El Gran Sol Rojo del Amanecer

viernes, 25 de febrero de 2011

Las rebeliones populares en el Magreb, el imperialismo y la izquierda burguesa

Por Quibian Gaytan

Para una exacta comprensión de la situación en el Magreb y el como ésta se empata con el desarrollo de la Nueva Ola de la Revolución proletaria mundial, debemos encontrar las raíces históricas de la misma. Esto es, armados con el Materialismo Dialéctico e Histórico, ir al fondo de la situación creada en los países norafricanos y de Medio Oriente. Iniciar la investigación y la explicación teórica de la misma ad ovo. Así encontraremos  la fuente de la actual situación política allí en el hecho de la gran mutación económica y política ocurrida en el mundo a consecuencia del viraje de la guerra fría y las transformaciones habidas en la Unión Soviética postjruchoviana. Que para los últimos años del 60 y los inicios del 70 el revisionismo jruschevista, en el poder en la otrora patria de Lenin y Stalin, se convierte en social imperialismo ("socialista" de palabra", imperialista en su realidad) con sus sucesores hasta Brezhniev.

Esta regresión en la historia soviética, el ascenso al poder de una belicosa y expansionista fracción de la burguesía monopolista pansoviética y el desarrollo de una política imperialista de forja de un propio sistema de sojuzgación mundial, trasvestida de socialista y con un uso instrumental del Leninismo,  se convertirá, a su vez, en una pieza clave en el tablero de las luchas entre las dos superpotencias por la hegemonía mundial. Así, lo que en su tiempo marco esencialmente la confrontación, llamada de la guerra fría,  entre el Campo Socialista, encabezado por la URSS de José Stalin, y el Campo capitalista, encabezado por el imperialismo USA, degeneró en pugna entre dos Superpotencias de un mismo campo imperialista y en lucha por la hegemonía mundial entre sí. Cada una pretendió para sí el construirse su propio y particular Sistema neocolonial mundial, como medio de “acumular fuerzas” y construirse una retaguardia estratégica para conquistar el imperio planetario.

   En búsqueda de eso, todas las relaciones mundiales fueron trastocadas.  Aquello que caracterizó hasta entonces las relaciones entre las naciones, países y Estados: Potencias imperialistas coloniales y un sinnúmero de países coloniales, semicoloniales y dependientes. Ahora, ante los cambios habidos en el sistema capitalista, monocolor y monopolar mundialmente, se ha simplificado drásticamente en un par de superpotencias imperiales, aspirantes al dominio exclusivo del mundo, y un inmenso número de neocolonias con Estados clientelares. En los cuales han establecido antitéticas dictaduras militar-fascistas (USA) y dictaduras militares o presidencialistas socialfascistas (URSSocialimperialista), con las cuales enfrentarse sin tener que llegar a la confrontación directa y sofocar los puntos de apoyo del rival.

Alrededor de tales designios hegemonistas, ellas, se han construido toda una serie de teorías y políticas justificantes de tales regímenes contrarios a las aspiraciones e intereses de los pueblos sometidos. Cualquier vistazo, por somero que sea, al mundo de las confrontaciones ideológicas de entonces, no dejará de sorprender al investigador por despistado que haya sido. Así, tenemos aquellas desde la “defensa de la democracia” y del “totalitarismo comunista” de matriz yanqui, por un lado, y; aquellas de la “soberanía limitada” y esa del “papel de vanguardia de los militares en las revoluciones democráticas anticoloniales y antiimperialistas”, una teoría socialimperialista, revisionista (anti-Marxista-Leninista) y antirrevolucionaria, por el otro.

A partir de finales de los 70 los pueblos han ido barriendo, inexorablemente, con las dictaduras militares fascistas pro-estadounidenses. Pero, en esa situación traumática que se ha estado viviendo bajo el manto de la falsa guerra fría, una mejor suerte no le vino para aquellas de color social fascistas (el sinceramiento oficial de la restauración capitalista y el derrumbe del Sistema Mundial Neocolonial Soviético). Lo países de dictaduras militares socialfascistas, sostenidas por la facción de “izquierda” de la burguesía burocrática, beneficiadas de una base económico altamente estatizada y en una política populista clientelar, la que tradicionalmente ha aplicado una política de subordinación total (Cuba, Angola, etc.) o pendular pro-socialimperialista soviética, han tenido que batirse en retirada, cediendo al neoliberalismo, o tener que resistir, aisladas, a la presión financiera, política y militar del imperialismo yanqui.

 Esto, hasta tanto los efectos catastróficos de la crisis financiera y económica de los años 2007-2011 no se dejaron sentir  sobre ellos. Tener que enfrentar la agresión armada del imperialismo estadounidense y sus aliados, o chocar con las amplias masas de la población victimadas por el empeoramiento de sus condiciones de vida y trabajo y el abandono de la política burocrática de protección social por parte de dichos gobiernos  que la han empujado a la rebelión.

Y como chispa en paja seca, estallaron y se expandieron. El suceder de las rebeliones populares, más o menos espontáneas, más o menos piloteadas por las potencias imperialistas (USA, UE). Por lo que, con eso de la mano del imperialismo en los acontecimientos que se están sucediendo en el Magreb y el Medio Oriente, la izquierda burguesa –vale decir revisionistas modernos reciclados, neorevisionistas y nacionalistas de derecha-, no nos pone nada nuevo en evidencia. Sólo la convicción de su propia impotencia, su sueño de opio de que si no podemos controlarlo o pilotearlo entonces condenable es.

Un pantallazo de las rebeliones en el Magreb y el Cercano Oriente.

Túnez: El 17 de diciembre ante el municipio de Sidi Buzid, un joven se autoinmola quemándose en protesta contra la acción de la policía que le ha secuestrado un banco de venta de frutas y verduras., por no tener licencia de venta. La población se lanza a la calle para hacer denuncia del empeoramiento de sus condiciones de vida; es la chispa que dará vida a una protesta que iniciada en las regiones internas, la parte más pobre del país ya hambreada y golpeada por los aumentos de los precios a los artículos de primera necesidad decidido por el gobierno, y en pocos días se extiende como mancha de petróleo hacia la zonas costeras hasta alcanzar la capital Túnez y deviene una revuelta de masas contra la dictadura de Ben Alí. Que el 14 de enero, mientras en Túnez  centenares de miles de protestantes se lanzaban a la calle en ocasión de la huelga general proclamada por los sindicatos. Era obligado a huir y encontrar refugio en Arabia Saudita.

El15 de enero, Fuad Mebazaa, presidente del Parlamento, se sentaba en lugar del presidente de la República ad interim y encargaba al Primer Ministro Mohammed Ghannouchi de formar un nuevo gobierno con representantes de la oposición. El Premier se empeñaba en hacer liberar a todos los detenidos políticos y comunicaba que las elecciones legislativas y presidenciales se tendrían dentro de seis meses. La lucha continúa. Aquí la izquierda burguesa no ha visto la mano del imperialismo USA o, por lo menos, no dice nada... aún.

 Egipto: La protesta parte el 25 de enero, cuando cerca de 30 mil se manifiestan en la Plaza Tahrir, pidiendo reformas políticas y sociales, tomando de modelo a los “hermanos tunecinos”. La policía interviene para dispersar a los demostrantes y en los encuentros se registran 4 muertos y 400 arrestados. En los días siguientes el número de víctimas salta a cerca de 300. El 29 de enero el Dictador-presidente Hosni Mubarak anuncia la dimisión del gobierno, el posesionamiento de un nuevo ejecutivo y nombra al Vice-presidente Omar Suleiman, exjefe de los servicios secretos.

El 1 de febrero en la plaza Tahrir manifiestan dos millones de personas que quieren la dimisión del presidente nominado. El ejército reconoce la legitimidad de la protesta y afirma que no intervendrá contra los demostrantes; es la señal del abandono de Mubarak por parte de sus padrinos, primero que todos, el imperialismo estadounidense, que busca en los Altos Mandos militares una nueva figura para sustituir de manera indolora al desacreditado dictador. El cual promete no recandidaturizarse en las presidenciales de septiembre pero que  finalmente, el 11 de febrero, es obligado a dimitir y pasar sus poderes al Consejo Supremo del Ejército que guiará la transición hasta las nuevas elecciones políticas y presidenciales.

Algeria: Las protestas en Argelia se inician el 6 de enero con cortejos y manifestaciones en Bab El Wadi, Zaralda y Wahran, seguidas el 8 de enero de aquella en la capital Argel donde millares de manifestantes desafiaban la prohibición del régimen y descendían a la plaza para protestar contra los aumentos de los precios a los artículos alimenticios y de los arriendos. La policía carga contra los demostrantes y dispersaba las manifestaciones con un balance de 5 muertos y más de 700 heridos. Sobre la ola del éxito de la revuelta tunecina las protestas, siempre sofocadas por la policía, continuaban en el mes de enero contra la desocupación y la corrupción y obligaban, el 3 de febrero, al Presidente Abdelaziz Buteflika a anunciar la próxima revocación del estado de emergencia, en vigor desde el golpe de 1992 realizado contra la victoria electoral del Frente Islámico.

En una capital blindada, algunos millares de manifestantes alcanzan a reunirse en la plaza Primero de Mayo el 12 de febrero. La policía interviene y arresta más de 400 personas. La protesta se repite el 20 de febrero con los demostrantes que prometen regresar cada sábado a la plaza hasta tanto el presidente Buteflika no se vaya.

Bahrein: Las protestas contra el gobierno del primer ministro Sheikh Khalifa bin Salman al Khalifa, que administra el Estado del Golfo Pérsico desde 1971, iniciaban el 14 de febrero. Los protagonistas de la protesta son los estudiantes que reclaman trabajo, más derechos, una reforma constitucional y la dimisión del Premier. El símbolo de la protesta es un pañuelo blanco, manchado con pintura roja, para indicar la determinación de de sacrificarse a sí mismos en nombre de la libertad.

La policía carga duramente contra las manifestaciones que se desarrollan en Bani Jamrah y Diraz, se registran algunos muertos. Las manifestaciones y los encuentros se repiten en los sucesivos días y el 16 de febrero al menos 2,000 manifestantes pasan la noche en tiendas levantadas en una de las plazas centrales de la capital Manama, plaza de la Perla. Contra la vigilia de protesta interviene el ejército que el 17 de febrero recupera el control de la capital y sofoca la revuelta; el balance es de tres muertos y 230 heridos. El 18 de febrero la multitud se reúne en suburbio de Duraz y lanza consignas contra al Khalifa, el clan de los monárquicos sunitas, a la cabeza de un Estado de mayoría chiita. La policía interviene con lacrimógenas y con las armas y dispersa la manifestación.

El príncipe heredero Salman bin Hamad al-khalifa recibe plenos poderes del rey para resolver la crisis y el 18 de febrero ordenaba el retiro de todos los militares de las calles. Los protestantes retornaban a ocupar la plaza de la Perla y los partidos de oposición pedían la dimisión del gobierno. El 20 de febrero los sindicatos proclamaban una huelga a ultranza.

Yemen: Las demostraciones parten el 27 de enero contra el gobierno del Presidente Alí Abdallah Saleh, en el poder desde hace 32 años. Saleh promete de no recandidatizarse en las elecciones presidenciales del 2013 pero el 13 de febrero en la capital Sanaa protestan 20 mil personas. Otras manifestaciones  se escenifican del 12 al 14 de febrero, protagonizadas por los estudiantes que marchan hacia la embajada egipcia de Sanaa con carteles con el escrito “Alí, después Mubarak es tú turno”.

La coalición de partidos de oposición acepta una invitación del presidente Saleh al diálogo pero los cortejos de protesta continúan aún el 16 de febrero en la capital, en la ciudad de Aden los demostrantes intentan asaltar el municipio, en el barrio de Mansura.

Jordania: Las masas populares descienden a la plaza en Amman, Irbid, Aqaba, Madaba y Rakak el 14 de enero protestando contra el alto costo de la vida y el gobierno del Premier Samir al-Rifai. El rey Abdallah II anuncia el 27 de enero las dimisiones del gobierno y la formación de un nuevo ejecutivo con el encargo de efectuar “verdaderas reformas económicas”.

Gibuti: El 18 de febrero millares de manifestantes en plaza contra el Presidente Ismael Omar Guelleh, en el poder desde el momento de la independencia de Francia en 1977, ocupan el estadio de la capital y afirman que allí estarán hasta cuando Guelleh, que ha enmendado la Constitución para poder recandidatizarse, no haya dimitido. Guelleh responde reenviando las elecciones presidenciales previstas para el 8 de abril y hace arrestar líderes de la oposición.

Marrueco: El 16 de enero en Rabat la policía cargaba contra una manifestación contra los aumentos de los precios. No es más que el inicio de una movilización que se desarrollará el 19 de febrero en Tanger donde los manifestantes que protestaban contra las tarifas muy elevadas del agua, energía y transporte, saqueaban una estación de policía e inmuebles de propiedad de la transnacional francesa de la energía Veolia. El 20 de febrero decenas de millares de manifestantes en las plazas de todo el país de Rabat a Casablanca a Fez denunciaban la corrupción y pedían libertad, una Constitución democrática que reduzca los poderes del monarca, Mohamed VI, una justicia independiente, trabajo y mantenimiento del poder de compra de los salarios.

Kuwait: Protestas contra el régimen del emir del Kuwait se han desenvuelto el 20 de febrero en Jahra al noroeste de Kuwait City. El balance de los encuentros con los agentes  ha sido al menos de 30 heridos y 50 manifestantes arrestados.

Libia: Las noticias sobre las primeras manifestaciones contra el régimen de Khaddafy son del 16 de febrero y hablan de encuentros con la policía en la ciudad de Bengasi de seguido a las protestas contra el arresto de un abogado de una Asociación de Padres de los prisioneros asesinados por disparos sucedidos en la cárcel de Trípoli en 1996. Otras manifestaciones se desenvuelven el 17 de febrero en otras ciudades de la Cirenaica, reprimidas con la intervención de la policía que causa una decena de muertos.

El coronel Khaddafy usa guante de hierro contra las protestas que con todo se desbordan en varias ciudades del país. El 18 de febrero se rebelan la ciudad de al-Bayda, Ajdabiya, Zawiya y Damah; el 19 es el turno de Bengasi y El Beida y le sigue Trípoli.

Él duramente ha declarado “no dejaré esta tierra”, ante la televisión el 22 de febrero, como respuesta suya a la demanda de la población en rebeldía que ha pedido el fin de sus 40 años de gobierno.  El dictador dirigiéndose a los jóvenes les ha prometido para mañana una reforma del Estado, la libertad de prensa, una nueva constitución y un nuevo sistema jurídico. En fin, prometido un cambio institucional y constitucional desde arriba; todo menos abandonar el poder. De seguido, cual un José Mulino ministro de seguridad de la República de Panamá cualquiera, calificando a los manifestantes de “ratas y mercenarios” y que ameritaban en base a las leyes del país la pena de muerte.

 Como con todo la población ha seguido manteniendo la rebelión antidictatorial –como señalan despachos internacionales en Bengasi, por ejemplo, se han ido organizando Comités cívicos para el autogobierno de la ciudad dónde no están más soldados, ni policíacos ni representantes  gubernamentales. Khaddafy envía aviones a bombardear a los revoltosos y grupos de mercenarios para disparar sobre la multitud que protestaba. En la ciudad de Beida ha intervenido un batallón de las fuerzas especiales del hijo del coronel Khaddafy, Hamis,  que comprendía “mercenarios africanos”. La brutalidad de la represión a empujado a policías y ejército a  ponerse del lado de los manifestantes y a expulsar fuera de la ciudad a los sicarios. Un ejemplo que será copiado en otras ciudades de la Cirenaica, insubordinadas contra el gobernante. Por lo que, la Corte Penal Internacional de La Haya afirma que los manifestantes muertos en Libia entre el 15 y el 29 de febrero serán 600 y comunica que “está recabando pruebas para procesar al Presidente Muammar Khaddafy”.

En la Libia hoy sacudida por la rebelión popular, ante el endurecimiento de la confrontación entre el dictador y el pueblo, se abre la perspectiva de una abierta guerra civil que podría devenir en guerra social, en revolución contra el sistema todo. Es precisamente en esta situación que la izquierda burguesa  redescubren la mano intervencionista desestabilizante del imperialismo estadounidense y definen a las masas populares en insurrección como instrumento ciego y agentes provocadores al servicio de los yanquis.

 El socialfascista y embaucador revisionista Fidel Castro ha marcado la tónica, “USA quiere el petróleo de Libia”. Y por allí, de seguido, buscando desacreditar y descalificar la correcta interpretación dialéctica materialista de los hechos dada por los comunistas marxistas-leninistas, los gobiernos de la izquierda burguesa del patio, es decir de América Latina y España, realmente elementos socialdemocráticos pro-imperialistas rusos y pro-socialimperialistas chinos, empecinados en levantar la falsa bandera del antiyanquismo, para justificar y cuadrarse con el masacrador libio.

Acusación esta falaz y calumniosa. Los comunistas y revolucionarios proletarios extrayendo las lecciones correspondientes, desde un principio reconociendo la justeza de estas rebeliones, hemos ido señalando su carácter limitado, desorganizado y anárquico, por eso mismo que ellas abrían la puerta a la acción contrarrevolucionaria del imperialismo, asimismo que las mismas “no era la revolución en ya” sino sólo un paso hacia ella (“una primera fase de la primera etapa de la revolución”). Remarcando, con toda claridad, el que las masas trabajadoras de dicha región norafricana, como las de otras partes del mundo cuando inevitablemente enfrenten la misma situación revolucionaria, sepan en el tiempo más perentorio posible generar y reforzar su propio partido revolucionario, Partido Comunista de Nuevo Tipo, remarcable por su compromiso con el Maoísmo, etapa superior del Marxismo-Leninismo, y asegurante de la marcha consecuente de la Revolución de Nueva Democracia Popular y  la conquista del poder.

Pero, lo que no han podido ocultar, en sus malabarismos sin principios es que, si bien es cierta la injerencia imperialista en los acontecimientos que se están sucediendo allí, es la autenticidad popular de los mismos. Que ni el gigantesco aparato burocrático integrado, como señalan los camaradas de Odio de Clase, por las agencias de inteligencia, sus estructuras diplomáticas centrales y periféricas, sus agencias de cooperación en el terreno, sus analistas económicos financieros, etc., estructuras todas ella que devoran millones y millones de euros diarios, han fracasado estrepitosamente en su labor de anticipación de los acontecimientos, de previsión del futuro inmediato y, en consecuencia, en su capacidad de condicionar a priori ese futuro. Futuro que pertenece a los pueblos y que ellos, finalmente, conquistarán. Muy que les pese a los imperialistas rusos, a los socialimperialistas chinos y a su perro de presa la izquierda burguesa.




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periodista obrero. Comunista (marxista-leninista). Antiimperialista, anticapitalista y antimilitarista.