COMUNICADO DEL
MOVIMIENTO ESTUDIANTIL “MADRUGONAZO CONTRA LA HISTORIA PATRIA”
A la Comunidad
Educativa y de Historia
Al Consejo Académica
A la Asamblea Nacional
Al Gobierno Nacional
A la faz de la Nación
El Movimiento Estudiantil en su
condición de vanguardia indiscutible e indoblegable de la Universidad de Panamá
en cuanto a la lucha por los intereses sociales del pueblo y por la defensa
permanente de nuestra independencia nacional en oposición a la política
injerencista del imperialismo, expresa por este medio a la faz del país y deja
por sentado ante la historia, su más enérgico repudio a la aprobación a tambor
batiente en la Asamblea Nacional del nefasto Proyecto de Ley 407, por el cual
se elimina la materia de Relaciones entre Panamá y los Estados Unidos,
emblemática cátedra que por generaciones ha formado a los estudiantes panameños
en el estudio específico de la relación de conflicto de intereses y anhelos de
nuestro amado pueblo con el coloso del norte, desde el incidente de Tajada de
Sandía a mediados del siglo XIX, la implementación del protectorado del
Hay-Buneau Varilla en 1903, la construcción del canal, las luchas por la
soberanía, el 9 de enero de 1964, hasta la genocida invasión de Estados Unidos
a Panamá en 1989 y el repliegue definitivo del complejo militar norteamericano
acantonado en la zona del canal, el 31 de diciembre de 1999; todas fechas que
han representado hitos en la lucha histórica, centenaria y generacional del
pueblo panameño, de sus estudiantes, obreros, campesinos, indígenas e
intelectuales, por la erradicación del tutelaje colonialista de Estados Unidos
contra nuestro país. Ha sido en el curso de la contradicción entre el proyecto
de estado-nación panameño vs el imperialismo norteamericano, que se ha
desarrollado en esencia el carácter de nuestra identidad nacional, y sustentado
en sangre el significado de sus símbolos soberanos así como la personalidad
internacional del estado panameño como una formación política independiente.
Nos
oponemos es al Proyecto de Ley 407, pero aclaramos, como es lógico, que no nos
oponemos al estudio de la Historia de Panamá desde un punto de vista o enfoque
patriótico, progresista, ni a su clasificación por etapas, sin embargo, creemos
que la Historia de las relaciones entre Panamá y Estados Unidos deben
estudiarse como un eje puntual, trascendental, en el desarrollo de nuestra
identidad como nación, pues las mismas son de naturaleza tan compleja,
contradictoria, y de tan larga duración en el lapso de tres siglos, que
demandan un estudio específico de cara a la preservación de la identidad
nacional amenazada por el bombardeo cultural del norte. Segundo, creemos por
otra parte que la periodicidad de la enseñanza de nuestra historia más general
como país es necesaria, pero la misma deber ser moderna, y corresponderse con
la dinámica de las ciencias sociales, las cuales cambian en tanto se producen
nuevos y grandes fenómenos en la evolución humana.
En
ese sentido, sumado a nuestro rechazo al Proyecto de Ley 407, nos vemos
igualmente en la obligación de hacer algunas aclaraciones conceptuales,
ideológicas, científicas y técnicas, sobre nuestra historia a partir de la
lectura del mismo. El Proyecto de Ley 407, aparte de cometer el
“pecado nacional” de suprimir la materia de Relaciones entre Panamá y los
Estados Unidos, entra a clasificar la historia panameña en 4 etapas: pre-hispánica,
hispánica, departamental y republicana. Clasificación que consideramos
impropia, académicamente desfasada, inadecuada de acuerdo al desarrollo de las
ciencias sociales en nuestro país en las últimas décadas, pues su texto se
apega a conceptos o esquemas ideológicos históricamente superados en el estudio
de nuestra historia y de la realidad social, como veremos a continuación.
La
denominación de “pre hispánica” por parte del Gobierno Nacional, a la primera
de las etapas de nuestra historia nacional, es inconsecuente con la realidad de
las ciencias sociales de hoy, y de los derechos humanos, pues como sabemos, se
trata del estudio de las culturas indígenas o de los pueblos originarios, cuyo
estudio como sociedades con identidad propia no puede hacerse tomando como
referencia el arribo posterior de los conquistadores españoles a lo que se
llamaría el Istmo de Panamá. Referirse como “pre hispánico” para la
investigación de los primeros pobladores de Panamá es un error, científicamente
vago e irrespetuoso con la tradición de nuestros pueblos originarios, pues
representa la continuidad de los preceptos colonialistas, eurocéntricos y de
todos los demás prejuicios racistas heredados por las oligarquías del
continente, ignorándose preconcebidamente que en nuestro continente existieron
algunas de las más grandes civilizaciones de la evolución humana, y que Panamá
fue punto de encuentro e intercambio entre los imperios de Mesoamérica y de
América del Sur, mucho antes de la invasión española.
Igualmente,
tildar de forma simplista como “hispánico” al periodo de invasión y dominación
cultural de los españoles, significa dejar de lado el carácter opresivo,
agresor, genocida y en fin, la estrategia de culturización forzada de los
pueblos originarios a manos de los conquistadores, a los que se les obligó a la
esclavitud junto a los negros y se les convirtió al cristianismo bajo amenaza
de muerte. No podemos olvidar que la conquista y la colonización, términos que
incluso podrían ser más adecuados para referirse a esta etapa, no fueron la
consecuencia de un encuentro pacífico entre pueblos, sino que se trató de uno
de los más grandes atracos de la historia, peor aún que el Holocausto judío a
manos de los criminales nazis, partiendo de que en el lapso de unos cuantos
siglos fueron exterminados aproximadamente, unos 80 millones de indígenas u
originarios.
El
Proyecto de Ley 407 incurre en otro grave e inaceptable error histórico y
terminológico cuando califica el periodo de unión de Panamá a Colombia como una
elemental “etapa departamental”, con lo cual ello no solo se ve afectada la
dignidad nacional de Panamá en nuestros días, sino que pasa por alto que el
gesto unionista de Panamá, término más preciso, fue un paso político sumamente
altruista, tomando en cuenta que tras nuestra declaración de Independencia de
España del 28 de noviembre de 1821, nos adherimos voluntariamente y con gran
emoción a la Gran Colombia, en función del ideario del Libertador Simón
Bolívar, de su programa de gobierno y por su anhelo de unir a todos los pueblos
de herencia indígena y española en un solo estado y convertirnos así en una
gran nación y potencia de orden mundial. Así mismo, el mote de
“departamental” a esta crucial etapa de nuestra historia patria que se extendió
por 80 años, implica también desconocer por completo que por espacio de 30 años
de esa unión, Panamá no fue un mero departamento de Colombia, sino un estado
federal a propuesta de Don Justo Arosemena, maestro de las letras, defensor del
ideario bolivariano de unidad continental y preclaro crítico del expansionismo
imperialista norteamericano sobre el continente. Resulta más adecuado hablar de
etapa unionista, para referirnos a nuestra integración a Colombia.
El
Proyecto de Ley 407 carece de suficiente base de investigación científica y
multidisciplinaria actualizada, cuando llama “etapa republicana” al poco más de
siglo de vida que lleva Panamá como estado independiente. La historia
constitucional de Panamá no empieza en 1903, como tampoco el sistema
republicano en el que se inspiraban todos los textos legales de Colombia y
Panamá. Para ser objetivos, el sistema republicano de gobierno se practicó
verdaderamente en Panamá desde nuestra unión a la Gran Colombia y nuestra
sujeción a sus leyes, cuando al independizarnos de España en 1821, rompimos con
la tradición monárquica de reyes y virreyes de acuerdo a los principios de la
Ilustración, la Revolución Francesa, Norteamericana, recogidos por Haití,
primer estado independiente de América Latina. Sin importar que estuviésemos
gobernados por líderes conservadores o liberales, o que fuésemos departamento o
estado federal, tenemos que mientras fuimos parte de la Gran Colombia, Nueva
Granada o Colombia, siempre dichos estados estuvieron organizadas bajo formas
republicanas de gobierno basada en el principio de separación de los poderes en
ejecutivo, judicial y legislativo, razón por la que debe denominarse como
“etapa de vida política independiente”, a nuestro desarrollo como estado
nacional a partir del 3 de noviembre de 1903.
Por
lo antes expuesto, exigimos al Gobierno Nacional, a la Asamblea Nacional y a la
Universidad de Panamá, en calidad de miembro de la comisión designada, la
anulación del Proyecto de Ley 407, y que sea mantenida la materia de Historia
de las Relaciones entre Panamá y Estados Unidos, tanto a nivel de la educación
secundaria como universitaria, para la formación de las próximas generaciones
de jóvenes, imbuidos de espíritu patriota, alejarlos de la desculturización, y
convertirlos en seres educados en el orgullo nacionalista popular, para que
comprendan del rol que ha jugado EEUU en los asuntos de nuestro país, y por
contraparte, que conozcan de los esfuerzos heroicos de nuestro sufrido y digno
pueblo por afirmar su identidad y defender su soberanía e independencia nacional
contra el imperialismo y el neocolonialismo practicado por dicha potencia
contra nuestra libertad, por 150 años.
Dado
en el Campus Central, Ciudad Universitaria Octavio Méndez Pereira, Universidad
de Panamá, Ciudad de Panamá, a los veinticinco días del mes de julio de dos mil
doce.
ORGANIZACIONES:
Movimiento de la
Juventud Popular Revolucionaria, MJP
Pensamiento y Acción
Transformadora, PAT
Unidad Estudiantil
Revolucionaria, UER
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