El Gran Sol Rojo del Amanecer

lunes, 4 de marzo de 2013

Destruir el Capitalismo Imperialista… es el Comienzo de la Verdadera Emancipación de la Mujer



En Colombia la situación de mujer sigue siendo dramática y en la medida en que se ha profundizado la crisis económica del sistema capitalista, se agudiza aún más la opresión a la mujer y los niños. Este 8 de marzo, al conmemorar 105 años de la valiente lucha de las obreras textileras en Estados Unidos y el asesinato de 129 trabajadoras que estaban en huelga y fueron encerradas por el patrón e incineradas, llamamos a conmemorarlo con rebeldía y odio hacia el capitalismo imperialista.

Y debe ser así, por cuanto el desempleo, el pírrico salario de $589.500, la inestabilidad laboral con la llamada tercerización, el hambre y la miseria generalizadas, ponen a las familias en guerras intestinas donde el hombre proletario se convierte en el principal agresor. El capitalismo envilece la familia y lleva al extremo la opresión de la mujer.

Según cifras oficiales, diariamente 245 mujeres son víctimas de algún tipo de violencia; en la última década 400 mil fueron abusadas, las agresiones con acido en el 2010 fueron 55, en el 2011 42, el empalamiento es usado como un arma contra las mujeres en la guerra reaccionaria que se libra en los campos y que ha ocasionado más de 4 millones de desplazados; se sabe que los paramilitares retienen a las adolecentes por varios días y las convierten en esclavas sexuales, y que quienes se atreven a denunciar sus crímenes son castigadas con la violación.

El machismo que se sustenta en la propiedad privada sobre la mujer, se ha acentuado a tal punto que una práctica tan aberrante como desfigurar a las mujeres con ácido, común entre los fundamentalistas de los países árabes, se utiliza también en Colombia; la muerte o la amenaza de agresión se ha vuelto muy común, solamente porque ella decide no continuar con él; todo esto es responsabilidad de un sistema que se basa en la propiedad privada y refuerza con toda su propaganda diaria en la TV, radio, revistas, etc., que la mujer es una mercancía que se compra, se vende, se exhibe y se ultraja, aduciendo que es “culpa” de ella.

Bajo el capitalismo, las mujeres soportan además de la explotación en las fábricas, las plantaciones o las oficinas, la otra jornada no remunerada, la de las labores domésticas, consideradas una obligación suya al igual que el cuidado de los hijos, en la que si el compañero quiere colabora o no y no se asumen como una responsabilidad mutua.

La opresión de la mujer no ha existido siempre, surgió en el momento en que apareció la propiedad privada y la humanidad se dividió en clases sociales, y también desaparecerá con ellas; las mujeres obtendrán su emancipación cuando la clase obrera destruya el capitalismo y por tanto la propiedad privada; su causa es la causa del proletariado. Sólo a esta clase le conviene desatar el torrente
revolucionario de las mujeres, que por cierto en Colombia son valerosas, de una fuerza inimaginable para levantarse nuevamente y seguir luchando; el triunfo sobre la burguesía es imposible sin la participación activa de las mujeres.

Es ingenuo creer que bajo el capitalismo se puede resolver el problema de fondo; por más entidades estatales especializadas en el problema de la mujer que se inventen, siempre serán mentirosas las leyes creadas con el supuesto de favorecerlas; así como hipócritas y demagógicos son los discursos de Santos llamando a defender sus derechos; la burguesía no puede y no le interesa resolver este problema. A las mujeres que participan en esas entidades creyendo sinceramente en mejorar la condición de la mujer, les decimos que se unan a la causa del proletariado, está demostrado que el capitalismo no puede resolver el problema de la mujer, mucho menos en su fase imperialista de decadencia y descomposición.

Llamamos a las mujeres obreras y campesinas a participar activamente en la construcción del Partido del proletariado que dirija la revolución socialista y la instauración del Estado de obreros y campesinos, el cual inmediatamente conquistada la victoria:

1. Prohibirá de toda forma de discriminación contra la mujer (salarios, órganos de poder, etc.)
2. Socializará las tareas del hogar
3. Promoverá la socialización de la crianza de los hijos
4. Atenderá especialmente asuntos como el embarazo
5. Garantizará el derecho al aborto atendido adecuadamente, aun cuando no lo promoverá
6. Combatirá las prácticas de esterilización forzada
7. Desplegará una intensa labor de educación en toda la sociedad extirpando la idea sobre el “derecho” del hombre a dominar la mujer, erradicando el maltrato físico, verbal y psicológico de los hombres sobre las mujeres

Aunque las terribles condiciones del capitalismo hacen aparecer nubarrones y deja a las mujeres en una sin salida, no puede olvidarse el dicho popular según el cual, “nunca está más oscuro que cuando va a amanecer”.

En efecto, un amanecer de lucha recorre los caminos en Colombia, los obreros hacen huelgas, las manifestaciones y los combates en las calles se presentan y las mujeres están allí presentes, como nunca! Y más allá de los combates contra las consecuencias de la podredumbre de un sistema en agonía, se alza luminoso el futuro de la revolución que hoy construyen las mujeres en la India, junto con sus hermanos obreros y campesinos levantados en armas contra el viejo Estado de los explotadores, donde un nuevo poder está surgiendo en medio de la Guerra Popular.

Es el amanecer de la revolución y el socialismo que emerge de las entrañas del capitalismo imperialista cuya inmundicia contamina la sociedad, explota, oprime y degrada especialmente a las mujeres, quienes deben marchar al lado de sus hermanos hombres, con todos los explotados y oprimidos, a destruirlo, a darle sepultura, para empezar por fin la verdadera emancipación de las
mujeres.

¡MUJERES COMO ESCLAVAS NUNCA MÁS!
¡VIVA LA MUJER COMBATIVA Y REVOLUCIONARIA!
¡ABAJO EL CAPITALISMO IMPERIALISTA, VIVA LA REVOLUCIÓN SOCIALISTA!

Publicado por Revolución Obrera nº. 359

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Datos personales

periodista obrero. Comunista (marxista-leninista). Antiimperialista, anticapitalista y antimilitarista.