1.ƒ de junio de 1943
2. Ante cualquier tarea, si no se hace un llamamiento general, es
imposible movilizar a las amplias masas para la acción. Sin embargo, si los
dirigentes se quedan en el llamamiento general no se ocupan concreta y
directamente de la ejecución cabal, en algunas organizaciones, del trabajo que
llaman a realizar, para abrir una brecha en un punto dado, adquirir allí
experiencia y luego orientar con ella a las demás entidades --, no podrán
comprobar si es justo ese llamamiento ni enriquecer su contenido, con lo que
dicho llamamiento correrá el peligro de quedar en letra muerta. Por ejemplo,
durante la campaña de rectificación en 1942, hubo éxitos allí donde se empleó
el método de combinar el llamamiento general con la orientación particular, y
no los hubo donde no se aplicó este método. En la campaña de rectificación en
1943, todos los burós y subburós del Comité Central y los comités regionales y
de prefectura del Partido, además de lanzar un llamamiento general (plan anual
de la campaña), deben hacer lo siguiente a fin de adquirir experiencia: elegir
dos o tres lugares (no muchos), sean departamentos de su propio organismo o
entidades oficiales, escuelas o unidades militares cercanas; realizar en ellos
un estudio en profundidad para conocer detalladamente el desarrollo de la
campaña de rectificación allí y para conocer minuciosamente el pasado político,
características ideológicas, aplicación en el estudio y diligencia en el
trabajo de algunos miembros representativos (no muchos tampoco) de su personal,
y además, orientar personalmente a los responsables de estos
lugares en la solución concreta de los problemas prácticos. Como cada entidad
oficial, escuela y unidad militar tiene también varias secciones, sus
dirigentes deben proceder de igual manera. Este es además un método que permite
a los dirigentes aprender y dirigir al mismo tiempo. Ningún dirigente sabrá dar
orientación general al conjunto de las entidades a su cargo, a menos que
obtenga experiencia concreta en cuanto a individuos y asuntos determinados de
entidades subordinadas específicas. Este método debe ser generalizado para que
los cuadros dirigentes de todos los niveles aprendan a aplicarlo.
* Decisión del Comité Central del Partido Comunista de
China, redactada por el camarada Mao Tse-tung.
3. La experiencia de la campaña de rectificación en
1942 demuestra también que en cada entidad es indispensable para el éxito de la
campaña que se forme en el curso de ésta un grupo dirigente compuesto de un
pequeño número de activistas reunidos en torno al responsable principal de la
entidad en cuestión, y que este grupo forje una estrecha ligazón con las
amplias masas participantes en la campaña. Por activo que se muestre el grupo
dirigente, su actividad no pasará de ser el infructuoso esfuerzo de un puñado
de personas, si no se la liga con la actividad de las amplias masas. No
obstante, la actividad de las amplias masas, sin un fuerte grupo dirigente que
la organice en forma apropiada, no puede mantenerse por mucho tiempo, ni
desarrollarse en una dirección correcta, ni elevarse a un alto nivel. En
cualquier lugar, las masas están integradas, en general, por tres categorías de
personas: las relativamente activas, las intermedias y las relativamente
atrasadas. Por eso, los dirigentes deben saber unir en torno suyo al pequeño
número de elementos activos y, apoyándose en ellos, elevar la conciencia política
de los elementos intermedios y ganarse a los atrasados. Un grupo dirigente,
verdaderamente unido y vinculado con las masas, sólo puede formarse
gradualmente en medio de la lucha de las masas, y no al margen de ella. En el
curso de una gran lucha, la composición del grupo dirigente no debe ni puede,
en la mayoría de los casos, permanecer invariable a través de las etapas
inicial, media y final; es necesario promover constantemente a los activistas
surgidos en la lucha, para sustituir a aquellos miembros del grupo dirigente
que resulten inferiores en comparación con ellos o que hayan degenerado. Una de
las causas fundamentales de por qué no ha podido avanzar el trabajo en muchos
lugares y entidades oficiales, está en la falta de un grupo dirigente así, que
se mantenga bien unido, vinculado con las masas y siempre sano. Si en una
escuela de un centenar de personas no hay un grupo dirigente formado de acuerdo
con las circunstancias reales (y no reunido artificialmente) y compuesto de
varios o algo más de una decena de los elementos más activos, rectos y sagaces
entre los profesores, empleados y estudiantes, esa escuela ha de marchar mal.
Debemos aplicar en todas las entidades oficiales, escuelas, unidades militares,
fábricas y aldeas, sean grandes o pequeñas, lo que indica Stalin acerca de la
creación de un grupo dirigente en la novena de las doce condiciones para la bolchevización de los Partidos
Comunistas[1]. La elección de los miembros de tal grupo
dirigente debe tener por criterio las cuatro condiciones formuladas por
Dimitrov al tratar de la política de cuadros: devoción total, ligazón con las
masas, capacidad para orientarse independientemente en toda
situación y espíritu de disciplina[2]. Tanto al cumplir cualquiera de las tareas
centrales -- guerra, producción, educación (incluida la campaña de
rectificación) --, como al inspeccionar el trabajo, examinar la historia de los
cuadros o realizar cualquier otra labor, hay que adoptar el método de ligar el
grupo dirigente con las amplias masas, además del método de combinar el
llamamiento general con la orientación particular.
4. En todo el trabajo práctico de nuestro Partido, toda dirección correcta
está basada necesariamente en el principio: "de las masas, a las
masas". Esto significa recoger las ideas (dispersas y no sistemáticas) de
las masas y sintetizarlas (transformarlas, mediante el estudio, en ideas
sintetizadas y sistematizadas) para luego llevarlas a las masas, difundirlas y
explicarlas, de modo que las masas las hagan suyas, perseveren en ellas y las traduzcan
en acción, y comprobar en la acción de las masas la justeza de esas ideas.
Luego, hay que volver a recoger y sintetizar las ideas de las masas y a
llevarlas a las masas para que perseveren en ellas, y así indefinidamente, de
modo que las ideas se tornan cada vez más justas, más vivas y más ricas de
contenido. Tal es la teoría marxista del conocimiento.
5. La concepción de que, trátese de una organización o de una lucha, entre
el grupo dirigente y las amplias masas debe haber relaciones correctas, la
concepción de que las ideas correctas de dirección sólo pueden elaborarse
recogiendo y sintetizando las ideas de las masas y llevándolas luego a las
masas para que perseveren en ellas, y la concepción de que, al poner en
práctica las ideas de dirección, se debe combinar el llamamiento general con la
orientación particular, deben ser ampliamente difundidas en el curso de la
actual campaña de rectificación, con el fin de corregir los puntos de vista
erróneos que al respecto existen entre nuestros cuadros. Muchos camaradas no conceden
importancia a unir en torno suyo a los activistas para formar un núcleo
dirigente, o no saben hacerlo, y no conceden importancia a ligar estrechamente
este núcleo dirigente con las amplias masas, o no saben hacerlo; por eso la
suya se convierte en una dirección burocrática, divorciada de las masas. Muchos
camaradas no conceden importancia a sintetizar las experiencias de la lucha de
las masas, o no saben hacerlo, y, pasándose de listos, gustan de plantear de
manera subjetivista cantidad de opiniones, por lo cual sus ideas resultan
hueras y ajenas a la realidad. Muchos camaradas se contentan con lanzar un
llamamiento general para una tarea y no conceden importancia a dar
inmediatamente después orientación particular y concreta, o no saben hacerlo;
en consecuencia, su llamamiento se queda en la boca, en el papel o en la sala
de reuniones, y su dirección se hace burocrática. Hay que corregir estos
defectos en la presente campaña de rectificación; hay que aprender a aplicar
los métodos de ligar la dirección con las masas y de combinar lo general con lo
particular en la campaña de rectificación, en la inspección del trabajo y en el
examen de la historia de los cuadros, y también hay que emplearlos en todo
nuestro trabajo futuro.
6. Recoger y sintetizar las ideas de las masas y llevarlas luego a las
masas para que perseveren en ellas, y, de esta manera, elaborar ideas correctas
de dirección: tal es el método fundamental de dirección. En el proceso durante
el cual se recogen y sintetizan las ideas de las masas y éstas perseveran en
ellas, es necesario aplicar el método de combinar el llamamiento general con la
orientación particular; esto es parte integrante de dicho método fundamental.
Elaborar las ideas generales (llamamiento general) partiendo de la orientación
particular en numerosos casos concretos, y llevar estas ideas a muchas
entidades diferentes para comprobarlas (no sólo debemos hacerlo nosotros
mismos, sino aconsejárselo a los demás); después, recoger y sintetizar las
nuevas experiencias (hacer el balance) y elaborar nuevas directrices para la
orientación general de las masas. Así deben proceder nuestros camaradas en la
presente campaña de rectificación, y también en cualquier otro trabajo. La
calidad de la dirección depende de la aptitud de los dirigentes para proceder
según este método.
7. Al asignar a las entidades subordinadas cualquier tarea (guerra
revolucionaria, producción, educación; campaña de rectificación, inspección del
trabajo, examen de la historia de los cuadros; o trabajo de propaganda, de
organización, de contraespionaje, etc.), un organismo dirigente superior y sus
diferentes departamentos deben hacerlo por intermedio de los responsables
principales de los organismos inferiores correspondientes, para que éstos
asuman responsabilidades; de esta manera se asegurarán tanto la división del
trabajo como la dirección unificada (centralizada). Un departamento de un
organismo superior no debe ponerse en contacto sólo con el departamento
correspondiente de un organismo inferior (por ejemplo, el departamento de
organización, el de propaganda o el de contraespionaje de nivel superior con
los departamentos inferiores correspondientes), porque en tal caso el
responsable principal del organismo inferior (por ejemplo, un secretario,
presidente, jefe, director de escuela, etc.) no estará informado y no podrá
asumir responsabilidades. Es necesario que estén informados y asuman
responsabilidades tanto el responsable principal del organismo inferior como
los responsables de los departamentos interesados. Este método de
centralización, que combina la división del trabajo y la dirección unificada,
permite movilizar, a través del responsable principal, a muchos y a veces
incluso al personal entero para que cumplan una tarea, y así se puede superar
la insuficiencia de cuadros en uno u otro departamento y convertir a un buen
número de personas en cuadros activos en la realización de esa tarea. Esta es
también una de las formas de ligar la dirección con las masas. Tomemos por
ejemplo el examen de la historia de los cuadros. Si lo realiza aisladamente un
pequeño grupo de personas de un organismo dirigente, como el departamento de
organización, sin duda este trabajo no se hará bien. Pero, si por intermedio
del responsable de una entidad oficial o del director de una escuela, se
moviliza a muchos, y a veces incluso a todo el personal o estudiantado de la
entidad o escuela para que participen en este trabajo, mientras que los
dirigentes del departamento de organización de nivel superior les dan una
orientación correcta, aplicando así el principio de ligar la dirección con las
masas, no hay duda de que será logrado satisfactoriamente el fin que se
persigue con el examen de la historia de los cuadros.
8. En ningún lugar puede haber al mismo tiempo muchas tareas centrales.
Sólo puede haber, en un tiempo determinado, una tarea central, complementada
por otras de segundo y tercer orden. Por lo tanto, el responsable principal de
una localidad debe, teniendo en cuenta la historia y circunstancias de la lucha
allí, establecer el orden apropiado de las diferentes tareas; no debe actuar
sin plan propio, emprendiendo una y otra tarea según le lleguen las
instrucciones de los organismos superiores, pues esto crearía multitud de
"tareas centrales" y daría paso a la confusión y el desorden. Por su
parte, ningún organismo superior debe asignar simultáneamente muchas tareas a
los organismos inferiores, sin indicar su importancia y su urgencia relativas
ni especificar cuál es la tarea central, porque esto llevará desorden al
trabajo de los organismos inferiores y les impedirá conseguir los resultados
previstos. El dirigente debe, a la luz de las condiciones históricas y las
circunstancias existentes en una localidad dada y teniendo en cuenta la
situación en su conjunto, determinar con justeza cl centro de gravedad del
trabajo y el orden de ejecución de las tareas para cada período, aplicar con
tenacidad lo decidido y asegurar el logro de los resultados previstos: esto es
parte del arte de dirigir. Se trata también de una cuestión de método de
dirección, a cuya solución debe prestarse atención al aplicar los principios de
ligar la dirección con las masas y de combinar lo general con lo particular.
9. No vamos a tratar de todos los detalles concernientes a los métodos de
dirección, y esperamos que los camaradas en cada localidad, partiendo de los
principios aquí expuestos, reflexionen concienzudamente y pongan en juego su
iniciativa creadora. Cuanto más dura sea la lucha, tanto más indispensable será
para los comunistas ligar estrechamente su dirección con las exigencias de las
amplias masas y combinar estrechamente su llamamiento general con su orientación
particular, a fin de liquidar de manera definitiva los métodos de dirección
subjetivistas y burocráticos. Todos los camaradas de nuestro Partido que se
ocupan del trabajo de dirección, deben contraponer siempre los métodos de
dirección científicos marxistas a los métodos subjetivistas y burocráticos, y
eliminar éstos valiéndose de los primeros. Los subjetivistas y los burócratas
no comprenden el principio de ligar la dirección con las masas ni el de
combinar lo ¡general con lo particular, y obstaculizan enormemente la marcha
del trabajo del Partido. Para combatir los métodos de dirección subjetivistas y
burocráticos, es necesario generalizar y hacer arraigar los métodos de
dirección científicos marxistas.
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