La guerra popular, encabezada por el Partido Comunista de la India
(maoísta), contra la burguesía monopolista y su fascista Estado en la India
está alcanzando un nuevo nivel. En la misma medida que el comprometimiento de las
masas populares se acrecienta con la revolución las fuerzas represivas se
sienten impulsadas a reforzar sus actos represivos y sus afanes de desarmar a
la población.
En su desesperación en el Estado central de Chhattisgarth las autoridades policiales han prohibido a los
pueblos tribales portar sus tradicionales instrumentos de trabajo y de caza
(arcos y flechas, hachas, hoces, etc.).
Cárteles, escritos en dialectos hindúes y locales, han sido pegados por la
policía dando aviso de "acciones
legales" si alguien es encontrado
portando armas tradicionales en lugares públicos.
Aduciendo que es debido al aumento de los ataques a los policías y civiles
por los insurgentes maoístas con armas tribales en lugares públicos, como los
mercados. Los maoístas están activos en más de un tercio de los 600 distritos
de la India; expresan luchar por los derechos de los campesinos pobres y asalariados.
Mayank Srivastava, superintendente de policía, ha dicho, "Ellos se están aprovechando de
la tradición tribal y se hace difícil diferenciar entre un maoísta y un tribal
en esos lugares. Esta es la razón por la que han decidido restringir el porte
de armas tradicionales en lugares públicos".
Las autoridades tradicionales de las poblaciones afectadas por la medida han protestado. Ramesh Thakur, vocero del grupo tribal Adivasi Sarva Sabha, ha dicho que: "...la medida viola los derechos de los pueblos tribales de portar armas garantizados por la Constitución india".
Las autoridades tradicionales de las poblaciones afectadas por la medida han protestado. Ramesh Thakur, vocero del grupo tribal Adivasi Sarva Sabha, ha dicho que: "...la medida viola los derechos de los pueblos tribales de portar armas garantizados por la Constitución india".
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