Esta pequeña carta es un ejemplo de cómo el camarada Stalin combatía el llamado "culto a la personalidad", mostrando así que todo el prestigio que tenía entre el pueblo era sincero y espontáneo, y no algo promovido por él mismo.
(Nota de Luminoso Futuro: La tristemente célebre “campaña de crítica al Culto de la Personalidad (de Stalin, se entiende. N. n.)”, fue el arma supuestamente más contundente, creía el padre del revisionismo moderno Nikita Kruschev, para iniciar la demolición de la Patria Socialista Soviética de Lenin, la obra cumbre del pueblo soviético y de Stalin su conductor. Escupía el homúnculo revisionista, Kruschev, en su miserable Informe Secreto al XX Congreso del PCUS, “Stalin, el mismo, utilizaba todos los métodos concebibles, para impulsar la glorificación de su propia persona”. En esto, él, en su mentira, bebía de la fuente de aguas negras de las calumnias imperialistas y de Davidovich Bronstein. Sus discípulos, hoy, siguen regodeándose con ese vómito negro, como también lo hace aquí en Panamá ese “comandante armado” que tiró su pistola a la cuneta un día y puso pies en polvorosa, de que “Stalin andaba con un hacha al hombro para cortarle la cabeza a todo quién se le opusiese”. ¿Piensan que los bolcheviques rusos y el pueblo soviético eran un rebaño de carneros que, inconsciente y bruto, se dejaba degollar por el carnicero? ¡Infames denigradores del “pueblo más revolucionario del mundo”! De ese heroico pueblo y de esos comunistas (bolcheviques) constructores de historia, que abrieron la senda de la emancipación socialista de la humanidad trabajadora, aún hoy explotada y oprimida gracias a la traición de esos mismos revisionistas y trotskistas.
Por la misma vía anda, por ahí, un bloggero que osa escribir: “ Shih Huang Ti mandó a quemar libros… Stalin también ordenó quemar libros…”. Pero, la viuda alegre nos deja a deber las pruebas. Pero, de su escrito lo que si queda claro cuál es su punto de partida,… “Sir” Walter Scott en una fantasiosa novela escribe, no sin dejar su impronta racista en ello, “A la zorra se le conoce por la cola y por la lengua se conoce…” al trotskista, acoto yo).
Carta sobre publicaciones para niños, dirigida al Comité Central de la Juventud Comunista de toda la Unión.
16 de febrero de 1938
Estoy absolutamente en contra de la publicación del libro "Historias de la infancia de Stalin".
El libro abunda en inexactitudes de hechos, alteraciones, exageraciones y loas inmerecidas. Algunos escritores amantísimos, escritorzuelos (tal vez honestos escritorzuelos) y algunos aduladores llevarán al autor a perderse. Es una vergüenza para el autor, pero un hecho es un hecho.
Pero eso no es lo más importante. Lo más importante reside en el hecho de que dicho libro tiene la tendencia de grabar en la mente de los niños soviéticos (y del pueblo en general) el culto a la personalidad de líderes, de héroes infalibles. Eso es peligroso y perjudicial. La teoría de los "héroes" y de la "multitud" no es bolchevique, ni social-revolucionaria. Los héroes hacen al pueblo, transforman la multitud en pueblo, así lo dicen los social-revolucionarios. El libro echa agua en el molino de los social-revolucionarios. No interesa que ese libro lleve agua al molino de los social-revolucionarios, pues será ahogado en nuestra causa común bolchevique.
Sugiero que este libro sea quemado.
J. V. Stalin
Publicado por Andalucía Proletaria
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