El Gran Sol Rojo del Amanecer

lunes, 19 de septiembre de 2011

Discurso de Giovanni Scuderi, a nombre del CC del PMLI, per el 35º aniversario de la desaparición de Mao


(Nota de Luminoso Futuro: En esta entrada publicamos importante y brillante discurso del camarada Giovanni Scuderi, Secretario General del Partido Marxista Leninista Italiano, ofrecido en la ciudad de Firenze, Italia, en el acto conmemorativo del 35º aniversario de la desaparición física del camarada Mao Tse-tung, luctuoso acontecimiento ocurrido el 9 de septiembre de 1976. Discurso que el camarada Giovanni Scuderi ha pronunciado, el 11 de septiembre en la Sala Verde del Palacio de los Congresos de Firenze,. Al partir de esa fecha, en que la muerte del camarada Mao a abierto un vacio jamás irrellenable en el corazón y la mente del proletariado internacional y de los pueblos oprimidos del mundo, el internacionalista, firme en los principios universales del marxismo-leninismo-pensamiento de Mao y siempre correcto Partido Marxista Leninista Italiano nunca ha faltado a la cita histórica de homenajear sentidamente su memoria. Aunque el camarada

Mao no esté más en el mundo de los vivos, “su pensamiento, su obra y su ejemplo” continúan vivos y actuales. Hoy más que nunca, cuando el sistema imperialista se hunde en su más pavorosa crisis general y el movimiento comunista marxista-leninista, superando circunstanciales dificultades de crecimiento e inspìrados en él osa escalar nuevas cimas, cuando su mensaje revolucionario proletario e internacionalista sigue siendo Gran Bandera Roja y fuente de inspiración para el cumplimiento de nuestras tareas históricas de emancipación social y liberación nacional. Gracias camaradas marxistas-leninistas italianos agrupados en el PMLI, por persistir siendo faro internacionalista guiador del proletariado comunista de Italia y de la clase obrera de todo el mundo. Entre ella, la clase proletaria de Panamá y los comunistas (marxista-leninistas) de nuestro país siempre les seremos reconocentes por el mensaje guía reforzador de nuestro espíritu de combate intransigente antiimperialista, antirrevisionista y anti-neorevisionista. ¡Con los cinco Maestros venceremos!.

Con todo les ofrecemos nuestras excusas por los errores que se hayan pasado en esta traducción del mismo. No hablamos el italiano, no lo comprendemos en su sentido profundo, como tampoco podemos beneficiarnos de camaradas que puedan hacer lo más cabal y exacto posible. Esta traducción, pues, es un esfuerzo dictado por la necesidad; dominada por el deseo de poner en manos de los camaradas y lectores amigos un texto cargado de enseñanzas marxistas-leninistas-maoístas, en general, y respecto a los aportes del camarada Mao al desarrollo de la teoría del Partido comunista allí donde lo han dejado Marx, Engels, Lenin y Stalin).

Apliquemos las enseñanzas de Mao sobre el Partido del proletariado

Queridas compañeras, queridos compañeros, queridas amigas, queridos amigos, en nombre de la presidencia y mío personal, agradezco a las compañeras y compañeros que han intervenido. Sólo rápidamente, pero valen más dos minutos de palabras rojas que dos horas de palabras reformistas. Han dicho cosas justas, útiles y estimulantes, sobre las cuales reflexionaremos.

Agradezco al Comité Central del Partido marxista-leninista italiano, promotor de esta conmemoración pública a Mao, que me ha dado el honor de hablar en su nombre.

Como vosotros sabeis, Mao ha desaparecido hace 35 años, el 9 de septiembre de 1976, pero está siempre con nosotros, porque la influencia de su pensamiento, de su obra y de su ejemplo está todavía vivo, fuerte y operante en el PMLI y en sus dirigentes y simples militantes, de la vieja y de las nuevas generaciones.

Nos falta empero mucho su presencia física porque cuando estaba en vida era una seguridad para nosotros. Siguiéndolo, eramos cierto de no equivocar, porque sabíamos que la senda que él indicaba era justa. Un comprobado científico de la revolución y de la lucha antiimperialista y antirrevisionista no podía equivocarse, y no se equivocaba. Todas las veces se centraba en pleno objetivo.

Cuando ha llegado a faltar físicamente, nos hemos encontrado de golpe sin un fundamental punto de referencia y de frate a nuevas responsabilidades en las relaciones de nuestro proletariado y de la causa del socialismo. Comprendimos que para no perder la ruta debíamos redoblar los esfuerzos para estudiar el marxismo-leninismo-pensamiento de Mao y para aplicarlo en la realidad concreta de nuestro país.

Ël sido nuestra áncora de salvación en una situación en la cual tantos partidos y grupos en Italia y al exterior amainaban la bandera de Mao y se autodisolvían. Para nosotros la tería revolucionaria del proletariado es la nutriente intelectual diaria, como lo es el pan para el cuerpo. En particular el pensamiento de Mao, que es una mina inagotable de enseñanzas sobre todos los campos: de la filosofía a la política, de la economía a la cultura, de la estrategia a la táctica, de la organización a lo militar.

Cada vez que leíamos las obras de Mao, en base a los problemas que teníamos que resolver, descubríamos siempre cosas nuevas que aprender. Nosotros seremos reconocientes en eterno a Mao. Como ha dicho el compañero simpatizante Pier, en su poesía del título “Oda a Mao”, enviada a “El Bolchevique” para esta ocasión, “¡Aprendamos de tus enseñanzas, / y cambiaremos la historia y la naturaleza, / haciendo surgir el sol rojo aún por Occidente!”. Quién no nos cree, pero quiere hacer la revolución, vaya a leer y a estudiar las obras de Mao; se recreará y una nueva y potente luz habrá delante de sus ojos.

Mao es un gran Maestro de la revolución. Por 28 años, desde 1921 a 1949, ha dirigido ideológicamente, políticamente, organizativamente y militarmente la revolución de Nueva Democracia, intermedida por la guerra de resistencia contra el Japón que se ha desenvuelto de 1937 a 1945. Esta nueva forma de revolución democrática burguesa armada dirigida por el proletariado ha liberado al pueblo chino del semifeudalismo, del semicolonialismo y del imperialismo y consentido al proletariado de conquistar el poder político. En los 27 años suucesivos, Mao ha dirigido sobre todos los planos la revolución socialista y la edificación del socialismo en China, los últimos diez años han estado dedicados a la Gran Revolución Cultural Proletaria, elaborada y dirigida por Mao, para impedir la restauración del capitalismo por parte de los revisionistas disfrazados de comunistas.

Por 55 años Mao ha dedicado cada día de su vida a la revolución socialista, acumulando, como jefe del Partido, conductor militar, luchador antirrevisionista, estadista, una experiencia única en la historia, de fundamental importancia para todos los revolucionarios del mundo, espacialmente para los marxistas-leninistas.

Para quièn quiere hacer la revolución socialista no puede prescindir del pensamiento y de la obra de Mao. Aún quién quiere simplemente saber que cosa ha sucedido después de la desaparición de Stalin no puede hacer menos que recorrer a Mao cuyo pensamiento es esencial para comprender la naturaleza, las funciones y los objetivos del revisionismo moderno y el estrago que cumplido en la URSS de Lenin y Stalin, en la China de Mao, en los otros países un tiempo socialistas y en los partidos comunistas históricos. Ls nuevas generaciones a través del pensamiento de Mao pueden arribar más fácilmente a comprender el pensamiento de Marx, Engels, Lenin y Stalin, su obra, su vida revolucionaria, el socialismo y el comunismo.

Mao desde siemrpe ha luchado por la emancipación del pueblo chino, pero desde joven lo hacía sobre una base democrático-burguesa y reformista. A los 18 años entra en el movimiento revolucionario, al año después deviene un líder estudiantil, sucesivamente se liga a los trabajadores para los cuales instituye cursos vespertinos de estudio. En 1936 en la base roja de Ya’nan por el mismo creada, reinvocando sus experiencias juveniles pre-marxistas, cuenta al periodista americano Edgar Snow que lo entrevistaba: “En aquel tiempo mis ideas era una extraña mezcla de reformismo democrático, liberalismo, y socialismo utópico. Tenía una especie de vaga pasión por la ‘democracia del siglo XIX’, por el utopismo y el liberalismo de vieja estampa, y era decididamente antimilitarista y antiimperialista” (1).

En la célebre obra del título “Sobre la dictadura democrático popular” del 30 de julio de 1949, así Mao encuadra la cuestión: “Desde el tiempo de la derrota de China en la Guerra del opio de 1840, los progresistas chinos han pasado a través de innumerables adversidades para encontrar la verdad junto a los países occidentales (…). En aquella época, los chinos que aspiraban al progreso leían cualesquiera libros, entonto contuviese las ideas nuevas de Occidente (…). También yo, desde joven, tome estos estudios. Era la cultura de la democracia burguesa occidental (…). A los ojos de los chinos de entonces Rusia era un país atrasado y pocos querían aprender de ella (…).

Las agresiones imperialistas rompieron los sueños de los chino que se esforzaban por aprender de Occidente (…)- Surgieron las dudas, (intraducible) y se pofundizaron. La primera guerra mundial rompió el globo. Los rusos hicieron la Revolución de Octubre y crearon el primer Estado socialista del mundo. Bajho la guía de Lenin y Stalin, la energía revolucionaria del gran proletarido y del gran pueblo trabajador de Rusia, hasta entonces latente y no advertida por los extranjeros, explotó de improviso como un volcán, y los chinos como toda la humanidad, vieron a los rusos bajo una nueva luz. Entoces, y sólo entonces, tuvo inicio una era completamente nueva en el pensamiento y en la vida de los chinos. Ellos descubrieron el marxismo-leninismo, la verdad universal aplicable por doquier, y el rostro de China comenzó a cambiar.

Fue gracias a los rusos que los chinos descubrieron el marxismo-leninismo. Antes de la Revolución de Octubre los chinos no sólo ignoraban a Lenin y Stalin, sino ni siquiera conocían a Marx y Engels. Las cañonadas de la Revolución de Octubre ayudaron a los prgresistas chinos y a aquellos de todos los países a adoptar la concepción proletaria del mundo como instrumentos para estudiar el destino de la propia nación y para examinar de nuevo sus problems. Seguir la senda de los rusos, ésta fue su conclusión.

Esta fue también la conclusión de Mao, tenía 24 años. Finalmente había descubierto cuales eran la ideología, la cultura, la vía, ls alianzas, los métodos y los medios para cambiar el rostro de China. A la edad de 27 años descubre y lee el “Manifiesto del Partido Comunista” de Marx y Engels. La senda a seguir deviene más clara. Su concepción del mundo con ello había sufrido una transformación radical, de democrática burguesa y reformista a proletaria revolucionaria y marxista-leninista. Y a trvés del estudio atento y profundo comprende que el mrxismo-leninismo no es un dogma sino una guía para la acción, y que iba integrado a las condiciones concretas y específicas del propio país. En ello remarca en el Partido elaborando la vía propia de China para la conquista del socialismo y del poder político por parte del proletariado. Una obra maestra sin precedentes en la historia del socismo y del movimiento comunista internacional. Una gran experiencia a la cual deberán prestar una particular atención los pueblos de los países del Tercer Mundo que tienen condiciones similares a aquellas de China de entonces.

Hacer la revolución ha sido la única fgran aspiración de Mao. Porque había comprendido que solo a través de la revolución es posible erradicar las causas de la explotación del hombre por el hombre, de la existencia de las clases y de la injusticia de clase, de las guerras imperialistas y crear las condiciones para la emacipación del proletariado y de las masas. Su ambición no era ciertamente adquirir méritos, honores, gloria, privilegios personales, como hacen vergonzosamente los politiquerosa burgueses de cualquier color.

En una carta del 6 de julio de 1963 afirmaba: “Soy un héroe a falta de otros”. Hablando de una investigación en elc ampo, en marzo de 1941, especificaba que “los verdaderos héroes son las masas, mientras nosotros somos muchas veces infantiles y ridículos, si no comprendemos esto, no podremos adquierir la noción más elemental (…). Aprender de las masas junto con todos los compañeros del Partido, continuar en ser sus alumnos, este es mí criterio”.

Su modestia, su espíritu de servicio a las masas, su coherencia y su sentidso educativo eran infinitos. Cuatro años después de la fundación de la República Popular China de la cual había sido elegido presidente, invitaba al Partido a “no poner a los compañeros chinos en el mismo plano de Marx, Engels, Lenin, Stalin.Nuestras relaciones con ellos son entre estudiantes y maestros, y así debe ser. Respetar estas normas significa tener una posición de modestia” (2).

Al año siguiente, en 1954, en la discusión del proyecto de Constitución de la República Popular China desaconsejaba a quién quería insertar su nombre y sus méritos con estas palabras: “Quisiera aclarar una cuestión. Según algunos, ciertos artículos han sido cortados del proyecto de Constitución a causa de la particular modestia de algunas personas. No es ésta la explicación. No se trata de modestía, sino del hecho que insetar aquellos artículos hubiera sido inoportuno, irracional, no científico. En un país de democracia popular como el nuestro, artículos así inoportunos no deben ser insertos en la Constitución. No se trata de cosas que hubiese debido ser insertas y después no lo han sido por modestia. Por lo que se refiere a la ciencia no se trata de ser modesto o no. Redactar una Constitución es hacer un trabajo científico. Nosotros no en nada otra cosa si no en la ciencia, esto significa que no es necesario tener mitos. Sea para los chinos que para los extranjeros, se trata de vivos y muertos, o sea que lo que es justo es justo, lo que es equivocado es equivocado, de otra manera se tiene el mito. Es necesario liquidar los mitos” (3).

El 1 de julio de 1921 en Shanghai, junto a otros once delegados, Mao funda el Partido Comunista Chino. En la China de entonces, que contaba con 450 millones de habitantes, allí sólo estaban una cincuentena de comunistas, devinieron tres millones en 1948, y aún más en los años sucesivos.

La fundación del PCCh hizo cumplir un salto de cualidad al movimiento revolucionario chino. Mao es elegido presidente del Comité Central en la reunión ampliada del Buró Político desarrollada en Sunyi en enero de 1935 en el curso de la Larga Marcha. Esta elección es el coronamiento de la lucha que Mao había conducido contra los oportunistas de derecha guiados del primer Secretario del Partido Chen Duxiu y sucesivamente, de 1927 a enero de 1935, contra los oportunistas de “izquierda” guiados por el nuevo Secretario Chu Chiu-pai, después por Li Li-san y finalmente por Wang Ming.

Los oportunistas de derecha, después de la derrota de la insurrección de Nanchang en 1927, capitularon ante el partido nacionalista del Kuomintang dirigido por Chiang Kai-shek. Los oportunistas de izquierda de Chu chiu-pai sotenían, sobre la base de la teoría de la “revolución permanente” de Trotsky, que la revolución china tenía ya un carácter de revolución socialista. Esta corriente, como aquellas sucesivas análogas, empujaba al Partido y al movimiento revolucionario hacia acciones aventureristas armadas, en particular en ls principales ciudades de China.

Mao al contrario sostenía que para arribar a la revolución socialista se necesitaba pasar por la revolución de Nueva Democracia y que era necesario crear bases de apoyo en el campo y cercar la ciudad partiendo del campo, sobrfe la base de la estrategía de la guerra popular revolucionaria de larga duración.

Mao tine lo mejor sobre los oportunistas de derecha y de “izquierda” gracias a su profundizado conocimiento del marxismo-leninismo y de la realidad china, a su capacidad dialéctica de convencimiento y a las vicktorias reportadas del Ejército Rojo, que él mismo había contribuido a fundar el 1 de agosto de 1927.

El CCh bajo la dirección de Mao se ha consolidado, desarrollado y engrosado, y ha podido absolver todas sus tareas revolucionarias en las diversas fases de la revolución y de la edificación del socialismo, a través de la lucha entre las dos líneas; aquella proletaria revolucionaria marxista-leninista y aquella burguesa y revisionista de derecha u de “izquierda”.

En total en el PCCh de Mao se han desenvuelto once luchas entre las dos líneas. La última ha sido aquella contra la camarilla revisionista de derecha de Teng Xiao-ping, que se oponía a la edificación del socialismo y a la Gran Revolución Cultural Proletaria con falsas teorizaciones marxistas-leninistas. Este renegado, traidor y embaucador fue desenmascarado y batido puntualmente por Mao cada vez que venía al descubierto y al fin, demostrándose sordo a todo reclamo e incorregible, fue destituido de todos los encargos a lo interno y a lo externo dl Partido. Readmitido poco después de la desaparición de Mao, y sólo entonces le fue posible coronar su viejo designio de restauración del capitalismo en China.

Mao, con su proverbial clarividencia, había previsto por tiempo la posibilidad que la burguesía retomase el poder político. En su intervención (…) en la Segunda Sesión Plenaria del VII Comité Central del PCCh, realizado el 5 de marzo de 1949, siete meses antes de la victoria de la revolución de Nueva Democracia, puso en guardia al Partido, al Ejército Popular de Liberación y a todo el pueblo chino del peligro al cual podía ir si bajavan la vigilancia revolucionaria.

Aquí sus palabras; “Con la victoria, el pueblo nos será reconocido y la burguesía se hará adelante para encandilarnos. Ha sido probado que el enemigo no puede batirnos con la fuerza de las armas. Con todo, los encandilamientos de la burguesía pueden conquistar a aquellos entre nosotros que no tienen una fuerte voluntad. Pueden ser comunistas, que no habiendo estado vencidos por los enemigos armados y habiéndose ameritado el nombre de héroes por haber afrontado estos enemigos, no son todavía capaces de resistir a las cucharadas de azúcar: ellos caerán bajo estos golpes”. E indicaba explícitamente que después de la liberación de toda China, la contradicción principal interna sería: “la contradicción entre la clase obrera y la burguesía”.

Por culpa directa de los revisionistas al final esta contradicción se ha resuelto, aunque sea teporalemente, con la victoria de la burguesía y del capitalismo, no obstante sea negada por los embrollones revisionsitas de Pekín Hu Jintao, Wen Jiabao, XI Jinping y de su tiralevitas Oliverio Diliberto y Dominico Losurdo y otos falsos comunistas, que balbucean de la existencia del socialismo en China.

La marga realidad es que el PCCh ha devenido un partido fascista y la China una superpotencia imperialista con ambiciones hegemónicas planetarias. Queda el hecho innegable que ninguna podrá jamás cancelar la China socialista de Mao, el pensamiento de Mao, la teoría de Mao de la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado.

Ella permanecerá en eterno patrimonio teórico, político y práctico del proletariado internacional y de los marxistas-leninists de todo el mundo.

Las enseñanzas de Mao sobre el Partido

La experiencia del glorioso y siempre victorioso Partido de Mao y la elaboración teórica de Mao sobre el Partido del proletariado son para nosotros marxistas-leninistas italianos de particular y extrema importancia, una fuente de inspiración y de enseñanzas para hacer del PMLI un Gigante Rojo también en el cuerpo. En los hechos nuestro Partido, el PMLI, ha sido y viene construido y desarrollado sobre el modelo del PCCh de Mao.

En 1948, en la ocasión del 31º aniversario de la Revolución de Octubre, Mao a escrito un artículo para el órgano del Buró de Información de los Partidos Comunists y Obreros de Europa “Por la paz estable, por una democracia popular”, que contenía una frase fudamental sobre el Partido del proletariado.

Estas son sus palabras: “Si se quiere hacer la revolución, se debe tener un partido revolucionario, sin un partido que se base sobre la teoría revolucionaria marxista-leninista y sobre un estilo revolucionario marxista-leninista, es imposible guiar a la clase obrera y a ls amplias masas populares a derrotar al imperialismo y a sus lacayos” (4).

Una brillante síntesis del carácter, de la ideología, del modo de vida y de actuar y del objetivo del Partido revolucionario del proletariado. “Si se quiere hacer la revolución”, es el presupuesto. Este bien ser claro al respecto y tirar al perro por la cola. ¿Queremos o no hacer la revolución? En otros términos: ¿queremos o no liberarnos del capitalismo? Si queremos simplemente moderar y endulzar el capitalismo, va bien un cualquier partido democrático burgués reformista. Pero si alcontrario queremos abolir el capitalismo y conquistar el socialismo no puede no existir “un partido revolucionario”, o sea el instrumento organizativo fundamental predispuesto y funcional a la revolución. Pero no se trata de un genérico partido revolucionario, bien sí de “un partido que se base sobre la teoría revolucionaria marxista-leninista”, o sea sobre la ciencia de la revolución, sobre la concepción proletaria y revolucionaria del mundo y sobre la estrategia y la táctica elaborada por Marx, Engels, Lenin, Stalin, Mao. Ello debe orientar toda la acción revolucionaria del Partido, de sus dirigentes y militantes y aplicada según las condiciones concrets del propio país.

El marxismo-leninismo, explica Mao, es la teoría que Marx, Engels, Lenin y Stalin hancreado sobre la base de la práctica, es la conclusión general que han extraido de la realidad histórica y de la práctica revolucionaria, (…). El marxismo-leninismo es la verdad más justa, más científica y más revolucionaria, generada por la realidad objetiva y confirmada por esta misma realidad” (5).

El marxismo-leninismo.pensamiento de Mao es la cultura del proletariado, el liberalismo es la cultura de la burguesía. O escogemos la una o escogemos la otra. No es posible otra solución, ni menos aquella de pescar en todas y las dos culturas. En este caso la balanza pendlaría a favor de la cultura burguesa.

La cultura revolucionaria, afirma Mao, es para las masas populares una poderosa arma revolucionaria. Antes de la revolución, ella prepara ideológicamente el terreno, y, durante la revolución, es un sector neceario e importante del frente general revolucionario” (6).

Una vez que las masas proletarias, populares, juveniles y femeniles aquieran la cultura del proletariado, ella ilumina la mente y genra una enorme fuerza material. Lo saben bien todas las compeñares y los compañeros del Partido que han podido hacer propia tal cultura y que, cuando tienen la necesidad, a ella recurren para refrescarse la memoria y para su trabajo político revolucionario. Lo ha comprendido muy bien una joven compañera que ha entrado recientemente en el PMLI, sobre la cual ponemos grandes esperanzas.

Tratándose de una cultura, no puede más que aprendida de los libros marxistas-leninistas. No puede surgir espontáneamente de los movimientos de la clase obrera, de los trabajadores, de los pensionados, de los desocupados, de los precarios, de las masas populares, femeniles, estudiantiles y jóvenes. Ellos no podrán jamás adquierir una cultura proletaria si no le es aportada por el Partido del proletariado y si no estudian el marxismo-leninismo-pensamiento de Mao. Las obreras y los obreros conscientes deben comprender bien la importancia de este problema ideológico y político y hacer los debidos esfuerzos para estudiar la cultura del proletariado, porque sólo adquiriendo la propia cultura la clase obrera puede devenir una clase para sí en grado de unir todas las masas explotadas y oprimidas, los jóvenes y los intelectuales progresistas sobre el terreno revolucioanrio, de hacer y vencer la revolución socialista, abatir a la clase dominante burguesa y conquistar y mantener el poder político y el socialismo.

El partido revolucionario, como lo enseña Mao, debe basarse también sobre el “estilo revolucionario marxista-leninista”. Este estilo se refiere a las relaciones internas del Partido, a las relaciones con las masas y con las otras fuerzas políticas, sindicales, sociales, culturales y religiosas, el estudio, la integración con la realidad y el uso de la teoría revolucionaria, el análisis de la realidad en la cual actuamos, el modo de escribir. Cada una de estas rlaciones debe sert conforme al marxismo-leninismo-pensamiento de Mao, el cual excluye el individualismo, el liberalismo, el subjetivismo, el sectarismo, el dogmatismo, el revisionismo de derecha y de “izquierda”, el empirismo, el esquematismo, el estilo esteeotipado en los discursos, en las volantes y en los artículos, el intelectualismo, el abstractismo y el étodo libresco.

En sustancia, nuestro estilo debe ser soldado al materialismo histórico y al materialismo ialéctico, al ligamen de la teoría con la práctica concreta, al conocimiento de la realidad objetiva, a la búsqueda de la verdad en los hechos, a la política de masas y de frante unido, al uso de argumentos convincentes, a la escritura de artículos cortos, más concisos y más sustanciosos, al tener en cuenta a las personas a las que nos dirigimos y su conciencia política, a un lenguaje vivo y popular, al sentido de responsabilidad hacia el Partido, el proletariado y las masas, a la unidad revolucionaria del Partido, a la ayuda recíproca entre compañeros, al trabajo coectivo de escuadra, al centralismo democrático, a la disciplina proletaria, a la crítica y autocrítica.

Sin un partido revolucionario, dice en fin Mao, es imposible guiar a la clase obrera y a las amplias masas populares a derrotar el imperialismo y a sus lacayos”. Sobre esto no necesario extenderse con muchas palabras en cuanto esta tesis está ampliamente comprobada por la historia y los hechos actuales. Los pueblos, aún si guiados por partidos y movimientos no marxistas-leninistas, pueden llegar a liberarse del imperialismo exztranjero, como numerosos casos pasados y recientes demuestran, pero si no tienen a la cabeza un Partido revolucionario marxista-leninista no podrá abatir el capitalismo del propio país. Porque sólo tal Partido quiere verdaderamente suprimir el capitalismo, y tiene la experiencia, la ideología, la estrategia y la táctica justa para realizarlo.

El imperialismo es un monstruo feroz, sanguinario e insaciable, aún cuando quiere aparentar como una “acción” que socorre a los pueblos en revuelta, como está sucediendo en Libia y podría suceder en Siria. No es digno de ninguna credibilidad “humanitaria”. Aquello que hace, auqneue parezca justo o francamente reclamada, lo hace exclusivamente por sus intereses: dominar a los pueblos y depredar las riquezas y los recursos de sus países, expandir el propio mercado, acrecer las ganacias propias y reforzar la propia hegemonía internacional. Al mismo tiempo hambrea, explota y succiona la sangre al propio pueblo recargándole la crisis financiera y económica que le aflije, la más grave y devastante desde 1929.

La guerra de agresión a Libia ha abierto un nuevo capítulo del intervencionismo militar “humanitario” del imperialismo y de sus Organizaciones internacionales ONU y OTAN. De ahora en adelante estas últimas retendrán una norma y un derecho adquirido de intervenir con ls armas enaquellos países en los cuales los pueblos se sublevan contra la opresión de los propios gobernantes. Nosortros no lo aceptamos, no lo debemos permitir, y nos dirigimos a los pueblos a no confiarse en ellos y en el imperialismo, a defender la propia autonomía y libertad e independencia y la soberanía de su país, contando en las propias fuerzas y en la ayuda de los otros pueblos antiimperialistas.

El Partido del proletariado no puede exitir y trabajar eficazmente si no tiene un número suficiente de militantes que dediquen completamente su vida a la causa del Partido, del proletariado y del socialismo.

Combatientes rojos de primera línea, preparados ideológicamente y políticamente, coherentes con la concepción marxista-leninista del Partido, bien centralizados y disciplinados, fuertemente ligados a las masas del propio ambiente de trabajo, de estudio y de vida, de ayudar a las masas a resolver sus problemas materiales e inmediatos, de elevar su conciencia política y de organizarlas, movilizarlas y guiarlas en la lucha de clase; capaces de practicar la línea de masas y del frente unido.

La práctica del frente unido es fundamental para ligarse a las masas y para cultivar las alianzas necesarias al éxito de la lucha inmediata y de aquella de largo término. Debemos empero estar atentos a no deslizarse a derecha o a la “izquerda”. En todo caso, estando las actuales condiciones de nuestro país, está excluido que se puedan estipular alianzas orgánicas y estables con los gobiernos centrales, regionales y locales. Esto no exluye evcentuales convergencias de hecho sobre específicas cuestiones.

Como dice Mao, nosotros debemos “Servir al pueblo con todo el corazón y no sólo con mitad o dos tercios” (7). No podemos por eso lesionar nuestro empeño político revolucionario. Debemos inspirarnos en la palabra de orden del Partido Ni un minuto sea perdido, todo el tiempo sea dedicado a la revolución, compatiblemente a las propias condiciones de edad, de salud, familiar, profesional y de estudiante.

Un comunista, indica Mao, debe ser franco, leal y activo, debe ponerse alos intereses de la revolución por encima de su misma vida y subordinar los intereses personales a aquellos de la revolución; simpre y dónde sea, debe ser fiel a los principios juistos y conducir una lucha incansable contra toda idea y acción errónea, de modo de consolidar la vida colectiva del Partido y reforzar los ligámenes entre el Partido y las masas; debe pensar más en el Partido y en las mass que en los individuos, más a los otros que en sí mismo. Sólo así puede ser considerado un comunista” (8). No es fácil ser una similar marxista-leninista pero debemos esforzarnos, tomando ejemplo de las compañeras y de los compañeros que ya practican, algunos desde decenios y de siempre, esta militancia marxista-leninista.

Una militancia que no puede ser paragonada e igualada a ninguna otra militancia y empeño político y social, porque ella es activiqadad má grande, más justa, más útil, más meritoria y más gratificante qie pueda hacer quíen quiera dar la máxima contribución al progreso social y a la emancipación del proletariado y la la entera humanidad.

Nuestra espranza es que uin número siempre más grande de elementos avanzados, combativos y conscientes, especialmente las obreras y los obreros, las estudiantes y los estudiantes, las intelectuales y los intelectuales, comprendan la importancia y la necesidad histórica de la militancia marxista-leninista y se unan a nosotros sin más dudas bajo las rojas banderas de los Maestros, del socialismo y del PMLI. Bajo esta nuestra bandera están muy bien aún los creyentes revolucionarios simpatizantes del Partido.

Los militantes marxistas-leninistas son sodados rojos pero si no tienen una guía, oficiales rojos, ¿cómo podrán concentrar todas sus fuerzas, organizarse, marchar al unísono, comabtir ls mismas batallas, disparar en la misma diección y sobre los mismos objetivos, que son nuestros enemigos de clase? Es necesario de ahí cuadros rojos, que estén a la altura de sus tareas y de sus funciones, que gocen de la confianza del Partido, del proletariado y de las masxas, que sepan organizar, dirigir, educar y movilizar a los miembros del Partido en la lucha de clase. Ellos, a los diferentes níveles, deben ser los mejores militantes en absoluto del Partido, sin ninguna discriminación de ancianidad, de edad, sexo, orientación sexual, origen social, prfo teniendo presente que las obreras y los obreros deben constituir la cabeza y la columan vertebral del Partido.

Mao ha indicado que la guía del Partido “deben ser cuadros y dirigentes con un profundo conocimiento del marxismo-leninismo, políticamente clarividentes, capaces en el trabajo, pronto a todo sacrigicio, en grado de afrontar por sí mismos los problemas, inquebrantables de frente a las dificultades, leales y dedicados al servicio de la nación, de su clase y del Partido. Es sobre estos cuadros y dirigentes que el Partido cuenta para mantener los ligámenes con la base y con las masas, y es dando confianza sobre su firme dirección de las masas que el Partido puede alcanzar a derrotar al enemigo” (9).

Los cuadros actuales del PMLI, en general, tienen estas características, pero aún mucho espacio para mejorarnos, para devenir siermpe más furftes, sobre todo desde el punto de vista teórico y del conocimiento de la realidad. No se termina nunca de aprender, y nosotros debemos continuar en aprender hasta no se cierre los ojos definitivamente. Ay de sentirse llegados y apgados desde aquello que ya se sabe y sabemos hacer.

No somos eternos, de ahí tenemos el deber de trabajar seriamente y concretamente para formar a nuestros sucesores. Por cuanto se refiere a la furtura Secretaría General, el 5º Congreso Nacional del PMLI y el Comité Central por el elegido han ya tomado las debidas medidas. Podemos estar tranquilos, por ahora. Estas medidas aseguran la continuidad de la línea y de la dirección proletaria revolucionaria y marxista-leninista del PMLI.

Pero no son suficientes. Es necesario formar los sucesores a todos los níveles, desde las células en adlante. En éste trabjo decisivo para el futuro revolucionario del PMLI y por la revolución socialista italiana, debemos seguir firmemente y poner en práctica ls siguientes indicaciones de Mao: “Para que exista la garantía de que el Partido y el país no cambien de color debemos no sólo tener una línea y una política justa, sino también formar y educar millones de sucesores de la causa de la revolución socialista.

En último análisis, formar sucesores de la causa revolucionaria del proletario quiere decir decidir si se habrá o no quien pueda llevar adelante la causa de la revolución marxista-leninista iniciada por la vieja generación de revolucionarios proletarios, si la dirección de nuestro Partyido y del Estado continuará o no en las manos de los revolucionarios proletarios, si nuestros descendientes continuarán o no a avanzar a lo largo de la justa senda trazada por el marxismo-leninismo, o, en otras palabras, si alcanzaremos o no a prevenir el nacimiento del revisionismo kruschoviano en China. En breve, se trata de una cuestión de extrema importancia, una cuestión de vida o muerte para nuestro Partido y nuestro país. Es una cuestión de fundamental importancia para la causa revolucionaria proletaria en los próximos cien, mil y diez mil años. Basándose en los cambios en la Unión Soviética, los profetas imperialistas apuntan sus esperanzas de la ‘evolución pacífica’ de la tercera o cuarta genración del Partido chino. Debemos desmentir esta profecía de los imperialistas. Desde nuestras más altas organizaciones a aquella de base, debemos donde sea cuidar constantemente la formción y la educación de los sucesores de la causa revolucionaria.

¿Qué requisitos deben tener los dignos sucesores de la causa revolucionaria del proletariado?

Ellos deben ser auténticos marcistas-leninistas y no, como Kruschev, revisionistas disfrazados de marxistas-leninistas.

Deben ser revolucionarios que de todo corazón sirvan a la gran mayoría del pueblo de China y de todo el mundo y no ser como Kruschev, que sirve a los intereses de un puñado de gente, o sea del estrato burgués privilegiado en su país, y a los intereses del imperialismo y de la reacción extranjera.

Deben ser hombres políticos proletarios, capaces de unirse y trabajar con la gran mayoría. Deben unirse no sólo con quién está de acuerdo, sino saber unir también con quién no lo está y, después que la práctica el haya probado sus errores, por último con quién en el pasado le adversaba. Deben estar particvularmente en guardia contra los arribistas y los conspiradores como Kruschev e impedir que tales oscuros elementos usurpen la dirección del Partido y del Estado a cualquier nivel.

Deben dar el ejemplo en el aplicar el centralismo democrático del Partido empadronarse del método de dirección basado en el principio ‘de las masas a las masas’, cultivar un estilo democrático que le haga capaces de escuchar a las masas. No deben, como Kruschev, ser despóticos y violar el cenrtralismo democrático del Partido, realizar ataques de sorpresa contra los compañeros y actuar de modo arbitrario y dictatorial.

Deben ser modestos y sagaces y cuidarse de la arrogancia, y de la precipitación; deben compenetrarse del espíritu de la autocrítica y tener el coraje de coreegir los defectos y los errores encontrados en su trabajo. No deben jamás, como Kruschev, esconder los propios errores, atribuirse todo el mérito y echar toda la culpa sobre otros. Los sucesores de la causa revolucionaria del proletariado emergen en la lucha de masas y se templan en las grandes tempestades de la revolución. Es esencial poner a prueba y juzgar los cuadros y escoger y formar los sucesores en el curso de prolongadas luchas de masas” (10). El centralismo democvrático es el principio organizativo fundamental del Partido del proletariado. Un principio irrenunciable, adversado y calumniado por los enemigos de clase, por los falsos comunistas y mal tolerado por los individualistas. El centralismo democrático es uno de los signos distintivos del Partido del proletariado. En ello no se puede haber sólo centralismo y sólo democracia. En el primer caso se carería en el militarismo burgués, en el segundo caso en la anarquía. Se requiere sea centralismo sea democracia en unidad dialéctica, y que sean activos ambos con el mismo relieve de modo que en el Partido sean la máxima expresión personal y la máxima unidad operativa revolucionaria.

Mao así explica el centralismo democrático: “En el seno del pueblo, la democracia y el centralismo están en relación reciproca y así la libertad y la disciplina. Son dos opuestos de una sólo identidad, en contradicción entre ellos pero al mismo tiempo unidos; no debemos acentuar unilateralmente un aspecto y negar el otro. En el seno del pueblo, no podemos dejar a menos la libertad, para también la disciplina; no pdemos hacer a menos democracia, pero tampoco el centralismo. Esta unidad de democracia y de centralismo, de libertad y de disciplina constituye nuestro centralismo democrático” (11).

En el Partido se puede tener ideas diversas, y sin que ello constituya un problema, pero después de la discusión, para no paralizar la acción del Partido, se deben poner en práctica sólo aquellas de la mayoría. Esta es la esencia del centralismo democrático, que Mao sintetiza con estas palabras: “Debemos reafirmar la disciplina de Partido: 1. El individuo está subordinado a la organización; 2. La minoría está subordinada a la mayoría; 3. El grado inferior está subordinado al grado superior; 4. Todo el Partido está subordinado al Comité Central. Quién vile estas reglas de disciplina, rompe la unidad del Partido” (12).

La minoría con todo puede siempre reproponer un nuevo examen de sus posiciones si los hechos, los eventos sucesivos, han demostrado que tenía razón. En tal caso la mayoría deberá hacer la debida autocrítica.

El Partido es un cuerpo vivo, pensante, actuante, combativo, completamente dedicado a la lucha de clases, compuesto por miembros provenientes de experiencias y formación diversa, con origen de clase y de edades varias, que llevan inevitablemente dentro al Partido contradicciones. Como que las contradiccionesen el Partido estarán aún después de la amalgama organizativa y la unificación del pensamiento sobre la base del marxismo-leninismo.pensamiento de Mao. Porque como afirma Mao, “Contraposición y lucha entre ideas diversas surgen constantemente en el Partido: esto es reflejo en el Partido de las contradicciones de clase existentes en la sociedad y la contradicción entre lo nuevo y lo viejo” (13).

Las contradicciones en el Partido pueden ser de dos tipos: aquellas en el seno del pueblo y aquellas entre nosotros y el enemigo, o sea los revisionistas de derecha y de “izquierda”. Las primeras no son antagónicas y pueden ser resueltas con la discusión y la persuasión, la segundas son antagonicas y son resueltas con una dura lucha ideológica de principio; a veces, sea han agotado todas las armas dialécticas, pueden ser resueltas con la radiación o a expulsión del Partido. Decisiones extremas, que se toman cuando ello es absolutamente necesario para la unidad revolucionaria y marxista-leninista del Partido.

La crítica y la autocrítica son los instrumentos que debemos usar para tratar las contradicciones en el seno del Partido. Primo, autocriticarse espontáneamente si se comenten errores. Secundo, criticar sin vacilación a quién se equivoca, o o que nos pareciese que se equivoque, quién el sea. Todos, quién más, quién menos, cometemos errores, pequeños, medios o grandes; de ahí todos somos sujetos a la crítica y a la autocrítica según la gravedad de los errores cometidos. En éste proceso devnimos más fuertes personalmente y colectivamente, porque aprendemos algunas cosas más y a repetir los mismos errores.

Autocriticarse es necesario para relimpiarnos de la influencia burguesa o revisionista y para evitar queotros miembros del Partido cometan los mismos errores. Criticar a quién se equivoca es necesario para impedir que las ideas, propuetas, modos de hacer no marxistas-leninistas tomen campo en el Partido, y para corregir a quién cometa errores de buena fe. Como dice Mao, “Estamos por la lucha ideológica activa, porque es el arma para asegurar la unidad del Partido y de las organizaciones revolucionarias y rendirles así idóneos para combatir. Todo comunista, hoy revolucionario debe empuñar esta arma.

El liberalismo al contrario rechaza la lucha ideológica y está por una paz sin principios; ello resulta una posición decadente y filistea, y la degeeración política de cierta unidad y algunos individuos en el Partido y en la organización revolucionaria” (14).

Quién rehuye de la lucha ideológica activa, quién no tolera la crítica, tira el puño y huye del Partido, quiere decir que no es un auténtico marxista-leninista. El Partido no se abandona nunca cual sea la cosa que suceda a nivel personal o colectivo. Lo que se deja solo cambia de color político y no se están más las condiciones subjetivas y objetivas para restaurar la línea y la dirección marxista-eninista. En éste caso empero no se debe retirar a la vida privada sino empeñarse para reconstruir el viejo Partido marxista-leninista.

Las enseñanzas de Mmao sobre el Partido del proletariado, el Partido marxista-leninista, están ya largamente practicada a todos los nível del PMLI, de ahora en adelante debemos aplicarlos con mayor decisión, precisión yconociemitno, con la conciencia ideológica, política y organizativa más alta y más madura.

Sobre la historia del Partido de proletariado en Italia

La cuestión del Partido del proletariado es una cuestión de fundamental importancia para el destino del proletariado, de la lucha de clases, de la revolución proletaria y del socialismo. Los primeros de hablar de tal Partido a nivel mundial han sido Marx y Engels. Ellos han tirado las bases en el “Manifiesto del Partido Comunista” de 1848 combartiendo contra ls concepciones erradas del socialismo y del comunismo, y sucesivamente, contra los anarquistas de Bakunin, que, impreganados de individualismo pequeño burgués, no aceptaban alguna disciplina y dirección. Pero es Lenin, profundo conocedor del marxismo desde cuando participaba en el movimiento revolucionario estudiantil, que ha elaborado la teoría del Partido marxista-leninista en el curso de la lucha por la fundación y la construcción del Partido ruso y contra el populismo, el economismo, el espontaneísmo y el menchevismo. Fuandamentales al respecto sus célebres obras “¿Qué Hacer?” de 1902 y “Un paso adelante y dos atrás” de 1904.

Stalin y Mao han hecho propios las enseñanzas de Lenin sobre el Partido, ellos han defendido contra los revisionistas de derecha y de “izquierda” y las han enriquecido sobre la base de las experiencias de sus propios Partidos y del Movimiento Comunista Internacional.

En Italia, el proletariado viene organizado en partido por la primera vez en el último ventenio del Ochociento. En precedencia existían sociedades obreras de socorro mutuo y después de “resistencia”, red de Ligas, red de haces, círculos de estudios sociales, Consulados obreros (Federacines de asociaciones de oficios) y después de Cámaras de Trabajo, esparcidas un poco por toda Italia.

En 1882 nace el partido obrero italiano bajo iniciativa del Círculo Obrero Milanés. En 1886 es disuelto por Depretis, pero se reconstituye al año siguiente. En 1892 es fundado en Génova el Partido Socialista Italiano, que en un primer momento asume el nombre de Partido de los Trabajadores Italianos. Los delegados provenían de todas partes de Italia en representación de las diferentes corriente que se reclamaban del socialismo: obreristas, socialistas revolucionarios, evolucionistas, republicanos colectivistas, anarquistas. La mayoría del Congreso guiada por Fillipo Turati, rompe organizativamente con los anarquistas y los obreristas, asume el marxismo y se pone el objetivo del socialismo.

Pero en el Programa, aprobado por el Congreso aparece clara la naturaleza reformista y revisionista del PSI.En eso en efecto se lee que es necesario una “lucha más amplia entendida a conquistar los póderes públicos (Estado, comunas, aministraciones públicas) para transformarlas en instrumento, cuales hoy son, de opresión y de explotación, en un instrumento para la emancipación económica y política de la clase dominante”. Esto debería suceder por vía electoral y parlamentaria.

Con la fundación del PSI los massinianos, los anarquistas, los obreristas, que hasta entonces habían influenciado y condicionado al movimiento obrero italiano, son derrotados, pero al mismo tiempo era saboteada la lucha por el verdadero socialismo. En un momento en la cual crecía la ola del proletariado hacia el socialismo, y la clase dominante burguesa tomaba medidas políticas, partidistas, tácticas para contrastar la legada del socialismo.

En ello ayudada por el Papa León XIII que, a través de su encíclica “Rerum Novarum” (Cosa Nueva), publicada el 15 de mayo de 1891, atacaba sistemáticamente al marxismo, al socialismo, la lucha de clase y la huelga; teorizaba el interclasismo, la colaboración entre las clases y la terera vía entre el liberalismo y el socialismo; u ponía las bases para el partido de los católicos italianos ligado al Vaticano.

El PSI se desenmascará completamente cuando arriba a atacar a Lenin y el socialismo auténtico, tanto de forzar a la minoría comunista a salir del partido y a fundar en Livorno, el 21 de enero de 1921, el PCd’I (Partido Comunita de Italia, nota del traductor), que después adotará el nombre de PCI. Un acto histórico revolucionario, que hace honor a los delegados de base que lo han cumplido.

Este partido nace para hacer la revolución socialista e instaurar la dictadura del proletariado. Pero no será así porque, como había sucedido al PSI, en él tomaron rápiamente la cabeza los democrátas burgueses, al inicio a trvés del sectario, dogmático y trotskysta Amadeo Bordiga, sucesivamente con los revisionistas de derecha Antonio Gramsci y Palmiro Togliatti.

Al final, como es conocido, el PCI,jamás auténticamente comunista, cierra las puertas gracias al trotskysta Achille Occhetto y a los oportunistas neoliberales Massimo D’Alema, Walter Veltroni y otros, entre los cuales Pier Luigi Bersani, ya de Vanguardia Obrera.

El PCI se autodesenmascara como partido revisionista, reformista, burgués y anticomunista gradualmente para no mucho al ojo de Lenin, Stalin, Mao y al proletariado firmemente intencionado a conquistar el socialismo y el poder político. Un pasaje fudamentalmente se da con el “partido nuevo” teorizado por Togliatti, inmediatamente después de su reingreso a Italia desde Moscú, en marzo de 1944, que comportaba, entre otras, la cancelación del vínculo al marxismo-leninismo para la adhesión al partido.

El semen del revisionismo y del reformismo está empero en Gramsci. Lo explica cándidamente, ahora que no hay más nada que esconder, el viejo trotskysta ingrainiano Alfredo Reichlin, actual dirigente del PD (el exPCI luego de su degeneración cambió de nombre a Partido Democrático. Nota del traductor), en “La Unidad” del 6 de febrero de este año. Sus palabras son estas: “El PCI es nacido por el impulso de la Revolución de Octubre pero que en el fondo se nutrió de una gran herejía respecto a la “vulgata” del leninismo… La historia de los comunistas ha sido tambipen pensarse como los grandes reformadores que en Italia no habían sido. Los nuevos jacobinos y los nuevos luteranos. Viene de aquí. La gran idea gramsciana de un partido diverso respecto a las formaciones revolucionarias precedentes y el modelo de profesionistas del golpe de Estado que podía derivar de una lectura acrítica de la Revolución rusa. El PCI repudia la visión catastrofista y muy simplista del poder que venía de Lenin. La idea al contrario sobre la cual habíamos edificado el PCI era lo opuesto: la idea de la hegemonía. Una clase deviene dominante so antes aún de tomar el poder deviene dirigente, si está en grado esto es de ejercer una dirección intelectual y moral sobre toda la sociedad, si elabora una cultura más avanzada y reunifica al pueblo con los intelectuales. Se crea en suma una clase dirigente. Y esto fue el pan que nosotros comimos junto con tantas otras ingenuidades. Fue una idea nuestra –concluye Reichlin- original de la revolución italiana. No ‘hacer como en Rusia’”.

El PCI se autodisuelve en 1991 porque ha agotado su función “comunista” y porque sus dirigentes tenían necesidad de rifarse una virginidad y de relanzarse como auténticos demócratas burgueses fieles al capitalismo.

Los grandes maestros del proletariado internacional han seguido atentamente y personalmente las vicisitudes referentes al Partido italiano, dada la relevancia de la historia y la importancia del proletariado de nuestro país.

Marx y Engels han escrito páginas fundamentales sobre el Resurgimiento italiano desde 1848 a la Unidad de Italia en 1861. Engels, elegido el 1 de agosto de 1871 Secretario de la Primera Internacional para Italia, hasta su muerte, sucedida en 1895, ha seguido paso a paso el movimiento obrero italiano. En 1893 ha publicado un prefacio italiano para El Manifiesto del Partido Comunista, y se ha extendido en tantos consejos a quién se ocupaba del movimiento obrero italiano. Célebre su carta de 1894 a Turati en la cual disuadía al líder del pSI de entrar en el gobierno burgués como minoría.

Lunin ha desenvuelto un papel fundamental para desenmascarar a Turati y a Bordiga, y para la fundación del PCI. Stalin ha tratado hasta lo último de tener bajo control a Togliatti haciéndole trabajar para la Tercera Internacional y después para el Movimiento comunista mundial.

Mao se ha esforzado por desenmascarar el revisionismo del PCIO haciendo publicar dos importantes editoriales en la prensa del Partido. El primero en el “Diario del Pueblo”, órgano del CC del PCCh, del 31 de diciembre de 1962 con el título “Las divergencias ente el compañero Togliatti y nosotros”, el segundo en “Bandera Roja”, órgano teórico del CC del PCCh, de junio de 1963 con el título “Otra vez sobre las divergencias entre el compañero Togliatti y nosotros”.

Estas dos intervenciones de alto contenido ideológico han sido esenciales para los primeros cuatro pioneros del PMLI para hacerles compender la naturaleza revisionista del PCI, para orientarles ideológicamente, políticamente y organizativamente y para combatir, a comenzar desde 1967, a la camarilla revisionista de Togliatti.

Inmediatamente después de su cierre, el puesto del PCI ha sido tomado por el partido trotskysta Refunación Comunista de Armando Cossutta, Dilibertro y Garavini, y después de Fausto Bertinotti, Nichi Vendola y Franco Giordano, finalmente de Paolo Ferrero. Otros partidos, grupos y movimientos se autodefinen comunists, en primer lugar el Partido de los Comunistas Italianos de Diliberto y de un exesponente de “Lucha Continua” Marco Rzzo. Este último, después que ha sido expulsado del partido, ha fundado Comunistas-izquierda popular ligado al partido comunista griego.

Un hilo común liga a todos ellos: Gramci; alguno, como Fosco Gianni del “Ernesto”, agrega a Lenin, para estar seguro que el nuevo embaucamiento de la “reconstrucción del partido comunista” coenvuelva a los que quieren “hacer como en Rusia”. Será empero difícil que se haga engañar quién conozca a Lenin.

Con todo el proletariado italiano tiene su Partido, el PMLI, y de ahí a los sinceros coautores del socialismo y quién quiera verdaderamente cambiar esta sociedad burguesa tienen toda la posibilidad para comprender de que parte estar y que cosa hacer, una vez que vengan en conocimiento del Partido.


La misión histórica del PMLI

El PMLI es nacido para hacer la revolución socialista y la hará, si alcanzaramos a tener lejos a los revisionistas y a los agentes de la burguesía que inevitablemente, cuando seamos numéricamente más fuertes y mayoritariamente ligados en las masas, intentaran de infiltrarse en el Partido, de tomar el poder y desviarlo de la vía de Octubre.

Salvar a China”. Esto es aquello que quería Mao, y lo ha hecho. “Salvar a Italia”. Esto es aquello que quiere el PMLI, y se logrará, aunque pasasen mil años. Nuestra misión histórica es aquella de suprimir el capitalismo, apartar del poder a la burguesía y guiar al proletariado a la conquista del poder político y del socialismo. Como lo ha dicho el compañero Mino Pasca, respondiendo con un mensaje del 18 de diciembre de 2009 a los augurios de cumpleaño, “ Los hombres pasan, el PMLI vivirá hasta que no haya realizado el paraíso sobre esta tierra”. Una empresa titánica, que exige la total dedicación y la máxima preparación de los marxistas-leninistas y la participación activa y consciente del proletariado y de sus aliados. No existe en teoría y en la práctica una reta en fgrado de hacer cambiar la naturaleza del capitalismo, ni menos la vieja receta reformista del llamado “nuevo modelo de desarrollo” relanzada por Vendola y por otros su sus similes, entre los cuales el ex”ultraizquierdistas” y espontaneistas.

Los incidentes referentes a la P3, P4, los escándalos de Berlusconi, Trantini, Frisullo, Tedesco, Morichini, Pronzato, Penati y otros, coimopolis, (…) dan el cuadro claro de la corrupción, escualidez, de la pudrición que reina soberana en la case dominante burguesa, en el Estado burgués y en los poilicastros burgueses de derecha y de “izquierda”. Imposible tirar abajo todo eso si no se recurre a la escoba de la revolución proletaria y del socialismo. En ocasión del 3º Congreso Nacional del PMLI que, como ha recordado la compañera Monica Martenghi en su saludo, se ha tenido en diciembre de 1985, en esta sala, habíamos lanzado el diseño genral del socialismo en Italia. Lo poníamos a la atención del proletariado, de als masas y de las nuevas generaciones para valorarlo, hacerlo propio y sirviese para orientar y dar un respiro estratégico a sus luchas.

Al mismo tiempo invitábamos a todas las fuerzas políticas, sindicales, sociales, culturales, religiosas antifascistas a unirse para abatir a Berlusconi, el nuevo Mussolini y el principal masacrador social. No podemos ciertamente esperar la termianción de la legislatura de 2013 porque él puede causar otros y m´s fgraves daños al pueblo y al país y revencer en las elecciones.

Como que sus maniobrs económicas, y los designios constitucionales a ella coligados, no deben pasar. Es un golpe institucional porque inviste a los artículos 41, 53, 81 y 119 de la Constitución, cancela el contrato nacional de trabajo y el artículo 18 del Estatuto de los Trabajadores, y golpea duramente a los trabajadores y a las masas populares, por cuanto se refiere en particular a las pensiones para las trabajadoras, los servicios sociales y asitenciales, la sanidad y los servicios públicos.

Una masacre constitucional, social y sindical sin prededentes que puede se detenido sólo por una revuelta popular. En el parlamento no están los votos y las sedicentes oposiciones no ponen en discusión los llamados saldados, o sea las cifras de la maniobra que amontonan los 70 millardos desde aquí al 2014.

Esta mortífera maniobra, valada por el nuevo Vittorio Emanuele III Giorgio Napolitano, la deben pagar exclusivamente qiuienes tienen dinero para pagarla, estos es los financieros, los patrones y los ricos, aquel 10% de los italianos que poseen el 45-50% de las riquezas del país.

Portanto pedimos la cancelación de la deuda pública, de la constitucionalización de las cuentas de balance y de la total libertad de empresa, de los artículos referentes al contrato nacional, el artículo 18, las pensiones, el bloqueo de dos años de las liquidaciones de los trabajadores públicos, la liberalización y la s privatizaciones, las fgrandes obras. Además pedimos la salida de Italia de la Unión Europea y la restauración de la lira, la nacionalización de la banca, la tasa sobre los fgrandes patrimonios, la retasación de los dineros exportados de quien ha usado el escudo fiscal, la tasa de transacciones financieras, el desmantelamiento de los presupuestos militares, el retiro de los soldados italianos de todas las “misiones” al exterior, el estipendio de los parlamentarios no más del triple del salario medio obrero, la abolición del vitalicio a los parlamentarios, la asumción a tiempo indeterminado de los precarios, un plan para la plena ocupación, la cancelación del ticket sanitario y del aumento del IVA.

La actual devastante crisis económica demuestra también un vez más que el capitalismo no puede evitar la crisis por sus contradicciones internas y por las contradicciones intercapitalistas. Ella demuestra también que, en la fase suprma del capitalismo, el imperialismo, el capital financiero tiene prdominio sobre el capital industrial e impone su voluntad a los gobiernos, a los Estados y a las coaliciones de Estados.

Para abolir esta crisis y el dominio del capital no hay otra senda que abolir al capitalismo. Debemos por eso combatir todfa ilusión electoral, parlamentaria, gobernativa, constitucional, reformista y pacífica, y al mismo tiempo convencer a los movimientos de masas de los cuales hacemos parte a ser autónomos e independientes de las instituciones burguesas y de los gobiernos burgueses, cual sea el color que ellos tengan. Comprendidos los gobiernos naranja de Luigi De Magistris y de Giulano Pisapia, que se adoptan para integrar a los movimientos y a la izquierda social en las instituciones burguesas y en el capitalismo a través de la llamada “democracia participativa”

Nosotros estamos netamente contra la “cohesión nacional” y el “pacto social” entre oprimidos y opresores, entre explotados y explotadores, entre gobernantes burgueses y gobernados. Poruqe esto significa únicamente reforzar el capitalismo, sus instituciones y sus gobiernos y frenar la lucha de clase.

Nosotros debemos unirnos con todos aquellos con los cuales podemos unirnos sobre cuestiones inmediats de común interés, practicando una amplia política de frente unido y de alianzas con un atento ojo político y sobre la base de la estrategia y de la táctica del Partido.

Nosotros sostenemos el movimiento popular contra la TAV en la Val de Susa y expresamos nuestra áxima solidaridad militante a sus combatientes, que la otra noche han sido agredidos por las “fuerzas de orden” del neofascista Maroni.

Debemos apoyar todos los movimientos de masa anticapitalistas y a las organizaciones humanitarias. Aún si no hacemos parte, como es el caso de Emargency, que está teniendo su encuentro nacional contemporáneamente a nuestra conmemoración de Mao en este mismo Palacio de los Congresos. A ella expresamos nuestra solidaridad y nuestro sotén por su iniciativa por la libertad del voluntario Francesco Azzará secuestrado recientemente en Darfur.

Queridas compañeras, queridos compañeros,

La conmemoración de Mao con tod llega a término. Entre poco se repartirán por vuestras ciudades, algunos de vosotros diretamente del exterior en cuanto emigrados, para reemprender vuestros puestos de lucha. Como en el pasado, le seguiremos con el pensamiento y brindándole toda la ayuda que nos sea posible. Todos los militantes y simpatizantes activos del PMLI están en el corazón del CC, del Buró Político y del Secretario General Al asefguarles y en el augurio de nuevos y más grandes éxitos, tomo en préstamo las palabras que Mao dirigía a los compañeros que estaban por partir hacia el frente. Entonces, era el 26 de agosto de 1945, el pueblo chino combatía contra los agresores japoneses.

Con el lenguaje lírico y con una de sus más explendidas metáforas, así Mao expresaba: “Todos los compañeros que se dirigen al frente deben ser espiritualmente preparados de modo que, una vez en el puesto, puedan echar raíces, florecer y dar frutos. Nosotros comunistas somos como las semilas y el pueblo es como la tierra. Dónde vayamos, nuestros compañeros deben establecer buenas relaciones con las masas, tomarse cuidad de ellas y ayudarlas a superar las dificultades. Debemos unirnos a las amplias masas populares; cuanto más lo hagamos, mejor será! (15).

Es exactamente aquello que debemos hacer todos nosotros. ¡Mao, te lo prometemos! ¡Mao, gracias de todo!

¡Con Mao para siempre!

¡Apliquemos ls enseñanzas de Mao sobre el Partido del proletariado!

¡Adelante con fuerza y confianza hacia la Italia unida, roja y socialista!

¡Con los Maestros y el PMLI venceremos!

Publicado por Il Bolscevico








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Datos personales

periodista obrero. Comunista (marxista-leninista). Antiimperialista, anticapitalista y antimilitarista.