13 de julio 2013
E.
Ilavarasan, un joven dalit de 19 años, oriundo de la aldea Naikkankottai en
Dharmapuri, que se había atrevido a ejercer su elección y casarse con una mujer
de la casta dominante de la región, desafiando las amenazas y los dictados de
los sectores feudales y brahmánica se encontró muerto cerca de una vía férrea,
el 3 de julio de 2013.
El
incidente es el desarrollo cada vez más espantoso de las atrocidades en curso
sobre la casta dalit en Daharmpuri. Todo comenzó el año pasado tras el
matrimonio de Ilavarasan, cuando el 6 de noviembre del año pasado, la casta
dominante hindú lanzó 2500 mafiosos a un ataque espantoso en tres colonias
Dalits en Dharmapuri. La multitud fue en un alborotoso saqueo y finalmente
ha incendiado alrededor de 268 casas dalit en la zona. Contrariamente a lo que
se informó como una respuesta espontánea de los Vanniyars luego que el padre de
la chica se suicidó, fue en realidad un ataque previamente planificado. Los
preparativos para el ataque habían tenido lugar durante algún tiempo con rl
reclutamiento de gente de pueblos tan lejanos como de 30 kms. Si el
"castigo colectivo" dado a los dalits por las secciones feudal-castista
y durante todo el año pasado, como si no fuese suficiente, se creó una enorme
presión alrededor de su pareja, Divya, obligándola a regresar a casa de sus
padres recientemente.
La
decisión de casarse con una mujer de la casta dominante locales de Ilavaran era
demasiado grande una transgresión para estas secciones brahmánicas de comprender
que estaban fuera si desde entonces para salvar su orgullo de casta y códigos
honoríficos feudales.
Ilvarasan
fue encontrado muerto sin otras lesiones mortales sino herida en la cabeza. Policía
intentó dar una versión, en un relato de ficción, de llegó al lugar alrededor de las 12:30 pm y
luego saltó frente el Kurla Express alrededor de las 13:00. Además, el
gobierno ha afirmado que se "suicidio" está fuera de sí por el dolor
cuando su esposa declaró ante Alto Tribunal que ella no iba a volver a él. Pero
Ilavarasan, según la familia, señaló que era muy consciente de la tortura
mental y la presión bajo la cual Divya se había visto obligada a dar ese paso.
Él
tenía sus planes de mudarse a Andhra Pradesh en busca de oportunidades de
ingreso y de que incluso había pedido prestado el dinero de su padre. Él
tenía aún, además, la esperanza de reunirse con su esposa cuando la ira de la
casta dominante se apagara.
Señalándose
ausencia de lesiones mortales, excepto en la cabeza y la imposibilidad de ello
después de impacto con un tren a toda velocidad, la familia de Ilavarasan y secciones
democráticas y progresistas de Tamil Nadu han exigido una investigación de su
asesinato y llevar a los asesinos ante la justicia. Como era de esperar,
ha caído en años sordos del estado hasta ahora, que está desesperado por
presentarlo como un suicidio.
El
asesinato de Ilavarasan no es más que una continuación de las atrocidades de
casta, con total complicidad de la maquinaria estatal, que está arrasando Tamil
Nadu así como de otras partes del país. Paramakudi sigue siendo un
recuerdo ardiente del pasado reciente, donde, bajo la égida del gobierno castista
Jayalalitha, la policía ha baleado 7 manifestantes. Pero, presentando el
asesinato de Ilavarasan como "suicidio", la administración estatal ha
vuelto a declarar descaradamente su papel como el agente servil de las clases
dominantes feudales contra los intereses de las castas oprimidas.
No
obstante, dicha maquinaciones han sido históricamente incapaces de reprimir la
ira dalit. Las atrocidades de casta, innumerables en todo el país, el ataque a
las casas dalit en noviembre pasado o ahora el asesinato de Ilavarasan también
deben entenderse como la venganza y un último esfuerzo de no morir de las
clases dominantes feudal-compradora del país, como para dar rienda suelta a la
violencia feudal brutal y perpetuar su dominio. Atrincherados profundamente
en el feudalismo y se satura completamente con el sistema de castas.
La
maquinaria estatal ha demostrado en repetidas ocasiones a los dalits y otros
sectores oprimidos que la justicia queda muy lejos dentro del orden social
actual. Sin embargo, con cada uno de estos asesinatos, con cada atrocidad
contra las masas oprimidas y con todos los casos de denegación de justicia, el
Estado sólo amputa a sí mismo y contribuye a su propia desaparición.
ESD
condena con palabras más fuertes posibles el asesinato de Ilavarasan y reitera
que sólo es la creciente unidad de los dalits, adivasis, las minorías
religiosas y de los campesinos y de los trabajadores para una transformación
revolucionaria del orden social actual podrido que garantice la justicia y una vida
digna para todas las masas oprimidas.
Publicado por el Sindicato
de Estudiantes Democráticos, Jawaharlal
Nehru University Unidad.
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