple a lo complejo, de lo inferior a lo superior».
El poeta Valcarcel, principiante en marxismo leninismo, fue utilizado por los revisionistas soviéticos haciéndole escribir la mar de mentiras. «El sectarismo de Stalin, en materia ideológica -dice el vate - no respetaba ni a Marx.». Y cuenta que en una conversación en Praga, «con el joven y brillante teórico soviético, Sergio Semeonov», éste le recomendó que al pasar por la República Democrática Alemana buscara el conocido Prólogo de la célebre obra de Marx titulada «Crítica de la Economía Política», porque en la URSS no se publicó desde 1933 a raíz de una prohibición de Stalin. Esta anécdota perversa retrata a los «brillantes teóricos» revisionistas como vulgares farsantes, y a nuestro pobre poeta como un simple tonto útil. Cualquiera que conozca el trabajo de Stalin sobre «El método dialéctico marxista», sabe que en él, transcribe «in extenso» el mencionado Prólogo, con el siguiente encabezamiento «He aquí en qué términos formulaba Marx, con trazos geniales la esencia del materialismo histórico, en el memorable «prólogo» escrito en 1859 para su famoso libro «Contribución a la Crítica de la Economía Política». A continuación sigue el texto completo del «prólogo» de Marx, divulgado en todo el mundo por Stalin.
Continuando su arremetida contra Stalin, nuestro bardo, dice que el heredero de Lenin, cometió «serios errores en la cuestión de la elevación de la propiedad koljosiana hasta el nivel de propiedad de todo el pueblo, en la reducción de la circulación mercantil y su sustitución por el intercambio de productos, en su tesis de que bajo el socialismo la demanda y capacidad de pago de la población deben siempre adelantar a la producción». Veamos qué hay de cierto en estos «errores» de Stalin.
En lo que puede considerarse el Testamento del sucesor de Lenin se dice: «Por consiguiente, nuestra producción mercantil no es una producción mercantil habitual, sino una producción mercantil de tipo especial, una producción mercantil sin capitalistas, que en lo fundamental tiene que vérselas con las mercancías de productores socialistas unificados (El Estado, los koljoses y las cooperativas), una producción cuya esfera de acción está circunscrita a los objetos de consumo personal y que -es evidente- no puede de ningún modo transformarse en producción capitalista y está llamada a contribuir, con su «economía monetaria» , al desarrollo y al fortalecimiento de la producción socialista». (J. Stalin.-» Problemas Económicos del socialismo en la URSS .- Ediciones en Lenguas Extranjeras», Moscú 1952, Pg. 20)
Los «brillantes teóricos» revisionistas jamás han podido refutar esta tesis científica de Stalin . Lo que han hecho es mentir y atribuirle «tesis» inventadas por ellos. En lo que se refiere concretamente a la elevación de la propiedad koljosiana hasta el nivel de propiedad de todo el pueblo, dice Stalin : «Para elevar la propiedad koljosiana hasta el nivel de propiedad de todo el pueblo, es necesario sustraer los excedentes de la producción koljosiana del sistema de circulación mercantil y sumarlos al sistema de intercambio de productos entre la industria del Estado y los koljosianos. En ello reside el quíd de la cuestión» ( ídem. 107). Con sobrada razón, Stalin señala que en la URSS de comienzos de los años 50 del siglo pasado, ya existían los gérmenes del intercambio de productos en la forma de «pago en mercancías» practicada por los koljoses. Tales pagos había que desarrollarlos, para reducir «paso a paso y sin apresuramiento» la esfera de acción de la circulación mercantil. «Esto facilitará el paso del socialismo al comunismo»
Planteamiento tan claro e irrefutable fue calificado de utópico por los revisionistas jruschovistas, cuyo interés en restaurar el capitalismo en la URSS era indudable desde el XX Congreso del PCUS. Por eso, en lugar de restringir sin «apresuramientos» la circulación mercantil, la ampliaron abarcando los mismos instrumentos y medios de producción. Así comenzaron su labor restauradora en la economía. Contestando a Sánina y Vénzher , dice Stalin « piensan, por lo visto, que la circulación mercantil no es óbice para pasar del socialismo al comunismo, que la circulación mercantil no puede impedir esa transición. Es éste un profundo error nacido de la incomprensión del marxismo» (ídem. 105).
Stalin tiene el mérito de haber formulado con claridad meridiana la ley económica fundamental del socialismo, cuyos rasgos esenciales consisten en «asegurar la máxima satisfacción de las necesidades materiales y culturales, en constante ascenso, de toda la sociedad, mediante el desarrollo y perfeccionamiento interrumpidos de la producción socialista sobre la base de la técnica más elevada». ( íd. Pg. 46). El revisionismo violó esta ley conscientemente, no quiso saber nada de ella y en su lugar introdujo una serie de reformas que terminaron restaurando el capitalismo. Por supuesto que tal restauración se hizo bajo el disfraz de «la transformación de la propiedad socialista en propiedad comunista», afirmando con cinismo que las reformas económicas introducidas después de la muerte de Stalin, estaban respaldaban nada menos que en Lenin. El triste final lo conocemos. No solo fue restaurado el capitalismo; también desapareció la Unión Soviética como Estado y se derrumbó el campo socialista surgido después de la Segunda Guerra Mundial.
Prosigamos. En el listado de «errores de Stalin», que los revisionistas soviéticos entregaron al poeta Valcarcel , se hace referencia a la « exclusión de la esfera de la producción mercantil de los medios de producción». Esta es otra «incomprensión del marxismo» por los revisionistas. Si en una economía socialista los medios de producción se convierten en mercancía, el capitalismo queda restaurado. Socialismo es «socialización de los instrumentos y medios de producción». Sin esa socialización no hay socialismo. Con la circulación mercantil de los instrumentos y medios de producción, los revisionistas restauraron el capitalismo en la URSS. Los comunistas chinos deberían aprender esta triste y amarga experiencia.
Uno de los errores “graves“ cometidos por Stalin, según el intrigante y oportunista Nikita Jruschov, fue el de no haber previsto la agresión hitleriana el año de 1941 y no haber preparado militarmente a la Unión Soviética para un conflicto bélico que era inevitable desde que Hitler tomó el poder en Alemania. Este supuesto error no es otra cosa que una vulgar y abyecta mentira, que ha sido repetida por todos los revisionistas y renegados del mundo. Poniendo al desnudo a sus inventores el General Shtemenko, en su conocida obra “El Estado Mayor General”, durante la Guerra escribe lo siguiente :
“Unos dicen que no estábamos absolutamente preparados para rechazar el ataque enemigo, que nuestro ejército se educaba en el espíritu de una victoria fácil” ... “Esta afirmación es tan audaz como ignorante”...¿Disponía nuestro país de la posibilidad potencial de combatir contra un enemigo fuerte? Sí la tenía. ¿Quien excepto nuestros enemigos, puede negar que al comienzo de la década del 40 la Unión soviética, de un país económicamente atrasado se había transformado en una verdadera y poderosa potencia socialista?”.
Refiriéndose concretamente al infundió revisionista de que la Unión Soviética, por culpa de Stalin se hizo sorprender con el ataque nazi el 22 de junio de 1941, Shtemenko, desenmascarando a Jruschov y pandilla , dice : “Y por último, otro problema que a menudo se nos plantea a los militares y cuya respuesta, no sé por qué, preferimos eludirla : ¿se admitía por nosotros la propia posibilidad de que atacase Alemania y se hacía algo práctico para rechazar este ataque? ¡Sí se admitía! ¡Si se hacía!" ... "La víspera misma de la guerra, bajo un secreto rigurosísimo, se comenzó a concentrar tropas complementarias en las regiones militares fronterizas. De la profundidad del país se trasladaron al oeste cinco ejércitos ...”.
El revisionismo necesitó atribuirle a Stalin una serie de errores para fundamentar y justificar las reformas restauradoras del capitalismo que introdujo después de la muerte del gran sucesor de Lenin.
Publicado por el Diario Internacional
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