El Gran Sol Rojo del Amanecer

miércoles, 29 de diciembre de 2010

IMPERIALISTAS, REVISIONISTAS Y TROTSKYSTAS, COALIGADOS, DESTROZARON YUGOSLAVIA


El Gran Sol Rojo que calienta nuestros
corazones
                              EX - Y U G O S L A V I A
           GUERRA REVOLUCIONARIA SIN REVOLUCION
Por Jorge Echazú Alvarado

Yugoslavia, ha sido desde tiempos remotos, más que una nación, una aspiración de unidad de los llamados "eslavos del sur". El estallido de las dos guerras mundiales tuvo que ver, profundamente, con el concepto de "balcanización" que ha caracterizado la inestabilidad política de la región, siempre a causa de los intereses de las potencias centrales de Europa y después de los Estados Unidos para dividir a esos pueblos y enfrentarlos entre sí.

La Segunda Guerra Mundial, a pesar de todos los destrozos y calamidades que trajo consigo a los pueblos europeos y en especial a los balcánicos, significó, también, en cierto modo, el despertar de los pueblos del sureste europeo.

La dominación y el subyugamiento de los eslavos del sur desde los tiempos de la invasión Otomana y del famoso Imperio Austro-Húngaro, provocó en el reacomodo europeo el surgimiento en todos esos países de poderosos movimientos revolucionarios que pretendían un cambio fundamental y radical en la situación de la región.

La ocupación alemana de los Balcanes en 1941, determinó, pues, una resistencia tenaz y heroica de todos esos pueblos. Desde la central Eslovenia, hasta la montañosa Albania y desde la Dalmacia adriática hasta las costas del mar Negro, los pueblos balcánicos se alzaron como un solo hombre frente a la agresión brutal de la Alemania Nazi que pretendía llegar a ser una potencia mediterránea. (¿Engels?)

Sin embargo, con el mismo criterio con el que estamos tratando cada uno de los problemas nacionales de la revolución, centramos nuestra atención en la Yugoslavia que surgió de la Segunda Guerra Mundial. Decíamos que todos los pueblos balcánicos resistieron heroicamente la brutal agresión fascista italiana primero y nazista alemana después de 1940 a 1945.

En Serbia, Bosnia-Herzegovina y Croacia la lucha antifascista se fue desarrollando paulatinamente a medida que avanzaba la agresión nazi a la Unión Soviética. En medio de las difíciles condiciones de la ocupación hitleriana, el Partido Comunista de Yugoslavia, dirigido por su líder el Mariscal Josif Broz Tito, llegó a constituir un poderoso Frente Popular y un Ejército de Liberación Nacional que sustrajo desde el principio de la guerra grandes territorios a la ocupación germana y que atrajo igualmente grandes fuerzas nazis que, de lo contrario, habrían sido utilizadas seguramente para aumentar el monumental esfuerzo de Hitler para avasallar a la Unión Soviética.

«En el territorio de Yugoslavia se dislocaban las tropas del Grupo de Ejércitos "F", compuesto por 12 divisiones, encontrándose también 5 divisiones de la Hungría de Horthy. Los efectivos globales de los ocupantes eran de casi 300 000 hombres. Además, en Yugoslavia actuaban las bandas de los traidores del pueblo yugoslavo Pavelic, Nedic, Rupnik y Mihailovic, que reunían 270.000 soldados y oficiales»  (1)

No se puede negar, en absoluto, la heroicidad y abnegación de los yugoslavos en la guerra anti-nazi, dirigidos por su partido y su jefe Tito. Con todo el derecho del mundo, a la conclusión de la guerra mundial, los aliados reconocieron ampliamente la independencia y la unidad de Yugoslavia que si bien realizo un esfuerzo fundamental en su emancipación también recibió, seamos enteramente justos, la ayuda y colaboración del Ejército Rojo.

 En este punto se debe aclarar que la contribución del Ejército Rojo a la liberación de Yugoslavia y su capital Belgrado fue también fundamental.  El Mariscal Tito escribió respecto a aquellas jornadas:

«La liberación de Belgrado, tiene para nuestros pueblos importancia histórica, especialmente porque el país de estos torturados pueblos es palestra donde vertieron conjuntamente su sangre los hijos de la gran Unión Soviética con los dignos hijos de Yugoslavia. Con ello se ha reforzado aún más la hermandad de los pueblos de Yugoslavia con los pueblos de la Unión Soviética» (2)  (Subrayado nuestro)

Con estas citas queremos relevar la enorme y solidaria cooperación que existió entre las luchas de ambos pueblos que después se resquebrajaría por motivos muy mezquinos. Por otra parte se debe aclarar el punto en torno a la participación fundamental del Ejército Rojo en la liberación de Yugoslavia y sobre todo de su capital Belgrado, pues hay tendencias nefastas que estudiaremos después, que pretenden distorsionar la realidad al punto de negar la participación soviética y sostener que Yugoslavia se liberó completamente sola del yugo fascista, algo que queda completamente claro es que ambos ejércitos lucharon codo a codo por dicha liberación.

Por otro lado, como vimos en la cita (1), durante la guerra junto a las unidades guerrilleras anti-nazis de Tito, actuaban en Yugoslavia grupos reaccionarios pro-nazis como los trístemente famosos "ustachis" de origen croata dirigidos por el "Doctor" Ante Pavelic y los "chetniks" de origen serbio de Mihailovich,  que combatían desde las espaldas a las fuerzas revolucionarias de todas las repúblicas yugoslavas, mientras simulaban "combatir" contra los nazis.

Serían precisamente esas fracciones reaccionarias y fascistas las que, azuzadas por los poderes centrales imperialistas de los Estados Unidos y Alemania, propiciarían cada una contra la otra, las conocidas "limpiezas étnicas", anti-musulmanas, anti-croatas, anti-albanesas y anti-serbias, configurando ese fenómeno abigarrado de atrocidades y crímenes étnicos que han llegado hasta los últimos tiempos y que sirven como gratuito pretexto para la agresión imperialista a todos los Balcanes como el presente de Kosovo y los bombardeos criminales de Yugoslavia (marzo-abril de 1999).

Nadie hubiera supuesto, sin embargo, que las semillas de la discordia estaban sembradas entre la Unión Soviética de Stalin y la Yugoslavia de Tito. Todos pensaban que era precisamente el Mariscal Tito uno de los jefes mundiales del comunismo preferidos de Stalin. Y, en realidad era así, empero Yugoslavia tenía, como tienen todos los pueblos del mundo, un celoso apego a la independencia que habían logrado con grandes sacrificios. Pero, por otra parte, esa independencia podía ser aun más importante si se la combinaba con la mancomunidad socialista vigorosa a la cabeza de la Unión Soviética. La verdad es que uno de los elementos de la ruptura en los dos partidos y líderes, tiene su origen en el ultra-nacionalismo que se fue haciendo evidente en la dirección yugoslava. Una incomprensión muy grande y totalmente revisionista del concepto del internacionalismo proletario.

Según el escritor español pro-titista y francamente revisionista Fernando Claudín, el primer elemento de la ruptura fue la acusación de Yugoslavia en el sentido de que los oficiales del Ejército Rojo se portaron mal y con arbitrariedad y abuso frente a la población civil yugoslava después de la finalización de la guerra. Se decía que el comportamiento de los oficiales y soldados soviéticos era inferior al de los ingleses. Escuchemos:

« A finales de 1944, después de la liberación de Belgrado, se registraron numerosos casos de violencias y abusos contra la población civil por soldados soviéticos..... La cuestión se convirtió en problema político importante y el mismo Tito, junto con los principales  dirigentes yugoslavos, tuvo que plantearlo al general Korneiev, jefe de la misión soviética... En el curso de la discusión uno de los dirigentes yugoslavos explicó que el asunto tomaba un significado político más grave por el hecho de que los miembros de la misión militar británica no cometían parecidos excesos y la población comentaba el contraste....»  (3)

No deja de ser malintencionada la cita de Claudín para pretender mostrar al Ejército Rojo como abusivo y al Ejército Británico como ejemplar. En primer lugar, en Yugoslavia no había ejército inglés alguno y la misión militar estaba compuesta por oficiales, en cambio existían unidades regulares del Ejército Rojo que precisamente habían vertido su sangre, junto a los guerrilleros para liberar Yugoslavia. Claudín, muy suelto de cuerpo, pasa por alto la diferencia. En segundo lugar es completamente falso que el Ejército Rojo hubiese cometido atropellos de consideración contra la población civil ya que en toda Europa oriental y también en Yugoslavia,  era recibido en medio de gran simpatía y entusiasmo. Están al margen las excepciones incontrolables de toda guerra. Realmente la indignación del General Korneiev resulta legítima cuando pensamos que el militarismo y colonialismo británicos, enemigos de todos los pueblos del mundo, junto al imperialismo yanqui, no pueden ni siquiera mínimamente ser comparados con el gran Ejército Rojo, vencedor del nazismo.

Claudín nos habla también de una segunda causa que habría sido el distinto punto de vista de la construcción socialista en la economía. Es cierto que la desviación revisionista ya era evidente en Yugoslavia cuando la mayoría de su dirección propiciada por Tito, preconizaba un desarrollo económico acelerado pero liberal, sin planificación que desembocaría en la famosa teoría de la autogestión que la veremos después.

Otro problema importante de ruptura fue la Unión Balcánica propuesta por Tito para anexarse Albania y Bulgaria. Stalin, en un comienzo apoyó todo criterio unionista de fortalecimiento nacional y económico de los países de Europa oriental socialista. Ese criterio fue varias veces expresado por Dimitrov y el propio Stalin. Sin embargo, cuando se hizo claro que la pretensión yugoslava era simplemente la de anexar sobre todo Albania (ver capítulo Albania de este trabajo), la cuestión cambió de carácter profundamente. La Unión Soviética denunciaría el intento como una maniobra anti-socialista.

Poco a poco, las posiciones soviética y yugoslava se iban alejando y se iba creando un ambiente de profunda hostilidad. Tito y sus aliados los renegados del socialismo Milovan Djilas, Edward Kardelj, Rankovitch y otros, comenzaron a expresarse abiertamente contra la Unión Soviética atacándola de haber "degenerado" y de haberse convertido en una "dictadura".

Stalin trató el problema con mucha mesura y responsabilidad, al contrario de lo que se sostiene por parte de todos los enemigos del socialismo y, naturalmente, también el traidor  F. Claudín en su tantas veces citada obra. El gobierno soviético considera ya al gobierno yugoslavo como un adversario y corta relaciones con él, suspendiendo toda cooperación económica y militar. Tito dirige una carta a Molotov expresándole su asombro por las medidas acordadas por los soviéticos y expresando que las relaciones con los consejeros soviéticos no sólo son buenas sino hasta fraternales y que lo que pasa es que:

«...los funcionarios yugoslavos se habían habituado a trasmitir informaciones no importa a quién (los soviéticos), a consecuencia de lo cual se han divulgado secretos de Estado que han podido caer, y a veces han caído, en manos de nuestros enemigos comunes...»  (4)

Naturalmente Stalin no podía permitir semejante acusación de que los asesores soviéticos fueran los culpables de que secretos de Estado yugoslavos fueran a caer en manos de los "enemigos comunes". ¿Quiénes eran los "enemigos comunes"? Claramente los americanos o ingleses.

Stalin responde con fecha 27 de marzo de 1949, calificando de "embusteras" y "absolutamente insatisfactorias" las explicaciones de Tito. Stalin sostiene asimismo, que existen en la dirección yugoslava "marxistas dudosos" entre ellos Milovan Djilas, Rankovitch, Kardelj, Vukmanovich y Kidritch. Tanta razón tenía Stalin cuando señaló con el dedo a los marxistas dudosos que no pasaron muchos años para que el propio Tito tuviera que expulsar a sus compadres por traidores confesos al comunismo y al socialismo (Recuérdese la obra escrita por Milovan Djilas: "La nueva clase" atacando a Stalin, a Tito y al comunismo).

El PCY comenzó cambiando su nombre por el de "Liga de los Comunistas" e inició una persecución violenta contra los comunistas que hacían conocer sus simpatías con la Unión Soviética que eran muchos. El traidor Rankovitch (no es eufemismo, Rankovitch fue, porque murió, un traidor declarado del comunismo) fungía como Ministro del Interior yugoslavo y es el responsable de la persecución y la ejecución por la vía sumaria de muchos comunistas disconformes con la línea yugoslava de Tito.

El propio Claudín relata como algunos jefes militares opuestos a Tito fueron ejecutados por sus simpatías con la Unión Soviética, escuchemos:

« El NKVD (policía secreta soviética), contaba con tres generales yugoslavos, entre ellos el jefe de Estado Mayor, que gozaban de prestigio por su papel en la guerra de liberación. Pero habiendo fracasado en el intento de arrastrar a otros oficiales, los tres generales trataron de escapar a la Unión Soviética sin lograrlo. El jefe de Estado Mayor fue muerto por un guardia frontera y los otros dos detenidos poco después...» (5). (Subrayado nuestro)

Claudín sostenía en el párrafo citado que Stalin organizó un golpe de Estado contra Tito, pero esta su afirmación no tiene respaldo alguno. El mismo sostiene después que Stalin creyó que el inmenso prestigio de la URSS y el suyo propio, serían suficientes para derrocar a Tito. Y para redondear esta misma cuestión de la gran represión titista contra los comunistas escuchemos su "justificación".

«Este episodio (el asesinato de los militares) puso de manifiesto que pese a la adhesión aplastantemente mayoritaria del partido y el pueblo a la política de Tito, Stalin podía contar con auxiliares entre los comunistas yugoslavos. Unos porque se habían comprometido con los servicios secretos soviéticos y otros porque su formación ideológica estalinista era más fuerte que cualquier otra consideración. Frente a este peligro la dirección del PCY recurrió a "métodos análogos" a los de Stalin: los servicios secretos, la policía, todos los resortes coactivos del Estado......» (6). (Paréntesis y subrayado nuestros).

Toda la propaganda titista hace énfasis en que Tito se diferencia de Stalin por su "tolerancia", "su apego a la democracia y a los principios pisoteados por Stalin", etc., etc. Pero, a renglón seguido se muestra hasta qué punto son irrisorias esas posiciones cuando se trata de los verdaderos principios. Stalin, efectivamente tuvo mano dura con los enemigos y sobre todo con los traidores, pero su lealtad al socialismo y al comunismo jamás podrá ser negada. En cambio, la brutalidad de los esbirros de Tito contra los militares internacionalistas está siendo probada por el mismo Claudin.

Cuando las divergencias se hicieron prácticamente insalvables, el Buró Político del Comité Internacional (Kominform), en 1948, aprobó una Resolución definitiva sobre la cuestión yugoslava, señalándose punto por punto, todos los delitos y transgresiones a la solidaridad con el campo socialista y con el marxismo-leninismo cometidos por la camarilla titista. Es importante conocer ese documento que tiene carácter histórico y que sería ratificado varias veces antes de la rehabilitación reformista que haría Nikita Jruschov.

«Resolución del Buró de Información de los Partidos Comunistas sobre la situación en el Partido Comunista de Yugoslavia.

1. El Buró de Información considera que la dirección del Partido Comunista de Yugoslavia sigue en estos últimos tiempos en las cuestiones fundamentales de la política exterior e interior, una línea falsa que representa una desviación de la doctrina marxista-leninista...

2. El Buró de Informaciones comprueba que la dirección del PCY aplica una política de enemistad con respecto a la Unión Soviética y al Partido Comunista (bolchevique) de la URSS....

3. Los dirigentes del PCY, en su política interior, se apartan de las posiciones de la clase obrera y rompen con la teoría marxista de las clases y de la lucha de clases....

4. El Buró de Información considera que la dirección del PCY revisa la doctrina marxista-leninista sobre el partido....

5. El Buró de Información considera que el régimen burocrático creado por los dirigentes yugoslavos en el seno del Partido es nefasto para la vida y el desarrollo del PCY....

6. ...En lugar de aceptar honradamente la crítica y colocarse en el terreno de la corrección bolchevique de los errores cometidos, los dirigentes del PCY, poseídos de una ambición sin límites, de arrogancia y presunción han acogido la crítica con animosidad, han manifestado hostilidad hacia ella y se han lanzado por una vía antipartido, negando completamente sus errores, violando las enseñanzas del marxismo-leninismo sobre la actitud del partido político respecto a sus errores y agravando así sus errores contra el Partido....

7. Condena la negativa del PCY a asistir a la reunión del Buró de Información.

8. Teniendo en cuenta lo que precede, el Buró la Información se solidariza con la apreciación de la situación en el PCY y con la crítica de los errores cometidos por el CC de ese Partido, así como con el análisis político de esos errores, expuestos en las cartas del CC del PC(b) de la URSS, enviadas al CC del PCY, desde marzo a mayo de 1948.

El Buró de Información comprueba que por todo lo expuesto el CC del PCY  se coloca y coloca al PCY fuera de la familia de los partidos comunistas hermanos, fuera del frente comunista único y, por consiguiente, fuera de las filas del Buró de Información…»  (7)

Tito, a partir de la ruptura fue ahondando drásticamente su brecha con los países socialistas y acercándose sigilosamente a Occidente y francamente al imperialismo norteamericano.

La cuestión yugoslava fue discutida muchísimas veces en las periódicas reuniones de los partidos comunistas y obreros que tuvieron lugar en la década de los años sesenta. Cuando todavía el Movimiento Comunista Internacional tenía respeto por los principios y se movía efectivamente como un organismo de coordinación de los diversos partidos en su actividad revolucionaria y anti-imperialista,  se reunió en Moscú, la famosa Conferencia de los 81 partidos comunistas y obreros de todo el mundo, en noviembre de 1960.

En aquella oportunidad, después de largas discusiones sobre la línea general del MCI, se aprobó por unanimidad una resolución sobre Yugoslavia que dice:

«Los partidos comunistas han condenado unánimemente la variedad yugoslava del oportunismo internacional, expresión concentrada de las 'teorías' de los revisionistas contemporáneos. Haciendo traición al marxismo-leninismo y declarándolo caduco, los dirigentes de la Liga de los Comunistas de Yugoslavia han contrapuesto su programa revisionista antileninista a la Declaración de 1957; han contrapuesto la Liga de los Comunistas de Yugoslavia a todo el movimiento comunista internacional; han separado a su país del campo socialista, colocándolo en una situación dependiente de la llamada 'ayuda' de los imperialistas norteamericanos y demás imperialistas y han creado así el peligro de que se vean reducidas a la nada las conquistas revolucionarias logradas por el pueblo yugoslavo en su heroica lucha.

Los revisionistas yugoslavos realizan una labor de zapa contra el campo socialista y el movimiento comunista mundial. So pretexto de aplicar una política al margen de los bloques, despliegan actividades perjudiciales a la unidad de todas las fuerzas pacíficas y todos los Estados amantes de la paz. Ante los partidos marxistas-leninistas sigue planteada la tarea necesaria de continuar denunciando a los dirigentes de los revisionistas yugoslavos y de luchar activamente por impedir la penetración de las ideas antileninistas de los revisionistas yugoslavos en el movimiento comunista y en el movimiento obrero....» (8).

Esta histórica declaración suscrita, como decíamos por 81 representantes de los distintos partidos comunistas y obreros del mundo, incluidos los de China y Albania, fue, sin lugar a dudas, la más importante de todos los tiempos y sus determinaciones tuvieron y tienen mucho peso moral, teórico e ideológico. Sin embargo, casi a renglón seguido Nikita Jruschov, violando flagrantemente el espíritu y el texto de este acuerdo-declaración de todos los comunistas del mundo, cambió, en nombre del PCUS y del MCI, radicalmente la posición respecto a la dirección yugoslava, comenzó a halagarla y finalmente selló una alianza "fraternal" con esa camarilla censurada por el MCI en su conjunto.

Este crimen jruchovista no puede ser olvidado por los revolucionarios del mundo.

El Partido Comunista Chino, a su vez, por la voz de su Presidente Mao Tse-tung, denunció como siguió la evidente traición yugoslava por parte de Tito, en un artículo cuyo título lo dice casi todo:

 “¿ES YUGOSLAVIA UN PAÍS SOCIALISTA?”

Este no sólo es un problema de cómo juzgar la naturaleza del Estado de Yugoslavia, sino también de qué camino deben tomar los países socialistas: llevar la revolución socialista hasta el fin, por el camino de la revolución de Octubre, o restaurar el capitalismo, por el camino de Yugoslavia.....

¿Cuáles son las consecuencias económicas del hecho de que la camarilla de Tito reciba gran cantidad de ayuda norteamericana y mantenga abiertas las puertas de par en par al imperialismo?

1. Yugoslavia se ha convertido en un mercado del dumping del imperialismo.....

2. Yugoslavia se ha convertido en una esfera de las inversiones del imperialismo.....

3. Yugoslavia se ha convertido en una base de materias primas para el imperialismo.....

4. Las empresas industriales de Yugoslavia se han convertido en talleres de montaje de las empresas monopolistas occidentales...

DESTACAMENTO ESPECIAL CONTRARREVOLUCIONARIO DEL IMPERIALISMO NORTEAMERICANO.

En toda una serie de importantes acontecimientos internacionales producidos en los últimos diez años y tanto, la camarilla de Tito ha desempeñado invariablemente el papel de lacayo del imperialismo norteamericano.

1. La revolución de Grecia. El 10 de julio de 1949, Tito cerró la frontera yugoslavo-griega a las guerrillas populares griegas...

2. La guerra de Corea. El 6 de septiembre de 1950, Kardelj, entonces ministro de Asuntos Extranjeros, hizo una declaración en que calumnió descaradamente a la guerra justa del pueblo coreano de resistencia contra la agresión y defendió al imperialismo norteamericano...

3. La guerra de liberación del pueblo vietnamita. En abril de 1954, en vísperas de la Conferencia de Ginebra sobre la cuestión indochina, la camarilla de Tito no escatimó esfuerzos en difamar la lucha justa del pueblo vietnamita, afirmando que Moscú y Pekín lo utilizaban "como una carta en su política de guerra fría en la post-guerra".

4. Las actividades subversivas contra Albania. Desde hace tiempo, la camarilla de Tito ha venido realizando actividades subversivas y provocaciones armadas contra la Albania socialista...

5. La rebelión contrarrevolucionaria de Hungría. La camarilla de Tito desempeñó el papel ignominioso de intervencionista y provocador en la rebelión contrarrevolucionaria de Hungría....

6. Los sucesos de Oriente Medio. En 1958, el imperialismo norteamericano envió sus tropas a ocupar el Líbano... En la sesión de emergencia de la Asamblea General de la ONU..., Kocha Popovich, secretario de Estado para Asuntos Extranjeros de Yugoslavia, dijo "no se trata de insistir en censurar o aprobar las acciones emprendidas por los EEUU e Inglaterra".

7. Los sucesos del Estrecho de Taiwan. La camarilla de Tito calificó calumniosamente la justa lucha de China de "un peligro para el mundo entero" y de "perjudicial a la paz".

8. El incidente del avión U-2. En 1960, los EEUU enviaron un avión espía a incursionar en la Unión Soviética. El 17 de mayo del mismo año Tito hizo una declaración en que atacó la correcta posición adoptada entonces por el Gobierno soviético, diciendo que con ello había creado "disputas de grandes proporciones".

9. La lucha del pueblo japonés contra el imperialismo norteamericano. La camarilla de Tito defendió al imperialismo norteamericano alegando que la ocupación del Japón por los EEUU, "ha promovido la democratización de la vida política del Japón".

10. La lucha del pueblo de Indonesia. La camarilla de Tito ha intentado socavar la lucha del pueblo indonesio...

11. Los sucesos del Congo. La camarilla de Tito no sólo votó en la ONU a favor del imperialismo norteamericano, sino que,... envió a un grupo de pilotos al Congo a participar directamente en la represión sangrienta del pueblo congoleño.

12. La cuestión de Laos. La camarilla de Tito propagó que los EEUU "están realmente interesados por la paz y la neutralización de Laos....

13. El programa norteamericano de "Alianza para el Progreso". La camarilla de Tito lo ensalzó diciendo que "concuerda en gran medida con las exigencias de los países latinoamericanos".

14. El conflicto fronterizo chino-hindú. La camarilla de Tito ha apoyado consecuentemente el expansionismo, la agresión y las actividades provocadoras de los reaccionarios hindúes contra China.....

15. La revolución de Cuba y la crisis del Caribe. La camarilla de Tito ha hecho numerosos comentarios en que ataca a Cuba, diciendo que ese país "cree solamente en la revolución".....»  (9)

El artículo de la dirección china de fecha 26 de septiembre de 1963, desenmascara de una manera muy objetiva toda la actividad nacional e internacional de la camarilla de Tito contra el movimiento revolucionario, los países socialistas y el movimiento de liberación nacional de los pueblos del mundo.

Efectivamente Yugoslavia no solamente cometió todos los crímenes que se han descrito líneas arriba sino que, además, concluyó en 1954, el Tratado de Alianza, Cooperación Política y Ayuda Mutua con Grecia y Turquía, ambos miembros de la OTAN, convirtiendo al país, prácticamente en un vasallo militar de los EEUU. Toda la palabrería sobre la independencia de Yugoslavia queda pues desmentida por la infame conducta de estrechar vínculos precisamente con la dictadura griega, asesina de los guerrilleros democráticos y con la brutal y genocida dictadura militar de Turquía, uno de los regímenes más obsecuentes como sirviente incondicional del imperialismo y represora ignominiosa de los patriotas turcos y kurdos.

A continuación vamos a comentar los puntos de vista sobre Yugoslavia de un par de pensadores y escritores norteamericanos que durante varias décadas publicaron una revista del más alto valor teórico político. Se trata de Leo Huberman y Paul M. Swezzy que editaban "Monthly Review", selecciones en castellano. En un editorial con el título de "¿Transición pacífica del Socialismo al Capitalismo?" del número 8 de 1964, los escritores dicen:

«Tradicionalmente el marxismo entendió a la historia como un proceso orientado en una dirección fundamental: el capitalismo genera infaliblemente las fuerzas que en su debido momento darán lugar al socialismo; el cual, una vez establecido, del mismo modo inevitable evolucionará hacia la sociedad comunista donde se habrá eliminado totalmente la división en clases sociales. A buen seguro, nunca se previó que este proceso pudiera darse en forma suave y continuada. La transición del capitalismo al socialismo se verificará a través de un salto revolucionario, y no podrá desentenderse de los golpes contrarrevolucionarios. Pero nunca llegó a cuestionarse la dirección fundamental del cambio.

Sin embargo este punto de vista tradicional ha sido, paradójicamente desafiado por los chinos comunistas, quienes se vanaglorian de conservar en forma pura, la ortodoxia del marxismo-leninismo.....

Organizaremos (nuestras) ideas alrededor de dos proposiciones centrales: 1) Yugoslavia sigue siendo una nación socialista. 2) En ciertos aspectos importantes, y hasta decisivos, el socialismo yugoslavo está degenerándose....

El sistema yugoslavo de la autoadministración obrera se rige por la misma lógica que los sectores decisivos comerciales e industriales.....

En Yugoslavia... la planificación central está muy limitada... no se prescriben las metas generales ni específicas de las empresas individuales; por el contrario, tienen la obligación de operar según los principios clásicos del mercado libre y producir los tipos y las cantidades de bienes que suponen mayores beneficios les darán....

Si la economía yugoslava esta dominada por la lógica de la maximización del beneficio y las leyes de la oferta y la demanda determinan la distribución de los recursos, ¿acaso todo ello no es sinónimo de sistema capitalista?....

Los chinos denominan al sistema yugoslavo "un tipo particular de capitalismo de estado", .... Basándonos en nuestro análisis, parecería más justo llamarlo "un tipo particular de socialismo de mercado". Sin embargo es más importante saber en qué se está convirtiendo, que conocer lo que es en la actualidad. Y en este sentido debemos decir, desgraciadamente, que se puede temer lo peor..."

El sistema yugoslavo del "socialismo de mercado" tiene el maldito y desastroso efecto de mutilar políticamente a la clase trabajadora..."

Cuidado con el mercado; ¡es el arma secreta del capitalismo! ¡La planificación comprehensiva es el corazón y núcleo del socialismo verdadero!....» (10)

No se puede, efectivamente, calificar a Leo Huberman y Paul Swezzy de "estalinistas" o "enemigos de Yugoslavia", de ningún modo. Ellos muy ponderadamente y con la suavidad del intelectual que quiere antes que nada llegar a la verdad poniendo de lado la polémica política, muestran pues hasta qué punto es legítimo pensar que Yugoslavia estaba orientada claramente hacia la restauración capitalista.

En 1977, un escritor titista yugoslavo escribió una historia del marxismo que abarca la obra teórica de Marx, Engels, Lenin y después en el segundo tomo casi todos los marxistas contemporáneos. La principal característica de la obra es un visceral anti-stalinismo que se manifiesta hasta en el mínimo detalle. Vranicki tiene los siguientes párrafos sobre Stalin:

«Una característica fundamental de la posición de Stalin es su incapacidad para ver más allá de la situación concreta del movimiento ruso que, teniendo que superar dificultades muy graves, había acabado por absolutizar algunos de sus momentos y fases….. Stalin nunca comprendió hasta el fondo las posiciones teóricas de Lenin. A lo largo de la evolución posterior del socialismo en la URSS, Stalin continuó aferrado a sus hipótesis y acabó deformando seriamente el marxismo…..» (11)

En cuanto a la cuestión propiamente yugoslava, Vranicki nos dice:

«En este sentido, 1941 fue el año más significativo en la vida de los pueblos y de los marxistas yugoslavos. El enfrentamiento con el estalinismo no comenzó, en realidad, en 1948. El conflicto real, independientemente de la conciencia que pudiera tenerse entonces de la profundidad y del alcance histórico de aquel proceso revolucionario, se inició en 1941. Sin la revolución, sin el cambio y el desarrollo de la conciencia revolucionaria, sin la creación de un sujeto revolucionario autónomo, sin la confianza en las propias fuerzas creadoras, hubiera sido imposible la gran decisión histórica de 1948….» (12)

Sigue el alegato titista de Vranicki:

«Stalin, en su ceguera burocrática, estimó de manera totalmente errónea la situación yugoslava. Sabía que la URSS y EL PERSONALMENTE GOZABAN DE UN GRAN PRESTIGIO ENTRE LOS COMUNISTAS Y LOS PUEBLOS YUGOSLAVOS, pero no se dio cuenta que las profundas transformaciones operadas por la revolución. Esperaba poder romper de un golpe la resistencia de los comunistas o, sencillamente, sustituir los cuadros dirigentes…..» (13) (Mayúsculas nuestras).

El escritor yugoslavo cae como el pez, por la boca. No puede desconocer un hecho sustancial: el gran prestigio de Stalin y la URSS en el pueblo y en los comunistas yugoslavos. No se pregunta de dónde procede ese "prestigio" que él mismo verifica y nos habla profusamente de una revolución en 1941 cuando comenzaba la invasión hitleriana de la URSS y cuando precisamente los comunistas yugoslavos se levantaron en armas para apoyar con todas sus fuerzas la resistencia heroica del Ejército Rojo ante el nazismo alemán.

Exactamente todas y cada una de las advertencias stalinistas sobre el futuro de la Yugoslavia revisionista y restauradora del capitalismo, se cumplieron al pie de la letra. Primero fue Milovan Djilas, después Rankovic, luego Kardelj. La traición del revisionismo titista lo pagaron muy caro los  pueblos   de la federación Yugoslava, ahora hecha pedazos. ¿Qué pensará Vranicki y sus juicios tan alejados de la realidad y de la vida de ese heroico conjunto de naciones balcánicas?

Al margen de la caída del Muro de Berlín, en 1989, Yugoslavia por su propio camino, precursor además, de la restauración capitalista en el este de Europa, habría reimplantado completamente el capitalismo de una manera enteramente "pacífica", si pacífica podemos llamar la represión titista de los revolucionarios marxistas yugoslavos.


LA COYUNTURA ACTUAL.  AÑO 2000 ADELANTE

A fines del siglo XX y principios del XXI, cuando vivimos los tiempos de la globalización imperialista, observamos con mucha preocupación la gran tragedia de la antigua Yugoslavia. La restauración capitalista completa y la derrota histórica de la construcción socialista ha ocasionado el caos más completo entre los "eslavos del sur".

A instancias de los viejos explotadores europeos de los Balcanes, aliados ahora con los imperialistas norteamericanos, es decir los alemanes e ingleses que siempre consideraron a Yugoslavia como una colonia, los poderes mundiales la han descuartizado de un modo dramático. Eslovenia ha conseguido su independencia y ha constituido un mini-estado. Croacia vuelve a ser la base de las organizaciones fascistas "ustachis"; Macedonia, igualmente ha logrado su "mini-independencia" y finalmente Bosnia-Herzegovina ha sido convertida en un campo de batalla que recuerda el medioevo. Servo-bosnios, servo-croatas y musulmanes bosnios se matan entre sí por millares ante el beneplácito de Occidente que ha logrado, momentáneamente, un gran triunfo en su política de despoblamiento de los Balcanes.

La vieja Yugoslavia ha sido reducida a Servia y Montenegro (Año 2006, incluso ahora Montenegro ha declarado su independencia de Serbia). Pero no solamente eso, hoy ha vuelto a la actualidad el problema de Kosovo, la provincia yugoslava que tiene mayoría de origen albanés. En el pasado cuando Tito y su camarilla gobernaban Yugoslavia, nadie hacía caso de las aspiraciones de la mayoría albanesa para alcanzar por lo menos la autonomía. Hoy, cuando la Yugoslavia residual de Slobodan Milosevic se ha convertido en uno de los satanes enemigos de la globalización junto a Saddan Husein, Kim  de Korea, el Irán de los Ayatolas, etc, se moviliza a la OTAN para amenazar a Yugoslavia y magnificando el problema de refugiados y recurriendo al pretexto del derecho de los kosovares a la independencia (como si la independencia auténtica de ese pueblo le interesara a los imperialistas), intentan meter las manos en los asuntos internos de los estados soberanos.

Una nueva crisis se abatió sobre  Yugoslavia y los infiernos de la guerra ultramoderna, de los bombardeos "inteligentes", del genocidio aéreo de los Estados Unidos y sus miserables aliados occidentales, han convertido a ese Estado residual en un páramo lamentable y además observado por el mundo entero como si se tratara de una película de ciencia ficción.  El heroico pueblo yugoslavo, serbio, croata, bosnio y kosovar que luchó tan admirablemente por el socialismo, ha sido aniquilado y sus territorios, son ahora, un montón de escombros.

Bogdan Denitch ha dicho:

«La "segunda" Yugoslavia no murió de muerte natural, fue asesinada... los asesinos reales y potenciales son numerosos. Es útil enumerarlos a ellos y los papeles que desempeñaron incluso hoy, ya que Yugoslavia no enfrente un problema exclusivo de multinacionalismo. Las consecuencias pretendidas y no pretendidas del asesinato de estados multinacionales complejos posee un interés más amplio porque los estados multinacionales son la norma en gran parte del mundo...»   (14)

Como se sabe, una vez terminada la "guerra cobarde", los imperialistas norteamericanos secuestraron a Milovan Milosevich, el último presidente yugoslavo y lo sometieron a las más infames humillaciones. Al presente es acusado en un tribunal "internacional" que lo acusa de genocidio cuando su patria sufrió el peor genocidio contra todos los pueblos de la exYugoslavia por parte precisamente de los actuales "acusadores". Sabemos que Milosevich ha muerto en cautiverio.

Yugoslavia es el país que ha pagado el más alto precio por su traición al socialismo y lo peor es que no deja de pagar con sangre, sudor y lágrimas ese gran error cometido de haber abandonado  y descuidado una gran revolución, un sacrificio enorme del propio pueblo que ve cómo se puede engañarlo desviándolo de sus objetivos históricos para caer en la peor de las dependencias y una especie nueva de Estado capitalista marginal, despreciado y humillado por Occidente y lejos, muy lejos de las posiciones revolucionarias.

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(Tomado de Capítulo Yugoslavia (ex)
"La Revolución y el Socialismo en el siglo XX".
PCMLMB)
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periodista obrero. Comunista (marxista-leninista). Antiimperialista, anticapitalista y antimilitarista.