El Gran Sol Rojo del Amanecer

martes, 1 de mayo de 2018

Reflexiones biográficas alrededor de Carlos Marx



Karl Marx
por: Pablo Martinez

Procedente de una familia judía de clase media; nace en la ciudad de Tréveris, Prusia occidental, un 5 de mayo de 1818, muere en Londres, 1883. Realizó estudios en las Universidades de Bonn, de Humboldt en Berlín y Friedrich Schiller en Jena, esta última en la cual se doctoro en filosofía por en 1841. En 1843 se casó con Jenny von Westphalen, cuyo padre inició a Marx en el interés por las doctrinas racionalistas de la Revolución francesa y por los primeros pensadores socialistas. Convertido en un demócrata radical, Marx trabajó algún tiempo como profesor y periodista; pero sus ideas políticas le obligaron a dejar Alemania e instalarse en París en 1843.

Pensador, escritor, y activista revolucionario su obra filosófica ha tenido una gran consecuencia histórica en hechos tan relevantes para la humanidad desde la Revolución Rusa de 1917, la Gran Revolución Cultural Proletaria en China de 1966 a 1976, la guerra popular revolucionaria y antiimperialista en Vietnam, las diversas guerras populares revolucionarias en América Latina, en África, Asia, etc., hasta la caída del muro de Berlín en 1989, y aún hoy su legado intelectual, revolucionario mantiene la vigencia, su preclara actitud científica en el análisis de la realidad de entonces y su osadía en proyectar los cambios a futuro y el posterior desarrollo de las fuerzas del mercado y la necesidad del proletariado en armarse de herramientas de conocimiento para entender esa realidad y cambiar la correlación de fuerzas dentro de esa contradicción de lucha de clases para poder crear estrategias frente a una inevitable confrontación de intereses radicalmente opuestos.

Para el años de 1845 es expulsado de Francia y termina refugiándose en Bruselas, luego pasa una breve estancia en Colonia, allí brinda su apoyo a las luchas radicales durante la Revolución alemana de 1848, y luego se traslada a Londres, desde donde desarrolló a partir de 1849 la mayor parte de su obra escrita. Su dedicación a la causa del socialismo le hizo sufrir grandes dificultades materiales, superadas gracias a la ayuda económica de Engels.

Marx partió de la crítica a los socialistas anteriores, a los que calificó de utópicos, aunque tomó de ellos elementos de su pensamiento, como los de Saint-Simón, o Robert Owen o Charles Fourier, de los cuales pensaba se habían limitado a imaginar cómo podría ser la sociedad ideal del futuro y que estos se limitaban a esperar que su implantación resultara del convencimiento general y del ejemplo de unas pocas comunidades modélicas.

Marx desarrollo una amistad con Friedrich Engels, que quedará manifiesta en múltiples colaboraciones intelectuales y políticas. Marx al igual que Engels plantean un socialismo científico, basado en la crítica sistemática del orden establecido y el descubrimiento de las leyes objetivas que conducirían a su superación; al contrario dicen que será la fuerza de la revolución y no el convencimiento pacífico ni las reformas graduales, el medio para acabar con la explotación del hombre por el hombre, y la apropiación gratuita por parte de quienes poseen los medios de producción, del fruto del trabajo adicional y, a veces, de parte del trabajo necesario de los productores directos por la llamada civilización burguesa.

En 1848, a petición de una organización revolucionaria clandestina -primeramente denominada Liga de los Justos o de los Justicieros; la cual luego se llamó Liga Comunista- formada por emigrantes alemanes, Marx y Engels plasmaron tales ideas en el Manifiesto del Partido Comunistaun panfleto de retórica incendiaria situado en el contexto de las revoluciones europeas de 1848.

En su estancia en Inglaterra, Marx avanza en el estudio de la economía política clásica y, apoyándose fundamentalmente en el modelo de David Ricardo, construyó su propia doctrina económica, que plasmó en El capital; de esa obra monumental sólo llegó a publicar el primer volumen en 1867, los dos restantes serán editados luego de su muerte por Federico Engels, poniendo en orden los manuscritos preparados por Marx.

A partir del análisis de la doctrina clásica, según la cual sólo el trabajo humano produce valor, Marx señaló la explotación del trabajador, patente en la extracción de la plusvalía, es decir, la parte del trabajo no pagada al obrero y apropiada por el capitalista, de donde surge la acumulación del capital. Denunciaba con ello la esencia injusta, ilegítima y violenta del sistema económico capitalista, en el que veía la base de la dominación de clase que ejercía la burguesía.

"Dudo que nadie haya escrito tanto sobre el dinero teniendo tan poco".
Karl Marx, refiriéndose a, El capital

En sus análisis aseguraba que el capitalismo tenía carácter histórico, como cualquier otro sistema, y no respondía a un orden natural inmutable como habían pretendido los clásicos: igual que había surgido de un proceso histórico por el que sustituyó al feudalismo, el capitalismo estaba abocado a hundirse por sus propias contradicciones internas, dejando paso al socialismo. La tendencia inevitable al descenso de las tasas de ganancia se iría reflejando en crisis periódicas de intensidad creciente hasta llegar al virtual derrumbamiento de la sociedad burguesa; para entonces, la lógica del sistema habría polarizado a la sociedad en dos clases contrapuestas por intereses irreconciliables, proletarios y burgueses, de tal modo que las masas proletarizadas, conscientes de su explotación, acabarían protagonizando la revolución que daría paso al socialismo.
Luego en otras de sus obras completó esta base económica de su razonamiento con otras reflexiones de carácter histórico y político: precisó la lógica de lucha de clases que, en su opinión, subyace en toda la historia de la humanidad y que hace que ésta avance a saltos dialécticos, resultado del choque revolucionario entre explotadores y explotados, como resultado inevitable de la contradicción entre el desarrollo de las fuerzas productivas y la rigidez a la que se someten las relaciones sociales de producción.
De tal manera señalo por tanto como objetivo último de la revolución socialista, la emancipación definitiva y global del hombre a través de la abolición de la propiedad privada de los medios de producción, que era la causa de la alienación de los trabajadores, completando así la emancipación meramente jurídica y política realizada por la revolución burguesa. Sobre esa base, Marx apuntaba hacia un futuro socialista entendido como realización plena de las ideas de libertad, igualdad y fraternidad, como fruto de una auténtica democracia; la dictadura del proletariado.



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Datos personales

periodista obrero. Comunista (marxista-leninista). Antiimperialista, anticapitalista y antimilitarista.