Nota de Luminoso Futuro: Con
satisfacción plena y orgullo de clase
reproducimos este artículo de los camaradas del blog ODIO DE CLASE. No obstante,
ésta nuestras intromisión, pedimos los camaradas nos excusen el adicionarle
éste nuestro comentario interpretativo introductorio. En la historia clasista de
la humanidad sólo han existido la violencia de los explotadores y opresores y
la violencia de los explotados y oprimidos.
Moderación sólo la reclama el esclavo satisfecho, preocupado primordialmente no
se ponga en peligro su mísera pensión futura, o el bribón lacayo del opresor. Con
violencia se hizo toda la historia de España, desde Viriato, pasando por la Reconquista,
al fundamentalismo católico-franquista del Borbón. Con la violencia pues se
construyó la modernidad, tinta en la sangre de pueblos, nacionalidades y
naciones el capitalismo español de hoy. Con la guerra independentista prolongada
la burguesía americana se liberó del
yugo colonial español. Ciertamente, el odio
de clase es la condición primaria de la libertad. En esto a la historia los moderados nada positivo nada han aportado, salvo cubrir con buenas intenciones
la explotación y el aplastamiento sangriento de los oprimidos. El moderado es
el esclavo que besa las cadenas de su pobreza de espíritu, su traición a la
libertad, en aras del primero yo, y;
que aún tiene la desvergüenza de esforzarse en convencer al pueblo
revolucionario de la necedad histórica de aplastar al opresor y no limitarse a
dorar las cadenas de la opresión. ¡Espartaco, avergüénzate de no pagar tributo
a esa ignominia! ¿Mueres combatiendo por la libertad de la humanidad trabajadora
toda o reniegas de ti mismo y mueres dosificadamente ha todo lo largo de tú
vida? Eso no llegarán a comprenderlo, jamás,
los partidarios de la moderación, los partidarios del mal menor. Sólo con la guerra revolucionaria del pueblo
nace la libertad.
En este mundo tan injusto ser moderado es ser complice de tanta opresión e
injusticia existente.
EN ESTE MUNDO NO HAY NINGÚN MOTIVO PARA LA MODERACIÓN.
La pobreza no es un dato ocasional, sino la esencia de la economía capitalista, la principal proveedora de miseria moral y material de la historia humana.
En el Estado Español, el desempleo afecta a casi 6 millones de personas. En 1’57 millones de hogares ya no hay ningún trabajador en activo. 900.000 personas viven con menos de 3.000 euros al año. La recesión agravará estas cifras en 2012, destruyendo al menos 500.000 empleos.
Los economistas más "optimistas" no auguran signos de recuperación hasta la segunda mitad del 2013, pero muchos economistas se muestran escépticos y auguran dos décadas de empobrecimiento. Los países de sur de Europa se precipitan hacia escenarios tercermundistas.
Ya no es suficiente ocupar plazas y alzar las manos. La soberanía sólo es legítima cuando procede de la voluntad popular, pero en la actualidad nos gobiernan los bancos, los fondos de inversión y las agencias de calificación. Ya no se trata de protestar, sino de resistir y resistir significa luchar con determinación y coraje, recordando que sólo somos pueblo cuando fundimos nuestras fuerzas y perdemos el miedo a las bocachas, las pelotas de goma y los botes de humo.
Marx no se equivocaba al afirmar que la historia del ser humano es la historia de la lucha de clases. Las clases dominantes están asegurando sus beneficios con políticas de austeridad que comprometen el futuro de los servicios públicos. Las privatizaciones son una forma encubierta de expropiación que arroja a la precariedad y el desamparo a los sectores más débiles de la sociedad.
La reciente reforma del mercado laboral reducirá a escombros las conquistas de la clase obrera.Los perdedores de la globalización ya no son multitudes airadas, sino masas que no logran transformar su malestar en conciencia política.
Ser rebeldes y radicales no es un acto de inmadurez, sino un gesto necesario en un mundo estremecido por el sufrimiento.
Hoy más que nunca es necesario organizarse para plantar cara a tanta vileza e injusticia. Hoy más que nunca los oprimidos necesitan organizarse para tumbar este sistema y levantar sobre sus escombros uno al servicio sus intereses.
La organización de la clase obrera y clases populares pasa por la construcción de un Partido Comunista Combatiente, revolucionario y consecuente que sea capaz de organizar y dirigir a los oprimidos hacia la Revolución y hacia la construcción de una sociedad nueva a su servicio.
EN ESTE MUNDO NO HAY NINGÚN MOTIVO PARA LA MODERACIÓN.
La pobreza no es un dato ocasional, sino la esencia de la economía capitalista, la principal proveedora de miseria moral y material de la historia humana.
En el Estado Español, el desempleo afecta a casi 6 millones de personas. En 1’57 millones de hogares ya no hay ningún trabajador en activo. 900.000 personas viven con menos de 3.000 euros al año. La recesión agravará estas cifras en 2012, destruyendo al menos 500.000 empleos.
Los economistas más "optimistas" no auguran signos de recuperación hasta la segunda mitad del 2013, pero muchos economistas se muestran escépticos y auguran dos décadas de empobrecimiento. Los países de sur de Europa se precipitan hacia escenarios tercermundistas.
Ya no es suficiente ocupar plazas y alzar las manos. La soberanía sólo es legítima cuando procede de la voluntad popular, pero en la actualidad nos gobiernan los bancos, los fondos de inversión y las agencias de calificación. Ya no se trata de protestar, sino de resistir y resistir significa luchar con determinación y coraje, recordando que sólo somos pueblo cuando fundimos nuestras fuerzas y perdemos el miedo a las bocachas, las pelotas de goma y los botes de humo.
Marx no se equivocaba al afirmar que la historia del ser humano es la historia de la lucha de clases. Las clases dominantes están asegurando sus beneficios con políticas de austeridad que comprometen el futuro de los servicios públicos. Las privatizaciones son una forma encubierta de expropiación que arroja a la precariedad y el desamparo a los sectores más débiles de la sociedad.
La reciente reforma del mercado laboral reducirá a escombros las conquistas de la clase obrera.Los perdedores de la globalización ya no son multitudes airadas, sino masas que no logran transformar su malestar en conciencia política.
Ser rebeldes y radicales no es un acto de inmadurez, sino un gesto necesario en un mundo estremecido por el sufrimiento.
Hoy más que nunca es necesario organizarse para plantar cara a tanta vileza e injusticia. Hoy más que nunca los oprimidos necesitan organizarse para tumbar este sistema y levantar sobre sus escombros uno al servicio sus intereses.
La organización de la clase obrera y clases populares pasa por la construcción de un Partido Comunista Combatiente, revolucionario y consecuente que sea capaz de organizar y dirigir a los oprimidos hacia la Revolución y hacia la construcción de una sociedad nueva a su servicio.
Publicado por el Blog Camarada ODIO DE CLASE
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