Karl
Marx
por:
Pablo Martinez
Procedente
de una familia judía de clase media; nace en la ciudad de Tréveris,
Prusia occidental, un 5 de mayo de 1818,
muere en Londres, 1883. Realizó estudios en las Universidades de
Bonn, de Humboldt
en Berlín y Friedrich
Schiller en Jena,
esta última en la cual se doctoro en filosofía por en 1841. En
1843 se casó con Jenny von Westphalen, cuyo padre inició a Marx en
el interés por las doctrinas racionalistas de la Revolución
francesa y por los
primeros pensadores socialistas. Convertido en un demócrata radical,
Marx trabajó algún tiempo como profesor y periodista; pero sus
ideas políticas le obligaron a dejar Alemania e instalarse en París
en 1843.
Pensador, escritor, y
activista revolucionario su obra filosófica ha tenido una gran
consecuencia histórica en hechos tan relevantes para la humanidad
desde la Revolución Rusa de 1917, la Gran Revolución Cultural
Proletaria en China de 1966 a 1976,
la guerra popular revolucionaria y antiimperialista en Vietnam, las
diversas guerras populares revolucionarias en América Latina, en
África, Asia, etc., hasta la caída del muro de Berlín en
1989, y aún hoy su legado intelectual, revolucionario mantiene la
vigencia, su preclara actitud científica en el análisis de la
realidad de entonces y su osadía en proyectar los cambios a futuro y
el posterior desarrollo de las fuerzas del mercado y la necesidad del
proletariado en armarse de herramientas de conocimiento para entender
esa realidad y cambiar la correlación de fuerzas dentro de esa
contradicción de lucha de clases para poder crear estrategias frente
a una inevitable confrontación de intereses radicalmente opuestos.
Para
el años de 1845 es expulsado de Francia y termina refugiándose en
Bruselas, luego pasa una breve estancia en Colonia, allí brinda su
apoyo a las luchas radicales durante la Revolución alemana de 1848,
y luego se traslada a Londres, desde donde desarrolló a partir de
1849 la mayor parte de su obra escrita. Su dedicación a la causa
del socialismo le hizo sufrir grandes dificultades materiales,
superadas gracias a la ayuda económica de Engels.
Marx
partió de la crítica a los socialistas anteriores, a los que
calificó de utópicos, aunque tomó de ellos elementos de su
pensamiento, como los de Saint-Simón,
o Robert
Owen o Charles
Fourier, de los cuales
pensaba se habían limitado a imaginar cómo podría ser la sociedad
ideal del futuro y que estos se limitaban a esperar que su
implantación resultara del convencimiento general y del ejemplo de
unas pocas comunidades modélicas.
Marx
desarrollo una amistad con Friedrich
Engels, que quedará
manifiesta en múltiples colaboraciones intelectuales y políticas.
Marx al igual que Engels plantean un socialismo científico, basado
en la crítica sistemática del orden establecido y el descubrimiento
de las leyes objetivas que conducirían a su superación; al
contrario dicen que será la fuerza de la revolución y no el
convencimiento pacífico ni las reformas graduales, el medio para
acabar con la explotación del hombre por el hombre, y la apropiación
gratuita por parte de quienes poseen los medios de producción, del
fruto del trabajo adicional y, a veces, de parte del trabajo
necesario de los productores directos por la llamada civilización
burguesa.
En
1848, a petición de una organización
revolucionaria clandestina -primeramente
denominada Liga
de los Justos o de
los
Justicieros; la
cual luego se llamó Liga
Comunista-
formada por emigrantes alemanes, Marx y Engels plasmaron tales ideas
en el Manifiesto
del
Partido
Comunista, un
panfleto de retórica incendiaria situado en el contexto de las
revoluciones europeas de 1848.
En
su estancia en Inglaterra, Marx avanza en el estudio de la economía
política clásica y, apoyándose fundamentalmente en el modelo
de David
Ricardo,
construyó su propia doctrina económica, que plasmó en El
capital; de
esa obra monumental sólo llegó a publicar el primer volumen en
1867, los dos restantes serán editados luego de su muerte por
Federico
Engels,
poniendo en orden los manuscritos preparados por Marx.
A
partir del análisis de la doctrina clásica, según la cual sólo el
trabajo humano produce valor, Marx señaló la explotación del
trabajador, patente en la extracción de la plusvalía, es
decir, la parte del trabajo no pagada al obrero y apropiada por el
capitalista, de donde surge la acumulación del capital. Denunciaba
con ello la esencia injusta, ilegítima y violenta del sistema
económico capitalista, en el que veía la base de la dominación de
clase que ejercía la burguesía.
"Dudo
que nadie haya escrito tanto sobre el dinero teniendo tan poco".
Karl
Marx, refiriéndose a, El capital
En
sus análisis aseguraba que el capitalismo tenía carácter
histórico, como cualquier otro sistema, y no respondía a un orden
natural inmutable como habían pretendido los clásicos: igual que
había surgido de un proceso histórico por el que sustituyó al
feudalismo, el capitalismo estaba abocado a hundirse por sus propias
contradicciones internas, dejando paso al socialismo. La tendencia
inevitable al descenso de las tasas de ganancia se iría reflejando
en crisis periódicas de intensidad creciente hasta llegar al virtual
derrumbamiento de la sociedad burguesa; para entonces, la lógica del
sistema habría polarizado a la sociedad en dos clases contrapuestas
por intereses irreconciliables, proletarios
y burgueses,
de
tal modo que las masas proletarizadas, conscientes de su explotación,
acabarían protagonizando la revolución que daría paso al
socialismo.
Luego
en otras de sus obras completó esta base económica de su
razonamiento con otras reflexiones de carácter histórico y
político: precisó la lógica de lucha de clases que, en su opinión,
subyace en toda la historia de la humanidad y que hace que ésta
avance a saltos dialécticos, resultado del choque revolucionario
entre explotadores y explotados, como resultado inevitable de la
contradicción entre el desarrollo de las fuerzas productivas y la
rigidez a la que se someten las relaciones sociales de producción.
De
tal manera señalo por tanto como objetivo último de la revolución
socialista, la emancipación definitiva y global del hombre a través
de la abolición de la propiedad privada de los medios de
producción, que era la causa de la alienación de los trabajadores,
completando así la emancipación meramente jurídica y política
realizada por la revolución burguesa. Sobre esa base, Marx apuntaba
hacia un futuro socialista entendido como realización plena de las
ideas de libertad, igualdad y fraternidad, como fruto de una
auténtica democracia; la dictadura del proletariado.
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