El Gran Sol Rojo del Amanecer

sábado, 3 de septiembre de 2011

Declaración de la Liga Internacional de La Lucha de los Pueblos (ILPS)


DECLARACIÓN GENERAL DE LA IV ASAMBLEA INTERNACIONAL DE LA LIGA INTERNACIONAL POR LA LUCHA DE LOS PUEBLOS

¡Construir un futuro brillante! ¡Movilizar al pueblo para hacer frente a la explotació

n y la opresión en medio de la prolongada depresión global, el terrorismo de estado y las guerras de agresión!



La crisis capitalista mundial sigue empeorando y las amplias masas del pueblo se están levantando para hacer frente a las duras consecuencias de la crisis y las medidas gubernamentales que les hacen cargar con el peso de la misma.


La prolongada crisis ha sacado a la luz la quiebra y podredumbre del sistema capitalista mundial. Asimismo, señala a los pueblos del mundo la necesidad de intensificar su lucha contra el imperialismo y la reacción local para construir un mundo nuevo y mejor.



Persiste la crisis mundial

La crisis económica y financiera que se inició en el año 2008 ha persistido y se ha convertido en una depresión global. La causa directa de la crisis ha sido la especulación financiera –al margen de la economía real, fuera de todo control y regulación- de la burguesía monopolista. Pero la causa subyacente es la crisis de sobreproducción, debido a la contradicción inherente en el capitalismo entre el alto grado de socialización de la producción, por un lado, y la apropiación privada, por el otro.


No obstante, a pesar de la crisis actual, la burguesía monopolista sigue cosechando ganancias al reducir aún más los ingresos y los beneficios sociales de los trabajadores y al persistir la especulación en las actividades financieras.


Los fondos públicos obtenidos de la riqueza creada por el pueblo trabajador se han utilizado para rescatar a los grandes bancos y empresas, mejorar sus balances y reactivar el mercado de valores. Pero no ha habido recuperación de la economía real y la tendencia general es el estancamiento de la producción y la caída del empleo. Y es el pueblo trabajador, que crea la riqueza de la sociedad, el que más sufre el desempleo y el subempleo, los bajos ingresos y el aumento de los precios de los productos básicos y de los servicios.


Los gobiernos están incurriendo en un enorme déficit presupuestario y un aumento de la deuda pública debido a los recortes de impuestos para los ricos, a los subsidios a favor de las empresas monopolísticas, a la carestía de los contratos y los rescates sin precedentes de la gran burguesía. Los gastos para la producción militar y la intervención militar y la agresión también han contribuido al aumento del déficit y de la deuda pública.


Aun así, los empleados del sector público y el resto de los trabajadores han sido injustamente culpados de la llamada inflación de los salarios y los crecientes déficits públicos con el fin de justificar el saqueo de los recursos públicos bajo el nombre de “medidas de austeridad”, lo que, además, fuerza al pueblo a soportar la carga de la crisis.


Los pueblos oprimidos y explotados en el tercer mundo son los que más sufren los estragos del capitalismo monopolista en crisis. El capital especulativo está causando que se dispare el precio de los alimentos y los combustibles, empujando a millones a la miseria más profunda. Las empresas transnacionales están adquiriendo a toda prisa grandes extensiones de tierras, bosques y recursos marinos para la extracción y exportación a ritmo acelerado de petróleo, alimentos, minerales y otras materias. Con la complicidad de los grandes terratenientes locales, las burguesías compradoras y los estados clientes en África, Asia, América Latina y el Caribe, están despojando violentamente a los campesinos, los trabajadores agrícolas, los pescadores, los pueblos indígenas, los pastores y otras comunidades rurales de sus medios de existencia.


Entre los países oprimidos subdesarrollados y las potencias imperialistas se encuentran los países capitalistas menos desarrollados económica y financieramente, dependientes del imperialismo estadounidense, europeo y japonés, y a menudo subordinados a él. La política imperialista de la globalización neoliberal ataca a los medios de subsistencia del pueblo trabajador, de los pequeños agricultores y pequeños empresarios de estos países. El imperialismo lanza su ataque intensificado sobre los derechos y las condiciones de los trabajadores, e impone la erosión de los derechos democráticos y las libertades civiles en estos países.


La globalización imperialista está acabando con la industria manufacturera, el empleo, la cultura local y está extendiendo la degradación del medio ambiente en estos países capitalistas medianamente desarrollados. La agricultura local y la producción de alimentos están controladas por las grandes empresas agrícolas multinacionales y reestructuradas en beneficio de sus intereses de lucro mundial. Los recursos nacionales son saqueados por las multinacionales mineras monopolísticas, con poco beneficio para el pueblo. En algunos de estos países la clase dominante local, agentes del imperialismo, aplica las políticas neo-liberales del imperialismo.


Las luchas democráticas antiimperialistas de los trabajadores de estos países forman parte del frente unido del mundo entero contra el imperialismo.


La crisis cada vez más aguda del sistema capitalista mundial está llevando a las potencias imperialistas encabezadas por los EEUU a aumentar la producción militar y a lanzar guerras de agresión, de ocupación y la contrarrevolución. Los EEUU y sus aliados de la OTAN no tienen ningún reparo en incumplir las convenciones internacionales, pisotear la soberanía nacional de las naciones y lanzar guerras de agresión, como las más recientes contra Yugoslavia, Irak, Afganistán, Pakistán y Libia. En este tipo de guerras de agresión, así como en las campañas contrarrevolucionarias en países como Colombia, India, Perú, Filipinas y Turquía, donde el pueblo está librando una lucha armada revolucionaria, los EEUU y sus títeres locales están cometiendo los crímenes de guerra más atroces y de lesa humanidad como el genocidio, la tortura sistemática, el uso de armas nucleares, bioquímicas y otras armas de destrucción masiva, y los ataques deliberados contra la población civil.


Los imperialistas están unidos en contra de los pueblos y naciones oprimidos y de los países que reafirman su independencia nacional. Pero también surgen cada vez mayores contradicciones en su lucha por un nuevo reparto del mundo. Algunos países encabezados por Rusia y China, que ahora se sienten amenazados por la cada vez más flagrante agresión de los EEUU-OTAN, han formado alianzas tales como la Organización de Cooperación de Shanghai y la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva para servir de contrapeso a la alianza entre Estados Unidos y la OTAN.


El pueblo se levanta en resistencia

En los países imperialistas hay malestar social generalizado debido a la alta tasa de desempleo, a la erosión de los beneficios sociales duramente ganados, al recorte de los derechos sindicales y otros derechos democráticos y a las medidas de austeridad severas que castigan aun más al pueblo trabajador. Trabajadores, jóvenes y estudiantes, mujeres, inmigrantes, personas de color y otros sectores de la sociedad se están uniendo a las protestas masivas y huelgas generales.


Por otro lado, la burguesía monopolista ha estado utilizando astutamente los medios de comunicación, las nuevas y emergentes tecnologías de la comunicación, los partidos políticos burgueses y las escuelas, en la propagación de las ideas anticomunistas y de los prejuicios al objeto de suscitar el chovinismo, el sentimiento antiinmigrante, el racismo, la homofobia, la intolerancia religiosa, la histeria de guerra y el fascismo para dividir y engañar a la gente, promover la contrarrevolución, encubrir las verdaderas raíces de la crisis del sistema capitalista mundial y desviar la lucha de los pueblos revolucionarios.


Sin embargo, persisten las condiciones de crisis y ellas ofrecen al pueblo la oportunidad de desarrollar y fortalecer el movimiento de masas, de construir y fortalecer los partidos capaces de dirigir la lucha de masas para la transformación revolucionaria de la sociedad.


En los países subdesarrollados, los obreros, los campesinos, las mujeres, los jóvenes, los pueblos indígenas y otros sectores oprimidos de la sociedad que llevan muchas veces el peso de la crisis debido a la crisis mundial y sus efectos en las atrasadas economías nacionales están llevando a cabo e intensificando las diversas formas de lucha contra el imperialismo y las fuerzas reaccionarias locales.


En algunos países, el pueblo está librando una resistencia armada contra la agresión imperialista y la ocupación como en Irak, Afganistán, Pakistán y Palestina. También hay luchas armadas contra los sistemas dominantes reaccionarias en India, Filipinas, Colombia, Perú, Turquía y otros países. El creciente sentimiento antiimperialista de las masas en América Latina ha alentado a algunos gobiernos como los de Venezuela y Bolivia, a afirmar la soberanía nacional frente a las imposiciones de EEUU y las amenazas imperialistas. El movimiento antiimperialista mundial se ha fortalecido en América Latina por la resistencia unida del pueblo de Cuba, Venezuela y Bolivia.


Los pueblos que libran las revoluciones armadas por la nueva democracia y guerras de liberación nacional tienen las mejores posibilidades de conquistar el poder político, sacudiéndose ellos mismos las cadenas de la opresión imperialista y del saqueo, y de establecer un estado de carácter antiimperialista y democrático.


Los movimientos de masas legales y los levantamientos desarmados de masas que recientemente han sacudido los regímenes represivos pro-estadounidense en el norte de África y Oriente Medio no pueden por sí mismos cambiar el sistema de gobierno reaccionario, incluso si tienen éxito en derrocar a los autócratas o los regímenes autoritarios. Pero ello crea las condiciones para que los partidos proletarios y los movimientos de masa progresistas se fortalezcan y desarrollen los factores para una transformación revolucionaria.


La persistencia de la crisis del imperialismo y de las crecientes contradicciones entre los países imperialistas crea la posibilidad de que haya un debilitamiento general en el control imperialista sobre los países subdesarrollados. Ello puede dar más espacio a los países subdesarrollados y dependientes para afirmar su independencia nacional y allanar el camino para avanzar en los movimientos de masas democráticos y antiimperialistas.


Las condiciones son cada vez más favorables para que los pueblos del mundo forjen su propio destino, formen la unidad más amplia y fuerte contra el imperialismo y la reacción local, y construyan un mundo libre de la explotación imperialista, de la opresión y las guerras: un mundo de libertad, de igualdad, de prosperidad y de paz.


Las tareas constantes y nuevas de la Liga

La continua crisis del sistema de explotación y opresión imperialista ofrece a las fuerzas antiimperialistas y democráticas de los pueblos del mundo excelentes oportunidades para avanzar en sus luchas. El ILPS debe aprovechar estas oportunidades para ampliar y fortalecer su lucha y asumir mayores responsabilidades en la promoción de la lucha mundial contra el imperialismo y todas las formas de reacción.


Se insta a todas las organizaciones miembros de la Liga a seguir las orientaciones de la Carta y llevar a cabo las tareas constantes consagradas en la Carta de la Liga, las nuevas tareas de la Cuarta Asamblea Internacional y las resoluciones de las comisiones ante la nueva situación.


Las tareas de educación política

Hacemos un llamamiento a intensificar la educación política entre los miembros individuales de todas las organizaciones miembros de la Liga sobre la necesidad de un amplio frente unido democrático y antiimperialista y de la solidaridad popular internacional, conforme a la Carta, la Declaración General y las resoluciones de las comisiones. Nosotros propagamos el contenido de estos documentos a fin de fortalecer la Liga, política y organizativamente.


Debemos tener siempre una aguda conciencia de la realidad política que nos rodea y tratar las cuestiones rápidamente a medida que surgen en las luchas democráticas y antiimperialistas. El Comité Internacional de Coordinación (ICC), el Grupo Internacional de Coordinación (ICG), el Presidente, las comisiones, los comités de la región global, los capítulos nacionales y organizaciones miembros deben presentar sus análisis y puntos de vista cuando surgen cuestiones y acontecimientos actuales en sus respectivos ámbitos de responsabilidad. Se deben emitir declaraciones oportunas y llevar a cabo reuniones de estudio, seminarios y conferencias sobre temas importantes con el fin de elevar la conciencia política de sus filas y de aquellos a quienes se desee invitar como organizaciones miembros o aliados.


Las comisiones tienen la tarea especial de realizar investigaciones y publicaciones sobre los diversos temas para ampliar y profundizar el conocimiento de todos nuestros miembros y para elevar la conciencia de nuestras organizaciones amigas hasta el nivel que les permita decidir unirse, ya sea por su interés en uno, varios o todos los temas de lucha de la Liga. Se deben utilizar los medios de comunicación impresos y electrónicos para difundir los documentos básicos, primarios, documentos de posición, declaraciones y otros materiales de lectura.


Las tareas de organización

En esta Cuarta Asamblea Internacional, deben ustedes elegir para el Comité Internacional de Coordinación a compañeras o compañeros que consideren capaces de contribuir significativamente al desarrollo más integral y al cumplimiento de las tareas de la Liga. Para fortalecer el Comité Internacional de Coordinación y toda la Liga desde el punto de vista organizativo, hay que atenerse a la Carta y a las Normas que establecen en detalle los deberes y las funciones de los órganos principales y de sus responsables a varios niveles.


Tenemos que reclutar a más organizaciones miembros a través de los esfuerzos de nuestras actuales organizaciones miembros, los capítulos nacionales y los comités de la región global, así como a través de los esfuerzos de las comisiones de los diversos temas de lucha. Debemos poner en práctica el criterio, vigente desde hace mucho tiempo, de que un capítulo nacional puede formarse en un país donde ya haya tres organizaciones miembros de la Liga y un comité de coordinación de la región global se puede formar en una región del mundo donde ya haya tres capítulos nacionales.


Debemos construir los capítulos nacionales y los comités de coordinación de la región global a fin de reducir la carga de trabajo del Comité Internacional de Coordinación, del Grupo Internacional de Coordinación y la Secretaría General, y desarrollar una base de masa más sólida de la Liga. Tenemos que cubrir las regiones de Asia, África, América Latina, Europa, América del Norte y Oceanía. Debemos prestar especial atención a atraer organizaciones miembros en las regiones globales de África, América Latina, Asia Central, Asia del Sur y Europa del Este.


Hay que completar y fortalecer la organización de las comisiones. Éstas no se deben permitir relajarse tras las asambleas internacionales. Deben mantener una vida organizativa continua así como actividades. Las principales organizaciones y las secretarías deben asegurarse de que las comisiones se desarrollan plenamente a través de las comunicaciones internas y las reuniones, y a través de las conferencias para captar a otras organizaciones a nivel nacional, región global e internacional.


La cooperación y la coordinación intercomisión, y los proyectos o actividades conjuntas también deben llevarse a cabo y aprovecharse para aumentar y combinar las capacidades, especialmente aquellas que están estrechamente relacionados, así como sobre temas específicos, campañas y actividades de interés mutuo. Sin embargo, las comisiones deben tener siempre en cuenta que ellas atienden principalmente a la Liga entera como el principal motor para informar, educar y movilizar a toda la Liga y al pueblo en diversos temas de lucha.


Tenemos que recoger de manera más eficiente las cuotas de afiliación y las donaciones de las organizaciones miembros y de los amigos. Debemos reconocer la disparidad de las circunstancias y los ingresos en el Sur y el Norte del mundo y permitir a las organizaciones miembros en el Sur pagar cuotas anuales de menos de 150 USD, monto que las organizaciones miembros en el norte pueden pagar. El Comité Internacional de Coordinación (ICC) entrante debe explicar en detalle las directrices específicas, los criterios y los montos correspondientes para racionalizar en consecuencia las cuotas de membresía.


Tenemos también que recaudar fondos solicitando donaciones y aportaciones para los programas, proyectos y campañas, y mediante la realización de espectáculos culturales, venta de publicaciones, camisetas, etc. Debemos continuar fortaleciendo la situación financiera independiente de la Liga y esforzarnos por incrementar los recursos tan necesarios para que la Liga funcione más eficazmente y pueda poner en marcha más campañas y otras actividades.


Las tareas de movilización de masas

Aplicando la política del frente unido internacional, debemos iniciar campañas de masa coordinadas más ampliamente, actividades de movilización de masas más frecuentes y conferencias internacionales más amplias siguiendo la línea de lucha democrática y antiimperialista.


Invitamos a otras organizaciones y alianzas a participar con el propósito de avanzar en la causa común y lograr el beneficio mutuo. De esa manera aumentamos y ampliamos la fuerza de nuestra Liga con la fuerza de otras fuerzas. A su vez, ellos hacen lo mismo en su beneficio. Aplicando la misma política, podemos participar en campañas y actividades emprendidas por otras organizaciones y alianzas.


Debemos intensificar nuestros esfuerzos para iniciar o unirnos a las campañas mencionadas y conferencias sobre diversos temas y cuestiones multisectoriales y sectoriales en distintas escalas geográficas. Debemos programar estas actividades con anticipación a fin de prepararse bien y realizar bien las tareas de levantar y movilizar a nuestras organizaciones miembros y las amplias masas del pueblo.


Debemos seguir desarrollando nuestra capacidad de organizar acciones coordinadas globalmente sobre los principales temas mundiales, así como sobre cuestiones regionales o nacionales que tienen implicaciones mundiales. Ha habido una serie de experiencias positivas en las que una lucha local iniciada o participada por nuestras organizaciones miembros se hallaba luego ampliada y reforzada por las acciones de apoyo de las organizaciones miembros de la Liga en otros países, y de esa manera se manifestaba visiblemente la amplitud y la fuerza de nuestra Liga, creciendo, de este modo, la posibilidad de atraer a más organizaciones a unirse.


Debemos buscar la cooperación de los movimientos de la liberación nacional, los centros de campaña, organizaciones, instituciones y alianzas con el propósito de movilizar a las masas. Tenemos que aprovechar las contradicciones entre las potencias imperialistas y entre los reaccionarios locales para sacarlas a la luz y aislar a los peores blancos y los más reaccionarios y en un momento y lugar determinados.


Debemos consolidar aún más la Liga aprovechando las movilizaciones de masas y amplias conferencias internacionales para aumentar nuestras organizaciones miembros.


Debemos estudiar sin cesar, perfilar nuestras posiciones y llevar a cabo nuestras tareas para fortalecer nuestra Liga y nuestro movimiento, de acuerdo con nuestros documentos básicos, sobre la base del consenso alcanzado y las decisiones que tomamos en esta Asamblea. Nuestra actual Asamblea sirve para trazar nuestro rumbo y la línea de avance y abrir un tramo más en el camino hacia nuestra meta final.


Un futuro brillante

El pueblo tiene un futuro brillante, ya que está llevando a cabo luchas revolucionarias y está construyendo su fuerza contra las fuerzas que lo oprimen y explotan. A medida que la crisis cada vez aguda del sistema capitalista mundial hace estragos en sus vidas, el pueblo no tiene más remedio que defenderse. Las fuerzas antiimperialistas y democráticas del pueblo garantizan el aumento de las protestas de masas y las luchas de liberación nacional y social revolucionarias contra el imperialismo y la reacción.


Las amplias masas del pueblo están inexorablemente avanzando en la dirección de un mundo totalmente nuevo y mejor. A través de luchas decididas y militantes, el pueblo y sólo el pueblo puede liberarse y crear un futuro brillante para él.

Publicado por el blog camarada Odio de Clase

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Datos personales

periodista obrero. Comunista (marxista-leninista). Antiimperialista, anticapitalista y antimilitarista.