Al final Castro tenía “razón” en la famosa ya entrevista, cuando afirmó que el sistema que estaba construyendo en Cuba no tenía aplicabilidad “ni en allí ni en otra parte”, esto es que el “socialismo” ha fracasado. A renglón seguido el gobierno cubano ha anunciado que despediría “por lo menos” a medio millón de trabajadores de las empresas estatales en los próximos seis meses y, simultáneamente, permitiría la creación de más empleos en el sector privado.
Lo que, ulteriormente, ha sido confirmado por su hermano y neopresidente de Cuba Raúl Castro al anunciar el cumplimiento de tal promesa de despedir un millón de trabajadores, un quinto de la fuerza de trabajo oficial, aunque en lapso de tiempo más corto del previsto (la previsión sería de cinco años…).
Así el gobierno revisionista cubano ha declarado que “acordó el ampliar el ejercicio de empleos propios y su uso como alternativa para emplear el exceso de trabajadores”. Del capitalismo burocrático de Estado, pasado por tanto tiempo como “socialista”, se pasará pues a un capitalismo puro y desnudo… aunque comenzando con la buhonería, barberías, carpintería, etc. ...también permitiéndoles emplear trabajadores asalariados. No obstante, aquellas empresas que dan excedente se mantendrán en las manos de los hombres del sistema, ya que es necesidad el salvaguardar sus intereses rapaces de tantos años. En otras palabras, que desde muchísimos años, bajo el marbete de estar construyendo el “socialismo” para recabar apoyo de los trabajadores cubanos, lo que se ha estado viviendo ha sido el fortalecimiento de una burguesía burocrática, la que consolidada en el poder del Estado, siente ahora el sacudirse definitivamente un tal marbete engañador y liberarse de la vigilancia y control de los sectores revolucionarios de la clase obrera.
Colocados ante este “nuevo curso” del gobierno socialfascista de los Castros, sus hermanos revisionistas y neorevisionistas de todos los pelajes que ocultaban su propio oportunismo tras el biombo del socialismo-a-la-cubana, están que no dan pies en bola para explicarle a las masas esa gran estafa. O se inventan absurdas (como aquella de buscar similitud de este sinceramiento del capitalismo burocrático cubano con la NEP leniniana-stalinista. Un total absurdo) o simplemente se callan y siguen ocultando la realidad cubana.
Lo inocultable es que el régimen socialfascista y revisionista tiene sus días contados, después de engañar y desbaratar las esperanzas de los trabajadores cubanos de construir una sociedad nueva, más justa, sin explotadores y opresores, auténticamente socialista. En realidad, y es tarea suya, los trabajadores cubanos tienen que probarle a los hermanos Castros y a la burguesía burocrática, que ellos representan, que no tienen razón; no ha sido el socialismo el que ha fracasado, sino una dada forma de capitalismo. De un capitalismo “todo nuevo” para sus experiencias cognoscitivas sociales, que solo los maoístas han señalado con tiempo su existencia y los revisionistas ocultado taimadamente por tantas décadas.
El camino, en conclusión, de los trabajadores cubanos es retomar los ideales del auténtico socialismo por la que han soñado y laborado tanto. El camino de la lucha por su verdadera autoemancipación social, y lo que le resulta impostergable el osar dar dos pasos atrás para así dar un paso adelante en el romper los grilletes (capitalista burocrático o privado), y dotándose sin vacilar de un auténtico Partido Comunista de los Trabajadores que les vanguardice en los futuros combate que les espera contra sus feroces enemigos internos (la burguesía burocrática y su reaccionaria dictadura) y externos (el imperialismo, en concreto y lo inmediato aquel estadounidense, y la gusanera compradora y mafiosa miamense), para llegar a ser los verdaderos y únicos detentadores del producto de su trabajo colectivo.
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