Pese a la propaganda triunfalista rusa Alepo aun
resiste
por Quibian Gaytan
Después
de un mes de durísimos combates la
Coalición de tropas intervencionistas extranjeras, bajo la dirección de la
superpotencia imperialista rusa, en los territorios bajo control de la Coordinadora
del Ejército de Alepo -unas coalición de las tropas de ISIS, Al Nusra y otras
agrupaciones político-militares árabes y kurdas- al parecer se han posesionado de
los barrios del este de dicha estratégica ciudad. El mando ruso inmediatamente
ha proclamado triunfalista “la toma de dichos barrios, la <liberación de
Alepo> y la derrota estratégica de los combatientes yihadistas”.
Sobre
la base de esta supuesta victoria militar, el Kremlin ha puesto en movimiento
toda su maquinaria de desinformación, así como a todas sus huestes de papagayos
en el mundo. “La victoria de las tropas de al-Assad cambian la correlación de
fuerzas” en Siria y Medio Oriente, proclaman eufóricos. ¡Sueñan!
Sueñan,
porque, si es cierto que el destino de Alepo está sellado, no menos cierto es
el hecho de que la verdadera manzana de la discordia entre las superpotencias
imperialistas, inmediato objetivo estratégico de los agresores imperialistas y
sus aliados externos e internos, resulta ser Raqa, capital del Estado Islámico.
Si
en el combate por Alepo hemos visto como se han manifestados las
contradicciones interiimperialistas, su carrera desenfrenada por ver a quién le
tocaba tomarla, sus zancadillas y mutuos obstaculizamientos; sus complicidades –recordar
que entre los diversos imperialismos nacionales, además de sus rencillas y
luchas, existe una relativa solidaridad interiimperialista- al taparse mutuamente
sus brutalidades, bombardeos masivos, sus matanzas en masas de civiles que
dicha “política de tierra quemada” provoca; en fin ocultando o minimizando que
es a un pueblo entero al que se está destruyendo en esta criminal guerra de
agresión y rapiña, no a un puñado de “terroristas” aislados de las masas del
país. Pero, lo que no pueden ocultar es el hecho de que no son bandas
terroristas desarticuladas y desorganizadas que les combaten, sino a un ejército nacional a toda
reglas formado y que se beneficia del apoyo de una gran mayoría de la población árabe y
musulmana.
En
fin, que podrán derrotar a un destacamento militar yihadista, tomar una ciudad,
aún de importancia política o militar especial, pero, lo que ya es evidente, no
podrán jamás aniquilar la guerra de resistencia nacional del pueblo sirio.
Eso
es lo que estamos viendo, aún, tras la conquista rusa de los barrios este de
Alepo. Pese a toda la fanfarria triunfalista de la propaganda rusa, pese a los
falsos e hipócritas clamidos de la Coalición imperialista rival, encabezada por
USA y la OTAN, respecto al “humanitarismo”, la resistencia de los combatientes
yihadistas continúa.
Informaciones
provenientes de la ciudad de Alepo, del 24 del corriente, anuncian la
eliminación de 58 elementos de las fuerzas armadas colaboracionistas de
al-Assad en el transcurso del estallido de minas terrestres en los barrios de
Sekkari y Ansari. Entre los soldados eliminados se encuentran de Hesbolah y
milicianos de lso comités al-Taafish provenientes de reclutados en Alepo,
Homs y de la costa de Siria.
El
mando ruso y sus voceros socialcolonialistas prorrusos podrán seguir proclamando
el fin de la guerra de resistencia nacional árabe y musulmana, pero los hechos
hablan de otra cosa. ¡El imperialismo, capitalismo en su fase agonizante, no
está en capacidad de aplastar las guerras populares de liberación nacional
antiimperialistas, hoy dirigidas por los comunistas, como tampoco a las guerras
de resistencia antiimperialistas encabezadas por fuerzas políticas aún
no-proletarizadas!
El
imperialismo ruso y sus aliados, autoproclamándose vencederos, realmente, se han colocado en la situación del viejo cuento: “¡He cazado un oso!”. ¡Tráetelo para acá! ¡Es
que no se deja amarrar!”.
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