El sábado 26/4, en un desbordante salón del Hotel Bauen, con cerca de
400 asistentes, comenzó el Ciclo de Conferencias del Instituto Marxista
Leninista Maoísta. La charla inaugural: “Las enseñanzas de Mao Tsetung y su
vigencia actual, en el siglo XXI, para la Argentina”, estuvo a cargo del
secretario general del Partido Comunista Revolucionario, camarada Otto Vargas.
El camarada Carlos Echagüe, responsable del Instituto Marxista Leninista
de la Argentina, presentó el ciclo de charlas. Dio la bienvenida a compañeros,
camaradas y amigos presentes, y agradeció el aporte del mural de los artistas
plásticos Diana Dowek y Alfredo Saavedra.
Echagüe señaló que “El objetivo del Instituto es defender el
marxismo–leninismo–maoísmo. Difundirlo, estudiarlo, desarrollarlo e integrarlo
con la práctica de la revolución en Argentina”. Señaló que con esta charla se
inicia un ciclo de cinco conferencias con debate, a realizarse el último sábado
de cada mes. Las restantes estarán a cargo de compañeros del Comité Central del
PCR. La segunda, de Jacinto Roldán, será “Mao Tsetung sobre el papel del
partido y su construcción”. La tercera: “El desarrollo de la filosofía marxista
en Mao Tsetung”, a cargo de la camarada Rosa Nassif. La cuarta: “La
continuación de la revolución en las condiciones del socialismo” a cargo de
Carlos Echagüe. Y la quinta: “Mao Tsetung y la teoría de la revolución en los
países oprimidos por el imperialismo. La nueva democracia”, a cargo del
camarada Claudio Spiguel.
“Este es el plan que queremos desarrollar, a la vez que se vayan
desarrollando algunas otras actividades del Instituto”, señaló. A continuación,
Carlos Echagüe le dio la palabra al camarada Otto Vargas, conferencia que
reproducimos.
Otto Vargas:
“Amigas, amigos, camaradas: Tengo que hablar sobre la vigencia en el
siglo 21 de las enseñanzas de Mao Tsetung y su vigencia actual para la
Argentina. Las enseñanzas del camarada Mao Tsetung y de la Revolución China que
triunfó en 1949, mantienen palpitante actualidad. La Revolución China fue la
primera revolución democrática–popular, dirigida por el proletariado, que
triunfó en un país semicolonial, colonial o dependiente de Asia, África y
América Latina, y que aseguró, con la dirección del proletariado y el Partido
Comunista de China, su paso posterior al socialismo.
Esta es una de las razones por la que estos dos folletos: La vigencia
del pensamiento de Mao Tsetung y otro que se llama La revolución cultural
proletaria en China, editados por nuestro Partido, siguen vigentes y son de
lectura obligatoria para nuestra militancia.
Los enemigos de la revolución y el enemigo principal
Una de las grandes enseñanzas del marxismo es la que indica la necesidad
de señalar con precisión cuáles son los enemigos de la revolución y la
necesidad de determinar, en cada momento, cuál de ellos es el enemigo
principal, en ese momento de la lucha revolucionaria.
Este ha sido uno de los temas centrales del debate con el grupito
fraccional que intentó recientemente fracturar a nuestro Partido. Ellos se
negaban a golpear principalmente, en el momento actual, al gobierno
kirchnerista. Nuestro 12º Congreso reiteró que en nuestro país, en la
actualidad, el blanco de la lucha popular es el bloque dominante, es decir: la
alianza de un grupo de imperialismos, burguesía intermediaria y terratenientes
que se asocian y disputan en el poder; y, dentro del bloque dominante, el golpe
principal de la lucha popular, va dirigido al gobierno y la política
kirchnerista que expresan al grupo que hegemoniza ese bloque y tiene en sus
manos las principales palancas del poder estatal.
Además de negar que el golpe principal de nuestra lucha debe apuntar hoy
al kirchnerismo, los mencionados fraccionistas inventaron la teoría del
“enemigo específico”, uno especial en cada lugar de lucha evitando golpear al
gobierno nacional. Por ejemplo ellos decían en la Universidad de Buenos Aires,
que Franja Morada es el enemigo. Ese era el golpe principal. Es decir, el
enemigo específico. Es como si los comunistas chinos, en la época de la lucha
antijaponesa o posteriormente contra Chiang kai shek, hubiesen tenido un
enemigo “específico” en Shangai, otro en Pekín, otro donde combatía el Ejército
Rojo, etc., etc. Una verdadera tontería, aunque su inventor se considere el más
grande teórico de este país.
Para determinar el blanco y el golpe principal de nuestra lucha
revolucionaria siempre nos ayudó y nos ayuda la diferencia que señaló Mao entre
la burguesía nacional de los países dependientes, oprimidos por el
imperialismo, como es nuestro caso, y la burguesía intermediaria del
imperialismo, a la que los chinos llamaron burguesía compradora.
¿Qué es el kirchnerismo?
Como trascendió allá por el 2003, Duhalde cuando tuvo que postular a
Néstor Kirchner a la presidencia, dijo, en confianza: “no me queda más remedio
que traer a Kirchner, aunque con él vienen los petroleros”. Decían por entonces
que De la Sota, que era el candidato, tenía alas de yeso y no levantaba vuelo
en las encuestas.
Efectivamente, con Kirchner llegaron los petroleros y fueron parte
principal del grupo hegemónico. Llegaron petroleros como los que controlan Pan
American, en especial la British Petroleum, que tiene el 60% de las acciones;
ahora está asociada a Bridas, controlada por rusos y chinos, donde ahora
predominan los chinos. Bridas dirige, transitoriamente –después de la
catástrofe del derrame del petróleo por la British en 2010 en el Golfo de
México– en medio de una pelea muy intensa que se está desarrollando en este
mismo momento con la participación de los gobiernos de Chubut y Santa
Cruz.
La relación de Kirchner con Pan American Energy tiene que ver con que el
primer viaje al extranjero realizado por Kirchner como presidente, que fue a
Gran Bretaña. Allí se entrevistó con Tony Blair e hizo declaraciones en las que
calificó a la recuperación de las Malvinas, en 1982, por las Fuerzas Armadas
argentinas, como una “infame agresión”. Posición que luego él y Cristina
cambiaron aunque, en realidad, siguieron aplicando una política
desmalvinizadora con tironeos.
A Pan American se le adjudicó, en el 2001, sin licitación alguna, por 40
años, el yacimiento de Cerro Dragón (el más importante en explotación
actualmente), con su mayor parte en Santa Cruz y una parte en Chubut, con una
regalía ridícula del 12%. Es un plazo que en la práctica es a perpetuidad, por
el posible agotamiento para entonces del yacimiento. El gobierno de Néstor Kirchner
extendió las concesiones petroleras, no sólo a los capitales ingleses, sino
también a otros de diferente origen. No hay que olvidar que Kirchner asoció su
gobierno en Santa Cruz a la minera Cerro Vanguardia, de propiedad de la Anglo
Gold de los ingleses, una de las grandes exportadoras de oro de la
Argentina.
Otros monopolios ingleses consolidaron sus posesiones en la Argentina en
estos años, como sucedió con Unilever, Shell, Nobleza Piccardo (con marcas como
Jockey Club y Derby), Dunlop, Alvear Palace Hotel, Boston Seguros, Hospital
Británico, etc. Otra gran empresa ligada a capitales ingleses es Minera
Alumbrera, que explota la gran mina catamarqueña, gerenciada por Xstrata pic
(anglo suiza). Otras dos empresas en las que los capitales ingleses tienen
fuertes inversiones son el HSBC y el Standard Bank, que ahora tienen mayoría
china del banco ICBC.
El kirchnerismo tiene desde siempre fuertes relaciones con Aluar, la
empresa de los Madanes, testaferros de la Unión Soviética en su momento. Socios
históricos del imperialismo ruso, agentes del imperialismo ruso. La primera
gran obra que realizó Kirchner cuando llegó al gobierno nacional fue la
conexión de la línea eléctrica de Choele Choel a Puerto Madryn, que le permitió
a Aluar duplicar su producción.
Los K también tienen una relación estrecha con el grupo alemán
Volkswagen. Ustedes deben recordar el viaje de “princesa” que hizo Cristina a
Alemania, invitada por Víctor Klima, presidente del directorio de esa empresa
en la Argentina. Todo un “señor”, Klima fue el canciller de Austria. Todo un
viaje de placer financiado por Klima. El kirchnerismo tiene desde siempre
fuerte relación con esas empresas de los rusos y de los alemanes. Acá están
todos: están los españoles, los italianos… por eso decimos burguesía
intermediaria, no burguesía nacional, como ha dicho alguno por ahí.
Instalado Néstor Kirchner en el gobierno nacional, como señala Arnoldo
Gómez en su libro El Proyecto K, luego de su viaje a Pekín, cuando dejó de
“estaca” en el aeropuerto de Moscú a Vladimir Putin –que todavía está esperando
que llegue Kirchner a entrevistarse con él porque siguió de largo hacia Pekín–,
Kirchner dijo a sus colaboradores más cercanos, que la línea estratégica de su
gobierno era: primero con China (los grandes compradores de nuestra soja y
algunos de sus derivados); segundo los europeos y tercero el Mercosur. En
consecuencia, propició una penetración impresionante del imperialismo chino en
nuestro país.
Les concedió la explotación de la mina de hierro de Sierra Grande en Río
Negro, la más grande de la Argentina. China se convirtió en el primer comprador
de soja de nuestro país y se impulsó el cultivo de esta oleaginosa hasta
transformarlo, prácticamente, en monocultivo; y los capitales chinos penetraron
en todas nuestras provincias comprando empresas y tierras. Los chinos se
transformaron en el primer grupo extranjero en el petróleo y fueron el primer
inversor en el 2010 en la Argentina. El ICBC (Banco Industrial y Comercial de
China), primer banco del mundo hoy, hizo pie firme en nuestro país.
Con el kirchnerismo entró la droga en profundidad en la Argentina. Ni
qué hablar que los puertos de Santa Cruz eran los principales puertos de salida
de la droga para Europa. Ustedes recordarán que el gobierno de Néstor Kirchner
subsidió a la Southern Winds, que transportaba droga en un extraño itinerario.
Cuando Chile cerró la frontera con Perú, la Southern Winds hacía
Tacna–Córdo-ba–Madrid, hasta que un día un distraído se olvidó cuatro valijas
dando vueltas en el aeropuerto de Madrid; valijas etiquetadas como
pertenecientes a la Embajada argentina, y se descubrió que cada una de ellas
llevaba 60 kilos de cocaína. Esa empresa era subsidiada por el Estado porque no
tenía ni un peso de ganancia. Era totalmente financiada por el Estado y
dedicada al tráfico de drogas.
Al mismo tiempo Kirchner está asociado a Cristóbal López (el “rey del
juego”) y, como se sabe el juego está liberado de impuestos, con casinos en
todo el país, pese a que es el principal instrumento para el lavado de dinero
sucio: el casino que han hecho acá en el Hipódromo, más el casino que tienen en
el Puerto de Buenos Aires, con cantidades enormes de dineros sucios las que se
lavan actualmente a través del juego.
Como señala Arnoldo Gómez “gobiernan a favor de la mayoría de las clases
dominantes pero son un nuevo sector dentro de éstas y tienen su propio
proyecto”. Constituyen un grupo profundamente corrupto –yo creo que nunca se ha
visto un grupo tan corrupto en la Argentina como el grupo kirchnerista–. Ha
utilizado la corrupción para crecer como grupo. Cuando llegaron al poder, para
negociar con ellos había que “poner” un 15%. Por eso los bautizaron “celular”.
Luego el porcentaje fue creciendo y, ahora, para licitar obras públicas o hacer
otros negocios, se es de ellos o hay que entregarles una parte de la empresa.
Este es el kirchnerismo.
Los Kirchner vienen de una provincia en la que reina soberano el
latifundio, al cual ellos estuvieron siempre asociados. Santa Cruz es la
provincia en donde se ubican los más grandes latifundios de la Argentina. Con
una historia sangrienta que se remonta a la llamada “conquista del desierto”,
cuando los Menéndez Behety, los Braun y otros, pagaban contra la entrega de las
orejas de los indios asesinados para sacarles sus tierras, y luego fueron parte
de la matanza durante la gran huelga de los peones de la Patagonia, que se
llamó “La Patagonia Rebelde” en el siglo pasado. Los Menéndez Behety son además
dueños de La Anónima, un supermercado con sucursales en toda la región
patagónica. El grupo Braun tiene allí la estancia La Anita, estancia que tuvo
en su momento 70 mil hectáreas. Una estancia modelo en la cría de ovejas. Los
Benetton, los más grandes latifundistas de la Argentina (con más de 900 mil
hectáreas de tierra en total), tienen las estancias más grandes en Santa Cruz.
A estos grandes terratenientes se les une ahora el grupo kirchnerista
que, solamente en Santa Cruz, tiene más de 250 mil hectáreas, a nombre de Lázaro
Báez (un súpertestaferro de Kirchner y de Cristina), la mayoría de ellas en
tierras que serán beneficiadas con la construcción de las dos grandes represas:
Kirchner y Cepernic. Esas tierras que compraron regaladas, van a tener un
precio fabuloso dentro de unos años. Por eso se habla de “la gran millonaria
del Sur”, la señora Cristina Fernández viuda de Kirchner.
Mao Tsetung explicó, detalladamente, la importancia que tiene para el
proletariado de países como el nuestro, diferenciar a la burguesía nacional,
capaz de ser neutralizada en la lucha liberadora, y si es posible, incluso
aliar a algunos de sus miembros; de la burguesía intermediaria, que se asocia y
se subordina al imperialismo, enemiga de la revolución.
La lucha interimperialista
Tuve la suerte de conocer en China, en 1953, pocos años después del
triunfo de la Revolución, una fábrica textil que ocupaba cerca de 5 mil
obreros, de propiedad de un burgués nacional asociado al gobierno chino.
También supimos el trato especial que se le dio al alcalde de Pekín, hombre de
Chiang Kai shek, a cambio de que entregase, sin disparar un tiro, el control de
esa ciudad para salvar el patrimonio cultural de la misma. El ejército chino
bombardeó todos los aeropuertos que tenía este ciudadano dentro de Pekín y le
dijeron: “¿usted qué va a hacer ahora?”. Había un aeropuerto que no habían
bombardeado, pero miren qué casualidades del destino, la hija de este señor era
novia de un oficial “tapado” del Partido Comunista de China, que les informó a
tiempo, bombardearon ese aeropuerto y le dijeron: “señor ahora no le queda más
que rendirse. A cambio de eso le garantizamos: va a tener un chalet, va a vivir
toda su vida cómodamente, sus hijos van a poder estudiar, ningún problema pero
si usted nos entrega Pekín, porque nosotros queremos conservar las
riquezas históricas de esta ciudad”.
Yo creo que son ejemplos de cómo hay que diferenciar a un burgués
nacional de un burgués intermediario.
Mao Tsetung también explicó, detalladamente, la importancia, en países
como China y como la Argentina, disputados por varias potencias imperialistas,
de explotar sus contradicciones. Este fue el caso del frente único con Chiang
Kai Shek contra los japoneses. Las tropas armadas del Ejército Rojo estaban en
Yenan, pero Chou Enlai se instaló en Chung King –capital provisional de China–
porque había un frente único en la lucha contra los japoneses. Esto se debió a
que la lucha antijaponesa China era apoyada por los yanquis y los ingleses.
Hablando de burguesía nacional, me había olvidado de decir que hemos
tenido buenos amigos de nuestro Partido, pertenecientes a esa burguesía.
Incluso alguno que fue asesinado por la dictadura violo-videlista. Es uno de
los mártires de la lucha antidictatorial, es decir que podemos hablar con
experiencia propia de estos temas.
En los Escritos Inéditos, que editamos en 1975, Mao dice que “Debemos
considerar las luchas entre los países imperialistas como acontecimientos
importantes. Lenin y Stalin las consideraron como tales. Calificaban tales
luchas como fuerzas de reserva de la revolución. China también se benefició de
esas luchas en el tiempo en que organizaba sus bases de apoyo revolucionario.
En el pasado existían en China contradicciones entre los diferentes grupos de
la clase terrateniente y de los compradores (o sea los intermediarios). Detrás
de dichas contradicciones se disimulan las contradicciones entre diferentes
países imperialistas. Durante el tiempo que hemos podido extraer provecho de
estas contradicciones en el plano del imperialismo, no debimos combatir
directamente en un mismo período más que a una parte de las fuerzas enemigas y
no todas esas fuerzas reunidas. Además, a menudo, hemos podido encontrar tiempo
para descansar y reagruparnos”.
Hay que tener en cuenta que cuando ellos luchaban, por ejemplo contra
Chiang Kai Shek, junto a él había señores de la guerra. Un señor de la guerra
podía tener un ejército de 400 o 500 mil hombres. Entonces se llegaba a un
acuerdo –a cambio de algunas concesiones– con esos “señores de la guerra” y se
facilitaba el triunfo contra Chiang Kai Shek.
En nuestro caso, durante la lucha antidictatorial, luego de 1976,
golpeamos juntos con yanquis, ingleses y el Vaticano. Repito: junto con los
yanquis, ingleses y el Vaticano cuando la dictadura, hegemonizada por los prorusos
Videla-Viola, preparaba la guerra contra Chile en la disputa por el Beagle. Y
en 1982, cuando la guerra de Malvinas, golpeamos junto con los prosoviéticos
contra los yanquis y los ingleses. Es decir que tenemos experiencia práctica,
nuestra, de la utilización de esas contradicciones.
Mao ha escrito otro folleto de lectura obligatoria e imprescindible para
todo comunista: Problemas de la independencia y autodecisión dentro del frente
único. “Ni romper el Frente Único ni atarnos de pies y manos al Frente Único”.
“Una política de unidad y resistencia a la vez”, esa es nuestra línea en todos
los terrenos.
La importancia de ganar al campesinado pobre y medio como aliados de la
revolución democrática-popular
La revolución en China fue desde el campo a la ciudad. La práctica de la
revolución china antes de la derrota de 1927 enseñó a Mao ese camino. Stalin no
vio esto. Pero sí vio la enorme importancia que tenía para el triunfo del
proletariado chino la entrada del campesinado en la revolución. Stalin escribió,
en ese entonces: “El frente antiimperialista en China será tanto más fuerte y
poderoso mientras más rápida y completamente se haga entrar a la gente del
campo chino a la revolución”. Por el contrario Trotski escribió: “La revolución
agraria en China tiene un carácter tan antifeudal como antiburgués, porque el
explotador más odiado en el campo es el campesino rico usurero”. ¿Qué tal? El
explotador “más odiado en el campo es el campesino rico usurero”. Como
escribimos en el homenaje a cien años del nacimiento de Mao Tsetung, si los
comunistas chinos le hubiesen hecho caso a Trotski hubiesen terminado colgados
por los propios campesinos y no hubiesen triunfado jamás.
Aquí, en América Latina, es posible que en determinado momento, en el
siglo 20, la revolución también hubiera debido seguir, en la mayoría de los
países, ese camino, del campo a la ciudad. La Internacional Comunista, por el
contrario, marcó el camino de la ciudad al campo.
Es necesario estudiar tanto la experiencia de la Revolución Mexicana,
como la de la Columna de Prestes, en 1924, que terminó en Bolivia en febrero de
1927, después de atravesar todo Brasil combatiendo. Cuando se realiza el
levantamiento en 1935, en Brasil, transformado en un putch militar, porque se
decía que era más fácil reclutar oficiales para el alzamiento en los cuarteles,
que obreros en las fábricas, se dice que Arthur Ewer, el revolucionario alemán
enviado por la Internacional Comunista a Brasil, que enloqueció en la prisión
por las horrendas torturas que sufrió, tuvo la idea de que en Brasil la
revolución también iba del campo a la ciudad.
Con otras perspectivas y en otro momento histórico, esto fue visto por
Fidel y los dirigentes de la Revolución Cubana. Porque, en definitiva, ¿qué
fueron el foco de Sierra Maestra, ampliado luego por el segundo frente en
Oriente y los centros que instalaron Camilo Cienfuegos en Camagüey y el Che en
Las Villas, sino bases guerrilleras de composición fundamentalmente campesina?
¿No dijo el Che que ellos aprendieron allí de la combatividad y las
posibilidades revolucionarias del campesinado?
Dejemos de lado las especulaciones teóricas de los que transformaron esa
experiencia en un modelo a seguir, “incluso en Berlín Occidental”, como dijo
Fidel Castro.
El “foco agreste”, como se lo llegó a llamar, sin apoyo de masas
campesinas, un grupo de 30 o 300 hombres armados, que algunos grupos han
propiciado, ¿podría sostenerse en la época de los satélites, que llegaron a
fotografiar el “horno vietnamita” que construyó el Che Guevara en Bolivia,
y cuando con rayos laser se detecta la temperatura de un cuerpo escondido
en el bosque, y diferencia a un animal de un ser humano? La lucha de Sierra
Maestra, vuelvo a repetir, fue una lucha de guerrilleros con una base agraria.
¿Y la llamada guerrilla urbana, que a tantos sedujo en épocas de los
Tupamaros, en los setenta, a tantos compañeros en la Argentina? En ese esquema
es posible que un grupo de cinco personas pueda desde ejecutar al presidente de
la República o realizar cualquier atentado. Pero luego está obligado a
dispersarse, y vivir temeroso de los sonidos de cada coche que estaciona frente
a su casa o de cada vecino que lo mira serio en la cuadra. La llamada guerrilla
urbana, que fracasó en Uruguay y fracasó acá requeriría más análisis, y en qué
condiciones podría desplegarse. A lo mejor en condiciones de una invasión
extranjera, habría que ver…
No es el objeto de esta charla estudiar a fondo la experiencia de la
guerrilla cubana pero sí preguntarnos ¿Qué hubiese sucedido si en la época del
30 y el 40, época de las grandes experiencias de los Frentes Populares
antifascistas, se hubiese realizado lo que planteó después Fidel Castro, que
creo que era correcto, de unir a las luchas proletarias de San Pablo,
Montevideo, Buenos Aires, Rosario, Córdoba, los grandes centros proletarios de
Chile; con la lucha armada en la Cordillera de los Andes, región de grandes
concentraciones campesinas de originarios y criollos?
Enseñanzas de la rebelión agraria del 2008
La cuestión del papel del campesinado en la revolución argentina ha
ganado actualidad luego de la rebelión agraria del 2008.
No es raro que los trotskistas la califiquen de una lucha de “los
patrones del campo”, como ha hecho Néstor Pitrola, diputado nacional del PO,
hace pocos días en la TV. Jamás los trotskistas podrán entender una lucha como
la lucha agraria del 2008. Uno llega a sospechar –disculpen la grosería– que la
mayoría de ellos “nunca vio cagar una vaca”, al igual que la señora presidenta
Cristina, que habló en su momento “del yuyito” refiriéndose a la soja.
Sucede ahora, que los fraccionistas (los que llamamos “cri–cri”) dada su
innegable adhesión a gran parte de las opiniones trotskistas (como ya lo hicieron
en su momento durante la lucha agraria, estando en el Partido) adhieren a esa
interpretación de la más grande movilización agraria en muchos años.
Una lucha que no lanzaron los terratenientes, sino los chacareros de la
FAA, entre ellos muchos de nuestros militantes. En la Comisión Política del
Partido discutimos la concentración de Maciel desde donde se lanzó la lucha
agraria del 2008, exigiendo la segmentación de las retenciones para favorecer a
los pequeños y medianos productores agropecuarios.
¿Qué es lo que no comprenden de esa lucha?: Primero, lo que ya se sabe
desde la Grecia Antigua, algo que se mantiene hasta nuestros días: El productor
agropecuario tiene tres enemigos eternos: los terratenientes, los usureros y el
Estado. Resultó que al intentar aplicar la resolución 125, aprovechando el
precio extraordinariamente alto de las commodities, como la soja, presionados
por la crisis internacional y los problemas de la balanza de pagos, el
gobierno, puso retenciones a la soja (que en ese momento superaban el 40% del
valor del producto), afectando por igual a los terratenientes, campesinos
ricos, medios y pobres. Incluso golpeaban a una gran parte de los obreros
rurales que trabajan en la siembra y la trilla de la soja, la mayoría de los
cuales cobra a porcentaje. Fueron los rurales y los campesinos pobres los que
alimentaron todas las noches los fogones en los piquetes.
Paralelamente, el gobierno benefició a los grandes acopiadores de granos
(como Cargill, Bunge, Noble, etc.) a los que les permitió antedatar la
facturación de la soja acumulada en sus silos pagando la vieja retención.
Ganaron millones de dólares.
En la lucha contra la 125, efectivamente también se movilizaron los
terratenientes de la Sociedad Rural junto a quienes sostuvieron los piquetes:
los obreros rurales, campesinos pobres, medios y ricos. “No los unió el amor
sino el espanto”, como diría Borges. Se unieron por espanto frente a un golpe
que se les daba a todos.
La rebelión agraria fue una lucha que estremeció a la Argentina y dejó invalorables
enseñanzas para la revolución, si se sacan de ella conclusiones correctas. En
un día se hicieron más de 1.000 cortes de ruta en todo el país. Siempre cuento
la anécdota que en mi pueblo –yo soy de un pequeño pueblo de Río Negro, donde
no hay soja, sino fruticultura–. En mi pueblo dicen que ese día había 140
coches en caravana de protesta. Los vecinos de Choele Choel, que siempre nos
envidian a los de Luis Beltrán, dicen que no es cierto, porque no hay ni 100
coches en Beltrán. Doy ese ejemplo para mostrar la magnitud que tuvo esa lucha
que conmovió al país, y que nos enseñó un camino a tener en cuenta en la
Argentina el día que querramos que triunfe la revolución. Porque sin el apoyo
campesino, la revolución no va a triunfar en nuestro país, por más que se alcen
los obreros de las ciudades más grandes, aunque hoy estemos cerca del 80% de
población urbana.
Ahora se discute si hay o no campesinos pobres en el campo argentino.
Muchos compañeros dicen que ya no hay más campesinos pobres.
La extensión de la producción sojera a casi todo el país requiere
expulsar del campo a miles de campesinos. Pero basta con mirar al Chaco o a
Misiones, para concluir que esto ha generado grandes luchas del campesinado
pobre y medio (originarios y criollos). Asistimos a un impresionante proceso de
concentración de la propiedad de la tierra. Pero, está claro que aún hay muchos
campesinos pobres y medios.
Sobre un total de aproximadamente 84.000 productores de soja y girasol,
según datos de la Oncca de 2009, 1.680 cosechaban el 80% del total, y el
promedio de extensión de la siembra era 5.4360 has. cada uno. En la otra punta,
67.200 pequeños y medianos productores, según la misma fuente, habían cosechado
en promedio 167 toneladas en el 2009, trabajando sobre un promedio de 60 has.
cada uno.
Aquí cerca, en La Plata, de 1.200 quintas que había en 1993, quedan solo
500, y existen 7.500 arrendatarios a los que ahora llaman porcentajeros. Este
proceso de concentración ha hecho que de 17.000 productores agropecuarios en
Misiones queden solo 7.000.
Pero quedan miles, por eso ha sido un gran paso adelante de todo el
movimiento popular argentino la creación y fortalecimiento de la Federación
Nacional Campesina, que ya ha creado sus filiales en muchas provincias.
Para mejorar nuestro trabajo en el campo, como enseñó Mao, es necesario
“acampar entre las flores”, es decir, bajarse del caballo, recorrer las zonas
agrarias mezclándose y conviviendo con su gente, e investigar en concreto, en
cada lugar, los problemas de la masa campesina. Para eso nos ayudará mucho
estudiar los trabajos sobre este tema del camarada Mao Tsetung, comenzando por
el primer tomo de sus Obras Escogidas y su trabajo “Investigación del
movimiento campesino en Junan”. Donde, dicho sea de paso, hay experiencias muy
interesantes de lucha contra la droga, contra el opio, en el campo chino, en
1927. No cuando tomaron el poder, cuando liquidaron por muchos años la droga en
China, mientras fue socialista.
Por qué degeneró el socialismo
Otro gran aporte del camarada Mao al marxismo leninismo ha sido su
estudio de por qué degeneró el socialismo, que había triunfado en la tercera
parte de la tierra. Mao Tsetung, a diferencia de Stalin, vio esto con claridad
y llevó adelante la Revolución Cultural proletaria para evitar el triunfo del
revisionismo y la restauración del capitalismo en China, lucha que libró
exitosamente durante diez años.
Respecto de la restauración capitalista en la URSS, Lenin, subrayando el
peligro del burocratismo y la necesidad de la incorporación de las amplias
masas a la labor de los órganos soviéticos, remarcó que “El bajo nivel cultural
hace que los Soviets, que son por su programa órganos de gobierno a través de
los trabajadores, actúen en la realidad como órganos de gobierno para los
trabajadores, a través de la capa avanzada del proletariado, pero no a través
de las masas laboriosas”. Esto lo dijo en 1919, en el Informe sobre el Programa
del Partido, en el 8º Congreso del PC(b)R y se puede leer en el Tomo 29 pág.
177, de sus obras completas.
Lenin dijo muchos años antes de la restauración capitalista en la
URSS que: “El paso del capitalismo al comunismo lleva toda una época histórica.
Mientras esta época histórica no finalice, los explotadores siguen abrigando
esperanzas de restauración, esperanzas que se convierten en tentativas de
restauración”. Este fue el gran error de Stalin en la Constitución soviética de
1936, donde señaló que ya no existía más lucha de clases en la URSS, entonces
cuando alguien hacía una crítica, se consideraba que estaba complotando al
servicio de una potencia extranjera.
Mao Tsetung comprendió a fondo la verdad de esta tesis leninista y,
cuando observó que en China la agudización de la lucha de clases podía llevar a
la restauración del capitalismo, lanzó la Revolución Cultural proletaria, que
movilizó a centenares de millones de hombres y mujeres de toda China, que
practicaron los 4 Da’: los Da–Zi–bao (libertad de hacer carteles de grandes
caracteres). He contado muchas veces que los que visitamos China en esos años,
cuando recorríamos fábricas, universidades y otras instituciones, nos costaba
trabajo abrirnos paso entre esos carteles. Allí escribían sus opiniones, muchas
veces críticas sobre la administración de la fábrica, la región o el país. Como
dijo Mao, “La Revolución cultural encontró un método para movilizar a las
amplias masas y expresar de manera clara, abierta, extensa y desde abajo
nuestros lados oscuros”.
Los otros Da’ fueron el Da’ Min: Derecho a lanzar gritos y hablar muy
fuerte. Ustedes en China podían salir a la calle y gritar. “qué mala la
conferencia que acabo de escuchar”. Estaba además el Da’ Fong: la gran apertura
y el Da´ Blang: el gran debate.
Los análisis de Mao Tsetung nos ayudaron a comprender cómo la URSS llegó
a convertirse en un país socialimperialista y socialfascista, lo que nos fue de
mucha utilidad cuando triunfó la dictadura de Videla–Viola, ya que en ella
predominaron los intereses de esa superpotencia.
Nosotros visitamos China en 1972 y adherimos al maoísmo. Pero en 1979,
cuando visitamos China por última vez, me entrevisté con Hu Yaoban, al que
había conocido cuando era secretario de la Juventud Comunista. Hu Yaoban atacó
veladamente a Mao. Me dijo que visitando Rumania, comprendió que la URSS era
chauvinista, lo que le pareció muy mal, “porque un país comunista no puede ser
chauvinista”, pero en ningún momento mencionó a la Unión Soviética como un país
imperialista, lo que fue más grave aún conociendo nuestra caracterización de la
dictadura de Videla–Viola. Así que nosotros salimos claros de esa entrevista de
que en China se había restaurado el capitalismo. Lo dijimos cuando llegamos
acá. Tardamos en que nos creyeran, pero lo dijimos.
Aquella caracterización de Mao nos ayuda, también hoy, a entender lo que
pasó en China, que se sigue llamando comunista y se ha transformado en la
“locomotora del mundo capitalista”. Qué mejor propaganda contra el comunismo
que lo que pasa hoy en China, o lo que pasa en Corea del Norte. ¿Puede haber
una propaganda peor que esa para el comunismo?
Un momento de grandes virajes
Se podrían mencionar otros temas que demuestran la vigencia de las
enseñanzas de Mao Tsetung para la lucha revolucionaria de la clase obrera y el
pueblo argentino. Veo que Rosa Nassif va a dar una charla sobre filosofía, así
que vaya como ejemplo: Las posiciones de Mao tsetung sobre el arte y la
necesidad de organizar un ejército cultural –junto al ejército revolucionario–
para que triunfe la lucha de la clase obrera. O sus grandes aportes a la
filosofía marxista en sus trabajos, como “De dónde provienen las ideas
correctas”, que todos los afiliados, todos los revolucionarios, deberían leer.
Hay otros temas, que se abordarán en otras charlas.
Quiero referirme a este momento. Un momento de grandes virajes en la
historia de la humanidad. Un momento en el que cambios estremecedores conmueven
al mundo. El derrumbe del sistema esclavista en occidente fue un proceso
en el que se sucedieron grandes rebeliones de esclavos, como la que lideró
Espartaco, a fines del siglo 1 antes de Cristo, contra Roma. Durante siglos se
sucedieron sublevaciones, guerras civiles, invasiones extranjeras, hasta la
caída del imperio.
Lo mismo sucedió en la lucha contra el feudalismo, con grandes
rebeliones y guerras campesinas, hasta que triunfaron las revoluciones
burguesas. No le fue fácil a la burguesía mantener su poder, sufrió repetidas
restauraciones monárquicas. Y siglos también le llevó a la burguesía imponer su
dictadura de clase.
Lo mismo ha sucedido en la lucha contra el capitalismo, con las
revoluciones proletarias con sus triunfos y derrotas.
Por eso, en la lucha por el socialismo, cobra gran importancia el nuevo
y superior desarrollo teórico del marxismo: la teoría de la continuación de la
revolución en las condiciones de la dictadura del proletariado, de Mao Tsetung.
Y la práctica que inspiró y de la que a su vez se nutrió esa teoría, la
Revolución Cultural proletaria, que dio respuesta a qué hacer cuando la clase
obrera toma el poder para que no degenere el socialismo y se restaure el
capitalismo.
El revisionismo del marxismo–leninismo, que coronó su trabajo de zapa en
el 20 Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética, generó una capa
burocrática que utilizó sus privilegios políticos para generar privilegios
económicos y sociales. Hoy Rusia está gobernada por 110 grandes millonarios. La
mayoría de ellos son viejos burócratas de la época anterior.
Las dos preguntas que se formuló Mao Tsetung fueron: ¿Podía suceder en
China lo que sucedió en la URSS? Y ¿Existían en el PC de China seguidores del
camino capitalista como los que hubo en el Comité Central del PCUS? La
respuesta fue sí. El problema era que estaba desatada una lucha por el poder
entre los verdaderos comunistas y los seguidores del camino capitalista.
Con la derrota de la Revolución Cultural en 1978, después de más de 10
años de lucha y luego de la muerte de Mao, se cerró una etapa del desarrollo
del movimiento revolucionario del proletariado mundial.
Una etapa en la que en un momento la clase obrera tomó el poder y tuvo
“la sartén por el mango” en la tercera parte de la tierra. Hoy China, como
dijimos, se ha convertido en “la locomotora del sistema capitalista mundial”,
así la llaman. Se demuestra, así, que el tránsito al comunismo con su
dialéctica de luchar, fracasar; volver a luchar, volver a fracasar; hasta
triunfar, cubrirá toda una etapa histórica.
Conocimos el comunismo triunfante en la tercera parte de la tierra.
También tuvimos la suerte de conocer Cuba en 1959, cuando triunfó la Revolución
Cubana, la primera revolución “hablada en castellano”, antes que degenerara al
igual que los otros países que fueron socialistas.
Nosotros fuimos contemporáneos y conocimos al Che. Conocimos la China de
la Revolución Cultural y conocimos todos esos países, cuando se restauraba en
ellos el capitalismo.
Un mensaje a los revolucionarios
¿Qué mensaje podemos dejar hoy a los revolucionarios, especialmente a
los jóvenes, cuando una profunda oleada anticomunista invade al mundo y provoca
escepticismo? Un profundo escepticismo.
Cuando se quiere transformar al trotskismo en doctrina legítima para el
triunfo de la revolución. Tienen página permanente en Clarín y otros medios.
Cuando en Google, buscando imágenes de Hitler y Musolini, te ponen
juntos a Hitler, Musolini y Stalin. A Stalin, que cometió tremendo errores, no
voy a decir que no. ¡Pero Stalin dirigió al ejército que aplastó al
nazifascismo en la Segunda guerra mundial!
San Martín venció en Maipú. Aníbal cruzó los Pirineos y ganó las Guerras
Púnicas. César cruzó el Rubicón, Napoleón ganó grandes batallas ¿y el ejército
que ganó la guerra más grande de la historia, en la que murieron 20 millones de
soviéticos, no lo dirigió nadie? Como dijo el tonto de Jruschov, que Stalin
dirigió esa guerra con un globo terráqueo. Stalin, dirigiendo el Ejército Rojo,
fue el que derrotó al fascismo. No se puede poner su foto al lado de la Hitler
y Mussolini, cuando Stalin fue quien los derrotó, para suerte de todos nosotros.
Imagínense como sería el mundo si el fascismo hubiera triunfado a escala
mundial. Pero nos bombardean mañana, tarde y noche.
¿Qué mensaje les podemos dejar a los revolucionarios, en particular a
los jóvenes? Que estudien el marxismo–leninismo–maoísmo, como ciencia de la
revolución y para aprender también la posición y el método que adoptaban los
fundadores de nuestra doctrina para examinar y resolver los problemas. Además
estudiar nuestro patrimonio histórico, para integrar esa teoría a la realidad
nacional, con sus características propias y de acuerdo a cada momento político.
Porque no hay recetas para copiar. Tenemos que seguir construyendo un
Partido capaz de dirigir la revolución que nuestro país necesita.
Hoy, si nos preguntan si vale la pena luchar por el comunismo, les
decimos –con la misma fuerza y convicción con la que comenzamos esta lucha hace
muchos años– que sí, que no hay otro camino para lograr la liberación de los
explotados y oprimidos por el capitalismo, que la lucha por el comunismo. Lucha
que será muy larga y dura, pero que triunfará.
Tras los cerrados aplausos que rubricaron las palabras de Otto Vargas,
luego de un cuarto intermedio el secretario del PCR contestó preguntas del
público, y convocó a la asistencia a las restantes charlas del ciclo del
Instituto Marxista Leninista Maoísta.
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