El Gran Sol Rojo del Amanecer

jueves, 17 de marzo de 2011

Boletín Internacional TURQUÍA Y KURDISTÁN DEL NORTE


Issue 102 / March 2011

Procesos revolucionarios en el Medio Oriente

http://www.mlkp.info/index.php?icerik_id=8853


La clase obrera y los oprimidos del Medio Oriente comprendieron con sus propias experiencias que ellos mismos pueden escribir la historia y su fuerza organizada es capaz de derrocar a las clases dominantes. En este sentido, independientemente de sus consecuencias políticas, las insurrecciones han sido una escuela grande de la democracia por los pueblos del Medio Oriente.

01/03/2011 /Boletín Internacional / N° 102

Después de la insurrección popular en Túnez que no se detuvo aún después de la huida de Ben Ali (el dictador que reinó sobre el país durante de 23 años) del país, una ola de levantamientos populares se desplegó en el Medio oriente entero. En el Egisto, uno de los sectores políticos y culturales más importantes del mundo árabe, el dictador Mubarak tuvo que renunciarse. En Libia, la insurrección popular se convirtió en una guerra civil. Huelgas, insurrecciones y enfrentamientos en las calles siguen uno después del otro en Bahréin, Yemen, Irán, Kurdistán del Sur e Irak. En Omán se estallan manifestaciones y huelgas en las zonas industriales. Más allá en Arabia Saudita, se producen movimientos de masa importantes protagonizados por los estudiantes.
Las masas populares del Medio Oriente desataron un proceso revolucionario saliendo a las calles por la libertad y la democracia en contra de los regímenes reaccionarios, opresores y fascisticos.
De acuerdo con la correlación de fuerzas en cada país y en la región entera asimismo con la fuerza, el nivel de organización y la persistencia/continuación de la insurrección popular en cada país, en algunos lugares este proceso se resultará en el derrocamiento de las dictaduras y el nacimiento de las formas democráticas burguesas; en algunos lugares el régimen viejo se continuará en formas diferentes pero el espacio de las libertades políticos se ampliarán y algunas reformas políticas importantes serán llevados a cabo y en algunos lugares, bajo la dirección de las intervenciones de los imperialistas de la UE y los EEUU, los regímenes viejos se continuaron en nuevas formas y a costo de las concesiones parciales ante el movimiento popular. Sin embargo, independientemente del curso de los resultados políticos concretos en cada país y en la región en su conjunto, no hay ninguna duda que la insurrección desde ahora lleva lecciones y experiencias muy importantes.
Debido al hecho que los sujetos revolucionarios son muy débiles y las fuerzas islamistas, liberales burgueses y panárabes tienen más influencia en cada una de las insurrecciones, las insurrecciones no hacen que se derroquen los regímenes presentes y los destituyan las formas de los regímenes democráticas y populares. Todavía no se realizó en ningún ejemplo un cambio del poder político, un derrocamiento del viejo sistema político y social y el establecimiento de un nuevo sistema. Sin embargo, lo que pasa corresponde a una situación revolucionaria y a un proceso revolucionario que sacude el sistema político en el Medio Oriente.
En el transcurso de las insurrecciones, la clase obrera y los oprimidos relacionaron su reacción acumulada contra el hambre, la pobreza y la desocupación y su ira acumulada contra los crímenes del imperialismo yanqui y de otras fuerzas imperialistas de la ocupación en Iraq y Palestina con el problema de las libertades políticas en cada país. Definieron en masas y directamente las dictaduras fascistas como el centro de todos estos problemas y las apuntalaron como el blanco de su lucha. Los elementos acumulados de la desconfianza, de la ruptura y de la insurrección de los pueblos de la región en contra de los regímenes y líderes colaboradores árabes aumentaban cada año y esto era un tema al cual aún las fuerzas imperialistas mencionaban en sus análisis. Al final, se estalló la ola de las insurrecciones. Muchas fuerzas políticas, desde las fuerzas revolucionarias y progresistas que tienen una limitada fuerza y las fuerzas del islam político hasta los liberales y panárabes, intentaron establecer su influencia sobre las insurrecciones que tienen un carácter espontaneo. Sin embargo, lo que dio su color a las insurrecciones en general fue la voluntad de la clase obrera y de los obreros a la liberación política y social, aunque eran privados de un liderazgo y de los fuentes ideológicos.
El papel de clase obrera era especialmente significativo. En la revolución tunecina, la clase obrera se destacó entre las fuerzas que dirigió la insurrección a través de los sindicatos y las organizaciones populares y jugó un papel importante en la continuación de la lucha con consistencia y sin reconciliaciones. Mientas que varias fuerzas políticas estaban listas a negociarse con Mubarak, la clase obrera mantuvo la ola de la insurrección de pie a través de las huelgas. La clase obrera se apareció como una fuerza social en una región como el Medio Oriente donde la clase es relativamente débil en calidad y cantidad y jugando un papel en la estabilidad de las insurrecciones, probó que es capaz de asumir el liderazgo político de la lucha por la liberación nacional y social, por la democracia y las libertades políticos y de la insurrección contra la destrucción capitalista aún en esta región. Esto es indudablemente una conquista ideológica que golpea una atmosfera en donde pesa las posiciones ideológicas desesperados de hoy día sobre el papel histórica de la clase obrera, una conquista organizativa que aumentó la calidad de la clase obrera en el sentido de su posición tanto en las organizaciones sindicales como populares y una conquista política en el sentido de las consecuencias políticas directas de las insurrecciones. Las insurrecciones también hicieron clara el papel de las ciudades en estos procesos revolucionarios.
Durante las insurrecciones, la clase obrera y los oprimidos del Medio Oriente que fueron despreciados, humillados y definidos bárbaros por las fuerzas imperialistas del Oeste pisaron bajo sus pies los proyectos imperialistas sobre la región, en el primer lugar la Iniciativa del Gran Medio Oriente de los EEUU. Denunciando los regímenes colaboradores, dejaron al desnudo los argumentos de "llevar libertad y democracia a la región", lo que era el pretexto del imperialismo yanqui para su ocupación en Irak y Afganistán. Hicieron historia la tesis del "choque de civilizaciones" que es una de las banderas ideológicas de ofensiva de los EEUU y las teorías que relacionan aún las dictaduras fasisticas colaboradoras que se mantienen gracia al apoyo del imperialismo con el carácter supuestamente reaccionario y bárbaro de los pueblos del Medio Oriente. Esto fue otra conquista ideológica, dando fuerza a los pueblos del mundo y tuvo importantes impactos.
Otra lección de las insurrecciones era las formas de la organización popular que se aparecieron en Túnez más significativamente y que se repitieron en Egipto, aunque eran menos considerables en lo segundo. Como las organizaciones de la forma soviética, los comités populares que se vio frecuentemente en las insurrecciones populares en América Latina en los últimos 15 años como silueta o en las formas más claras probaron que son los núcleos del tipo de poder político del futuro. La clase obrera y los oprimidos del Medio Oriente comprendieron con sus propias experiencias que ellos mismos pueden escribir la historia y su fuerza organizada es capaz de derrocar a las clases dominantes. En este sentido, independientemente de sus consecuencias políticas, las insurrecciones han sido una escuela grande de la democracia por los pueblos del Medio Oriente.
De la misma manera, los pueblos probaron en el ejemplo de Túnez que no aceptarán la continuación de las dictaduras con algunas reformas en apariencia. El pueblo tunecino continuó resistir aún después de la salida de Ben Ali del país, rehusando la designación de las personas cercas a Ben Ali a los puestos políticos. Se destacó la reivindicación de una reforma constitucional o de una nueva constitución. El carácter espontáneo de la insurrección no permite que las alternativas del Estado de un nuevo tipo se pongan a la agenda. Sin embargo, la demanda de "una nueva constitución" es un signo muy importante que demuestra la tendencia y el deseo de romper no solo con uno o otro político sino con el sistema simbolizado en la constitución.
Aunque la ola de las insurrecciones que se extiende en el Medio Oriente choca el mundo, es claro que tienen un pasado y una tradición. Numerosas huelgas obreras se produjeron en los últimos diez años y muchas masacres del Estado fueron cometidos en Túnez y Egipto que son los epicentros del terremoto actual en el Medio Oriente. Decenas de miles de personas salieron a las calles en estos países en contra de la ocupación en Irak y Palestina. No había otra situación en Yemen, Marruecos y Argelia. En Egipto se produjeron serias luchas con la demanda de las libertades políticas antes de las elecciones presidenciales del 2005 en Egipto, hasta tal punto que los EEUU forzaron a su colaborador Mubarak a llevar a cabo algunas reformas muy limitados por aparentar por el bien de la estabilidad de su régimen despótico.
Otro aspecto importante del proceso revolucionario en el Medio oriente es la situación actual del Islam política cuya influencia en la región se había culminado durante las ocupaciones de los EEUU en Afganistán e Irak. Siendo la bandera política de una clase a fin de cuentas, la bandera de los sectores de la burguesía en conflicto de intereses con el imperialismo yanqui, el Islam político objetivamente jugó un papel antiimperialista limitado en la resistencia contra la ocupación imperialista. Pudieron ganar la clase obrera y los sectores oprimidos y pobres a sus filas. La formación histórica, política y cultural de la región también presentaba una atmosfera favorable. Sin embargo, como una fuerza del sistema actual, una fuerza que nunca puede combinar la lucha contra la ocupación imperialista con la lucha contra el sistema capitalista, no es capaz de encontrar soluciones a los problemas de la clase obrera y los oprimidos. Si bien jugo un papel en las insurrecciones hasta un cierto punto, pero en definitiva este proceso marcó el hecho que la influencia política e ideológica del islam política está en decadencia.
La generalización de las insurrecciones en varios países del Medio Oriente, motivando que los medios de comunicación burguesas lo definen como "el efecto dominó" apunta al hecho que las condiciones de las revoluciones regionales son muy favorables. En este sentido, se quedó claro la importancia por las fuerzas progresistas, revolucionarias y comunistas de aumentar su lucha en común y su coordinación a nivel de las regiones y establecer distintas formas de alianzas. 



El régimen fascista insiste en la liquidación del Movimiento de la Liberación Democrático Kurdo

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En este nuevo periodo, el movimiento de liberación kurdo, los partidos y las organizaciones revolucionarios de Anatolio y Mesopotamia tienen más favorables condiciones y oportunidades de aumentar la lucha revolucionaria unida que desarrolla hoy, también basándose a la fuerza de los pueblos del Medio Oriente.

01/03/2011 /Boletín Internacional / N° 102

Después de que el estado burgués turco y su gobierno anunció que está en dialogo con A. Ocalan, el líder nacional kurda y el líder del PKK* que está preso en la Prisión de Imrali, y demandó un alto el fuego de las fuerzas de guerrilla del PKK, el KCK* (la dirección del PKK) anunció un "periodo de inactividad" el 13 de agosto del año pasado que continuaría debido a algunas medidas con prioridad.
Las siguientes medidas fueron definidos por el KCK como una prioridad para que "el dialogo se convierta en un proceso de negociaciones y que este periodo se vuelva en un alto el fuego permanente": 1) El fin de las operaciones militares y políticas en Kurdistán. 2) Libertad a los políticos kurdos presos, entre ellos los alcaldes elegidos y gobernadores municipales. 3) Que "se formen las condiciones" favorables para que el líder del PKK A. Ocalan participe activamente en el proceso de negociaciones y que los diálogos se lleven al nivel de negociaciones. 4) Que se crean las Comisiones de la Verdad y Justicia. 5) Que se reduzca el umbral electoral del 10 % de los votos, lo que impide que la voluntad popular kurda se refleje al Congreso.
Durante de los seis meses y medio desde entonces, el gobierno del AKP*prefirió acabar con la atmosfera y la base que estaban a favor de la paz, haciendo tiempo en medio de una situación de incertidumbre y de falta de solución. Mostró una vez más que utilizó/utilizará del periodo de inactividad para poner el Movimiento de Liberación Democrático Kurdo en un proceso de esperar, desmoronarlo, debilitarlo y liquidarlo.
El régimen colonialista desarrolla planes y políticas de liquidación militar y política; ha dado serias señales de esto: por un lado, continuó con el dialogo con Ocalan pero por otro lado, no tomo ninguna de las medidas prioritarias posibles sino hizo lo contrario. Está preparándose para formar un ejército especial de 50 mil soldados y planea establecer un ejército de la seguridad de las fronteras. Intensifica las negociaciones diplomáticas con el imperialismo yanqui y de la UE. Realiza reuniones de varias niveles de participación y regatea con otras fuerzas colonialistas de la región y con la administración de Kurdistán del Sur. Excarcela a los miembros de Hezbolá turca que es una organización contraguerrillera islamista empleada en contra del pueblo kurdo en el pasado. Los medios de comunicación burgueses emiten los discursos del ex dirigente del PSK Kemal Burkay en contra del PKK y la lucha nacional kurda. El músico kurdo muy conocido Sirwan Perwer hace negociaciones con los miembros del gobierno y hace declaraciones a la prensa.
Después de la reunión de las Madres de Sábado con el Primer Ministro Erdogan, el gobierno del AKP que ya está en el periodo de la preparación a las elecciones generales previo -debido a su preocupación por los votos - que se establezca una comisión en el Congreso sobre el tema, lo que es una medida por aparentar. Sin embargo, mantiene sin vergüenza su silencio e indiferencia ante el descubrimiento de las fosas comunes en Kurdistán y en varias regiones de Turquía.
El Primer Ministro turco Erdogan planteó que los inmigrantes turcos en Alemania deben ser educados en la lengua materna que es el turco como el idioma primaria. Sin embargo, Erdogan, el gobierno del AKP y otros partidos políticos del sistema preservaron la melodía racista sobre "un solo idioma, una sola nación, un solo Estado" ante la demanda de la educación en el kurdo o la "educación bilingüe"; los tribunales burgueses no permitieron que los acusados de los juicios contra el KCK se defiendan en el kurdo.
El Estado continuó con las operaciones políticas para impedir los serhildan* s que son una parte de la táctica de "la guerra popular revolucionaria", la cual el KCK previo de emplear si el Estado lo imponga una situación de incertidumbre sin soluciones.
Sigue el aislamiento* de A. Ocalan y los diálogos no se llevan al nivel de la negociación.
El Estado de la República Turca insistentemente evita enfrentarse con su verdad histórica y formar las Comisiones de la Verdad y Justicia, aunque se plantea que es "una democracia avanzada" o "el modelo por el Medio Oriente" a pesar de los crímenes cometidos por el Estado contra la nación kurda y varias nacionalidades tales como los armenios, griegos, lases, cherquesos etc. en su historia y de la verdad de decenas de fosas comunes en Kurdistán.
No reducen el umbral electoral del 10 % de los votos para evitar que la voluntad popular kurda y de la oposición progresista en Turquía se refleje al Congreso.
En el mes de setiembre de 2010, el KCK había prolongado el periodo de inactividad hasta las elecciones generales del julio de 2011. Ya ha anunciado que tuvo que terminar el periodo de inactividad ante la política de liquidación del régimen colonialista.
El KCK plantea que el gobierno del AKP es responsable del fin del periodo de la inactividad y llama a las fuerzas revolucionarias, progresistas y democráticas a levantar la lucha que dos pueblos vivan en la paz, libertad y igualdad en forma de la patria mutual y la nación democrática a base la garantía constitucional de los derechos del pueblo kurdo.
El movimiento de liberación kurdo redujo sus demandas nacionales y democráticas al nivel mínimo para asegurar el proceso de negociaciones, pero esto no hizo que el régimen colonialista fascista abandonase sus políticas tradicionales de la negación, aniquilación y liquidación. Al contrario, nuevas operaciones políticas fueron su respuesta a las reivindicaciones de la educación en la lengua materna, del fin de las detenciones con el pretexto de la afiliación al KCK y de la autonomía democrática.
Tal como lo que se vio en Túnez, en Egipto y en Libia, ninguna fuerza fascista y reaccionaria puede mantenerse de pie ante el levantamiento de base y la acción de los pueblos. Y lo que obliga los poderes políticos a los cambios y concesiones es esta presión sancionaría de los procesos revolucionarios. Con sus serhildans* con grandes participaciones (tal como lo del mes de febrero de 2011) y a base de una línea revolucionaria y combativa y con su lucha de guerrilla de un cuarto siglo, el pueblo kurdo y el PKK derrocaron muchos gobiernos y causaron la liquidación de muchos partidos políticos. Millones de kurdos hoy tienen la gran voluntad y confianza de continuar con la lucha, debido a su nivel de conciencia política y organizativa, a los puestos conquistados y a la atmosfera de la libertad y felicitad.
En este nuevo periodo, el movimiento de liberación kurdo, los partidos y las organizaciones revolucionarios de Anatolio y Mesopotamia tienen más favorables condiciones y oportunidades de aumentar la lucha revolucionaria unida que desarrolla hoy, también basándose a la fuerza de los pueblos del Medio Oriente.
Lo que puede obligar al régimen colonialista fascista a la solución a la cuestión kurda es este patio revolucionario de solución levantado por la lucha revolucionaria. La fuerza de esta voluntad y lucha revolucionaria destruirá las políticas históricas y tradicionales del régimen y abrirán el camino a la igualdad completa de derechos de las naciones e idiomas en Turquía. 

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periodista obrero. Comunista (marxista-leninista). Antiimperialista, anticapitalista y antimilitarista.