El Gran Sol Rojo del Amanecer

jueves, 10 de febrero de 2011

El Trotskismo levanta cabeza sobre Vietnam, calumniando a Ho Chi Min


«SOBRE EL TROTSKISMO EN VIETNAM»

«El Doi Moi vietnamita y la encrucijada de la revolución cubana».
Samuel Santibáñez. Rebelión.org

La hoja Web www.rebelion.org ha publicado el artículo de líneas arriba que ha llamado nuestra atención debido al ataque sañudo y calumnioso del señor Santibáñez contra el venerable Ho Chi Minh, vencedor invicto del Imperialismo Yanqui y el colonialismo francés, padre de la actual nación vietnamita. Pasamos pues a poner las cosas en su lugar.

(Los párrafos normales (12), a veces negrillas,  corresponden al artículo de Santibáñez)

Los párrafos en 14, corresponden a nuestra crítica.

El objetivo de este trabajo, es aportar un análisis marxista en la respuesta a éstas y otras incógnitas, a fin de contribuir en la construcción de una alternativa revolucionaria internacional. Así, buscamos que éste no sea exclusivamente un análisis de escritorio, ya que pretende ser también una herramienta que pueda considerar a “la teoría como una guía para la acción”. Desde la Fundación Federico Engels-México, saludamos a los diversos sectores del movimiento obrero y juvenil, tanto de Vietnam como de Cuba, y les invitamos a establecer un debate al respecto de las ideas aquí plasmadas.
La fundación Federico Engels-México, de clara tendencia trotskista, ha tenido la mala fortuna de publicar un artículo calumnioso contra uno de los líderes comunistas más prestigioso y conocido de la Tercera Internacional y del Movimiento Comunista Internacional: el gran patriota y anti-imperialista vietnamita, el Tío Ho Chi Minh
La lucha por la independencia nacional, derivó en la asunción de un modelo a imagen y semejanza del estalinismo, en pleno periodo de la Guerra fría cuando la URSS disputaba al imperialismo estadounidense la hegemonía del planeta.
El triunfo de la lucha revolucionaria del pueblo vietnamita se lo pretende desvirtuar con una referencia malintencionada al estalinismo.
La economía centralmente planificada se asfixió por la ausencia del control obrero, por la ausencia de democracia obrera (sic). Antes de la reinstauración capitalista, en Vietnam existía un Estado obrero deformado (sic), es decir un régimen burocrático de control policial y militar más o menos represivo (sic), basado en la economía nacionalizada y que era conocido por el mundo como un régimen “comunista”. En realidad nunca existió socialismo en Vietnam (sic). Lo que existía en Vietnam era un régimen de economía planificada con propiedad estatal sobre la tierra, sobre los medios de producción y control total sobre el comercio exterior; elementos clave que derivaron del proceso revolucionario y aspectos de vital importancia, pero que por sí mismos no conducen a la sociedad socialista.
La diatriba contra Ho Chi Minh y la revolución vietnamita no tiene límites: “ausencia de democracia obrera”, “Estado obrero deformado”, “régimen burocrático represivo”, etc. Estos cargos, efectivamente, constituyen los denuestos típicamente trotskistas que, para rebatirlos, precisamos todo un debate larguísimo que no corresponde por el momento, ya que tenemos sobre la mesa las acusaciones temerarias contra Ho y contra Vietnam.
Estas fueron las condiciones materiales para el desarrollo de masas del Partido Comunista, en el que Ho Chi Minh jugaría un papel dirigente. El Partido Comunista Indochino (PCI) se creó a imagen y semejanza del partido comunista de China y éste a su vez del estalinismo en la URSS. El estalinismo es una de las catástrofes políticas y sociales más retardatarias y criminales de la historia de la humanidad (sic.) (2). Abandonando absolutamente los principios del leninismo, los estalinistas se apropiaron del Estado obrero sano que emergió de la revolución de 1917, (sic) imponiéndose como una casta burocrática que utilizó la III Internacional o Internacional Comunista y el inmenso capital político del internacionalismo leninista, para descarrilar la revolución mundial que amenazaba sus privilegios en casa.
Naturalmente no podía faltar el veneno trotskista de lanzar sus dardos antiestalinistas como esta aberración sin paralelo. El “estalinismo” aparece como el enemigo fundamental de la humanidad. De modo que no son el imperialismo y el capitalismo los enemigos fundamentales, sino el “estalinismo” como “catástrofe política y social más retardataria y criminal de la historia de la humanidad”.
Sin embargo, producto de la política colaboracionista del estalinismo, el PCI ingresa al Frente Nacional Unido, que incluye partidos nacionalistas burgueses y que va a colocar al emperador Bao-Dai como asesor político de la RDVN, en la negociación de independencia con los franceses. En las bases del Vietminh, los trotskistas orientan al movimiento llamando a la toma de tierras y fábricas, así como a la conformación y coordinación nacional de soviet. En Saigón se formó una guardia obrera dirigida por los trotskistas (sic). La respuesta del PCI es contundente y los trotskistas son terriblemente reprimidos. La política de colaboración con la burguesía nacional va más allá y el Vietminh termina colaborando con la burguesía imperialista. Moscú estaba de acuerdo con que Indochina siguiera siendo colonia del imperialismo francés. A la derrota japonesa sobrevino el reacomodo de Moscú y ante la debilidad de los franceses, Inglaterra al sur y China al norte cuidarían de los intereses franceses en Vietnam. Las tropas son bien recibidas al inicio, pero en Saigón se produce un levantamiento contra la ocupación británica, misma que es aplastada inmediatamente con casi 3 mil muertos. La independencia de Vietnam había durado escasamente, un mes.
La falsificación de la historia tiene acá caracteres cósmicos cuando se indica que los trotskistas lucharon contra el imperialismo y el colonialismo francés. Todos sabemos que los trotskistas vietnamitas-- por declaración propia--, debían luchar contra la “catástrofe más criminal de la historia de la humanidad” y en consecuencia fueron fusilados por ser colaboracionistas con los regímenes imperialistas.
“El Vietminh se retira hacia sus posiciones fuertes en el norte. También los trotskistas de La Lutte se preparan para continuar la acción militar contra los franceses. Una nueva página negra del estalinismo se va a escribir. La experiencia de Saigón convence a los líderes del PCI, hostigados por la burocracia de Moscú, de la necesidad de eliminar a la oposición trotskista. Ho Chi Minh crea las llamadas ‘brigadas honorables’, cuya labor será asesinar a los dirigentes trotskistas, muchos de ellos recién liberados del campo de concentración japonés de Poulo Cóndor. Entre los asesinados se encuentran Tran Van Thach y Ta Thu Thau . Éste se hallaba en el norte. Fue juzgado tres veces por los comités del pueblo. Su popularidad era tan grande que en las tres ocasiones fue liberado. El jefe del Vietminh en el sur, Tran Van Giau, da finalmente orden de asesinarle. La vileza de estos crímenes continuó hasta años después. En 1946, Ho Chi Minh, ante las preguntas de Daniel Guerin en París, responderá cínicamente: ‘Thau fue un gran patriota y debemos llorarle... todos los que no sigan la línea que he trazado serán descartados’. (9)

Es cierto que el Partido Comunista de Vietnam fusiló a dirigentes trotskistas por su colaboracionismo y complicidad con el colonialismo francés y yanqui. En toda guerra se fusila a los traidores a la Patria ya que éstos luchan contra la “catástrofe….” y no contra el enemigo imperialista. El trotskista Guerin pretendía en París confundir al camarada Ho con preguntas capciosas y logró las respuestas condignas.

Así se da inicio a un periodo de siete años de guerra de guerrillas, en el que se maniobra tramposamente tanto por parte del Vietminh como de los franceses—apoyados por el PCF—, intentando llegar a acuerdos acerca de una unidad artificial. Esto generó descontento e incluso sublevaciones en zonas de apoyo a Ho Chi Min, en donde en respuesta, el Vietminh asesinó a miles de campesinos (sic). Así, en el norte Ho Chi Minh se enfrascaba en la colectivización forzosa masacrando a campesinos (sic) y al sur Diem masacraba a los comunistas de Vietnam.

Primero se llama “tramposo” al Vietminh de Ho, empero la diatriba tiene carácter delincuencial al acusar al Gran Tío Ho, de masacrar a los campesinos vietnamitas.

¡¡Esto no tiene nombre!!

El infeliz Samuel Santibáñez es un vulgar falsificador típicamente trotskista.

Jorge Echazu Alvarado
09-02-11



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Datos personales

periodista obrero. Comunista (marxista-leninista). Antiimperialista, anticapitalista y antimilitarista.