Scalfari en su
"República" avanza la propuesta de reconocer al Estado Islámico y
negociar con él
En su editorial semanal publicado en víspera de Navidad, el
fundador de "La República", Eugenio Scalfari, ha avanzado una interesante
propuesta en relación con el conflicto entre los países imperialistas y el
Estado Islámico. Describiendo una
situación que él define dramática en las periferias urbanas europeas, sacudidas
por los problemas de la inmigración, de la lucha de clases "mucho más
viciosa que en el pasado" y del terrorismo debido a los "combatientes
extranjeros" de retorno de los territorios
controlador por el ES, Scalfari se hace hincapié en que "una situación de
esta gravedad creciente nunca se había visto", agregando que "deriva
probablemente de la sociedad global que tiene diez años y aumenta ojos vista."
Y es en este
punto, del todo inesperadamente, que avanza su propuesta: "No es fácil de
poner fin a la guerra con el Califato. En
mi opinión sólo hay dos modos: se puede arribar hasta un negociado con los
Jefes ISIS y ofrecer de reconocerlo como
un Estado verdadero y propio, con sus límites territoriales, su gobierno, su
neutralidad, su economía, teniendo como correspondiente el final del
terrorismo. En teoría, una
elección de este tipo sería una solución de gran interés, pero debe ser
ofrecida por todas las potencias mundiales, lo cual es absolutamente
imposible."
El terrorista imperialismo italiano nuevamente por la senda de Mussolini |
Después de haber avanzado y súbito descartado esta primera alternativa,
Scalfari pasa a ilustrar la segunda, que es diametralmente opuesta:
"Combatir al Califato con una verdadera y propia guerra territorial de
todas las Potencias con una forma militar constituida, con su propio mando, sus
propias tropas, sus propios medios de guerra, del tipo de la OTAN pero más
ampliada a los Estados interesados. Incluso
esta, sin embargo - admite Scalfari - es una solución más teórica que real. ¿Es imaginable una OTAN formada por
todos los países de Europa, los EE.UU., Rusia, de todos los países del Medio Oriente
musulmán? No, no lo es". Todo lo que queda es - es su
conclusión - que continuar con la guerra actual ", tal vez reforzando
aquel núcleo que Occidente ha puesto en juego, pero que así, como está, resulta
muy ineficaz."
Romper la espiral de guerra imperialista-terrorismo
Este razonamiento, en parte, en negrilla y bastardilla y contradictoria
del fundador de la "República", probablemente refleja las
interrogantes que las mismas cancillerías europeas y sus asesores políticos y
militares se están poniendo en este momento,
no sin contradicciones inclusive a su interno y entre los unos y los otros, más
allá de la fachada oficial de granítica unidad en la lucha "sin cuartel” al
Estado Islámico que exhiben de cara a la respectiva opinión pública.
Es en efecto siempre más evidente, hecho, como lo demuestra el
reciente atentado terrorista en Berlín, el asesinato del embajador ruso en
Ankara y la matanza de Año Nuevo en Estambul, a la cual va agregado el probable
atentado al avión ruso estrellado en el Mar Negro, que la espiral infinita de
guerra imperialista-terrorismo no tiene solución y puede devenir siempre más devastante
y sangrienta, si no se le rompe de la única forma que realmente puede ser
interrumpida, como lo admite Scalfari: tratar con el Estado Islámico,
reconociendo su legítima aspiración de gobernar en paz su propio territorio a
cambio del cese de la exportación del terrorismo, retirar todos los ejércitos
imperialistas de Oriente Medio y del Norte de África.
Eso es lo que el PMLI y "El bolchevique" han sostenido
inescuchados desde que esta espiral comenzó con los mortales bombardeos
imperialistas sobre las rocafuertes de ISIS en Siria e Irak, a los cuales han
seguido en represalia los ataques de los
combatientes islámicos en los mismos países imperialistas agresores, a partir
de la sangrienta ataque a la redacción del semanario satírico de tendencia
anti-islámica "Charlie Ebdo" en París. Desde entonces no se cuentan los
ataques terroristas de los afiliados solitarios y organizados de la ISIS en
Europa, Turquía e incluso los Estados Unidos, Canadá y Australia, en respuesta
a los cada vez más intensos e indiscriminados bombardeos de las potencias
imperialistas occidentales y de Rusia en
Siria, Irak, Afganistán y Libia.
Una solución no más “innominable”
En el pasado ya hubo
alguien que había empezado a tener en cuenta la propuesta de poner fin a esta lamentable espiral aceptando una tratativa con el EI,
como por ejemplo el periodista Massimo Fini y, en menor medida, el ex general
Fabio Mini desde columnas de "El diario". Que hoy en día en hacerlo sea también
Scalfari, notoriamente vecino al Papa Bergoglio y justo en la víspera de
Navidad, con un editorial del título que liga extrañamente dos extremos
aparentemente opuestos ( "De la guerra al ISIS al sentido de la Navidad
cristiana"), hace pensar que soterradamente la propuesta "innominable"
de una tratativa de paz con todas las fuerzas sobre el terreno, Estado Islámico
comprendido, comienza a ser tomado en cuenta inclusive en altos niveles políticos como la única forma de
salir de la espiral de la guerra imperialista-terrorismo. Por lo menos en el
Vaticano, donde es fuerte la preocupación por la recaída sobre los cristianos
de la guerra al Islam desencadenada por las potencias imperialistas.
Combatientes yihadistas antiimperialistas |
El mismo Scalfari, aunque no osando a sostener hasta el fondo esta
propuesta que considera "una solución de gran interés", y de hecho retrotrayéndose
casi asustado porque cree impensable que las potencias imperialistas puedan
aceptarla, después, se contradice admitiendo tan impensable la alternativa
opuesta, es decir, en la práctica aquella de
la derrota total y definitiva del Estado Islámico en el campo militar
por obra de una Santa Alianza
Imperialista Mundial. No menos
contradictoria y sin esperanza aparece su conclusión final, es decir, que ya no
queda más remedio que continuar con la actual guerra, tal vez intensificándola. Solución en la que no parece creer él por
primero y por su misma admisión "es muy ineficaz": sabiendo que una
intensificación de la guerra imperialista sólo puede conducir a un
recrudecimiento del terrorismo en el corazón de las mismas naciones europeas,
comprendida Italia, y que el costo sería de sus poblaciones inocentes.
Cancelar el viejo orden colonialista e imperialista
Así que sólo tenemos que volver a la primera propuesta: tratar con
el Estado Islámico. Reconocer el
derecho de aquella entidad a dotarse de un territorio en esa región. Retirar todas las fuerzas
imperialistas extranjeros. Y
aceptar el principio de la redefinición de las estructuras geográficas y
políticas en Oriente Medio sobre la base de la diversidad étnica, histórica,
cultural y religiosa de su gente y su autodeterminación, la superación de los
límites anacrónicas y divisorias trazadas por las potencias imperialistas y
colonialistas occidentales después de la 1ª Guerra mundial.
Sólo así será posible romper la espiral guerra imperialista-terrorismo
y dejar de llorar a las víctimas inculpables de las represalias
terroristas en Europa, una consecuencia directa de los crímenes que el
imperialismo hace todos los días en Siria, Irak, Afganistán y Libia. Y en este sentido el pueblo italiano
deben exigir con fuerza al gobierno Gentiloni de retirar los contingentes
militares italianos en Irak, Libia y Afganistán, de no permitir que los EE.UU.
pueda utilizar la base de Sigonella para sus incursiones en el Medio Oriente, de
salir de la Coalición internacional contra el Estado islámico, a reconocer el
EI y negociar con él, de declarar su neutralidad en la controversia, aún armada,
entre los Estados sunitas y chiítas miembros, de acoger, respetar, asistir y
ayudar a los migrantes, en particular por trabajo, la casa, la salud y la
educación. De lo contrario, sea considerado
responsable a partir de ahora de cualquier ataque terrorista que pueda
sobrevenir a la población civil.
(Artículo de "El
bolchevique", órgano del PMLI, núm. 2/2017)
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