En Colombia la situación de mujer sigue siendo dramática y en la
medida en que se ha profundizado la crisis económica del sistema capitalista, se
agudiza aún más la opresión a la mujer y los niños. Este 8 de marzo, al
conmemorar 105 años de la valiente lucha de las obreras textileras en Estados
Unidos y el asesinato de 129 trabajadoras que estaban en huelga y fueron
encerradas por el patrón e incineradas, llamamos a conmemorarlo con rebeldía y
odio hacia el capitalismo imperialista.
Y debe ser así, por cuanto el desempleo, el pírrico salario de
$589.500, la inestabilidad laboral con la llamada tercerización, el hambre y la
miseria generalizadas, ponen a las familias en guerras intestinas donde el
hombre proletario se convierte en el principal agresor. El capitalismo envilece
la familia y lleva al extremo la opresión de la mujer.
Según cifras oficiales, diariamente 245 mujeres son víctimas
de algún tipo de violencia; en la última década 400 mil fueron abusadas, las
agresiones con acido en el 2010 fueron 55, en el 2011 42, el empalamiento es
usado como un arma contra las mujeres en la guerra reaccionaria que se libra en
los campos y que ha ocasionado más de 4 millones de desplazados; se sabe que
los paramilitares retienen a las adolecentes por varios días y las convierten
en esclavas sexuales, y que quienes se atreven a denunciar sus crímenes son castigadas
con la violación.
El machismo que se sustenta en la propiedad privada sobre la
mujer, se ha acentuado a tal punto que una práctica tan aberrante como desfigurar
a las mujeres con ácido, común entre los fundamentalistas de los países árabes,
se utiliza también en Colombia; la muerte o la amenaza de agresión se ha vuelto
muy común, solamente porque ella decide no continuar con él; todo esto es
responsabilidad de un sistema que se basa en la propiedad privada y refuerza
con toda su propaganda diaria en la
TV , radio, revistas, etc., que la mujer es una mercancía que
se compra, se vende, se exhibe y se ultraja, aduciendo que es “culpa” de ella.
Bajo el capitalismo, las mujeres soportan además de la
explotación en las fábricas, las plantaciones o las oficinas, la otra jornada
no remunerada, la de las labores domésticas, consideradas una obligación suya
al igual que el cuidado de los hijos, en la que si el compañero quiere colabora
o no y no se asumen como una responsabilidad mutua.
La opresión de la mujer no ha existido siempre, surgió en el
momento en que apareció la propiedad privada y la humanidad se dividió en clases
sociales, y también desaparecerá con ellas; las mujeres obtendrán su
emancipación cuando la clase obrera destruya el capitalismo y por tanto la
propiedad privada; su causa es la causa del proletariado. Sólo a esta clase le
conviene desatar el torrente
revolucionario de las mujeres, que por cierto en Colombia son
valerosas, de una fuerza inimaginable para levantarse nuevamente y seguir luchando;
el triunfo sobre la burguesía es imposible sin la participación activa de las
mujeres.
Es ingenuo creer que bajo el capitalismo se puede resolver el
problema de fondo; por más entidades estatales especializadas en el problema de
la mujer que se inventen, siempre serán mentirosas las leyes creadas con el
supuesto de favorecerlas; así como hipócritas y demagógicos son los discursos de
Santos llamando a defender sus derechos; la burguesía no puede y no le interesa
resolver este problema. A las mujeres que participan en esas entidades creyendo
sinceramente en mejorar la condición de la mujer, les decimos que se unan a la
causa del proletariado, está demostrado que el capitalismo no puede resolver el
problema de la mujer, mucho menos en su fase imperialista de decadencia y
descomposición.
Llamamos a las mujeres obreras y campesinas a participar
activamente en la construcción del Partido del proletariado que dirija la
revolución socialista y la instauración del Estado de obreros y campesinos, el
cual inmediatamente conquistada la victoria:
1. Prohibirá de toda forma de discriminación contra la mujer
(salarios, órganos de poder, etc.)
2. Socializará las tareas del hogar
3. Promoverá la socialización de la crianza de los hijos
4. Atenderá especialmente asuntos como el embarazo
5. Garantizará el derecho al aborto atendido adecuadamente,
aun cuando no lo promoverá
6. Combatirá las prácticas de esterilización forzada
7. Desplegará una intensa labor de educación en toda la
sociedad extirpando la idea sobre el “derecho” del hombre a dominar la mujer, erradicando
el maltrato físico, verbal y psicológico de los hombres sobre las mujeres
Aunque las terribles condiciones del capitalismo hacen
aparecer nubarrones y deja a las mujeres en una sin salida, no puede olvidarse el
dicho popular según el cual, “nunca está más oscuro que cuando va a amanecer”.
En efecto, un amanecer de lucha recorre los caminos en
Colombia, los obreros hacen huelgas, las manifestaciones y los combates en las calles
se presentan y las mujeres están allí presentes, como nunca! Y más allá de los
combates contra las consecuencias de la podredumbre de un sistema en agonía, se
alza luminoso el futuro de la revolución que hoy construyen las mujeres en la India , junto con sus
hermanos obreros y campesinos levantados en armas contra el viejo Estado de los
explotadores, donde un nuevo poder está surgiendo en medio de la Guerra Popular.
Es el amanecer de la revolución y el socialismo que emerge de
las entrañas del capitalismo imperialista cuya inmundicia contamina la
sociedad, explota, oprime y degrada especialmente a las mujeres, quienes deben
marchar al lado de sus hermanos hombres, con todos los explotados y oprimidos,
a destruirlo, a darle sepultura, para empezar por fin la verdadera emancipación
de las
mujeres.
¡MUJERES COMO ESCLAVAS NUNCA MÁS!
¡VIVA LA MUJER COMBATIVA Y
REVOLUCIONARIA!
¡ABAJO EL CAPITALISMO IMPERIALISTA,
VIVA LA
REVOLUCIÓN SOCIALISTA !
Publicado por Revolución Obrera nº. 359
Para leer el periódico ir al siguiente enlace:
No hay comentarios:
Publicar un comentario