por Quibian Gaytan
Decenas de miles de trabajadores se han reunido afuera del palacio
presidencial en Yakarta, en Indonesia, exigiendo mejores salarios,
mejores condiciones de trabajo y que el crecimiento económico alcance a
la clase obrera.
El miércoles, miles bloquearon las calles de la capital, y marcharon
hacia el palacio presidencial, exigiendo un aumento del salario mínimo y
la prohibición del trabajo subcontratado, en una ola de protesta para sacudirles
la badana a los capitalistas compradores del país.
El 15 de noviembre, los trabajadores salieron a las calles en Purwakarta,
West Java, para manifestar el malestar y la desconfianza creciente de los
trabajadores de cara al gobierno.
A principios de octubre, una huelga nacional paralizó la producción
en 1.000 fábricas.
El número de protestas han aumentado incluso como Indonesia registró
un crecimiento fuerte y atrajo a un récord de US $ bn 5,9 en inversión
extranjera directa en el tercer trimestre de este año. La economía de
Indonesia se ha expandido a más de cinco por ciento en siete de los
últimos ocho años.
Por lo que parece, pese a este boom productivo, a la clase obrera no le
llega nada o casi nada, sólo a cuentagotas. Por lo cual, en respuesta, este creciente
estado de malestar y de luchas obreras. El hecho es que cuando las cosas marchan
bien los capitalistas indonesios, como de todo el mundo, comen a doble carrillo
y ni migajas dejan caer a los que producen realmente sus ganancias; pero,
cuando todo comienza ir mal, a efectos de la crisis económica mundial,
entonces, no se paran en barras para asegurarse los trabajadores se aprieten el
cinturón y no escapen del pagar la cuenta de los platos rotos en el festín de
los patronos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario