El recurso interpuesto por el Partido Comunista Revolucionario,
en favor del socialismo
En todo el mundo, nuestras sociedades están en crisis. Es obvio como evidente. Por un lado, las economías de la mano empantanado, y el otro resienten las personas, se levanten y se rebelan. De un continente a otro, se eleva una justa indignación y se extiende.
Las condiciones está reunidas para que una explosión social puede ser fructífera. Oportunidad única para abrir finalmente una humanidad sedienta de algo mejor.
¿Qué movimiento se necesita?
El primer riesgo que se yergue contra el viento de la protesta popular es la de ser canalizada hacia vías estériles. Se ha sugerido también que empieza - entre los oprimidos e indignados de este mundo - una cruzada moral contra el "abuso" y los "excesos" de todo tipo y para eliminar las manzanas podridas de la cesta.
Sin embargo, es una enorme pérdida de buena voluntad la de tratar de moralizar o una medida política contra los especuladores corruptos. Es ir tras los síntomas de la enfermedad en los hogares. Un esfuerzo sin fin que agotará nuestra ira. No hay manera de rescatar la sociedad capitalista, o incluso la ilusión de democracia que se juegan en los parlamentos. Estos pilares de nuestra civilización empiezan a tambalearse, dejemos de apoyarlos con el brazo extendido, en su lugar apresurar su colapso. Hay mucho más para construir.
Detrás de los síntomas, causas y la injusticia crisis
Vivimos bajo el capitalismo. Obvia, por supuesto, pero ¿cómo de largo alcance. Esto significa que toda nuestra sociedad está organizada de acuerdo a un objetivo ciego y tirano, la acumulación de beneficios. Esta carrera es impulsada por la operación de acumulación de capital de los Trabajadores y el despilfarro de los recursos naturales. Se beneficia principalmente a una clase minoritaria, especialmente los empresarios, banqueros y políticos que lo dirigen.
Se trata de la acumulación capitalista que determina el empleo, el desempleo, los salarios, las tasas de trabajo, los traslados, los presupuestos estatales. Fue ella la que despide, romper las huelgas y los sindicatos, los flujos de residuos industriales, los subsidios en efectivo, los políticos corruptos, las guerras de agresión y los pueblos colonizados. Y fue ella la que, desde 2008, es líder mundial en su estela de dolor y la violencia de una profunda crisis económica y social.
Las leyes del capitalismo - no sólo sus excesos - son la verdadera fuente de las injusticias que tenemos que liberarnos. Nuestro futuro está en su desaparición.
Nuestro futuro está en una economía en la que las personas que trabajan colectivamente de su propia voluntad y se planificarán, bajo la dirección de la democracia. En una sociedad donde nos ha toca acumular a costa de la mayoría, pero de acuerdo a las necesidades de toda la población humana, sin olvidar a nadie. Donde todos disfruten de su derecho a condiciones dignas y limpias para maximizar su potencial. En pocas palabras, nuestro futuro está en el comunismo.
¿Cómo romper con la sociedad capitalista?
Al igual que todos los modos de producción y todos los regímenes políticos del pasado, el capitalismo va a desaparecer. Históricamente, se ha llegado a su fin y es por eso que está en todas partes abrumado por dificultades cada vez mayores. Por desgracia, el capitalismo no puede reducirse simplemente a un sistema de leyes económicas abstractas y anónimas. No es una idea anticuada que hay que refutar. Tampoco será la buena voluntad de la clase dirigente poderosa - la burguesía propietaria de los medios de producción - la que determinará de evitar ser barrida de la escena de la historia. Ya que causa todas las crisis del sistema reaccionario en lugar de renunciar a sus privilegios.
El campo con el que enterrar al capitalismo y sus injusticias, es necesariamente el de la lucha de clases. No habrá continuación de la historia que una vez que derrotó a la burguesía por el proletariado, la clase de trabajadores hombres y mujeres que sufren la dominación y explotación.
La revolución se construye por la acción de hoy
Aún rodeado por la crisis, la burguesía es un digno oponente. Se controla la producción, las finanzas, los medios de comunicación y, sobre todo, se basa en un Estado capitalista y musculoso conforme a sus intereses. Y a pesar de lo que muchos quisieran creer, aunque una minoría, es un poco más del 1% de la población y tiene muchos siervos fieles. Sólo una revolución socialista puede aislar y desarmar a esa clase y deshacerse de los parásitos.
La revolución no ocurre, ni el triunfo es por casualidad. Es el producto de una lucha consciente y de largo plazo dirigido por miles de trabajadores de carne y hueso, gente común como heroica. Las personas que hacen la acción decisiva primero deben comprometerse en la lucha.
Algunas de las propuestas ahora a su alcance:
1) Para discutir, compartir nuestros problemas colectivos, convencer a los que nos rodean de la necesidad de la lucha por transformar radicalmente la sociedad. Combatan las actitudes tales como el sexismo y el racismo que divide el campo de la gente.
2) Organizarce en nuestros lugares de trabajo, nuestras escuelas, nuestros comités de barrios para la revolución y el socialismo. Estos comités servirán de base para la difusión de las ideas revolucionarias en la distribución de periódicos y folletos, la organización de eventos y acciones, por ejemplo, para exponer los recortes de servicios públicos, la solidaridad con los huelguistas, ocupación fábrica, responder a la discriminación racial por la policía, actuando en represalia contra una industria contaminante, etc.
3) Desarrollar la organización revolucionaria del proletariado para poder unir y liderar la lucha por el socialismo.
En Montreal: Para debatir y participar, cumplir con los camaradas del Partido Comunista Revolucionario, a la biblioteca Maison Norman Bethune (1918 Frontenac Street, cerca del metro Frontenac, info (arroba) por PCR rcp.ca )
-> La llamada en formato PDF (versión nacional)
-> La llamada en formato PDF (versión regional - Montreal)
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