Marzo de 2017
CONTINÚA LA FARSA ELECTORAL
FORTALECER EL BOICOT A LAS ELECCIONES BURGUÉS-TERRATENIENTE
30.270 uniformados de la policía. 16.000 miembros de unidades
especializadas (GIR, GOE, GEMA, Etc.); 3100 patrulleros, 5.340 motos, 12
helicópteros, 3 avionetas, una ambulancia aérea. 47.000 militares, 3700 cámaras
de seguridad; 664 voluntarios de la Cruz Roja,… es decir, todo el inventario
represivo del país al servicio de la democracia.
Y no, no estamos en guerra con otro país, solo es para “garantizar”
la seguridad en las elecciones”.
¿Son tan vulnerables las elecciones?, o, ¿es la única manera de que
los comicios se puedan realizar sin que sea constreñido o impedido por la
acción consiente de las masas? Tenemos la certeza de que las dos cosas.
Son ilegítimas, porque tanto la democracia como las elecciones
tienen carácter de clase y están diseñadas para que la clase dominante detenga
el poder. Como toda expresión de poder tiene sustento en la fuerza, en la
imposición, en la coerción. De igual forma, de no haber obligatoriedad en el
voto y otro tipo de medidas “punitivas” con toda seguridad las elecciones no
podrían ser llevadas a cabo porque es evidente que las masas ya están hartas de
este esperpento de la vieja democracia que no refleja la verdadera voluntad de
las mayorías y mucho menos, que responda a sus intereses.
Terminó la primera vuelta electoral. Como era de esperarse, la pugna
inter burguesa expuesta en el representante del régimen, Lenin Moreno
(burguesía burocrática) y Guillermo Lasso, (representante de la burguesía
compradora), tendrá que dirimirse el 2 de abril en una segunda vuelta
electoral.
Pocas veces hemos asistido a un proceso donde las contradicciones
inter burguesas se hayan mostrado de una manera tan hostil y en un ambiente
agresivo, incisivo, precario, corrupto e imperativo en relación a los procesos
anteriores. De manera particular el uso de las llamadas “redes sociales” le ha
impreso un ingrediente especulativo que ha terminado por desconcertar a la
mayoría de la población.
Pero hay que entender que si
hoy, quizá más que ayer, el proceso electivo ha estado lleno de
irregularidades, pensar que éste pueda ser “perfectible” -como sostienen las
autoridades del CNE- sería una aspiración propia de bribones.
La derecha más recalcitrante del país grita: ¡fraude! La izquierda
revisionista haciendo eco replica la denuncia y vocifera: ¡fraude! El régimen
con la misma resonancia se suma al grito de ¡fraude! Es decir, todos los
actores políticos del viejo estado consideran que su instrumento electivo es
fraudulento. Y es que acaso, si de por medio no hay irregularidades o fraude,
las elecciones recobran algún grado de validez (?)¡No!, sigue siendo un
instrumento, una herramienta de la caduca democracia para someter a las grandes
mayorías.
El proceso por su propia naturaleza es corrupto, porque la
corrupción es panacea en los países semifeudales y semicoloniales. Es de clase,
porque sirve a los intereses de la dictadura burgués-terrateniente; es demagogo
y mentiroso, porque es un verdadero circo donde los payasos son los que juegan
con el destino de millones de personas. Es criminal, porque trafica con el
hambre, la desocupación, la miseria y las expectativas de las masas.
Pero veamos. Podemos entender a los candidatos oficialistas y de
oposición emitir sus desesperados pronunciamientos populistas por cooptar el
voto de las masas para que los entarime ya sea en la presidencia como en la
asamblea y den continuidad con el magro proceso de explotación, opresión y
persecución de las masas. El sistema de gobierno es así, la democracia
burgués-terrateniente opera así, es su naturaleza, convocan a las masas para
hacerles creer que van a elegir a sus gobernantes, a sus dignatarios.
Sin embargo hay que decirlo, nuestra capacidad de asombro queda
corta ante la estupidez que han mostrado ciertos dirigentes políticos de la
llamada izquierda del Ecuador aherrojada a las elecciones burguesas.
Si bien cierto la primera vuelta la ganó el candidato oficialista
con 39, 35 % de los votos hábiles y Lasso quedó segundo conel 28, 10%, los
perdedores absolutos de la contienda burguesa ha sido una vez más el
revisionismo, que bajo su sombra va dejando una profunda huella de desconcierto,
desencanto y desde luego, de desatinos históricos que de frente a la revolución
deberán asumir su responsabilidad con creces.
La unidad dela izquierda que aupó a militantes dela llamada Unidad
Popular (MPD); Pachakutik, socialistas, miristas la izquierda democrática y
otros, ha tenido que recibir con cierta resignación el rechazo popular a su cancina
y rastrera demagogia de traficar las luchas del pueblo en las ánforas. No
alcanzaron ni el 7% de la votación final (4% de la votación universal) Pero no contentos
con terminar a la cola de la burguesía y los terratenientes representados por
el general retirado Paco Moncayo, miembros de esta coalición
revisionista-oportunista como Lourdes Tibán, Carlos Pérez G. y G. Atarihuana han
salido prestos a apoyar a la candidatura de Lasso, del banquero, del chulquero,
para la segunda vuelta electoral.
Y ojo, no queremos decir con esto que si apoyaran a Lenin Moreno las
cosas fueran diferentes, tan solo queremos graficar la manera cómo operan o
manejan sus valoraciones ideológicas y cómo con ellas arrastran a nuestro
pueblo a transitar sus ocursos vericuetos.
Ese es el oportunismo enquistado en filas del pueblo, quizá más
nocivo que la influencia que tienen actores políticos como los dos candidatos
presidenciales, pues ellos vienen de frente con su discurso afable con el viejo
estado, afable con el imperialismo, no vienen con polleras o poncho, o con
puños levantados declamando “revolución” desde las urnas. Estos podridos
izquierdistas oportunistas, revisionistas, vienen solapados en el anaco, en el
sombrero, entonando cánticos y consignas revolucionarias que en sus hocicos de hiena
se vuelven huecos, carentes de sentido, sin alma, verdaderos cañonazos de pólvora
mojada.
No obstante, lo digno de resaltar es que el ausentismo ha sido
importante, es decir, el elemento consiente del pueblo ya se resiste a
participar de este magro proceso.
Además del ausentismo, sin que sea lo esencial, también se
incrementó el voto nulo y en blanco, y es que hay que entender esta dinámica.
NO VOTAR es la consigna fundamental, hacer todo porque impedir que las
elecciones se lleven a cabo. Esto es un problema de principios, que no puede
estar en cuestión bajo ningún punto de vista. Lo “otro”, anular el voto o votar
en blanco, sigue empujando a las masas a las ánforas para avalar o validar la
vieja democracia.
Desde luego que entendemos que en muchos de los casos (sino la
mayoría) votar nulo o en blanco responde a un intento por obviar la importante
sanción económica que implica no asistir a las urnas y poder contar con el
certificado de votación, y eso, sin que sea lo correcto, ya dice bastante. El
18%, de la población electoral NO ASISTIÓ A LAS URNAS. Este porcentaje que NO
VOTÓ es el tercer resultado más importante en términos cuantitativos en relación
al universo de votantes. Si se le suman el 9,7% de votos en blanco y nulos,
casi el equivalente a los votos que sacó Lasso en las elecciones. Todo esto
refleja la poca o ninguna credibilidad que tienen las masas en el rancio,
purulento y desgastado proceso electoral.
Ahora, de cara al 2 de abril los dos bandos burgueses han dispuesto
su estrategia de campaña. Se nos viene de nuevo otro desate de mentiras,
acusaciones mutuas, populismo y más del circode siempre.
También se nos viene la campaña del revisionismo que perdido en las
elecciones apuran esfuerzos para que las masas castiguen al régimen o convocar
al voto blanco o nulo. Hacerlo es igual, oportunismo. No tiene validez alguna
la convocatoria a votar nulo porque es el “mal menor”, también es una cosa de bellacos,
convocan a las masas a que utilicen las ánforas para castigar a los
“politiqueros”. De esa manera las elecciones y la democracia se vuelventan
“dúctil” hasta para eso, para que se azoten entre ellos, los electoreros.
Además, el voto nulo siempre sirve a un candidato, en este caso, al del
régimen, al del fascista, porque “baja” el techo de votos universales en su
porcentaje y con el 39,35% de votos válidos que obtuvo en la primera vuelta,
los votos válidos por conquistar son menores. Es decir, de una u otra manera,
votando en blanco o anulando el voto seguimos metidos en la perorata electorera
y validando la vieja democracia.
Vamos a profundizar la campaña de concienciación de las masas con el
NO VOTAR. Vamos a denunciar de manera más decidida el carácter de clase que
tiene las elecciones y la vieja democracia. Vamos a insistir en hacer lo que
esté en nuestro alcance por perturbar, y de ser posible, impedir las
elecciones.
¡NO VOTAR, PREPARAR LA GUERRA POPULAR!
¡NO VOTAR, DESENMASCARAR A LOS QUE TRAFICAN CON LA
MISERIA DEL PUEBLO!
¡NO VOTAR, DESENMASCARAR AL OPORTUNISMO Y AL
REVISIONISMO!
¡VOTAR NULO O BLANCO AVALA EL PROCESO ELECTORAL
BURGUÉS-TERRATENIENTE Y CON ÉL, LA VIEJA DEMOCRACIA!
¡REMATAR LAS CAMPAÑA POR EL NO VOTAR!
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