Cuando un individuo hace a otro individuo un perjuicio tal que le causa
la muerte, decimos que es un homicidio. Si el autor obra premeditadamente,
consideramos su acto como un crimen. Pero cuando la sociedad [*] pone a
centenares de proletarios en una situación tal que son necesariamente expuestos
a una muerte prematura y anormal, a una muerte tan violenta como la muerte por
la espada o por la bala, cuando quita a millares de seres humanos los medios de
existencia indispensables, imponiéndoles otras condiciones de vida, de modo que
les resulta imposible subsistir, cuando ella los obliga por el brazo poderoso
de la ley a permanecer en esa situación hasta que sobrevenga la muerte, que es
la consecuencia inevitable de ello, cuando ella sabe, cuando ella sabe
demasiado bien que esos millares de seres humanos serán víctimas de esas
condiciones de existencia, y sin embargo permite que subsistan, entonces lo que
se comete es un crimen.
Muy parecido al cometido por un individuo, salvo que en este caso es más
disimulado, más pérfido, un crimen contra el cual nadie puede defenderse, que
no parece un crimen porque no se ve al asesino, porque el asesino es todo el
mundo y nadie a la vez, porque la muerte de la víctima parece natural, y que es
pecar menos por comisión que por omisión.
Pero no por ello es menos un crimen.
Ahora pasaré a demostrar que la sociedad en Inglaterra comete cada día y a cada
hora lo que los periódicos obreros ingleses tienen toda razón en llamar crimen
social, que ella ha colocado a los trabajadores en una situación tal que no
pueden conservar la salud ni vivir mucho tiempo, que ella mina poco a poco la existencia
de esos obreros y que los conduce así a la tumba antes de tiempo. Demostraré,
además, que la sociedad sabe hasta qué punto semejante situación daña la salud
y la existencia de los trabajadores y, sin embargo, no hace nada para
mejorarla. En cuanto al hecho de que ella conoce las consecuencias de sus
instituciones y que ella sabe que sus actuaciones no constituyen por tanto un
simple homicidio, sino un asesinato, puedo demostrarlo citando documentos
oficiales, informes parlamentarios o administrativos que establecen la
materialidad del crimen.
Nota de Engels
[*] Cuando hablo de la sociedad,
aquí y en otras partes, como colectividad responsable que tiene sus
obligaciones y derechos, huelga decir que me refiero al poder de la sociedad,
es decir, de la clase que posee actualmente el poder político y social, y por
tanto es responsable también de la situación de aquellos que no participan en
el poder. Esa clase dominante es, tanto en Inglaterra como en los demás países
civilizados, la burguesía Pero que la sociedad y particularmente la burguesía
tenga el deber de proteger a cada miembro de la sociedad por lo menos en su
simple existencia, de velar por que nadie muera de hambre por ejemplo, no tengo
necesidad de demostrarlo a mis lectores alemanes. Si yo escribiera para la
burguesía inglesa, la cuestión sería muy distinta. And so it is now in Germany Our German Capitalists
are fully up to the English level, in this at least, in the year of grace 1886.
(Así
es ahora en Alemania. Nuestros capitalistas alemanes se hallan enteramente al
nivel de los ingleses, al menos en este respecto, en el año de gracia de 1886).
¡Cómo ha cambiado todo desde hace 50 años! Hoy hay burgueses ingleses que
admiten que la sociedad tiene deberes hacia cada miembro de la misma; pero,
¿hay alemanes que piensen de igual modo? (F.E.)
Extraído del libro “La situación de la
clase obrera en Inglaterra” – Federico Engels, 1845
Publicado por Gramscimanía
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